&&&&&
La globalización neoliberal, es el capitalismo
multidimensional en la era de la transnacionalización de los monopolios
imperialistas - es un concepto Polisémico, capitalismo salvaje, economía
de casino, o capitalismo del desastre - globalización, Gobernabilidad,
Gobernanza, Democracia, Ciudadanía, Sociedad Civil, Socialismo, Reformismo,
Progresismo, Izquierdismo, etc. y seguiremos analizando, investigando, opinando
y quizás algún día – (que debe estar muy cercano) – ingresando con sinceridad,
honestidad, confianza – sobre todo confianza – compromiso y responsabilidad,
desde la Sociología de las Ausencias – nuestra herramienta científica, el Marxismo -, los valores de la Modernidad,
ponernos de acuerdo, en especial en temas centrales y fundamentales de la
sociedad, del ser humano y de la Teoría Científica. Hoy asistimos a un "Cambio de Época, Histórica", producto
de la crisis estructural del capitalismo financiero-especulativo, crisis
estructural que se manifiesta por ejemplo directamente en la crisis
estructural histórica de la política, los partidos políticos y la
llamada "clase" -gremio- política y por su puesto de las
Instituciones.
Más allá estamos trabajando seria y profundamente
en un mundo múltiple, complejo, turbulento, multipolarizado, “tomando
en nuestra manos” la Ciencia Política, tratando de formular una nueva mirada,
desde la Sociología de las Emergencias, para encontrar, “una salida”,
una “alternativa” estratégica, histórica, - trabajando desde los Movimientos
Sociales,- anti-globalización - los nuevos Liderazgos Comunitarios, tomando
como base el Nuevo Capital Político, expresión directa del Poder Local Popular
– la nueva Sociedad Civil, Real, emergente, popular, democrática, escenario de
escenarios de las clases y la lucha de clases - y la Nueva Ciudadanía
Multicultural - para construir una Democracia diferente superior, Democracia
Directa, Participativa, Cívica, Republicana. Hoy cada movimiento político,
cada proceso reformista o un proceso revolucionario, (generalmente
post-neoliberal) en el Nuevo Orden Mundial – el multilateralismo – y los
“nuevos” poderes regionales, descentralizados, el escenario mundial hoy
sociedad en riesgo global y el nuevo proceso de acumulación mundial del
capitalismo – el capitalismo de la desposesión de los recursos naturales, la
biodiversidad y los Conocimientos Ancestral, centralizado en el Nuevo
Consenso de los Commodities; en especial los procesos progresistas y/o
revolucionarios de América Latina, no es copia ni calco, es creación heroica de
cada pueblo, en el camino de forjar y construir Otro
Mundo Socialista, que si es posible, construyendo social, cultural y
políticamente una nueva Civilización Humana. Pablo Raúl.
El Poder de la
globalización es el poder de los poderes facticos globales, del Foro Económico
Mundial de Davos, mejor sí decimos en "cristiano" es el poder del
Club de Bilderberg, o los Nuevos Amos del Mundo y las Instituciones que
implementan sus políticas: el FMI. el BM. el Club de París, la OCDE, la OMC, la
OTAN, y diversos organismos descentralizados de las NN-UU.. Como también
organizaciones continentales como el BID, la OEA, los TLC, y ahora, ALPA,
etc.
***
ESTRATEGIA PARA UN ANTI-CAPITALISMO GLOBAL.
*****
Torkil Lauesen.
(Dinamarca).
Publicado el sábado 10 de
mayo en Análisis.
El mundo ha vivido cambios radicales durante la última década. No me
refiero exclusivamente a los importantes acontecimientos políticos alrededor
del año 1989, sino también a los cambios globales más profundos desde una
perceptiva temporal más larga. Después de la caída del Muro y el cese del
conflicto Norte-Sur estos cambios salen de la sombra y se presentan con más
claridad. El capitalismo se ha desarrollado – ha mutado una vez más. Nosotros
los anti-imperialistas no hemos sabido seguir el paso de su desarrollo. Nuestra
percepción del mundo y nuestra estrategia se formaron en rasgos generales a
principios de la década de los 70: El enemigo principal era el imperialismo
norteamericano.
El Tercer Mundo se encontraba en la ofensiva. Nuestra misión era apoyar
a los movimientos de liberación. Querían construir sociedades de corte
socialista, combatir el imperialismo y cambiar el mundo. Tal vez válida en
aquella época. Por lo menos lograron ganar Vietnam, igual que Mozambique y
Nicaragua, etc. ¿Pero lograron construir las sociedades de las que soñaron
ellos y también nosotros? ¿Derrumbaron el imperialismo? Sí que hubo cambios en
el mundo pero no hacia el sentido que queríamos nosotros.
¿Entendimos lo que estaba pasando y que era menester que desarrolláramos
nosotros nuestra propia estrategia? Por lo menos nos forzaron a la defensiva en
los 80 tanto Thatcher, Reagan, la Unión Europea, el Banco Mundial, FMI, el
neo-liberalismo, la crisis de la deuda, los ajustes estructurales, etc. Y fuera
solidaria o crítica nuestra actitud frente a la URSS, el quiebre del socialismo
real existente significa que nos vimos obligados a repensar nuestra estrategia.
En breve, nuestra estrategia consistía en cambiar el mundo de la forma
siguiente: Teníamos que organizarnos en movimientos sindicales y en partidos
políticos. Hay que ganar el poder del Estado a través de la papeleta de
votación, huelgas generales, rebeliones armadas, guerras de guerrillas o
guerras populares de larga duración, o qué se yo y luego usar el poder del Estado
para cambiar la sociedad. Y lograron apropiarse del poder del Estado, tanto los
socialdemócratas, los revolucionarios de Rusia y Europa Oriental y los
anti-imperialistas del Tercer Mundo desde China, Cuba, Vietnam, Zimbabwe,
Mozambique hasta Nicaragua y Sur Africa. Y algo lograron cambiar: Los
socialdemócratas del Occidente lograron establecer mejores condiciones
laborales y de vida dentro de los marcos del capitalismo.
Pero no cambiaron el mundo. Al contrario, hubo una modernización y
consolidación del capitalismo en nuestra parte del mundo. Una consolidación que
aseguraba el capitalismo globalmente. Los comunistas del Este lograron
deshacerse del sistema feudal anticuado y a través del poder del Estado
trataron de crear una sociedad socialista. Como sabido es, no lo lograron.
Durante una serie de años lograron debilitar las fuerzas del mercado en el
bloque socialista. Pero no crearon una sociedad radicalmente diferente. Al
contrario, crearon un anhelo por el capitalismo un su forma actual. Su conquista
del poder del Estado no constituía una ruptura definitiva con el orden mundial
existente, no era un paso nuevo de donde no se podía retornar. El socialismo
estatal del Este se retiró. En el Tercer Mundo los socialistas también lograron
obtener el poder del Estado en muchos lugares. Acabaron con el colonialismo -y
con un tipo de capitalismo anticuado- pero también en estos países lograron
crear sociedades radicalmente diferentes a pesar del sueño de ellos y de
nosotros.
Así que con respecto a los cambios radicales no hemos avanzado mucho
después de 150 años de lucha anti-imperialista. No creo que se deba a
traiciones personales ni a la corrupción. Los comunistas y socialista quieren
cambios radicales. Por un lado creo que se debe a una infravaloración de la
capacidad del capitalismo de crear cambios, desarrollo. Una infravaloración de
su capacidad de penetrar nuestra vida, nuestras normas y pensamientos. El
capitalismo no es tan sólo explotación y represión y pobreza, también es un
estilo de vida: individualismo y consumismo. Por otro lado una sobrevaloración
de las posibilidades de cambiar el mundo radicalmente – país por país y a
través del poder del Estado. Para llevarlo hasta el extremo: el poder del
Estado no puede cambiar el mundo, como máximo puede reformarlo. Este reformismo
no es de despreciar. Sin esta luchar por las condiciones de vida actuales no
estaríamos en condición de luchar por los cambios radicales.
Pero sin la lucha por los cambios radicales estaríamos todos muy mal en
25 a 30 años. No tengo confianza en el orden mundial actual – o sea, que pienso
que un neoliberalismo globalizado puede persistir durante los próximos 25 a 50
años. El orden existente sigue un rumbo de colisión tanto social como
ecológicamente. Creo que las próximas décadas estarán caracterizadas por
desorden y caos originado por los conflictos creados por el capitalismo global
– y por la falta de estrategias y visiones para cambios creada por los fracasos
del socialismo hasta ahora. Si no encontramos una sustitución no sólo seguirá
así, sino que será aun peor. La alternativa es socialismo o barbarie.
Una globalización en forma de neo-liberalismo nos enfrenta con dos
problemas: En primer término: Nuestra antigua descripción del capitalismo
encaja mal, hay demasiadas condiciones no explicadas. Necesitamos de una
descripción nueva -con fuerza de explicación- de cómo funciona el mundo y de lo
que está pasando. En segundo término: Nuestra estrategia de construir el
Partido, que debería guiar la clase obrera hacia el poder del Estado, y que
luego debería ir construyendo el socialismo país por país, no se cumplió. En
realidad fracasó. No hemos podido movilizar al pueblo -en nuestra parte del
mundo- para hacer cambios mundiales. No obtuvimos las sociedades con que
soñabamos en la URSS, China, Vietnam, Zimbabwe, Nicaragua ni en ninguna otra
parte del mundo, donde los grupos con los que simpatizamos nosotros lograron
ganar el poder. ¿Tenemos hoy en día una estrategia que puede contrarrestar la
ofensiva neo-liberal? Pienso que no. Es lo que tenemos que desarrollar. Y no
basta sacar las consignas, estrategias y tácticas del polvo y “lanzarnos de
nuevo y en serio”. Tenemos que aprender de nuestros fracasos y pensar de una
forma nueva – el mundo está cambiando.
La globalización
neoliberal, hoy en América latina está presente - no en lo fundamental en las
Bolsas, Cajas, Bancos, Aseguradoras, como en las décadas anteriores a la gran
crisis estructural.. - Presentes en forma hegemónica en el nuevo proceso de
acumulación mundial del capitalismo - el capitalismo de la desposesión de los
rescursos naturales, la biodiversidad y los Conocimientos Ancestrales, es
decir, en el "Nuevo Consenso de los Commodities".
***
Globalización.
¿Cuáles son las características del mundo de hoy? Si tengo que utilizar
tan sólo una palabra sería: Globalización, tanto económica, política como
culturalmente. El propulsor del proceso de globalización lo constituyen
primordialmente el sistema financiero y las empresas transnacionales. Los
Estados nacionales solamente intentan seguir estos procesos y tratan de
construir marcos políticos y organizaciones que encajen tales como la UE, TLC,
G7 y OMC. Miles de millones de dólares cruzan las fronteras nacionales todos
los días. El comercio mundial crece a una velocidad mucho más alta que los
productos nacionales. A nivel mundial solamente 14 Estados nacionales cuentan
con un producto nacional que supera la venta de las empresas transnacionales
más grandes.
El modelo antiguo de compañías transnacionales con una empresa matriz
anclada en un país determinado y luego sucursales en el extranjero se está
sustituyendo en p.ej. la industria de automóviles y de productos electrónicos
por una estructura de red globalizada de localidades de diseño, suministro,
producción y distribución. La producción en sí se está globalizando. Cada uno
de los componentes para un Ford se produce en hasta veinte países distintos,
dependiendo del lugar donde se encuentran las condiciones más idóneas para esta
producción parcial. Los beneficios no se invierten en los EE.UU., sino que
permanece en el mercado financiero internacional. Pero, ¿significa que Ford
sigue siendo una empresa norteamericana? ¿Son holandeses Shell y Philips?
Nestlé, ¿es una compañía suiza – o es una entidad capitalista global?
Globalización y el Estado nacional.
Creo que la globalización del capitalismo es de importancia decisiva
para el Estado nacional – y con ello para los objetivos del poder del Estado.
La globalización ha limitado en gran medida el espacio del Estado nacional de
un control económico y sociopolítico. A través de la liberalización de la libre
circulación del capital, los bienes y los servicios, el mercado internacional y
las compañías transnacionales obligan cada vez más al Estado nacional a
ajustarse a las fuerzas del mercado. Los objetivos de los Estados nacionales se
determinan cada vez más a través de las condiciones económicas globales.
Mientras el Estado antes trataba de controlar y regular las fuerzas del
mercado, hoy en día los objetivos son facilidades y servicios para el capital.
El Estado nacional ha perdido, así, su capacidad de resolver crisis económicas,
políticas y ecológicas nacionales. Se ve presionado desde arriba por la
globalización económica, y desde abajo por las reacciones frente a su cada vez
peor capacidad de resolver los problemas nacionales.
El hecho de que el Estado ha perdido capacidad de asegurar condiciones
económicas y sociales dentro de los marcos nacionales, fortalecen las
divisiones étnicas, racistas y regionales. Por ello es tan sólo una paradójica
aparente, cuando experimentamos una globalización de la economía y al mismo
tiempo una resurrección de corrientes nacionales y regionales. Ambas
situaciones tienen su origen en la debilidad del Estado en relación a las
fuerzas del mercado. No significa que el Estado esté desapareciendo, solamente
que está cambiando de carácter. La globalización cambia las normas del juego
dentro de los marcos del Estado nacional. El capital necesita del Estado para
que realice las funciones necesarias, pero no necesita de un Estado específico.
Puede escoger el Estado que ofrece las mejores facilidades y que presta el
mejor servicio. P.ej. puede ser mano de obra barata, o mano de obra bien calificada,
un sistema ordenado y bien regulado, una infraestructura buena, etc. Si al
capital no le gusta el juego de un Estado dado, puede salir del arena y buscar
optimar sus condiciones en otro Estado que se ponga a disposición
¿Esto es Democracia?. Cómo
la crisis estructural del capitalismo del desastre y la imposición de sus
políticas de ajuste, reajuste, salvataje y austeridad, que sólo han favorecido
a los bancos, bolsas, cajas, corporaciones han logrado al final convertir
a la democracia electoral, liberal, en una caricatura política al servicio de
los poderes facticos. Por eso hoy la Ciudadanía a nivel mundial lucha desde los
movimientos Sociales globalizados, por una Nueva Democracia Directa,
Participativa, Ciudadana, Cívica y Republicana.
***
Este cambio del juego tiene consecuencias para el
viejo Estado nacional. El establecimiento de las condiciones
óptimas para la acumulación del capital será la priorización política
decisiva. Pero también significa que la clase trabajadora, que sigue tratando
de resolver sus problemas dentro del Estado nacional, se malogrará. Es más
difícil ahora tanto a través del movimiento sindical como a través del juego
político lograr presionar el capital. Tendremos un poder del Estado que va
abandonado el control y la regulación de la economía para pasar a un control y
regulación del hombre. Que pasa de un ajuste de la economía a las necesidades
del hombre – hacia un ajuste de los hombres a las necesidades del mercado. En
estos años se está intensificando la disciplina, el control y la vigilancia de
los hombres. No solamente es el caso respecto a los desempleados, los
refugiados, los inmigrantes y los grupos marginados. El caos y el desorden
social originados por la polarización de la globalización en grupos ricos y
grupos pobres tendrán que controlarse y neutralizarse lo cual requiere más
control y vigilancia.
Desde anti-imperialismo hasta anti-capitalismo.
Creo que el desmantelamiento del orden mundial existente y la
construcción de un orden nuevo, deberá ir retirándose del ámbito del Estado
nacional e inter-nacional para convertirse en una lucha anti-capitalista
global. El Estado nacional se transforma de una forma que le hace menos apto
como base para la consolidación de la autodeterminación democrática. La
globalización del capital destruye la democracia nacional. En vez de ello
tenemos que desarrollar el ámbito local y global como campo de batalla. Tenemos
que convertirnos de ciudadanos nacionales a conciudadanos y ciudadanos
mundiales. En concreto tenemos en común esta planeta y sus problemas. La
construcción de una consciencia global y solidaridad son elementos necesarios
si hay que buscar una solución a estos problemas.
Un desarrollo democrático significa hoy en día una democratización
global que atraviesa el ámbito nacional, es decir una igualación de las
desigualdades económicas y políticas globales. El requisito es que se
establezcan formas más concretas de colaboración local y global integrales al
margen de las estructuras estatales. Las acciones locales deberán incorporarse
a una perspectiva global – y la estrategia global deberá materializarse en
acciones locales, porque en última instancia todo comercio se localiza. La
lucha por un nuevo orden mundial no enfoca, así, en una mejora del Estado
nacional existente ni en el establecimiento de un Estado mundial. Se trata de
establecer una nueva forma política que no sea la del Estado capitalista, con
nuevas relaciones entre lo local y lo global, entre organizaciones políticas
centrales y descentralizadas.
Fichas para una estrategia.
Las nuevas condiciones y el fracaso del modelo antiguo requieren una
estrategia nueva – que podría denominarse anti-capitalismo global. Las
condiciones objetivas para la movilización de tal estrategia son buenas,
entendido de la forma tal que existe una necesidad imperativa de cambios. La
autocracia del capitalismo no ofrece tranquilidad y orden. Los años venideros
serán caóticos. La gente está confusa, con ira, miedosa, frustrada, pero no
pasiva. La sensación de que algo está mal y que hay que accionar es fuerte,
igual que la sensación de que las formas tradicionales de accionar ya no
sirven. Las condiciones subjetivas son, en cambio, difíciles. La recesión de la
lucha anti-imperialista y el fracaso del socialismo real dificultan la
elaboración de alternativas y estrategias con fuerza de movilizar al pueblo.
Tendremos que convertir esta sensación de impotencia en un contra-poder. Pienso
que en estos años somos testigos de la conformación de una izquierda global que
se está formando a base de la consciencia de que es necesario formular una
estrategia nueva.
El neoliberalismo global ha convertido la estrategia antigua
nacional/estatal en un modelo anticuado, enfrentándonos a la vez con un
adversario común y concreto – un neoliberalismo globalizado. Son movimientos
conformados por grupos reprimidos, explotados y marginados en lucha contra un
orden mundial económico, que les hacen pobres y poderes de Estado que reprimen
y que no dejan espacio para democracia y autodeterminación, que constituyen el
propulsor de en esta nueva izquierda que está alboreando. A menudo están
anclados a nivel local y trabajan por una cosa determinada. Su perspectiva
global se manifiesta en reuniones como la de Chiapas en julio de este año. La
perspectiva global es más importante que nunca antes. Nuestros adversarios -el
capital- están mucho más globalizados que nosotros. Si no nos organizamos e
incorporamos el elemento global en la estrategia local, y si seguimos actuando
desde una perspectiva nacional, ellos pueden y en la práctica nos van a
dividir. No basta decir que nuestra lucha nacional contra el capital es nuestro
aporte a la lucha internacional, porque la arena nacional se está disolviendo.
El trabajo político por un cambio del mundo es eficiente a nivel local y
global, pero a través del Estado nacional no se puede lograr grandes cosas. No
sostengo que el poder de Estado sea insignificante, sino que en sí mismo no
constituye la fuente del poder. Sería tal vez más bien la cristalización del
poder. Una forma que reviste el poder en la cima de la pirámide, donde se unen
todas las estrategias y todas las tácticas. La fuente del poder radica en las
relaciones diarias entre los seres humanos. En micro-técnicas del poder. En la
disciplina y las normas que nos enseñan desde la casa cuna, el jardín infantil,
la escuela, la iglesia, la oficina de prestaciones sociales, en la fábrica, el
supermercado hasta los medios de comunicación, etc. La disciplina, que reina
sobre nuestros cuerpos y que establece normas para nuestras almas. En los
discursos que nos dicen lo que es correcto y lo que es incorrecto.
Cumbre Anti-capitalista,
anti-colonialista y anti-imperialista de los Pueblos, por la Liberación
Nacional y Social. Cochabamba. Bolivia. Agosto del 2013. Una estrategia para
salir del dominio del capitalismo salvaje hoy en crisis estructural sistémica.
***
En las ciencias que definen lo que es ciencia verdadera. Todas estas
estrategias se apoyan mutuamente y pueden unirse en instituciones tales como el
Estado, las compañías transnacionales, etc. El poder de las compañías
transnacionales yace en técnicas de disciplina y vigilancia de la producción y
del consumo. Vigilan la situación del mercado a través del capital, las
materias primas y las ventas. Tienen técnicas de disciplina y vigilancia de la
producción como tal. Nosotros nos adecuamos a la ley del mercado: Se trata de
vender caro y comprar barato. Respetamos la propiedad privada. Nuestra
identidad se crea a través del consumo privado, etc. Vivir es comprar. Esta
percepción del poder puede resultar difícil de manejar políticamente. ¿Cómo
enfrentar este poder “difuso” con el contrapoder. ¿Dónde y contra quién hay que
actuar? Serán el poder del Estado y sus funcionarios, las compañías
transnacionales, los que forman el poder. Pero por otro lado esta percepción
del poder impide la ilusión de que es posible liberarse del poder conquistando
el Estado y sustituyendo sus funcionarios.
Creo que hay que conceptuar el poder en dos niveles. Parte como relaciones
de micropoder y parte en la forma más tradicional como acciones realizadas por
personas concretas (el ministro, el director, el agente de policía), e
instituciones (el aparato estatal, las compañías transnacionales). Pero detrás
de todas estas personas, instituciones y organizaciones debemos recordar que
existe toda una red de relaciones de micropoder, que penetra toda la sociedad y
que es la manifestación concreta del poder. Sin embargo, siempre hay que tomar
en cuenta ambas perspectivas. El contrapoder debe necesariamente centrarse en
personas responsables, pero que entiendan que el poder no es suyo, sino que una
relación entre ellos y nosotros – entre nosotros y ellos. De esta forma el foco
y carácter del contra-poder deberá operar en ambos niveles en un proceso
continuo.
No creo que será posible cambiar el mundo radicalmente desde arriba a
través del poder del Estado. El poder tiene una base compleja. Tiene a su
disposición muchas técnicas. Tiene muchos lugares – también los lugares en que
nos encontramos nosotros. Tiene muchos practicantes – entre ellos nosotros
mismos. Pero también significa que la resistencia cuenta con una basa compleja.
Que la resistencia cuenta con muchos instrumentos a su disposición. Tiene
muchos centros de ataque – también donde nos encontramos nosotros. Tiene muchos
practicantes – entre ellos nosotros mismos. Pero esta percepción del poder a
dos niveles significa que hay que llevar dos luchas a la vez. Parte una lucha
por la vida diaria. Una lucha para mejorar nuestras condiciones de vida
actuales. Contra la pobreza y la represión. En este contexto el poder del
Estado es un factor esencial. Incluso lo podemos ganar y usar para realizar
reformas. Pero no sirve para hacer cambios radicales. Parte una lucha por
cambios radicales.
En este contexto el poder del Estado será un adversario feroz, contra
quien tenemos que defendernos y que tenemos que neutralizar, pero no es un
instrumento para cambios, como máximo una condición. La base para cambios
radicales se creen aquí, allá y por todos lados, donde hay relaciones humanas.
Requiere movilización a nivel local y global y de carácter muy variado.
Requiere diferentes ideas y visiones. No se trata tanto de ganar el poder sobre
algo o alguien, sino de crear poder para algo, crear posibilidades de resistir
y democratizar el poder del capital y desafiar y cambiar las practicas y
discursos, que lo legitiman y apoyan. “No es necesario conquistar el mundo ….
basta re-crearlo”. Las fuerzas del mercado no es una ley natural a la que tenemos
que adaptarnos tal como la ley de gravedad, sino una relación humana que
podemos cambiar – también desde abajo y aquí y ahora. Tenemos que combatir la
represión y control del poder del Estado.
Tenemos que buscar democracia, entendida como la influencia de los seres
humanos sobre su propia situación. Hemos tenido un análisis demasiado simple
del poder como algo centrado en el Estado. Una fe en que se trataba tan sólo de
ganar el poder del Estado, y a través de este poder cambiar la sociedad. El
poder del Estado es importante, pero la base del poder es mucho más compleja y
no está formada tan sólo por la policía y el ejército. Reviste muchas formas y
aparece en muchos lugares. Se encuentra incorporado en las normas, costumbres e
ideologías – en nuestras relaciones mutuas. Pero también significa que el
contrapoder puede desarrollar muchas formas y puntos de ataque, y tenemos que
estar conscientes al respecto y desarrollarlo mucho más en el futuro. Es la
construcción de alternativas, prácticas y organizaciones también dentro del
orden antiguo. Alternativas, que pueden tanto derrumbar el orden antiguo como
indicar nuevas posibilidades. De la misma manera que las estrategias de
micropoder se apoyan mutuamente y se unen en el aparto estatal podrán apoyarse
mutuamente y unirse las muchas caras del contrapoder en un proceso
revolucionario, que podrá hacer cambios radicales cuando existan las
condiciones para tales cambios. Cuando hayan fracasado las normas antiguas. Cuando ya no exista fe en los discursos existentes relativos
a lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, cuando ya no aguanten el orden
reinante cuando YA BASTA – como dicen en Chiapas.
*****
Torkil Lauesen.- Global Aktion
Griffenfeldsgade 35Copenhagen N. Denmark
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario