“Es ya un tema acordado por los especialistas que son los Estados,
como ficción jurídica, quienes ejercen
primariamente y de diversas formas la violencia socio-económica,
fundamentalmente por intermedio de sus políticas públicas hacia la población. En el campo del
cooperativismo también son muy conocidos los tipos de relación que
establecen los gobiernos ante el noble
accionar cooperativo. Ellos son: De
indiferencia, de agresividad y de consenso. Aunque no aparecen en forma
pura estas actitudes, en más de las veces se expresan solapada e
intermitentemente. Nosotros abordamos el ansia de los pueblos de un buen vivir como categoría de análisis e investigación
para entender sus profundos y justos derechos humanos. El
cooperativismo surgió,
precisamente, de una reflexión que realizaran los Pioneros
de Rochdale ante la agresión que
provocó la Revolución industrial. Proceso que se repite en cualquier parte
del mundo: Las
cooperativas son organizaciones de refugios y anhelos de mejor vivir”.
/////
LOS LÍMITES IMPUESTOS POR LOS PUEBLOS AL
NEOLIBERALISMO.
Argentina. Brasil y Paraguay, fraguas
transformadoras.
*****
José Yorg.
Rebelión martes 20 de agosto del 2019.
“Cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar
el escarmiento”. J.D. Perón.
“La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la
justicia en cualquier parte”. Martin Luther King
En especial los países de América del sur Argentina, Brasil y Paraguay atraviesan procesos de enormes y crecientes conflictos sociales,
derivados, prima facie, de la aplicación de políticas públicas de
corte neoliberales, que potencian las contradicciones socio-económicas
existentes.
La desigualdad social es un dato indiciario en estas
naciones que otrora, en el siglo XIX, se enfrentaron en una guerra de
exterminio contra el Paraguay, del
cual éste nunca recuperó aquel nivel de desarrollo industrial y promoción
humana.
Precisamente, aquel conflicto, que adquirió caracteres
de genocidio por la brutalidad empeñada
sobre la población civil, sobre mujeres, ancianos y niños paraguayos desplegada
por el ejército brasileño, hoy exacerbados por la firma secreta de un acta
sobre condiciones muy favorables para Brasil
sobre el manejo de la hidroeléctrica de Itaipú, el
pueblo expresa su irritación en las
calles de Asunción tras la explosión
que provocó conocer esa vil actitud, pidiendo juicio político al mandatario y
su vicepresidente.
Pero, a la vez, grandes masas del Brasil comparten este malestar porque
su presidente Bolsonaro estimula dudas sobre su rol en el gran negociado. El
proceso privatizador y otras medidas antipopular enervan los malhumores
contenidos, hasta ahora.
En Argentina, la fulminante derrota electoral de las
primarias del presidente Mauricio Macri y su posterior
reacción nerviosa no han hecho más que adelantar conflictos incubados.
Sin dudas, Argentina, Brasil y Paraguay encabezan un proceso de
insatisfacción social que fraguan, contradictoriamente, ansias transformadoras de sus pueblos exhaustos de
tanta mentira y corrupción política. Todo parece que pronto los pueblos pondrán límites al
neoliberalismo.
Ahora, ¿estos conflictos sociales son
reacciones de una violencia socio-económica desde los Estados?
Una interesante indagación sobre la temática nos
aporta el Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales (CLACSO) con el material “Violencia política y conflictos sociales
en América Latina” de los autores César Barreira. Roberto González Arana y
Luis Fernando Trejos Rosero. http://enlaceacademico.ucr.ac.cr/node/2543.
Nos adelanta la sinopsis del libro que
“La violencia socioeconómica como categoría
de estudio en las ciencias sociales y humanas, ha venido adquiriendo creciente
relevancia en América Latina. Los problemas y variables metodológicas asociadas
a su investigación han sido abordados con mayor profundidad desde la Sociología, el Derecho, la Ciencia política
y la Psicología Social. Es por esto, que esta publicación se propone
abordar la violencia
socio-económica como una categoría de análisis e investigación
interdisciplinaria, posibilitando la reflexión académica en torno a las dinámicas de construcción del poder,
la institucionalidad y los movimientos sociales en América Latina”.
Es ya un tema acordado por los especialistas que son
los Estados, como ficción jurídica, quienes
ejercen primariamente y de diversas
formas la violencia socio-económica, fundamentalmente por intermedio de sus
políticas
públicas hacia la población.
En el campo del cooperativismo también son muy
conocidos los tipos de relación que establecen los gobiernos ante el noble accionar cooperativo. Ellos son: De indiferencia, de agresividad y de
consenso. Aunque no aparecen en forma pura estas actitudes, en más de las
veces se expresan solapada e intermitentemente.
Nosotros abordamos el ansia de los pueblos de un buen
vivir como categoría
de análisis e investigación para entender sus profundos y justos
derechos humanos. El cooperativismo surgió, precisamente, de una reflexión que realizaran
los Pioneros de Rochdale ante
la agresión que provocó la Revolución
industrial. Proceso que se repite
en cualquier parte del mundo: Las
cooperativas son organizaciones de refugios y anhelos de mejor vivir.
Otra categoría de análisis e investigación constituye el deseo
transformador de los pueblos, esa
presencia en las mentes y corazones del hombre y mujer de la inconmensurable
convicción de que otro mundo mejor es posible. El
cooperativismo transformador lo proclama a viva voz.
¡En la fraternidad, un
abrazo cooperativo!
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario