En la fábrica del odio se produce la necesidad de
crear enemigos y de producir las armas que los eliminen eficazmente. Los
enemigos no son aquellos poderes que el pensamiento crítico izquierdista
satanizó: el capitalismo, el colonialismo y el heteropatriarcado. Los
verdaderos enemigos son aquellos que hasta ahora se disfrazaron de amigos,
todos aquellos que inventaron la idea de opresión y movilizaron a los ingenuos
(por desgracia, una buena parte de la población mundial) para la lucha contra
esa opresión. se disfrazaron de demócratas, de defensores de los derechos
humanos, del estado de derecho, de acceso al derecho, de diversidad cultural,
de igualdad racial y sexual. por eso son tan peligrosos. el odio implica el
rechazo a discutir con los enemigos. a los enemigos se los elimina.
En la fábrica del miedo se produce la inseguridad y
los artefactos ideológico-mentales que producen seguridad, la cual, para ser
infalible, necesita de vigilancia permanente y de constante renovación de las
tecnologías de la seguridad. el objetivo de la fábrica del miedo es erradicar
la esperanza. Busca convertir el actual estado de cosas en el único posible y
legítimo, contra el cual solo por locura o utopía disparatada se puede luchar.
no se trata de validar todo lo que existe. se trata de limpiar, de lo que existe,
todo lo que impidió la perpetuación del pasado glorioso.
El capitalismo en la era neoliberal - capitalismo salvaje - crea, funda, genera, escenarios de Fábricas de odio, racismo, discriminación, en especial contra poblaciones más vulnerables, al interior de una sociedad sin valores, - personales y sociales - sociedad globalizada hoy con la más vil, inhumana y salvaje Desigualdad Económico-social, Cultural.. Sociedad donde crece la violencia, el odio y la "comparsa" para negar esta realidad desde un "mundo oficial" lleno de "fake-news" o noticias falsas.
***
LAS INCESANTES FÁBRICAS DEL
ODIO, DEL MIEDO Y LA MENTIRA.
*****
Buenaventura de Sousa Santos.
ALAINET.
Miércoles 20 de febrero del 2019.
Cuando el
respetado Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos humanos, ZEID RA’AD AL HUSSEIN, renunció al
cargo en 2018, la opinión Pública mundial fue manipulada para no prestar
atención al hecho y mucho menos evaluar su verdadero significado. Su
nombramiento para el cargo en 2014 fue un hito en las Relaciones Internacionales. Era el primer asiático, árabe y musulmán que ocupaba el cargo
y lo desempeñó de manera brillante hasta el momento en que decidió dar un
portazo por no querer ceder a las presiones que desfiguraban su cargo,
desviándolo de su misión de defender a las víctimas de violaciones de derechos
humanos para volverlo cómplice de tales violaciones perpetradas por estados con
peso en el sistema mundial.
En su discurso y entrevistas de despedida se
mostraba indignado con el modo en que los derechos humanos se venían
transformando en parias de las relaciones internacionales, obstaculizados por
las estrategias autoritarias y unilaterales de dominio geoestratégico. Reconocía
que el ejercicio de su cargo le obligaba a oponerse a la mayoría de los países
que habían aprobado su nombramiento bajo pena de traicionar su misión. También
llamaba la atención sobre el hecho de que el perfil de la ONU reflejaba fielmente el tipo dominante de relaciones
internacionales y que, por ello, tanto podía ser una organización brillante
como una organización patética, dando a entender que este último perfil era el
que empezaba a regir. era un grito de alerta sobre los peligros que el mundo
corría con el avance de populismos nacionalistas de derecha y de extrema
derecha que hace mucho venía señalando. al denunciar la creciente
vulnerabilidad de una buena parte de la población mundial sujeta a graves
violaciones de derechos humanos, él mismo se volvió vulnerable y tuvo que
abandonar el cargo. El grito de alerta cayó en el silencio de la diplomacia, de
los alineamientos y de las conveniencias típicas del internacionalismo patético
que había denunciado.
Todo esto ocurrió en el año en que se celebraban
los setenta años de la declaración universal de los derechos humanos y en el
que muchos, incluido yo mismo, defendían la necesidad de una nueva declaración,
más sólida y más verdaderamente universal. esta necesidad se mantiene, pero en
este momento lo más importante es identificar las fuerzas y los procesos que
están bloqueando la declaración actual y la convierten en un documento tan
desechable como las poblaciones vulnerables sometidas a las violaciones de los
derechos humanos que la declaración pretendía defender. cabe recordar que esta
declaración pretendía mostrar la superioridad
moral del capitalismo frente al comunismo. el capitalismo prometía, al igual
que el comunismo, el creciente bienestar de poblaciones cada vez mayores,
pero lo hacía con respeto a los principios de la revolución francesa: igualdad,
libertad y fraternidad. era el único sistema compatible con la democracia y los
derechos humanos.
Sin embargo, la ola conservadora y reaccionaria que
asola al mundo es totalmente opuesta a la Filosofía que presidió la elaboración
de la declaración universal y constituye una seria amenaza para la democracia.
se basa en la exigencia de una doble disciplina autoritaria y radical que no se
puede imponer por procesos democráticos dignos del nombre. se trata de la
disciplina económica y de la disciplina ideológica. la disciplina económica
consiste en la imposición de un capitalismo autorregulado, movido exclusivamente
por su lógica de incesante acumulación y concentración de la riqueza, libre de
restricciones políticas o éticas; en síntesis, el capitalismo que suele
designarse como capitalismo salvaje. la disciplina ideológica consiste en la
inculcación de una percepción o mentalidad colectiva dominada por la existencia
de peligros inminentes e imprevisibles que alcanzan a todos por igual y
particularmente a los colectivos más cercanos, ya sean la familia, la comunidad
o la nación. Tales peligros crean un miedo inquebrantable del extraño y del
futuro, una inseguridad total ante un desconocido avasallador. en tales
condiciones, no resta más seguridad que la de regresar al pasado glorioso, el
refugio en la abundancia de lo que supuestamente fuimos y tuvimos.
Dr. Buenaventura de Sousa Santos, reconocido Maestro Universitario, Dr, en Sociología, Investigador Científico-Social y uno de los representantes mundiales de la Sociología Jurídica.
***
Ambas disciplinas son tan autoritarias que
configuran dos guerras no declaradas contra la gran mayoría de la población
mundial, las clases populares miserabilizadas y las clases medias empobrecidas. Esta doble guerra exige un vastísimo complejo ideológico-mental propagado por
todo el mundo, incluyendo nuestros barrios, nuestras casas y nuestra intimidad.
son tres las fábricas principales de este complejo: la fábrica del odio, la
fábrica del miedo y la fábrica de la mentira.
En la fábrica del odio se produce la necesidad de
crear enemigos y de producir las armas que los eliminen eficazmente. Los
enemigos no son aquellos poderes que el pensamiento crítico izquierdista
satanizó: el capitalismo, el colonialismo y el heteropatriarcado. Los
verdaderos enemigos son aquellos que hasta ahora se disfrazaron de amigos,
todos aquellos que inventaron la idea de opresión y movilizaron a los ingenuos
(por desgracia, una buena parte de la población mundial) para la lucha contra
esa opresión. se disfrazaron de demócratas, de defensores de los derechos
humanos, del estado de derecho, de acceso al derecho, de diversidad cultural,
de igualdad racial y sexual. por eso son tan peligrosos. el odio implica el
rechazo a discutir con los enemigos. a los enemigos se los elimina.
En la fábrica del miedo se produce la inseguridad y
los artefactos ideológico-mentales que producen seguridad, la cual, para ser
infalible, necesita de vigilancia permanente y de constante renovación de las
tecnologías de la seguridad. el objetivo de la fábrica del miedo es erradicar
la esperanza. busca convertir el actual estado de cosas en el único posible y
legítimo, contra el cual solo por locura o utopía disparatada se puede luchar.
no se trata de validar todo lo que existe. se trata de limpiar, de lo que existe,
todo lo que impidió la perpetuación del pasado glorioso.
Por su parte, en la fábrica de la mentira se
producen los hechos y las ideas alternativas a todo lo que pasó por verdad o
búsqueda de verdad, como las ideas de igualdad, de libertad negativa (libertad
de coerciones) y positiva (libertad para realizar objetivos propios, no
impuestos ni teledirigidos), de estado social de derecho, de violencia como
negación de la democracia, de diálogo y reconocimiento del otro como
alternativa a la guerra, de los bienes comunes como el agua, la educación, la
salud, el medio ambiente saludable. esta fábrica es la más estratégica de
todas, porque es aquella en la cual los artefactos ideológico-mentales tienen
que empaquetarse y disfrazarse de no ideológicos. su mayor eficacia reside en
no decir la verdad respecto a sí misma.
La proliferación de estas tres fábricas es el motor
de la ola reaccionaria que vivimos. la proliferación tiene que ser la mayor
posible para que nosotros mismos nos volvamos emprendedores del odio, del miedo
y de la mentira; para que deje de haber diferencia entre producción,
distribución y consumo en la propagación de esta vasta disciplina ideológica. Los medios de comunicación hegemónicos, la “comentariología”, las redes
sociales y sus algoritmos, y las iglesias seguidoras de la teología de la
prosperidad, son poderosas líneas de montaje. pero esto no significa que las
piezas que circulan en las líneas de montaje se produzcan de manera Anárquica
en todo el mundo. hay centros de innovación y renovación tecnológica para la
producción masiva de artefactos ideológico-mentales cada vez más sofisticados.
esos centros son los Silicon Valleys del odio, del miedo y la mentira. las
tecnologías se desarrollaron originalmente para servir a dos grandes clientes: los
militares y sus guerras, y el consumo de masas; pero hoy los clientes son mucho
más diversificados e incluyen la manipulación sicológica, la opinión pública,
el marketing político, el disciplinamiento moral y religioso. la sofisticación
tecnológica está orientada a colapsar la distancia con la proximidad (tuits y
soundbites), la institucionalidad con lo subliminal (mediante la producción en
masa de máxima personalización), la verdad con la mentira o la media verdad
(hipersimplificaciones, banalización del horror, transmisión selectiva de
conflictos sociales).
En un momento en que se dice que estamos en
vísperas de una nueva revolución tecnológica dominada por la inteligencia
artificial, la automatización y la robótica, queda la idea de que las
incesantes fábricas del odio, del miedo y la mentira están queriendo orientar
la revolución tecnológica en el sentido de la mayor concentración posible del
poder económico, social, político y cultural y, por tanto, en el sentido de
crear una sociedad de tal manera injusta que la justicia se transforme en una
monstruosidad repugnante. es como si antes de la llegada masiva de la
inteligencia artificial, la inteligencia natural se fuese artificializando y automatizando para
coincidir y confundirse con ella.
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Boaventura de Sousa Santos
Académico Portugués. Doctor en Sociología, Catedrático de la Facultad de Economía y
Director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra
(Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE.UU) y de diversos establecimientos
académicos del mundo. Es uno de los científicos sociales e investigadores más
importantes del mundo en el área de la Sociología Jurídica y es uno de los
principales dinamizadores del Foro Social Mundial. Artículo enviado a Other News
por el autor. Traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez.
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