SOCIOLOGÍA POLÍTICA. UNA OPINIÓN DE LA
IZQUIERDA HOY. ENTRE LA IZQUIERDA POLÍTICA – PARLAMENTARIA – Y LA IZQUIERDA
SOCIAL – SINDICATOS, GREMIOS, COLECTIVOS SOCIALES, FRENTES DE DEFENSA, (La
Calle, la Plaza Pública) etc.
Nos preguntamos, porque existe hoy una “distancia”, una fractura entre lo político y lo
social. Hay una fuerte posición de las Representaciones Parlamentarias a
apartarse cada vez más de los principales problemas presentes en la sociedad, a
cambio de una “Elitización”, Burocratización,
y cada vez más “disfrutar de los
beneficios” que a diario “te ofrece”
la derecha política, incluso, si no existe la suficiente “formación Política”, será muy fácil se ser ganado por las grandes ventajas
que te ofrece el capitalismo: la
CORRUPCIÓN. O
en cambio las Izquierda Social – se aleja,
separa, llegando hasta discrepar con puntos centrales, presentes en “la vida diaria del pueblo”, y por lo
general muy distantes, hasta opuestos a los imponen las políticas de las clases dominantes y no abordadas – analizadas –
por la Representación Política, en la
dimensión de su contenido, significado y carácter de clase del Estado Burgués.
Miles de miles de Ciudadanos (as) peruanos, presentes en la Calle, en la Plaza Pública, reclamando sus Derechos - destruidos, por las políticas neoliberales -ante un Congreso y un Gobierno, "sordo, ciego y mudo" con los Derechos Sociales, pero activa, vertical y autoritaria con los Derechos de las clases dominantes. El "nuevo estilo" la nueva práctica de una "Democracia de Mercado", pero hoy fracasada. al igual - que el Modelo neoliberal - asfixiado, hundido y en su crisis final. La distancia con la "clase política" en general es muy fuerte y profunda. Incluso con la propia Representación Parlamentaria.
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ESTA REALIDAD DE FRACTURA ENTRE LA IZQUIERDA POLÍTICA Y LA IZQUIERDA
SOCIAL – sólo por lo general, se
mantiene la “UNIDAD”, muchas veces por intereses personales, de grupo o de
ciertas “élites” hegemónicas, en
escenarios y tiempos coyunturales de procesos electorales. Unidad por lo
general “parchada”, débil y sin base de
CONFIANZA de la población que dice representar. Esta realidad hoy – y con mayor fuerza en América latina en la década pasada, la década de los Gobiernos Democráticos, Progresistas de IZQUIERDA. Porque
la Izquierda no abordó en su total contenido social y político las
manifestaciones de los CONFLICTOS SOCIALES, que en la vida de los pueblos
– la década de los Commodities – fue
la protesta social y la respuesta política, que los Pueblos - el Poder Local Popular – a la
globalización neoliberal en su fase la del capitalismo corporativo global, en
su nuevo proceso de acumulación
mundial.
Hoy esta realizad – de fractura entre lo
político y lo social – (que no es nuevo, incluso en determinadas coyunturas fue “abismal”) es diferente en sus actores y contenidos de Derechos y reivindicaciones. Comienza a
visibilizarse la profunda diferencia en cuanto a Reivindicaciones y Derechos por
los cuales hoy se organiza, moviliza y
lucha la IZQUIERDA nivel local, nacional, continental y global. Porque en el camino
se “van partiendo” – lo real,
objetivo, necesario y central debe ser la UNIDAD, como la izquierda aborda y enfoca los
problemas entre lo cotidiano y lo fundamental. Para la Izquierda Parlamentaria - en
general - si no mantiene, profundiza y sustenta la Democracia Interna y el
Centralismo Democrático, se irá alejando cada vez más, de los principales
problemas que están presentes en la Calle, en la Plaza Pública, realidad
que definitivamente, quiebra la Unidad de la propia IZQUIERDA, la primera que tiende a burocratizarse y la segunda que se radicaliza a medida que sus problemas son cada vez más
inhumanos y violentos. Evidentemente, pesan mucho las “regalías”,
ventajas y favores que te ofrece la “vida burguesa”, y una de ellas – quizás las
más sofisticada pero tradicional – es la CORRUPCIÓN. Teniendo presente, el
comportamiento y la vida social que hoy “disfrutan” los
políticos parlamentarios., mientras el Pueblo, la clase trabajadora,
activos actores centrales de la Política Social,
siguen soportando, - siempre de pie y luchando – como hoy
el neoliberalismo ataca y destruye su VIDA. Continuara …..
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La Izquierda Parlamentaria - en general -si no mantiene, profundiza y sustenta la Democracia Interna y el Centralismo Democrático, se irá alejando cada vez más, de los principales problemas que están presentes en la Calle, en la Plaza Pública, realidad que definitivamente, quiebra la Unidad de la propia IZQUIERDA, la primera que tiende a burocratizarse y la segunda que se radicaliza a medida que sus problemas son cada vez más inhumanos y violentos.
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IZQUIERDA PARLAMENTARIA E IZQUIERDA SOCIAL.
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Jaime Richart.
Rebelión miércoles 14 de agosto del 2019.
En un territorio limítrofe extenso, como Francia, la población es muy homogénea
y las diferencias sociales no son especialmente acusadas en un país de sistema
capitalista, debido a que todo el país gravita secularmente en torno a la idea y principios de la República.
La educación
es además muy uniforme y los criterios cambiantes acerca de ella son
consensuados y armónicos en todo el país. Pero cuando en un país como España fluctúa el ideario entre la
monarquía y la república; cuando los distintos territorios que la componen
permanecen desde hace mucho tiempo apelmazados por una unión política forzada;
cuando la educación y la enseñanza
sufren constantes vaivenes, y en sólo 43 años ha habido siete Planes casi
contrapuestos; cuando las desigualdades sociales son clamorosas; cuando además
no son menos estentóreos los abusos de la clase política, la población no
puede ser, y no es, homogénea. Las tres patas que imprimen su unidad a una nación
son cultura, pensamiento y sentimientos convergentes. Francia las asentó en 1789. España, por el contrario, va a
trompicones. Los centralistas, intolerantes, predominan, y de lejos, más o
menos subrepticiamente, la religión semioficial se les alía. Como hizo
siempre. De modo que, en tiempos de acentuada vocación de libertad, de laicidad
y de profanidad, el espíritu de compactación de la población española, que ya
venía partido en dos desde la guerra
civil y calladamente durante la dictadura,
lejos de ir fortaleciéndose en presencia de la democracia, se debilita cada día más...
Y es que, puesto que un territorio se transforma en
nación cuando la conciencia de vivir juntos se convierte en voluntad política, en España esa voluntad de “hacer patria” no acaba nunca de
fraguar. Y en buena medida es porque, a los desórdenes y abusos del poder y a
los factores señalados, se suma la falta de sensibilidad y de respeto de los
sucesivos gobernantes hacia las idiosincrasias periféricas. Todo lo que
impide, desde el comienzo de esta sospechosa democracia y más allá de la
unidad en el plano forzoso administrativo, la integración natural y de buen
grado de los territorios en la pretendida “unificación”.
Es más, los hipercentralistas contribuyen a entorpecerla más. Han creado, de
nuevo, como en el 36, enemigos interiores. Pues como enemigos tratan, tanto a
quienes democráticamente aspiran a su independencia, como a quienes intentan hacer frente a la escandalosa
desigualdad con políticas imprescindibles, como a quienes se oponen a la
globalización en favor de los países y de los individuos poderosos.
Pero, estando la “unidad
nacional” contaminada y falseada por las grietas que se empeñan en ahondar
los dueños del dinero, de las finanzas, de la religión y de los medios, es
decir, los dueños virtuales del país, tanto o más ahonda las grietas ese
ejército de oportunistas de la izquierda política a
medida que se han ido acomodando, unos, y enriqueciendo, otros; esa izquierda
teórica que ha ido uniéndose a aquellos a lo largo de estas últimas cuatro décadas.
Por eso, no es que a España la
quieran romper. Es que viene rota desde tiempo inmemorial, aunque bajo la
alfombra sus dominadores escondan los trozos. Pero es que la izquierda política, la izquierda parlamentaria, no la izquierda social, no está menos rota. Precisamente
porque no coinciden. Hay en la calle mucha
más izquierda de la representada en el Congreso. Hay demasiados
trabajadores que viven en precario como para pensar que su causa esté ajustada
a las proporciones parlamentarias. Es por eso que la izquierda social, desalentada, se queda en casa a la hora de votar; en
esa casa de la que probablemente está a punto de ser desalojada...
Esta es la razón de la no por sorprendente menos
dramática división de España y ahora
también de la izquierda política. Y
es por eso por lo que la izquierda
nominal en el poder, aún provisional, repite una y otra vez que está muy
lejos de la otra, de la otra izquierda parlamentaria pero social que trata de
integrarse en el ejecutivo porque no se fía de ella. Cuarenta años de alternancia sin cumplir la mayoría de los propósitos
de su ideario de partida en esta débil democracia, explican y justifican la
desconfianza. Por eso es preciso que la izquierda a pie de tajo no sólo esté presente en el legislativo
sino también en el poder ejecutivo; ya que, por si fuera escasa su presencia en
las instituciones del Estado, está
también ausente en el poder judicial, por definición ultraconservador.
En cualquier caso, si la izquierda en el poder ejecutivo no permitiera la entrada en el gobierno a la otra izquierda parlamentaria
que al tiempo es también la izquierda
social, yo entiendo que, antes de dar su brazo a torcer en esas largas y
aparentes negociaciones, sería preferible esperar al siguiente o al otro
siguiente asalto de las sucesivas elecciones. Pues no me cabe duda de que ese
gesto de determinación y de dignidad
en nombre de los desfavorecidos, movilizaría de nuevo a la izquierda de la calle a favor de la verdadera
izquierda parlamentaria. No creo que, de
los más o menos 18 millones de trabajadores que hay en España, no acabe tarde o temprano
mucho más de la mitad adhiriéndose a la causa de los débiles, que es también
la suya, y termine dando un vuelco a la proporción parlamentaria...
Por cierto, si me equivoco en mis cálculos, lo lamentaría. Ella se está
equivocando constantemente y no pasa nada…
Jaime Richart, Antropólogo jurista.
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