Usted habla de
estrechar relaciones entre los progresistas latinoamericanos y los europeos, pero ¿hay algo de
concreto o se trata sólo de una expresión de deseos? –No es una expresión de
deseo, pero todavía no es un proyecto que se haya podido formalizar. En el caso
del PD, nosotros estamos construyendo una red de partidos políticos
progresistas de todo el mundo, la
Alianza Progresista. Y dentro de esta alianza estamos invitando a
participar a los partidos
latinoamericanos, como los socialistas, los social-democráticos, los
progresistas en general, para construir una base común de elaboración del
pensamiento, para compartir ideas y opiniones y colaborar. La sociedad ha cambiado. Creo que es necesario elaborar un nuevo
“pacto social” que surge de la constatación de que el viejo modelo de
desarrollo ha fracasado. Tenemos que
construir algo nuevo y en este contexto destacar los temas del crecimiento económico, la inclusión y la
justicia social. Sólo disminuyendo las desigualdades es posible crear
una sociedad que esté al servicio de todos. Mientras existan diferencias como en Italia, donde el 10 por ciento de la población tiene el 48 por ciento de la riqueza y los 10 hombres más
ricos del país ganan como 500.000 familias de obreros, la justicia social no
será posible.
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Francesca D’Ulisse, “Sobre
inclusión podemos aprender mucho de Latinoamérica.”
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EUROPA: “LA AUSTERIDAD SE VOLVIÓ “AUSTERICIDIO”.
Francesca D’Ulisse, nexo con
Latinoamérica del Partido Demócrata Italiano.
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A la vuelta de un
encuentro con los partidos de la izquierda democrática, la experta dice que, en
materia de inclusión social y ecología, Latinoamérica marcha a la vanguardia de
Europa.
Elena Llorente
Desde Roma Página /12 viernes 16 de mayo del
2014.
Aunque pueda sonar un
poco raro a los oídos de algunos, la vieja Europa podría ser alumna de la joven
América latina en temas como la inclusión social y la cuestión ambiental, en
los que esta última ha desarrollado una positiva y amplia experiencia en
décadas recientes.
Al menos ésa es la idea
de Francesca D’Ulisse, encargada de las relaciones con Latinoamérica del
Partido Democrático (PD), la más importante formación política del centroizquierda
italiano. D’Ulisse participó recientemente en México de un encuentro denominado
“Izquierda democrática”, que contó con la participación de numerosos partidos
progresistas de ambos lados del Atlántico, como el PSOE de España, la
Concertación chilena, el MAS de Bolivia, el PRD mexicano, el PT brasileño y
otros partidos y exponentes de varios países, incluida la Argentina. En una
entrevista con Página/12, D’Ulisse se mostró convencida de que una colaboración
más estrecha entre progresistas latinoamericanos y europeos es posible.
–Usted habla de
estrechar relaciones entre los progresistas latinoamericanos y los europeos,
pero ¿hay algo de concreto o se trata sólo de una expresión de deseos?
–No es una expresión de
deseo, pero todavía no es un proyecto que se haya podido formalizar. En el caso
del PD, nosotros estamos construyendo una red de partidos políticos
progresistas de todo el mundo, la Alianza Progresista. Y dentro de esta alianza
estamos invitando a participar a los partidos latinoamericanos, como los
socialistas, los socialdemocráticos, los progresistas en general, para
construir una base común de elaboración del pensamiento, para compartir ideas y
opiniones y colaborar. La sociedad ha cambiado. Creo que es necesario elaborar
un nuevo “pacto social” que surge de la constatación de que el viejo modelo de
desarrollo ha fracasado. Tenemos que construir algo nuevo y en este contexto
destacar los temas del crecimiento económico, la inclusión y la justicia
social. Sólo disminuyendo las desigualdades es posible crear una sociedad que
esté al servicio de todos. Mientras existan diferencias como en Italia, donde
el 10 por ciento de la población tiene el 48 por ciento de la riqueza y los 10
hombres más ricos del país ganan como 500.000 familias de obreros, la justicia
social no será posible.
–En este sentido,
¿podría aprender algo la izquierda europea de los países latinoamericanos?
–Creo que sí, sobre todo
del trabajo que en América latina se está haciendo con la inclusión social. No
estoy de acuerdo con aquellos que sostienen que las políticas activadas por los
gobiernos progresistas latinoamericanos son “asistencialistas”. Yo creo que son
un primer paso para consentir a un sector de la población que ha estado
excluido, poder tener una serie de derechos. Sobre inclusión y justicia social
creo que se puede aprender mucho de Latinoamérica. Otro punto que me parece
interesante es lo que sucede en algunos países de aquella región con el
ambiente. Hay políticas ambientales realmente innovadoras, por ejemplo en Ecuador.
–¿Qué podría aportar
Italia?
–Nosotros podríamos dar
nuestra contribución sobre el tema de la seguridad y de las mafias
transnacionales. Y me refiero en particular a México, pero no sólo. Tenemos una
legislación bastante completa en este sentido y la experiencia de tres mafias
importantes en nuestro territorio, como para poder transformarnos en un punto
de referencia para Latinoamérica.
–Estos elementos
formarían parte de un proyecto mayor...
–Se trata de elaborar un
nuevo pensamiento, un proyecto para las izquierdas mundiales. En este sentido
cito al presidente Lula, que dijo: “La izquierda debe volver a ser creativa”.
Debemos ser creativos y no dogmáticos.
–En Europa muchos han
abandonado a los progresistas porque piensan que la izquierda no está haciendo
lo que debería. Parte de esa gente ha ido a parar a los “antitodo” del
Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo. ¿Colaborar con los latinoamericanos
y elaborar con ellos un nuevo modelo podría revertir esa situación?
–Los dos grandes
peligros que corremos en las elecciones europeas son los partidos populistas y
el abstencionismo. El voto a Grillo es un voto anti, antisistema, antipartidos,
antiinstituciones. El intercambio con las izquierdas del planeta, en particular
con las latinoamericanas, con las cuales la relación es casi natural, puede
contribuir a derrotar los populismos como el de Grillo.
–¿No cree que los
desilusionados se han ido de la izquierda porque creen que la izquierda ha
perdido el rol de partido revolucionario, capaz de llevar adelante reformas
claramente a favor de la gente y completamente distintas de la derecha?
–Hemos tenido que hacer
una fuerte autocrítica en este sentido. A veces hemos sido demasiado
indulgentes con las políticas de derecha, creyendo que la austeridad, que luego
se transformó en un “austericidio”, era la clave para poder garantizar
desarrollo y ocupación. En realidad, todo esto no ha ocurrido y estos siete
años de crisis económica y financiera nos han demostrado que estas políticas no
funcionan. Por eso, dentro de la UE y en Italia, pedimos un voto para un
centroizquierda moderadamente revolucionario, donde el rigor fiscal, que es
necesario, será acompañado de políticas de inversiones, incluso públicas, y con
eso esperamos reactivar la demanda interna y poder redistribuir mejor.
–¿Cuáles son los
próximos pasos del PD respecto de América latina?
–La
próxima cita es a fines de junio en Uruguay, donde se reunirá la Alianza
Progresista. Y en 2015 se realizará la Conferencia Italia-América latina, que
coincide con la Expo
mundial que se hará en Milán y que podría abrir puertas a la cooperación
multilateral a distintos niveles.
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