En cuanto a
los puntos centrales que están en juego en las negociaciones globales sobre
gobernanza de Internet, Alfonso opina que
incluyen, primero: “la coordinación de la infraestructura lógica de la red:
distribución y asignación de nombres de dominio y direcciones IP; definición de protocolos y métodos seguros
del sistema de nombres de dominio; coordinación de los métodos de conexión y
‘routing’, etc. Básicamente involucra a ICANN8, su contrato con el Depto. de Comercio de EEUU, y el control
de la raíz de nombres y números, además de estructuras de coordinación como IETF y el grupo de registradores
regionales de números (LACNIC entre ellos)”. Otros temas clave serían: “los derechos de acceso a la red y la
neutralidad de la misma a nivel de la conexión en la punta. Las protecciones de derechos relacionados a
contenidos y aplicaciones, sobre todo el derecho a la privacidad y a la
libertad de expresión en la red. Los conflictos o diferencias entre las
legislaciones y políticas nacionales y la universalidad de la red: que involucra
cuestiones comerciales, impositivas, cambiarias, de seguridad, de jurisdicción
en caso de litigios, etc.”.
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La clase Obrera organizada, representada social y políticamente, con canales activos de diálogo, comunicación y negociación en defensa de sus derechos fundamentales como clase trabajadora, es depositaria del verdadero Poder Popular Democrático.
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PODER Y DEMOCRACIA EN LA RED.
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Sally Burch.
ALAI América Latina en Movimiento.
Jueves 8 de mayo del 2014.
ALAI América Latina en Movimiento.
Jueves 8 de mayo del 2014.
En un
plazo de apenas dos décadas, Internet y las tecnologías digitales se han
instalado en el quehacer diario de gran parte de la humanidad y en torno a
ellas se está reorganizando un sinfín de ámbitos de la sociedad. Son tan convenientes
–y seductoras– que vivir sin ellas resulta casi impensable; y esto es apenas un
inicio, en relación a los cambios que vienen.
No obstante, la misma rapidez con que ello
está ocurriendo no deja el tiempo de apreciar plenamente sus implicaciones en
los diversos planos, desde la organización de la economía hasta el poder
político, pasando por los derechos humanos, el desarrollo cultural o las estructuras
sociales. Pero hay signos bastante preocupantes.
Si bien Internet fue concebida
originalmente como un espacio abierto, descentralizado y no-comercial (y en
mucho ha contribuido, efectivamente, a democratizar las comunicaciones), en
estas dos décadas de comercialización
se ha producido una concentración y centralización
inauditas. Por un lado está la concentración tecnológica, como sucede, por ejemplo,
con los grandes cables internacionales de fibra óptica1 que interconectan
países.
Por otro lado, está la concentración de
contenidos y datos personales, sea en las llamadas redes sociales, en los servidores
que ofrecen almacenamiento en la “nube” (ver Gakuru, p.24), en monopolios como
Google que rastrean datos y comportamientos personales en la red, o en empresas
agregadoras de datos
(big
data) que establecen perfiles de
usuarios, y en las propias agencias de seguridad, entre otros.
1 Estos cables han facilitado mucho la
tarea de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU., que con
la intervención en apenas unos 190 centros de datos, puede monitorear casi todo
los flujos del mundo, de Internet, telefonía, etc.
Las revelaciones de Edward Snowden sobre
el espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU. confirman que
los usos de esta información van desde el espionaje a diplomáticos (incluso con
la colaboración de hoteles de lujo) para tener ventajas en las negociaciones internacionales,
hasta aprovechar datos íntimos de líderes políticos de cualquier país, sea para
desacreditarlos públicamente cuando convenga, sea para chantajearlos. Pero
también, ha salido a luz que hay empresas que crean perfiles de usuarios/as,
que incluyen las vulnerabilidades de los consumidores/as, con miras a
explotarlos mejor
Hasta aquí estamos hablando esencialmente de las huellas que todas las personas dejan al navegar en el mundo digital. Pero con la próxima generación de dispositivos inteligentes –que ya están llegando– será también su vida cotidiana en el domicilio o en la calle la que generará estas huellas, comenzando con la Smart TV, la refrigeradora inteligente, el medidor de luz que se comunica con la empresa, la alarma de humo que alerta a los bomberos, los identificadores de placas de los autos en las autopistas… para nombrar algunos. Todos ellos tendrán la capacidad de comunicar elementos como el consumo, horarios, desplazamientos, hábitos (fumar, insomnio, dietas), etc.
2.- Una reciente investigación en el Comité de
Comercio del Senado de EE.UU., sobre las prácticas de negocios de los nueve
mayores agregadores de datos, encontró que estas empresas recolectan datos
desde los anodinos hasta los muy delicados (como historiales médicos), y con
ellos generan perfiles que venden sin preocuparse de saber para qué se
utilizarán. Al menos una empresa reconoció definir categorías de personas, como
una que llama “Viejos buenitos” (Oldies but Goodies), descrita como personas “crédulas” que “quieren
creer que su suerte cambiará”. Ver
http://www.alainet.org/active/72608.
Se estiman que el 1% de los dispositivos susceptibles de tener una dirección IP (identificador de Internet) lo tiene
actualmente. Hacia delante, cada
equipo nuevo será parte de la Red, y se hará cada vez más difícil –e
inconveniente– optar por desconectarlos. Este fenómeno se conoce
como el “Internet de las cosas”. En el mundo de mañana, si no se introducen controles y
protecciones, casi todo lo que hagamos será recopilado, almacenado, analizado,
reprocesado y vendido, no sabremos a quién. El poder que esta infinidad de datos permitirá acumular en
las pocas entidades con capacidad de recopilar y procesar tales cantidades de información,
rebasa la imaginación.
El fenómeno
de concentración, como lo explica Robert McChesney, se debe a las
características particulares de la economía en la Red (el llamado network
effect), que conllevan a la conformación de monopolios, debido a que los
usuarios prefieren al servicio más exitoso, donde se encuentran más personas.
Por ello, Internet hoy está dominada por una docena de mega-corporaciones (todas
ellas estadounidenses), que van absorbiendo en el camino a la competencia.
***
Concentración acelerada.
Este fenómeno de concentración, como lo explica Robert
McChesney (p.15 de esta edición) se debe a las características particulares de la
economía en la Red (el llamado network effect), que conllevan a la conformación de monopolios,
debido a que los usuarios prefieren al servicio más exitoso, donde se
encuentran más personas. Por ello, Internet hoy está dominada por una docena de
mega-corporaciones (todas ellas estadounidenses), que van absorbiendo en el
camino a la competencia. La mayoría tiene menos de 15 años de existencia.
Con el poder descomunal de estas corporaciones, el
resto del mundo podría estar frente a una reedición del neocolonialismo, con
sus secuelas de dominación cultural, extracción de riqueza e injerencia
política. Que ya no exista privacidad, ni seguridad en las comunicaciones, es
bastante preocupante.
Pero aún más peligroso es justamente cómo se está
reconfigurando el poder, y su concentración en manos de quienes controlan las
tecnologías y los conocimientos. Poder que les permite acumular aún más
riqueza, tecnología más sofisticada y, por ende, más poder, en un círculo
vicioso, que viene a ser una amenaza para el futuro de la democracia misma.
Este poder está concentrado en las agencias de seguridad (principal, aunque no
únicamente, de la Alianza “5 ojos”: EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia y
Nueva Zelandia) y en las grandes empresas monopólicas de Internet, con una
clara colusión entre ambas, lo que se evidencia por las “puertas traseras”
clandestinas integradas al hardware y software que venden las empresas –o que
prestan “sin costo”–, lo que facilita a las agencias de seguridad sustraer y
descodificar información.
Muchos gobiernos están preocupados luego de las
revelaciones sobre la escala del espionaje de las agencias de seguridad. Pero
ello no significa que todos tengan las manos limpias. Es conocido que muchos
gobiernos realizan prácticas similares, aunque en menor escala. Y no faltarán
autoridades que se abstengan de criticar a la NSA a cambio de recibir datos que
puedan servirles para robustecer su poder.
Como dice Julian Assange (p.6), el poder centralizado
busca restringir los flujos de información para consolidarse.
En cuanto a la ciudadanía, hasta hace poco, la mayoría
de personas ha venido usando las tecnologías digitales sin preocuparse quién
las gestiona y las controla; pero con las últimas revelaciones, comienza a
despertarse la conciencia de que el tema sí importa. No obstante, mientras la
tecnología digital avanza a pasos agigantados, los marcos legales, los derechos
y los mecanismos para garantizar su vigencia siguen al ritmo del mundo
analógico.
Y si bien algunos países tienen marcos de protección
de derechos un poco más avanzados en la materia, como la Unión Europea, y
próximamente Brasil (que acaba de aprobar en la Cámara de Diputados el Marco
Civil de Internet – ver p.30) su capacidad sigue siendo limitada frente a una
Internet sin fronteras.
El
modelo multisectorial.
Lo que esta situación ha puesto en evidencia es que
los mecanismos de gestión y gobernanza en el mundo Internet no están
funcionando debidamente, o al menos no en beneficio de las mayorías. Y aquí
tenemos un área más –al igual que el medio ambiente, el cambio climático o el
sistema financiero mundial– donde la ausencia de mecanismos adecuados y
democráticos de gobernanza global está exponiendo al mundo a consecuencias
potencialmente gravísimas.
Desde los inicios de Internet, y en particular a partir
de las negociaciones en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información
(CMSI, 2003/2005), EE.UU. ha impuesto el “modelo multisectorial” como patrón
para la gobernanza de Internet. Este modelo (en inglés multistakeholder,
literalmente, de las múltiples partes con intereses en el tema) implica nominalmente
la participación de gobiernos, sector privado y sociedad civil; pero en la práctica
se ha traducido a que las empresas privadas tengan la voz cantante en las
decisiones
En las instancias que controlan Internet, se suele
priorizarlo en contraposición a lo multilateral (intergubernamental), como si
las dos cosas fueran mutuamente excluyentes, sin diferenciar entre las áreas
técnicas, donde el sector privado podría tener ciertas competencias, y las
áreas de política pública (derechos, resolución de conflictos de interés,
restricción de monopolios) que exigen representatividad democrática (ver
Bollow, p.27).
El Foro Económico
Mundial (FEM) ha propuesto incluso
que el modelo multisectorial debe ir remplazando los mecanismos de las Naciones
Unidas, considerados como arcaicos e ineficientes. El informe de la Iniciativa
de Rediseño Global del FEM titulado Un asunto que nos
concierne a todos: reforzar la cooperación internacional en un mundo más
interdependiente3 plantea una “mejor
coordinación” entre un grupo selecto de líderes, como la mejor manera de abordar
problemas complejos. Los acuerdos intergubernamentales, marcos internacionales y la legislación de
cumplimiento obligatorio ya serían cosa del pasado; la época demanda voluntarismo,
códigos de conducta y legislación no vinculante. ¿Y la democracia en eso? Pues… más
bien ya se trataría de la “posdemocracia” (ver Gurstein, p.11). (3).
Este modelo multisectorial ya se está implementando en
varios foros internacionales de elaboración de políticas públicas relacionadas con
la industria y los negocios, pero la gobernanza de Internet es quizás donde más
ha avanzado, y su profundización podría ser un ensayo para ampliarlo a otras
áreas, en momentos en que el poder económico busca soluciones a la crisis
económica global.
En este sentido, llama la atención que el
multisectorialismo esté al centro de las propuestas de la próxima reunión
NetMundial, convocada por el gobierno de Brasil.
Frente a la revolución de las Tecnologías de la Información y
Comunicación, el Internet, y en general las Redes Sociales – hoy se trabaja
como defender la Democracia con la elaboración de principios universales (no
vinculantes) de gobernanza de Internet; y una propuesta de itinerario para la
futura evolución del ecosistema de gobernanza de Internet. La participación de la sociedad civil es principal y decisiva
en este proceso, como alternativa de garantizar la gobernanza y las nuevas formas
de gobernar, dirigir y conducir las redes sociales y fortalecer su autonomía,
políticamente en Democracia.
***
NETmundial.
Fue a raíz de las revelaciones del espionaje de la NSA
al gobierno brasileño y a la propia presidenta, Dilma Rousseff, que ésta
convocó una reunión mundial, sobre el futuro de la gobernanza de Internet.
“NetMundial”4 es definida
como una “Reunión Multisectorial Global”, y tendrá
lugar en São Paulo, el 23 y 24 de abril de 2014. 12 países actúan de
anfitriones: Alemania, Argentina, Brasil, Estados Unidos, Francia, Ghana,
India, Indonesia, Corea del Sur, Sudáfrica, Túnez y Turquía.
La reunión abordará dos temas centrales: la elaboración
de principios universales (no vinculantes) de gobernanza de Internet; y una propuesta
de itinerario para la futura evolución del ecosistema de gobernanza de
Internet. La participación presencial será limitada a aproximadamente 700 - 800
personas (más periodistas), incluyendo representantes de gobiernos, sector
privado y sociedad civil, pero se prevén, además, facilidades de participación
remota, en línea y en “hubs” locales conectados por Internet, de los cuales hay
33 confirmados en 23 países. Además, se abrió previamente un proceso de
presentación de documentos por parte de actores interesados; más de 180 aportes
ya se pueden consultar en línea.
4
http://netmundial.br/
5 Lista de hubs
remotos: http://bit.ly/1dYRP1m.
Documentos
presentados: http://content.netmundial.
Carlos Alfonso, miembro del Comité Gestor de Internet
en Brasil (CGI.br) y de la comisión ejecutiva de NetMundial por el sector de la
sociedad civil, al responder a una entrevista de ALAI sobre la organización de
NetMundial y su relación con otros procesos existentes de gobernanza de
Internet, aclara que: “La reunión de Brasil ha sido convocada conjuntamente por
el gobierno de Brasil y por un foro de entidades (1net6) de la llamada
‘comunidad técnica’, creado por esas entidades a partir de la Declaración de
Montevideo7: declaración motivada por la percepción del alcance masivo del
espionaje de EEUU y sus aliados Inglaterra, Australia, Nueva Zelandia y
Canadá”.
Respecto a la participación, cuyos mecanismos han recibido
críticas de algunos sectores de la sociedad civil, explica que bajo la égida de
CGI.br y 1Net, se organizó un proceso de selección para constituir comités que
asuman todo el proceso de organización, definiciones y logística del evento. Y
añade que el comité ejecutivo multisectorial se encargó de buscar “el mejor
balance de representación posible utilizando varios criterios: regional,
presencia de países ‘del Sur’, género y otros, para los tres sectores (sociedad
civil, sector privado, comunidad técnica/académica)”.
En cuanto a la diferencia entre NetMundial y otros
foros como el Foro de Gobierno de Internet (IGF) o la CMSI+10, Carlos Afonso
responde que: “El IGF es un foro convocado y controlado por el secretariado
general de Naciones Unidas, ahora bajo la coordinación de la Comisión sobre
Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CSTD), consecuencia de los acuerdos de
Túnez al final del proceso de la CMSI en 2005. Por imposición del secretariado
y con el apoyo de representantes del sector privado y algunos gobiernos del
Occidente, el IGF hasta ahora no ha podido hacer recomendaciones de ningún
tipo. El CMSI+10 es parte de un proceso de evaluación de los acuerdos de Túnez,
que culminará en un evento en el 2015.”
6 http://1net.org
7
http://www.icann.org/es/news/announcements/
En cuanto a los puntos centrales que están en juego en
las negociaciones globales sobre gobernanza de Internet, Alfonso opina que incluyen,
primero: “la coordinación de la infraestructura lógica de la red: distribución
y asignación de nombres de dominio y direcciones IP; definición de protocolos y
métodos seguros del sistema de nombres de dominio; coordinación de los métodos
de conexión y ‘routing’, etc. Básicamente involucra a ICANN8, su contrato con
el Depto. de Comercio de EEUU, y el control de la raíz de nombres y números,
además de estructuras de coordinación como IETF y el grupo de registradores regionales
de números (LACNIC entre ellos)”.
Otros temas clave serían: “los derechos de acceso a la
red y la neutralidad de la misma a nivel de la conexión en la punta. Las
protecciones de derechos relacionados a contenidos y aplicaciones, sobre todo
el derecho a la privacidad
y a la libertad de expresión en la red. Los conflictos
o diferencias entre las legislaciones y políticas nacionales y la universalidad
de la red: que involucra cuestiones comerciales, impositivas, cambiarias, de
seguridad, de jurisdicción en caso de litigios, etc.”.
De un borrador del documento de acuerdos de
NetMundial, filtrado por Wikileaks https:// wikileaks.org/netmundial-outcome/,
se desprende el compromiso central con el modelo multisectorial en todas las
instancias de gobernanza, si bien pone mucha insistencia también en procesos
transparentes y garantías para la participación equitativa de todas las partes
interesadas.
Las propuestas que salgan de NetMundial se encaminarán
a otros foros y en particular a la próxima Asamblea General de la ONU, en
septiembre. Entretanto, en junio se realizará una reunión de alto nivel
organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones -UIT- en el marco
de la CMSI+10, (ver Hill, p.32).
8 ICANN: Corporación de
Internet para la Asignación de Nombres y Números. http://www.icann.org. Para la
explicación de otras siglas de esta publicación, ver el glosario en la p. 34. abril 2014
Para quienes defienden la democracia, e Internet como
espacio abierto y parte de los bienes comunes, resulta urgente impulsar un
debate público amplio y a fondo sobre estos temas, en el plano nacional e
internacional, con miras a buscar soluciones en un marco democrático, donde
prime el interés público. De lo contrario, las salidas se impondrán cada vez
más desde los poderes fácticos.
Ante esta preocupación, y dada la frustración por el
marginamiento de voces críticas del statu quo en espacios como el IGF, se acaba
de crear la Coalición por una Internet Justa y Equitativa (Coalición Just Net), comprometida con una
red de redes que contribuya al avance de los derechos humanos y la justicia
social. La Coalición propone trabajar por la reconfiguración de la gobernanza
de Internet hacia un espacio auténticamente democrático, (ver el artículo de
Prabir Purkayastha, p.21). Varios miembros de Just Net escriben en
la presente revista, que pretende ser un aporte a estos debates.
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Sally Burch es periodista de ALAI.
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