“Las leyes neoliberales impuestas en América Latina por Estados Unidos y
organismos financieros internacionales como fundamento principal del capitalismo, han llevado a la región a
enfrentar grandes escollos económicos y sociales para su subsistencia. El
objetivo de ese sistema como parte del capitalismo globalizado es impulsar la
liberación del comercio en general, eliminar la injerencia del Estado en la
economía y reducir al máximo el gasto público con el
consecuente empobrecimiento de millones de habitantes y en contraposición, el enriquecimiento de pequeñas minorías. Son
varios ejemplos los que destacan en esta oleada de derechización regional
auspiciada desde Washington y que han llegado al poder por diferentes vías como golpes de
Estado, destituciones parlamentarias o elecciones fraudulentas”.
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DETERIOROS
NEOLIBERALES EN AMÉRICA LATINA.
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Hedelberto López Blanch.
Rebelión martes 10 de setiembre del 2019.
Las leyes neoliberales impuestas en América Latina por Estados Unidos y
organismos financieros internacionales como fundamento principal del
capitalismo, han llevado a la región a enfrentar grandes escollos económicos y
sociales para su subsistencia.
El objetivo de ese sistema como parte del capitalismo globalizado es
impulsar la liberación del comercio en general, eliminar la injerencia del
Estado en la economía y reducir al máximo el gasto público con el consecuente empobrecimiento de millones de habitantes y en
contraposición, el enriquecimiento de pequeñas minorías.
Son varios ejemplos los que destacan en esta oleada de
derechización regional auspiciada desde Washington
y que han llegado al poder por diferentes vías como golpes de Estado, destituciones
parlamentarias o elecciones fraudulentas.
Empecemos por Honduras, donde tras el
golpe al presidente Manuel Zelaya se eliminaron el ciento por ciento
de las leyes acordadas en ese corto período para beneficio del pueblo, lo que
trajo como consecuencias la congelación de la Ley del Salario Mínimo, pérdida de 300 000 empleos, fragmentación
de las jornadas laborales, derogación de los acuerdos con el ALBA, restitución de privilegios a las
compañías transnacionales e impulso de las privatizaciones.
En la actualidad, según el diario La Prensa, casi seis
millones (71 %) de los 8,5 millones de habitantes del país son
pobres; de esa cifra, 4,2 millones
están en situación de extrema pobreza que
tratan de sobrevivir con solo un dólar
al día, mientras solo 15 familias controlen el 80 % de las riquezas
nacionales. (realidad salvaje, inhumana y con fuertes manifestaciones de
criminalidad).
Guatemala ha sido considerado uno de los Estados fallidos arrasados por Occidente
donde se unen corrupción, pandillas,
pobreza, desigualdad, desnutrición y mortalidad
infantil.
Los economistas aseguran que el país se aproxima a la catástrofe
humanitaria y las áreas rurales son las más afectadas, de donde procede la mayoría de los emigrantes. Los recursos son
escasos, la presencia del Estado
inexistente, el crimen organizado
poderoso y la presión de los grupos
de poder para implementar proyectos
mineros e hidroeléctricos, casi insostenible
Un Informe de Desarrollo
Humano elaborado por la ONU asevera que más de tres millones de guatemaltecos viven en pobreza
extrema y casi 12 millones de personas, 67 % de la población, "sufre carencias que vulneran su
bienestar".
Paraguay está considerado uno de los países más desiguales de Suramérica, donde la pobreza golpea al 30 %
de la población que ha sufrido en los últimos años grandes inundaciones y
dejado desamparados a miles de habitantes. Para la ONG Oxfam ésta es la cara
más cruel de la desigualdad en un país donde
los más pobres ganan hasta 22 veces menos que los más ricos. Asimismo,
con la progresiva mecanización de la
agricultura, ligada a la producción extensiva de la soja, se produjo un éxodo masivo desde el campo y los emigrantes que huyeron del hambre se
instalaron en áreas de riesgo, como el lecho del río Paraguay en los barrios de Asunción, vulnerables a las riadas.
En cuanto a Ecuador, en solo dos años el
gobierno de Lenín Moreno ha impulsado al Estado
a la década de 1990 al desmontar importantes avances democráticos de la Constitución Política de 2008. Durante
los gobiernos de Rafael Correa el país
redujo la pobreza y los programas
sociales beneficiaron a los habitantes, pero ahora, con los acuerdos con el
FMI, Moreno redujo el gasto público de 3 461 millones de
dólares a 773 millones con graves perjuicios para las mayorías.
Pero los casos más desafortunados en los últimos
tiempos han sido los de Argentina y Brasil. En este último, tras el golpe parlamentario contra Dilma
Rousseff y las arbitrariedades jurídicas para detener a Inacio Lula da
Silva para que no se pudiera presentar a elecciones, los regímenes
de Michel Temer y de Jair Bolsonaro han
desmontado
todos los programas sociales y privatizado numerosas empresas públicas.
Entre los más afectados
aparece el Sistema Único de Salud (SUS) instaurado por los gobiernos de Lula y Dilma que atendía
al 65 % de la población y que Temer y
Bolsonaro lo redujeron drásticamente con la excusa de que “no
hay suficiente capacidad financiera que permita suplir todas las garantías
constitucionales”. A la par, ambos gobiernos atentaron contra la Amazonía al autorizar a terratenientes y empresas
transnacionales a deforestar esa reserva de la biosfera mundial.
Mientras en Argentina, con la llegada al poder de Mauricio Macri y su política neoliberal llevaron a la nación
a un endeudamiento abismal, acuerdos leoninos con el FMI y profunda devaluación de la moneda que pasó de 2014
a la fecha de 16 a 61 pesos por dólar.
Según la Universidad
Católica Argentina (UCA) la "pobreza
multidimensional" que abarca carencias económicas, de diversos derechos y servicios básicos, subió al 41,2 % de los habitantes.
En cuatro años de gobierno, se duplicaron los precios del transporte público automotor y
en 70 % los del metro urbano; el costo de la luz subió en 500 %; el agua
y gas en más de 320 %; la atención médica y de las medicinas en 50 %, y la gasolina, 30 %. La Argentina
actual es una nación fallida dirigida
no por Macri, sino por el FMI. (Declarada en estado de Default, gracias a las fracasadas políticas del presidente Macri).)
Después de estos ejemplos podríamos preguntarnos: ¿Permitirán
nuestros pueblos continuar siendo saqueados por el sistema neoliberal
capitalista? El tiempo dará la respuesta.
Hedelberto López Blanch, periodista,
escritor e investigador cubano.
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