CAPITALISMO INFORMACIONAL. El capitalismo informacional, cognitivo o del
conocimiento representa la cuarta fase del
desarrollo capitalista.
ORIGEN
El capitalismo informacional comenzó
con la ruptura de la bolsa de valores de nueva York (1929), ganando impulso en la transición al siglo XXI. Sin embargo, existe
controversia acerca de la fecha del origen capitalismo informacional. Para algunos estudiosos, el capitalismo
informacional en el período posterior a la guerra y, para otros, desde la década de los 80. Este término fue
utilizado por primera vez por el sociólogo español Manuel Castells, en su obra Sociedad
de la Información o Era de la Información, escrita en 1996 y publicada en
2006.
CAPITALISMO INFORMACIONAL:
RESUMEN
El capitalismo informacional
corresponde al período económico y social que estamos viviendo. Está marcado por el avance de la globalización, las computadoras, los teléfonos
digitales, la robótica e Internet. Recibe su nombre porque está
estrechamente relacionado con la sociedad
de la información y la era de la información. Sus principales características incluyen la expansión y desarrollo de
la tecnología de la información (IT); flujos de aceleración y el aumento de
capital, bienes, información, personas; y, todavía, la difusión del conocimiento. En el ámbito social,
se destaca el aumento del flujo de
información a través de las redes
virtuales y la dependencia tecnológica,
que se intensifica por el uso de las
redes sociales, que permiten recibir una gran cantidad de información de forma rápida. Notificaciones, avisos, recordatorios, actualizaciones, etc., son
algunos mecanismos para mantener conectados a sus usuarios a la información digital. Por lo tanto, hay nuevas prácticas
sociales y culturales con el uso
intensivo de las tecnologías
figurando una nueva estructura social. En este sentido, hay que destacar que la
desigualdad
social fue tomando otras
proporciones, generando una exclusión digital en diferentes partes del mund.
Posterior al capitalismo financiero,
algunos investigadores prefieren destacar que el mismo surge paralelo al capitalismo
informacional. Es decir, la tercera fase capitalista (financiera o monopolista) todavía no está terminada, siendo, por
tanto, complementar al nuevo capitalismo
informacional.
CARACTERÍSTICAS LAS
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL CAPITALISMO INFORMACIONAL SON:
Desarrollo de la Tercera Revolución
Industrial (Técnica y Científica Revolución). Desarrollo acelerado del capitalismo
financiero Experiencia y cualificación de la mano de obra Optimización de procesos de producción Aumento de la productividad económica Mercantilización de la información Tecnologías de la información Sociedad de la información Innovaciones y
revolución tecnológica Desarrollo de
software y aplicaciones Valoración de la creatividad y de la mano de obra joven Acumulación de
riqueza a través del conocimiento Sistemas
pautados por el modelo
neoliberal Avance de la globalización y del neo-imperialismo Aumento de las transacciones comerciales a través de
Internet
FASES DEL CAPITALISMO
Para facilitar la comprensión del concepto de capitalismo, hay que
recordar que comenzó en el siglo XV en
Inglaterra y se modificó con el tiempo. Aquí están las tres fases del capitalismo (anteriores al capitalismo
informacional), y sus principales características:
Capitalismo comercial o
mercantil (siglo XV a XVIII) – esta fase se llama
pre-capitalismo y presenta como
principales características: monopolio comercial, sistema mercantilista,
aparición de la moneda y expansión de las relaciones comerciales.
Capitalismo industrial o
industrialismo (XVIII y XIX) – marcada por la revolución
industrial, esta fase tiene las siguientes características principales: avance del sistema de fábrica, aumento
de la productividad y del mercado consumidor y ampliación de las relaciones
comerciales.
Capitalismo financiero o
monopolístico (a partir del siglo XX) – en esa
etapa, el sistema financiero comanda
las relaciones económicas, marcadas por la fusión del capital bancario
y el capital industrial, el monopolio y el oligopolio y la expansión comercial
de las empresas globales (multinacionales). Fuente
original: Escuelapedia.com
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PLATAFORMAS VIRTUALES: LA ACUMULACIÓN ORIGINARIA DE SILICON VALLEY.
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Mario
Enrique De león.
ALAI.
América latina en Movimiento.
Lunes
5 de agosto del 2019.
Las corporaciones de Silicon Valley se
hicieron de las jugosas ganancias que generan los medios conectivos, posterior
a una serie de inversiones públicas -que fueron de la mano con el desarrollo de
fuerzas productivas empleadas en centros de investigaciones especializados
(público y privado) de EE.UU.-, con el propósito de construir una red de redes
de telecomunicaciones, para conectar una multiplicidad de ordenadores dentro de
este territorio.
Fue el
Departamento de Defensa de Estados Unidos, institución pública de ese país, por
medio de su Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA),
los que utilizaron recursos públicos para diseñar el ARPANET. Esta fue la red
madre de telecomunicación -desde 1969 hasta 1990- que dio paso a la llegada del
Internet. Más adelante, otra organización pública, el Centro Europeo de
Investigaciones Nucleares (CERN), logró vincular en 1991 la tecnología de
hipertexto a la Internet, con la creación de la World Wide Web. Este adelanto,
diseñado por Tim Berners Lee, fundó los cimientos de una nueva era de
telecomunicaciones.
Paralelamente
a este espacio entre el desarrollo de la ARPANET y la era del Internet, que
tomó cerca de 30 años, en medio de un contexto de guerra fría, los usuarios, y
los no, de estas redes de telecomunicaciones fueron teniendo distintas
consideraciones con las nuevas formas de comunicación. Durante la década del
sesenta, los ciudadanos norteamericanos, sumergidos en el movimiento
contracultural, desconfiaban de todos los avances tecnológicos de la época.
Eran consideradas como estructuras de control y vigilancia de los aparatos
gubernamentales y de las grandes corporaciones.
Fue hasta la
década siguiente que empezaron a familiarizarse con las nuevas tecnologías. De
hecho, explica Van Dijck (2016:16) que los valores contraculturales, “de
comunidad y colectividad con los imperativos de libertad personal y
empoderamiento, valores que entraban en conflicto franco con las nociones de
opresión y restricción de la individualidad aún asociadas a las tecnologías de
la información”, encarnaron en la figura del nerd rebelde, amante de las
computadoras, que trabajaba, desde un supuesto sótano oscuro de alguna
vivienda, ubicada en cualquier ciudad de Estados Unidos, en pro del bien
público y en contra de los poderes estatales y económicos. De estos valores de
los movimientos contraculturales surgieron los nuevos valores de los defensores
de la cultura web que pasado el milenio se enfrentarían a las corporaciones de
Silicon Valley.
Entrado el
siglo en curso, los medios conectivos fueron tomando forma gracias al previo
desarrollo de la web 2.0 y el espíritu participativo de los defensores de la
cultura web, que preferían desarrollar sus actividades online, colectivamente,
en espacios públicos, no comerciales, y que les permitiesen comunicarse -tal
cual como lo sintiesen- sin las fuerzas de las restricciones que normalmente se
encuentran en los espacios controlados por los gobiernos y/o los mercados. Dado
que estos nuevos canales de comunicación permitían tales demandas de los
usuarios -gratuidad, libertad, participación, colectividad- en un contexto
neoliberal, éstos fueron considerados por las comunidades de usuarios como
medios alternativos.
Pero esto
significó el origen de una tensión entre lo público y lo privado, entre lo
libre y lo restringido, entre lo alternativo y lo formal en el mundo online. A
las corporaciones que empezaron a adquirir estos medios, entre los años 2004 y
2008, les fue difícil conjugar la coexistencia entre sus intereses comerciales
y las normas de usos que imponían las comunidades de usuarios. Estas tensiones
llevaron a las corporaciones a apropiarse de los valores colectivos y públicos
que contemplaba la retórica de los defensores de la cultura web sobre las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Además, de saber
“navegar entre la cultura de inversión capitalista de Silicon Valley,
caracterizada por la búsqueda de ganancias rápidas y una veloz capitalización
en el mercado accionario, y el espíritu de participación originario, que había
favorecido su crecimiento” (Van Dijck, 2016:21).
Este hábil
movimiento de las corporaciones, a lo cual ellos catalogan como emprendimiento
mixto público y privado, implicó mantener la misma retórica -impregnada de
valores como libertad, transparencia, gratuidad, participación y colectividad-
pero con significados distintos en el trasfondo. La retórica terminó siendo una
fortaleza de eufemismos utilizados por las corporaciones. La libertad la
transformaron en vigilancia, la transparencia en pérdida de privacidad, la
gratuidad en la mercantilización de la privacidad de los usuarios, la
participación en una comunicación canalizada tecnológicamente y la colectividad
en la explotación del trabajo de los produsuarios. Con relación a esto último,
poco se advierte que estas corporaciones no generan ningún tipo de contenido;
todo en ellas es producto del trabajo de los usuarios a cambio de conexión, lo
que algunos podrían denominar como ciberexplotación.
Adentrado los
medios conectivos en las prácticas culturales de comunicación, los usuarios no
tuvieron otro remedio que negociar cuando se sintieron inconformes con algún
cambio tecnológico en estas plataformas y cuando supieron que ellos eran el
producto a negociar de estas corporaciones (2012). Al parecer, fue demasiado
tarde el descubrimiento para un abandono masivo de estos espacios de
sociabilidad. Esas negociaciones se mantienen hasta la fecha, pero han tomado
mayor relevancia con los escándalos de Cambridge Analytica. Por otra parte, en
Europa se habían ligeramente adelantado las discusiones en cuanto a establecer
medidas de regulación a las corporaciones que mercantilizan la privacidad de
los usuarios sin su consentimiento, mientras en regiones como las nuestras,
Latinoamérica, mantienen libre paso para negociar con las privacidades de cada
uno de los usuarios.
La acumulación
original del capital privado de Silicon
Valley no terminó con las cuantiosas inversiones públicas para edificar la
red de redes que utilizamos hasta nuestros días ni con los trabajos colectivos
desarrollados por comunidades de usuarios aficionados durante la década del
noventa (web 1.0) y que posterior expandieron con los medios conectivos (web
2.0) a inicios del siglo en curso. Se mantendrá mientras el modelo de negocio no sea otro a la
mercantilización de la privacidad de los usuarios, sin su consentimiento, y la
explotación de su trabajo.
- MARIO ENRIQUE DE LEÓN,
sociólogo, Universidad de Panamá. Investigador asociado del Centro de Estudios
Latinoamericanos, (CELA), “Justo Arosemena”. Becado IDEN-SENACYT.
Maestrando en Ciencias Sociales.
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