AMÉRICA LATINA EL CONTINENTE MÁS VIOLENTO DE CIUDADDES MÁS INSEGURAS Y
DE MAYOR NÚMERO DE SECUESTROS, ASESINATOS. Ciudades tomadas
y controladas por las Mafias del Crimen Organizado - violencia callejera, el crimen
organizado y la violencia de las pandillas.- además de los carteles de la Droga. AMÉRICA
LATINA EL CONTINENTE DE LA POBLACIÓN MÁS
JOVEN DEL MUNDO, pero también el continente más DESIGUAL –económico-social y multidimensional – del MUNDO, Tenemos presente un continente
donde el 100% de los Gobiernos,
siguen, continua el privilegio de mantener el “Viejo e histórico modelo EXTRACTIVO EXPORTADOR de MATERIAS PRIMAS”
heredado desde la colonia. Basamos nuestras
economías en los precios internacionales de los COMMODITIES petróleo, minería, gas, recursos marinos,
agro-exportación. Hemos tenido una década
– 2005 – 2015 – de crecimiento
macro-económico, que básica y fundamentalmente ha favorecido a una élite empresarial
y una “nueva”
oligarquía financiero-comercial-exportadora. Hoy somos el Continente
más DESIGUAL, más VIOLENTO, más
INSEGURO, de CIUDADES – tomadas, capturadas por mafias, pandillas, carteles del crimen organizado –
LA INSEGURIDAD ES TAN COTIDIANA Y VIOLENTA QUE LA VIDA, pareciera NO tener valor alguno,- Estados
patriarcales, violentos, - Gobiernos
corruptos y avance incontenible de la narco-política
así como las mafias de la minería
criminal – Realidad contaminada, vil, destructiva, donde están presentes
los secuestros y asesinatos de DIRIGENTES
POPULARES, SINDICALES, PERIODISTAS, MUJERES DIRIGENTES (OTRO FEMINICIDIOS) DOCENTES, UNIVERSITARIOS, POLÍTICOS, en
general Ciudadanos que cuestionan el
MODELO imperante del neoliberalismo –
podrido por la
CORRUPCIÓN – pero la respuesta es el CRIMEN, SECUESTRO, TORTURA
que hoy está presente en sus diversas modalidades en América latina.
Sin embargo, lo más terrible es hoy que los Gobiernos y Gobernantes
de turno han destruido la DEMOCRACIA - en varios países – hasta el límite de
una DEMOCRACIA FALLIDA - así mismo sus
“políticas” – copadas, compradas,
por la narco-política - han llevado
al Estado
– hacia un ESTADO INVIABLE y un NARCO-ESTADO-
Señores, analizando, reflexionando sobre esta controvertida y violenta realidad ha generado en la AMERICA LATINA de hoy el continente – de mayor nivel – de CORRUPCIÓN y
destrucción de la INSTITUCIONALIDAD.
Hoy
los Políticos que ingresan, que están presentes en los procesos electorales, represente una de las prioridades
más importantes y urgentes la POLÍTICA: SEGURIDAD CIUDADANA, lucha frontal contra la CORRUPCIÓN y considerar como
prioritario el problema de la JUVENTUD
EN AMÉRICA LATINA. Trabajo y Salarios, Empleo digno, Educación, Salud,
Medio Ambiente, Cultura, Transporte, El gran desafío del presente milenio es la
Defensa y protección de la MADRE TIERRA,
- frente al ataque frontal, que impone el Gran
Capital Corporativo Global, - el capitalismo del desastre - a través de sus
diversas formas de acumulación del gran
capital. Es importante y urgente trabajar en forma organizada y unificada, LOCAL-GLOBAL frente al Cambio Climático
- sus terribles consecuencias como explosión
de volcanes, Tsunamis, lluvias,
-inundaciones - sequías, medio
ambiente por encima de los 40 grados, CALOR
– o lo contrario por debajo de los 30 a
45 grados –HIELO. Pero en estas
condiciones económico-sociales del Continente es - todo
un reto, una alternativa viable – el
construir CIUDADES
SUSTENTABLES – Educación,
Salud, Transporte, Trabajo, modernidad, espacios públicos – que nos permita
trabajar en el presente milenio, participando activamente desde las bases,
organizando sectores diversos de la Sociedad
Civil, con el objetivo estratégico de recuperar la CONFIANZA CIUDADANA en la Política,
en la “clase política” en la Representación y principalmente en la toma de conciencia y responsabilidad de forjar nuevas Instituciones
que garanticen el Derecho al Futuro de nuestros Pueblos en Nuestra AMÉRICA, la
PATRIA GRANDE.
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CRIMINOLOGÍA, SEGURIDAD Y
POLÍTICAS EN AMÉRICA LATINA.
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Miguel
Ángel Barrios.
ALAI-
América latina en Movimiento.
Jueves
27 de setiembre del 2018.
La seguridad se halla al tope de la
agenda en la tensa campaña presidencial que definirá el próximo presidente de Brasil el 7 de octubre.
Con niveles de violencia con un
registro de 64 mil asesinatos en 2017, el asunto se torna central en el debate
electoral.
Es una de las principales banderas
de Jair Bolsonaro (PSL) que propone
revisar el Estatuto de Desarme y reducir la imputabilidad penal a partir de los
16 años. Desde un grupo de Diputados se afirma la necesidad de aumentar
la eficiencia y eficacia de la Inteligencia en las fuerzas de seguridad del
país. El petista Fernando Haddad
proyecta una actuación efectiva de la Policía Federal contra el crimen
organizado. Ciro Gómez (PDT),
defiende la implementación de una Escuela Nacional de Seguridad Pública. El
tucano Gerardo Alckmin pretende que
se cree una Guardia Nacional y Marina
Silva (Rede) propone el aumento de efectivos militares en función de
seguridad. (Folha de Sao Paulo.25 de
Setiembre de 2018, p. 1).
Para comprender este debate, nos
parece necesario contextualizarlo desde una mirada latinoamericana.
En
América Latina vive
el 8% de la población del mundo,
pero concentra el 33 % de los homicidios
del mundo. La tasa regional de asesinatos es de 21,5 % por cada 100 mil
habitantes, más de tres veces el promedio global, que es del 7%.Por la
combinación de su gran violencia y la cantidad de población, Brasil, Colombia, México y Venezuela
concentran 1 de cada 4 homicidios globales, es decir la cuarta parte de todos
los que suceden en el planeta.
Estas cifras surgen del último
informe del think tank sobre
Latinoamérica (Igarape Institute sobre la seguridad ciudadana https://igarape.org
)
Según datos de 2016 de Igarape Institute, 43
de las 50 ciudades con mayor tasa de homicidios
en el mundo están situados en América Latina.
Por países, los datos son igualmente
negativos para la región, 17 de los 20
países con mayor tasa de asesinatos en todo el mundo son latinoamericanos.
Otro dato preocupante: entre 2000 y 2016, más de 2,5 millones de latinoamericanos han
muerto de forma violenta, la mayoría de ellos por homicidios intencionales,
según el citado reporte.
El thint thank
llama además la atención sobre la edad de los asesinados: la mitad de ellos
tienen entre 15 y 19 años. Y además,
las encuestas de victimización indican que la violencia contra las
mujeres y los niños es generalizado. En este plano, es tan llamativo, que en
las encuestas surge que los ciudadanos consideran más dañina a la violencia
hacia la mujer y los niños que a las menciones a la violencia callejera, el crimen
organizado y la violencia de las pandillas.
En pocas palabras, de forma
urgente hay que generar políticas
proactivas para fortalecer la seguridad
ciudadana en toda la región y establecer
prioridades, así como invertir en medidas de prevención no policial, enfatizar en dar oportunidades laborales a grupos de
riesgo, reforzar la cohesión social
e invertir en tecnologías de seguridad
pública pero que sean evaluadas -y no se conviertan en un negocio- para
medir su rendimiento.
En el rubro secuestro, México
contabiliza más de 10.000 secuestros
por día en menos de seis años: seis rapto por día.
En este escenario, ya metiéndonos de
lleno en Brasil,
podemos afirmar que la tasa de
homicidios cruzó por primera vez en su historia la barrera de 30 homicidios
por cada 100 mil habitantes y en la última década se calcula que han muerto
553.000 personas por violencia intencional.
El número de asesinatos es un 26 % superior al registrado en la década anterior,
lo que convierten a Brasil en uno de
los países más peligrosos del mundo, según el Informe del Fórum Brasileiro de
Seguranza Pública en su Atlas de la Violencia 2.018.
Solo en 2016 hubo 62.517 muertes violentas, en su mayoría jóvenes negros de entre 15 y 29 años en situación de pobreza,
grupo que experimentó una escalofriante tasa de homicidios de 281 cada 100 mil
habitantes.
La
tasa nacional, un
promedio de todo el país, casi 30 veces
más que el promedio de Europa y muy por encima de sus vecinos,
especialmente en Paraguay (9,29%), Argentina (6,53%) y Uruguay (8 %), según datos de la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga
y el Delito (https://www.unov.org/unov/es/unodc.html ).
El
Estado más peligroso de Brasil
parece ser Servir,
en el nordeste, donde se registró una tasa de 64,7% cada 100.000 habitantes, seguido por Alagoas con 54,2% y Río
Grande do Norte con 14,2% y Minas
Gerais, con 22%, ambos en el sureste.
Por lo que podemos ver, la criminalidad y el narcotráfico se ha
convertido en un riesgo en nuestra región y no podemos evadirnos o negar la
situación. Abordarla urgente, desde nuestros diagnósticos y capacidades,
constituye la mejor respuesta ante el intento de la República Imperial de imponer su agenda bajo la híbrida categoría
de "nuevas amenazas" en
una reactualizacion militar de la doctrina
Monroe de militarización de América
del Sur y de policializacion de las FFAA. Ello lo desarrollamos
estratégicamente en nuestro libro "Geopolitica
de la Seguridad en América Latina". (Barrios, Miguel
Ángel-Coordinador-, Emmerich, Norberto, Torres, Yesenia, Geopolitica de la
Seguridad en América Latina.Biblos.BsAs.2.017).
Nunca como ahora tuvimos la
posibilidad de que nazcan Estados
criminales en América Latina. Regiones de América Central y Méjico son casos a observar.
Hemos sostenido en Geopolítica de la Seguridad de América Latina que el narcotráfico y el crimen organizado poseen los mismos atributos que
un Estado:
territorialidad, regulación de "leyes", la fuerza y
sustentabilidad. Y por lo tanto, no es un actor económico sustentado en redes criminales, sino un sujeto político económico cuyo
potencial consiste en fragmentar el territorio.
El
Estado criminal es
imposible sin connivencia en sectores de la política, de la justicia, de la policía y del
"empresariado". Por lo tanto, no es consecuencia de una amenaza
externa sino de debilidades institucionales y de ausencia de políticas claras
integrales y de una corrupción sin patria.
Consideramos fundamental en una política de seguridad ciudadana, un
abordaje institucional integral desde la capacitación
de las fuerzas policiales en policiamiento preventivo acompañado
multiagencialmente por el Estado,
creación de unidades de investigación de delitos complejos, prevención
local comunitaria no policial, creación de un servicio civil de inteligencia
financiera.
Pero nada servirá sin una ley clara sobre el financiamiento de la
política, otra sobre la regulación
de la obra pública para evitar la cartelizacion,
controlar casinos y juegos de azar, y penalizar el cohecho activo-activo a la
persona jurídica y a la persona empresarial.
Por supuesto decirlo es fácil, pero
en esta tarea se juega nuestro destino y el gran dilema de Perón: "Unidos o Dominados”, hoy es "Estado Continental o Narcodemocracias".
¡Bienvenido el debate en
Brasil!
Miguel Ángel Barrios -Argentina- es doctor en
educación y en ciencia política. Autor de reconocidas obras sobre América
Latina.
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