EL POPULISMO DE IZQUIERDA ES UNA IDEOLOGÍA POLÍTICA que combina política de izquierda con
retórica populistas. En
este contexto, el populismo no es equiparable a demagogia,
sino en el sentido académico de apoyo a los derechos y el poder de las personas
en su lucha contra una élite privilegiada. La retórica de populismo de izquierda a menudo consta de sentimientos
anti elitistas,
oposición al sistema y hablar para la "gente". Los temas importantes
para la izquierda populista normalmente incluyen anticapitalismo, justiciasocial, pacifismo y antiglobalización, mientras que la
Ideología de la clase social o la Teoría
Socialista no es tan importante como para los partidos de la izquierda tradicional. La crítica al
capitalismo y a la globalización estás ligadas al antiamericanismo a
raíz de acciones de guerra de Estados Unidos impopulares, especialmente las de
Oriente Próximo. Se ha considerado que la izquierda populista no
excluye a los demás y confía en los ideales igualitarios. Algunos
estudiosos señalan también a movimientos populistas de izquierda nacionalista,
una característica exhibida por el kemalismo en Turquía por
ejemplo. Para el apoyo de los partidos populistas de izquierda a los
derechos de las minorías entre otros, se ha usado el término "populismo
inclusivo". Con el ascenso del griego Syriza y el español Podemos durante la crisis de deuda
europea, ha habido un creciente debate sobre el nuevo populismo
de Izquierda en Europa.
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Estamos en la plena obligación Política de establecer hoy - una clara diferencia Ideológica y Política- entre los Líderes Latinoamericanos de los primeros quince años del Nuevo Milenio, con la finalidad hoy de tener el argumento necesario de la RESPONSABILIDAD POLÍTICA entre los Líderes POPULISTAS DE IZQUIERDA y los Líderes de IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. Que hicieron política, social y en lo económico en sus países, con el objetivo estratégico de deslindar responsabilidades en la Historia Política de Nuestra América y asumir plena y objetivamente compromisos políticos frente al ascenso de FASCISMO, VÍA la Asfixiada Democracia Electoral, Liberal, Representativa.
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AMÉRICA LATINA. EL
POPULISMO.
EL PROBLEMA SON LOS LÍDERES.
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Juan J.Paz y Miño Cépeda.
ALAI. América latina en Movimiento.
Martes 30 de octubre del 2018.
La sociología histórica trató como populistas a
varios procesos políticos sucedidos en América Latina: Getulio Vargas (1930-1945; 1951-1954)
en Brasil, Lázaro Cárdenas (1934-1940) en México,
Juan Domingo Perón (1946-1955;
1973-1974) en Argentina; además se
incluyó a otros partidos y caudillos como el APRA fundado por Víctor Raúl
Haya de la Torre (1930) en Perú,
y también a la Revolución Nacional de
Bolivia (1952). En Ecuador
habría que incluir a Concentración de Fuerzas Populares (CFP) fundado (1949)
por el “capitán del pueblo” Carlos
Guevara Moreno y a José María Velasco Ibarra, aunque en forma relativa,
pues sus dos últimos gobiernos, a partir de 1960, no encajan en los populismos clásicos. He sostenido que
también habría que incluir a los gobiernos de la Revolución Juliana (1925-1931).
El populismo clásico se caracterizó no
solo por los liderazgos personales y la movilización de masas, sino porque
esencialmente marcó el momento decisivo de la ruptura y superación del régimen
oligárquico, frente al cual el desarrollo del capitalismo ya era un paso de
avance y progreso, que es lo que no
comprendieron los marxistas tradicionales, que atacaban a los populistas como simples expresiones de
la modernización capitalista y del fortalecimiento de las burguesías.
Pero el término “populismo” fue adquiriendo distintos significados que
igualmente se referían a diversas circunstancias, como puede advertirse en el
capítulo que sobre el tema ofrece el libro Teoría, acción social y desarrollo en América
Latina (1976), de Aldo
Solari, Rolando Franco y Joel Jutkowitz una de las más serias síntesis
sobre la ciencia social latinoamericana hasta la década de los setenta.
Hoy se
califica como “populista” a
cualquier expresión política que utilice el discurso con apelación a lo
popular; pero el populismo actual no es más que una simple forma de hacer la política mediante acciones de reclutamiento,
movilización, clientelismo o simple discurso. El término ha sido
vaciado del contenido científico originario. Solo expresa fórmulas de captación social, al
servicio de cualquier tendencia, desde la izquierda hasta la derecha.
Sin
embargo, una obra como la de Axel Kaiser
y Gloria Álvarez (El engaño populista, 2016) solo concibe la “ruina”
de los países latinoamericanos como fruto del “populismo” de izquierda, que lo contraponen al proyecto de la “libertad” encarnado en la economía
neoliberal, sin ver el desastre social que este tipo de “modelo” ha provocado en todos los países donde se ha implantado y
éste sí en forma contraria a lo que ha ocurrido en los países de los “populismos” izquierdistas,
en los que el Estado ha garantizado
modernización y servicios a los ciudadanos, contra la hegemonía del capital.
Francis Fukuyama, el afamado politólogo que
previó el “fin de la historia” en la
era de la globalización, en su reciente libro Identity: The Demand for Dignity and the
Politics of Resentment (2018), realiza un análisis
especialmente significativo para el tiempo actual. Ha sostenido que no habría
escrito este libro si Donald Trump no triunfaba.
Y señala que el populismo ha sido útil en el pasado, aunque el problema son los
líderes, pues Trump representa a los
“oportunistas” que toman ventaja del
descontento y de los miedos de muchos ciudadanos.
En pasadas entrevistas, Fukuyama subrayó que el auge del populismo “es sólo un aspecto en la
evolución de la democracia moderna. Pero no cuestiona nada seriamente”;
y, además, ubicó al presidente Andrew
Jackson (1829-1837) como un ejemplo del “peor” populismo, pues durante su mandato (y mucho tiempo después)
los EEUU tuvieron administraciones
deficientes y corruptas. Pero en su libro cita como populismo “constructivo” al
de Franklin Delano Roosevelt
(1933-1945) y su política de New Deal.
Un tipo de populismo “útil” en Ecuador sería
el de la Revolución Juliana, cuyos
gobiernos ejecutaron un programa social parecido al de Roosevelt.
En la línea argumental de Fukuyama, el ciclo
de los gobiernos progresistas de América
Latina bien podría tenerse como el de los populistas constructivos y
útiles; en cambio serían los peores, los populismos neoliberales impulsados en
la región en las décadas finales del siglo
XX. El triunfo de Jair Bolsonaro en
Brasil igualmente puede tenerse como el inicio del populismo nefasto para
ese país y para América
Latina. Y el “populismo cuántico” del Ecuador como otra experiencia de lo peor
que le toca vivir al presente.
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Ecuador, lunes 29 de octubre de 2018
- Juan J.
Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del
Taller de Historia Económica. Blog Historia y Presente.
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