ECONOMÍA DE BOLIVIA CIERRA EL AÑO CON ALTO
CRECIMIENTO. (2018). El país andino se ubica entre las economías con mayor
expansión de la región cerrando el año 2018 con
un crecimiento de 4,7 por ciento del Producto
Interno Bruto. Bolivia terminará
el año 2018 con
un crecimiento
de 4,7 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB),
según datos oficiales, lo que sitúa al país andino entre las economías con mayor expansión de la
región. El
propio Fondo Monetario Internacional (FMI) subió esta semana su previsión de
crecimiento económico para Bolivia de 4,3 a 4,5 por ciento en 2018 por el alto aumento en la producción agrícola como
principal factor, destacó en un informe anual elaborado tras
una visita técnica realizada al país. El organismo multilateral reconoció que
en los últimos quince
años Bolivia ha logrado "fuerte crecimiento y reducción de la
pobreza", al tiempo que señaló la acumulación de considerables reservas
internacionales.
“Desde la caída del precio de los productos
básicos en 2014, las autoridades han llevado a cabo políticas fiscales y
crediticias acomodaticias para respaldar el crecimiento.
Este enfoque ha tenido éxito en mantener un crecimiento sólido",
indicó el FMI. Tras conocerse el informe el vicepresidente de la nación, Álvaro García Linera,
celebró que la
economía boliviana "va para arriba". "Nos
había dado a principios de año un crecimiento del 4 por ciento, en junio 4,2
por ciento y en diciembre nos dice que va crecer al 4,5 por ciento, ratificando
lo que nosotros habíamos anunciado anticipadamente y que el Fondo no lo quería reconocer",
expresó.
García Linera aclaró que el FMI "es una fuente externa que comprueba
nuestros datos y está comprobando que estamos creciendo más que el año pasado,
pero nunca
le hemos hecho caso a sus recomendaciones ni le vamos a hacer caso,
porque nuestro
modelo económico es diferente al modelo económico que
ellos impulsan". Tenemos estas obras porque la situación económica de
nuestro país mejora. Somos soberanos económicamente, gracias a la unidad del
pueblo boliviano. Antes los proyectos, programas y leyes llegaban desde afuera
y en inglés, ahora nuestros programas se exportan.
En este sentido, indicó que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, con fuerte participación del Estado
en sectores estratégicos, se contrapone a las recomendaciones del
organismo financiero que busca suprimir los subsidios a los servicios
básicos y reducir la inversión pública. La economía boliviana registró en promedio un crecimiento de 4,9 por ciento en el periodo 2006-2017,
donde más de
tres millones de personas salieron de la pobreza. El PIB registró un
crecimiento de 4,2 por ciento el año pasado, según Memoria de la Economía
Boliviana 2017.
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¿POR
QUÉ FUNCIONA LA ECONOMÍA BOLIVIANA?
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Guillermo Oglietti y Alfredo Serrano Mancilla.
CELAG.
Rebelión sábado 21 de setiembre del 2019.
Bolivia era un país bimonetario. Justo antes de la llegada de Evo Morales, en el año 2005, sólo el 15 % de los depósitos estaban
en moneda nacional; en materia de crédito, únicamente
el 7 % se otorgaba en pesos bolivianos. En esos años, siempre bajo gobiernos neoliberales, todo el mundo
usaba el dólar para refugiarse de la
desvalorización del peso. Aquellos que podían compraban dólares mensualmente y
los vendían a medida que necesitaban gastar. La economía estaba más dolarizada que la de la Argentina actual.
Sin embargo, después de algo más de una década, en apenas unos 13 años, la
situación se revirtió completamente. En
2019 el 99 % de los depósitos y el 87 % de los préstamos son en pesos
bolivianos. En la actualidad, todos prefieren prestar en pesos y tomar
depósitos en pesos porque es una moneda fuerte y rentable.
Esta transformación económica no tuvo lugar por arte de magia. En economía los milagros no existen. Todo tiene que
ver con todo. Cada resultado económico es la consecuencia de un gran conjunto
de decisiones que poco o nada tienen que ver con la creencia “paranormal” de que los mercados, por sí solos, nos
llevarán a un equilibrio virtuoso. No. La economía no funciona así. Ni mucho
menos.
Evo logró la bolivianización del sistema financiero al mismo tiempo que hacía crecer la economía más que
nadie en toda Latinoamérica. Supo, además, combinar el bienestar macroeconómico
con el bienestar microeconómico de las familias, algo diferente a lo que sucede
en Perú, Colombia o Paraguay, que
sólo pueden presumir de buenos indicadores macroeconómicos, y muy diferente de
Argentina, que no disfruta bienestar macro ni microeconómico.
La gestión de Evo Morales ha
conseguido desdolarizar la economía de Bolivia gracias a un contundente
pragmatismo y voluntad soberanista, no a un “milagro económico”
***
¿Cómo lo hizo? He aquí una breve enumeración de las principales
acciones:
1. Evo recibió el Gobierno con un tipo de cambio de 8 pesos por dólar, a poco de
asumir “apreció” la moneda a 7 pesos y, actualmente, se mantiene estable
(cotiza en 6,95). Le generó una pérdida a los tenedores de dólares con la que
rompió la inercia y mandó la señal de que no siempre el que apuesta al dólar
gana.
2. Desalentó la compra-venta de divisas ampliando el diferencial cambiario entre
compra y venta de divisas hasta una diferencia de 10 centavos.
3. Aumentó a un 66,5 % el encaje
líquido que los bancos deben
tener por cada depósito en dólares, mientras que el encaje para los depósitos
en pesos es de 11 %. La medida encarece el costo de los créditos en dólares.
4. Se ofrecieron tasas ligeramente
más altas a los ahorristas en pesos.
5. Se estableció un impuesto a
las transacciones financieras en
dólares, que afecta sólo a las cajas de ahorros con más de 2.000 dólares y a
los depósitos a plazos menores al año
6. Se aumentaron los requisitos
para otorgar créditos en
moneda extranjera y se facilitó el crédito en moneda nacional, por lo que
aumentó mucho la preferencia a otorgar préstamos en pesos.
7. Se utilizó la Unidad de
Fomento a la Vivienda,
unidad de cuenta actualizada con la inflación local, como instrumento para
realizar todo tipo de contratos en moneda local y desalentar el uso del dólar
como unidad de cuenta.
8. Se emitieron títulos públicos en moneda
nacional y desaparecieron los títulos en dólares.
9. Se emitieron títulos
especiales en pesos para pequeños tenedores.
10. Usando varios instrumentos,
en especial los coeficientes de reservas y cupos máximos, se orientó
el crédito bancario a las actividades productivas, especialmente vivienda,
vivienda social, empresas, microcréditos y Pymes, expandiendo la cartera de
créditos en casi 7 veces. Los tipos de interés que resultaron de esta política
son envidiables: por debajo del 10 % para los créditos hipotecarios, por debajo
del 7 % a los créditos de vivienda social, cercanos al 20 % para el consumo,
por debajo del 5 % si es crédito empresarial y de 7 % cuando se trata de Pymes.
11. Se prohibió indexar las
tarifas en función de la evolución del dólar.
12. Se creó un fondo
contracíclico de reservas internacionales que ronda el 25 % del PIB.
13. Implementó una política
deliberada de control del monopolio y abuso de posición dominante, con seguimiento casi
diario y control directo por parte de Presidencia sobre precios relevantes de
la economía.
14. Se llevó a cabo una obsesiva
política de apoyo a la producción, con crédito dirigido a la inversión
productiva y una vasta
inversión en infraestructura que tuvo el efecto de extender el área geográfica
desde donde se provee a las grandes ciudades, por lo que la oferta productiva
se amplió y, con ello, muchos precios cayeron.
Y por si todo esto fuera poco, se hizo en un contexto de
nacionalizaciones que, según un informe de Celag, tuvo un impacto en la economía boliviana de
generación de riqueza por 74.000 millones de dólares (dos PIB del año 2017),
670.000 puestos de trabajo, ahorro de divisas del 45 %, aumento de consumo del
125 % y subida de la inversión hasta 11.200 millones de dólares (29,9 % del
PIB). Además, ello tuvo lugar en un clima de inflación a la baja; 1,5 % en el
último año, igual o más baja que la de EE.UU. a pesar del fuerte ritmo de
crecimiento sostenido y de la mejora en absolutamente todos los indicadores de
bienestar social y económico.
Después de todo lo expuesto, y mirando lo sucedido con Macri en
Argentina, ¿quién se atreve a decir que no hay
alternativa ni pragmatismo en esta propuesta económica boliviana?,
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