AMÉRICA LATINA EN EL ESCENARIO MUNDIAL DE UN MUNDO EN DESORDEN
ABSOLUTO.- América
Latina es el Continente de mayor Desigualdad Económico-social del mundo, el
continente de Población más joven; el continente de Ciudades más
violentas e inseguras del mundo; el continente de mayor número de Asesinatos
de Dirigentes Populares, Periodistas, Universitarios, Políticos; el
continente de mayor número de Feminicidios del mundo y hoy se "convierte" en
el continente de mayor inseguridad Política - injerencia política y violación de la Soberanía Nacional - por
parte de las políticas imperiales del señor TRUMP, y su intento de "transformar América latina en el
"nuevo" Vietnam", con el cuento de "salvar la Democracia y la "Libertad de los
Pueblos". Por su puesto cuenta con el servilismo del Poder
Mediático de toda la prensa latinoamericana, perteneciente o
"militante" de la SIP. Sociedad
Interamericana de Prensa. Los Medios de las Grandes Corporaciones.
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América Latina es el Continente de mayor Desigualdad Económico-social del mundo, el continente de Población más joven; el continente de Ciudades más violentas e inseguras del mundo; el continente de mayor número de Asesinatos de Dirigentes Populares, Periodistas, Universitarios, Políticos; el continente de mayor número de Feminicidios del mundo y hoy se "convierte" en el continente de mayor inseguridad Política - injerencia política y violación de la Soberanía Nacional - por parte de las políticas imperiales del señor TRUMP, y su intento de "transformar América latina en el "nuevo" Vietnam", con el cuento de "salvar la Democracia y la "Libertad de los Pueblos". Por su puesto cuenta con el servilismo del Poder Mediático de toda la prensa latinoamericana, perteneciente o "militante" de la SIP. Sociedad Interamericana de Prensa. Los Medios de las Grandes Corporaciones.
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LA ENCRUCIJADA ECONÓMICA DE AMÉRICA
LATINA.
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Hedelberto López Blanch.
Rebelión lunes 4 de febrero del 2019.
América Latina está envuelta en una gran
encrucijada, con el predominio de un mundo globalizado, plagado de políticas
neoliberales al que se unen las amenazas del regreso a la guerra fría impulsada
por Estados Unidos contra Rusia y China.
En este contexto y sin que aún el planeta se haya
recuperado de la crisis económico-financiera que comenzó por Washington en
2008, ahora se suma el surgimiento en la región de regímenes ultra
conservadores, los cuales impulsan privatizaciones y reducciones de programas sociales
en detrimento de sus pobladores y sí apuestan por enriquecer más a las fuerzas
oligárquicas criollas y a las compañías transnacionales.
El último informe de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) indica que el año 2019 se vislumbra como un
período en el que lejos de disminuir, las incertidumbres económicas mundiales
serán mayores, provenientes de distintos frentes. Esto repercutirá en el
crecimiento de las economías de América Latina y el Caribe las que, en
promedio, se expandirían solo 1,7%, con grandes diferencias entre ellas.
Ese organismo regional prevé que los países de
América Latina y el Caribe enfrentarán un escenario económico mundial complejo
en los próximos años, con una reducción de del crecimiento, tanto de los países
desarrollados como de las economías emergentes, acompañada por un aumento en la
volatilidad de los mercados financieros internacionales. A esto se suma el
debilitamiento estructural del comercio internacional, agravado por las
tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China.
Analicemos que sin agresiones ni imposiciones sino
con una política de diplomacia, Beijing se ha ido introduciendo en América
Latina, una región que por décadas Estados Unidos la controlaba como su
traspatio trasero y ahora quiere recuperarla con políticas coercitivas y
anexionistas.
Las relaciones comerciales entre el gigante
asiático y América Latina han cambiado progresivamente en los años recientes y
China hoy aparece como el principal socio comercial de Brasil, Chile, Uruguay y
Perú y el segundo de México, Argentina, Cuba y Venezuela.
A esto se agrega que Beijing, por medio de su
presidente Xi Jinping ha asegurado que se aumentará la inversión en la región
en 250 000 millones de dólares para los próximos diez años así como el comercio
que en una década llegará a los 500 000 millones de dólares.
Esa es la mala noticia para Washington cuyo
presidente Donald Trump esta haciendo todo lo posible por tratar de
contrarrestar a este fuerte contrincante para lo cual se ha lanzado a apoyar
golpes de estado o parlamentarios en la región y campañas de descrédito contra
lideres nacionalistas que pudieran alcanzar la presidencia en algún país.
Datos de organismos internacionales señalan que el
comercio entre la región y China se multiplicó por 22 veces entre 2000 y 2013 y
en 2017 alcanzó los 266 000 millones de dólares lo que significa un avance del
53 % respecto a la meta de 500 000 millones de dólares fijada para alcanzarla
en 2025.
En 2018 la región aumentó sus exportaciones a China
en 28 % superando los envíos de productos hacia cualquier otra parte del mundo
y han crecido en 30 % las importaciones desde ese país.
Beijing ha proporcionado financiamiento en la
última década a la región por un monto que alcanza los 141 000 millones de dólares,
superior al recibido por instituciones como el Banco Interamericano de
Desarrollo o el Banco Mundial.
Los gobiernos de derecha pro estadounidenses de
Brasil, Argentina y Perú tendrán que pensar bien a la hora de tomar una
decisión hacia Beijing pues el 80 % de la inversión del gigante asiático en
minería e hidrocarburos en la región se destinó hacia esas naciones.
En su informe anual, la CEPAL titulado Panorama
Social de América Latina, afirma que la pobreza extrema ha alcanzado su nivel
más alto desde 2008, y la proporción de personas en situación de pobreza
extrema continuó creciendo.
El nivel de pobreza pasó del 9,9 % de la población
en 2016 al 10,2 % en 2017, equivalente a 62 millones de latinoamericanos, y la
tasa de pobreza —medida por ingresos— se mantuvo en el 30,2 %, equivalente a
184 millones de personas.
También subrayó que pese a los avances entre la
década pasada y mediados de la presente, desde 2015 se han registrado
retrocesos.
Y no es para menos pues si a principios del siglo
XXI tomaron impulso gobiernos progresistas y nacionalistas que llevaron
adelante políticas sociales a favor de la mayoritaria población empobrecida
como ocurrió en más de dos decenas de naciones de América Latina y el Caribe,
en los últimos años la situación se ha revertido en algunos, cuyos gobiernos
han vuelto a imponer regímenes que van en contra de los intereses de sus
pueblos.
Bajo estas condiciones, lo más probable es que en
los próximos años la pobreza alcance niveles más elevados en la región como ya
está ocurriendo en Brasil, Argentina, Honduras o Perú. Esperemos que los pueblos puedan despertar de
este lamentable letargo.
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