martes, 30 de octubre de 2018

AMÉRICA LATINA. EL POPULISMO. EL PROB LEMA SON LOS LÍDERES.

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EL POPULISMO DE IZQUIERDA ES UNA IDEOLOGÍA POLÍTICA que combina política de izquierda con retórica populistas. En este contexto, el populismo no es equiparable a demagogia, sino en el sentido académico de apoyo a los derechos y el poder de las personas en su lucha contra una élite privilegiada. La retórica de populismo de izquierda a menudo consta de sentimientos anti elitistas, oposición al sistema y hablar para la "gente". Los temas importantes para la izquierda populista normalmente incluyen anticapitalismojusticiasocialpacifismo y antiglobalización, mientras que la Ideología de la clase social  o la Teoría Socialista no es tan importante como para los partidos de la izquierda tradicional. La crítica al capitalismo y a la globalización estás ligadas al antiamericanismo a raíz de acciones de guerra de Estados Unidos impopulares, especialmente las de Oriente Próximo. Se ha considerado que la izquierda populista no excluye a los demás y confía en los ideales igualitarios. Algunos estudiosos señalan también a movimientos populistas de izquierda nacionalista, una característica exhibida por el kemalismo en Turquía por ejemplo. Para el apoyo de los partidos populistas de izquierda  a los derechos de las minorías entre otros, se ha usado el término "populismo inclusivo". Con el ascenso  del griego Syriza y el español Podemos durante la crisis de deuda europea, ha habido un creciente debate sobre el nuevo  populismo de Izquierda en Europa.

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Estamos en la plena obligación Política de establecer hoy - una clara diferencia Ideológica y Política- entre los Líderes Latinoamericanos de los primeros quince años del Nuevo Milenio, con la finalidad hoy de tener el argumento necesario  de la RESPONSABILIDAD POLÍTICA entre los Líderes POPULISTAS DE IZQUIERDA y los Líderes de IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. Que hicieron política, social y en lo económico en sus países, con  el objetivo estratégico de deslindar responsabilidades en  la Historia Política de Nuestra América y asumir plena y objetivamente  compromisos políticos frente al ascenso de FASCISMO, VÍA la Asfixiada Democracia Electoral, Liberal, Representativa.
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AMÉRICA LATINA. EL POPULISMO. 
EL PROBLEMA SON LOS LÍDERES.
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Juan J.Paz y Miño Cépeda.

ALAI. América latina en Movimiento.

Martes 30 de octubre del 2018.


La sociología histórica trató como populistas a varios procesos políticos sucedidos en América Latina: Getulio Vargas (1930-1945; 1951-1954) en Brasil, Lázaro Cárdenas (1934-1940) en México, Juan Domingo Perón (1946-1955; 1973-1974) en Argentina; además se incluyó a otros partidos y caudillos como el APRA fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre (1930) en Perú, y también a la Revolución Nacional de Bolivia (1952). En Ecuador habría que incluir a Concentración de Fuerzas Populares (CFP) fundado (1949) por el “capitán del pueblo” Carlos Guevara Moreno y a José María Velasco Ibarra, aunque en forma relativa, pues sus dos últimos gobiernos, a partir de 1960, no encajan en los populismos clásicos. He sostenido que también habría que incluir a los gobiernos de la Revolución Juliana (1925-1931).

El populismo clásico se caracterizó no solo por los liderazgos personales y la movilización de masas, sino porque esencialmente marcó el momento decisivo de la ruptura y superación del régimen oligárquico, frente al cual el desarrollo del capitalismo ya era un paso de avance y progreso, que es lo que no comprendieron los marxistas tradicionales, que atacaban a los populistas como simples expresiones de la modernización capitalista y del fortalecimiento de las burguesías.

Pero el término “populismo” fue adquiriendo distintos significados que igualmente se referían a diversas circunstancias, como puede advertirse en el capítulo que sobre el tema ofrece el libro Teoría, acción social y desarrollo en América Latina (1976), de Aldo Solari, Rolando Franco y Joel Jutkowitz una de las más serias síntesis sobre la ciencia social latinoamericana hasta la década de los setenta.

Hoy se califica como “populista” a cualquier expresión política que utilice el discurso con apelación a lo popular; pero el populismo actual no es más que una simple forma de hacer la política mediante acciones de reclutamiento, movilización, clientelismo o simple discurso. El término ha sido vaciado del contenido científico originario. Solo expresa fórmulas de captación social, al servicio de cualquier tendencia, desde la izquierda hasta la derecha.

Sin embargo, una obra como la de Axel Kaiser y Gloria Álvarez (El engaño populista, 2016) solo concibe la “ruina” de los países latinoamericanos como fruto del “populismo” de izquierda, que lo contraponen al proyecto de la “libertad” encarnado en la economía neoliberal, sin ver el desastre social que este tipo de “modelo” ha provocado en todos los países donde se ha implantado y éste sí en forma contraria a lo que ha ocurrido en los países de los “populismos” izquierdistas, en los que el Estado ha garantizado modernización y servicios a los ciudadanos, contra la hegemonía del capital.

Francis Fukuyama, el afamado politólogo que previó el “fin de la historia” en la era de la globalización, en su reciente libro Identity: The Demand for Dignity and the Politics of Resentment (2018), realiza un análisis especialmente significativo para el tiempo actual. Ha sostenido que no habría escrito este libro si Donald Trump no triunfaba. Y señala que el populismo ha sido útil en el pasado, aunque el problema son los líderes, pues Trump representa a los “oportunistas” que toman ventaja del descontento y de los miedos de muchos ciudadanos.

En pasadas entrevistas, Fukuyama subrayó que el auge del populismo “es sólo un aspecto en la evolución de la democracia moderna. Pero no cuestiona nada seriamente”; y, además, ubicó al presidente Andrew Jackson (1829-1837) como un ejemplo del “peor” populismo, pues durante su mandato (y mucho tiempo después) los EEUU tuvieron administraciones deficientes y corruptas. Pero en su libro cita como populismo “constructivo” al de Franklin Delano Roosevelt (1933-1945) y su política de New Deal. Un tipo de populismo “útil” en Ecuador sería el de la Revolución Juliana, cuyos gobiernos ejecutaron un programa social parecido al de Roosevelt.

En la línea argumental de Fukuyama, el ciclo de los gobiernos progresistas de América Latina bien podría tenerse como el de los populistas constructivos y útiles; en cambio serían los peores, los populismos neoliberales impulsados en la región en las décadas finales del siglo XX. El triunfo de Jair Bolsonaro en Brasil igualmente puede tenerse como el inicio del populismo nefasto para ese país y para América Latina. Y el “populismo cuántico” del Ecuador como otra experiencia de lo peor que le toca vivir al presente.

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Ecuador, lunes 29 de octubre de 2018 

- Juan J. Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. Blog Historia y Presente.

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