La libertad de expresión es un
derecho de carácter institucional porque supone un pilar de la Democracia: es
el derecho a que ningún gobierno ni poder criminalice a sus Ciudadanos por las
expresiones manifestadas. Es, por tanto, la garantía de que la ciudadanía
ejerce un contrapeso a los poderes establecidos. se define, por tanto, como Libertad
frente a represión.
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POR LA LIBERTAD DE ENSEÑAR, INVESTIGAR Y
DISCUTIR EL CONOCIMIENTO SIN RESTRICCIÓN.
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Gilard Atzmon.
Gilad.online
Jueves 26 de setiembre del 2019.
Traducido del inglés para Rebelión por J.M.
La
Administración estadounidense no tardó mucho en
interferir groseramente con el ethos más sagrado de una sociedad abierta, el de
la libertad académica. Este fin de semana supimos que el
Departamento de Educación de EE.UU. ordenó a la Universidad de Duke y a la
Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill que rehicieran su
programa conjunto de estudios de Medio Oriente después
de concluir que estaban ofreciendo a los estudiantes "un plan de estudios parcial
que, entre otras quejas, está la de no presentar suficientes imágenes
'positivas' del judaísmo y el cristianismo en la región".
La libertad académica es
un principio relativamente simple. Se refiere a la "libertad de enseñar,
investigar y discutir el conocimiento sin restricción o interferencia, tanto
para la academia como para los funcionarios públicos".
Este principio parece estar
bajo ataque en Estados Unidos. La administración estadounidense ha
interferido abiertamente en la libertad de enseñar, investigar y discutir
libremente el conocimiento.
"en
una rara maniobra de intervención federal en el contenido de los cursos
universitarios, el Departamento afirmó que el programa de Oriente Medio de las
universidades violó los estándares de un programa federal que otorga fondos
para estudios internacionales y programas de idiomas extranjeros".
Según
el NYT, el enfoque del
"prejuicio
anti israelí"
"parece reflejar los puntos de vista de un liderazgo de la agencia que
incluye a un jefe de derechos civiles, Kenneth
L. Marcus, quien ha emprendido una carrera de años en la defensa de Israel
y una campaña para deslegitimar y desinvertir en programas de estudios de Medio Oriente que él ha criticado como
plagados de prejuicios contra Israel".
Uno puede preguntarse por
qué Estados Unidos está dispuesto a
sacrificar su espíritu liberal en el altar proisraelí. Miriam Elman ofrece una posible respuesta. Elman es profesora asociada en la Universidad de Syracuse y directora ejecutiva de Academic Engagement
Network, que se opone al BDS. Elman le dijo al NYT que esto
"debería
ser una llamada de atención...
lo que están diciendo (presumiblemente el gobierno federal) es: 'Si quieres ser
parcial y mostrar una visión desequilibrada del Medio Oriente, puedes hacerlo,
pero no vas a obtener dinero federal ni tampoco de los contribuyentes".
En
opinión de Elman la libertad académica se ha mantenido intacta,
solo se retendrán los dólares a menos que una universidad se adhiera a la
política proisraelí.
Quienes siguen la historia del sionismo, la política israelí
y el nacionalismo judío, consideran que este último desarrollo no es
sorprendente. El sionismo, una vez
dedicado al concepto de una "tierra
prometida", se transformó hace décadas en una aspiración a un "planeta prometido". El sionismo
es un proyecto global que opera en la mayoría, si no en todos, los estados
occidentales. Los grupos de presión judíos, los think tanks sionistas y los grupos de presión
proisraelíes trabajan intensamente para suprimir las libertades elementales y
remodelar el discurso público, político y cultural para lograr el ambicioso
objetivo del sionismo. Después de todo,
el poder judío, como lo defino, es el poder de suprimir las críticas al poder
judío.
Este síntoma autoritario no
es en absoluto nuevo. Aparentemente es un fenómeno errante. Ha aparecido en
diferentes formas en diferentes momentos. Lo
que sucedió en la URSS proporciona una ilustración perfecta de este
síntoma. En los primeros días de la
Rusia soviética, el antisemitismo recibió
la pena de muerte -según lo
declarado por Joseph Stalin- en respuesta a una
investigación realizada por la Agencia Judía de Noticias:
“En
la URSS, el antisemitismo se castiga con la mayor severidad de la ley como un
fenómeno profundamente hostil al sistema soviético. Según la ley de la URSS,
los antisemitas activos están sujetos a la pena de muerte”.
Alemania vio la formación de
ligas judías contra la difamación que intentaron reprimir el aumento de los sentimientos contra los judíos*. No es
necesario dar más detalles sobre el dramático fracaso de estos esfuerzos en
Alemania. Y a pesar de la temprana
postura projudía de Stalin, el líder soviético se
volvió contra los llamados "cosmopolitas desarraigados". Esta campaña condujo al complot de los médicos, de la década
de 1950, en la que un grupo de médicos (en su mayoría judíos) fueron sometidos a un juicio falseado, por supuestamente haber conspirado para
asesinar al líder soviético.
En
Gran Bretaña y otras naciones occidentales hemos visto feroces
campañas a favor de Israel, reprimir
las críticas a ese Estado y a la
política judía. Diferentes grupos de presión han estado utilizando
diferentes medios, entre ellos la adopción de la definición de IHRA de antisemitismo por parte de gobiernos e
instituciones. En Gran Bretaña, Francia, Alemania y otros países europeos,
intelectuales, artistas, políticos, miembros del partido y ciudadanos comunes son
acosados constantemente por unos pocos grupos
poderosos de presión
judía. En
la oscura Gran Bretaña
orwelliana de 2019, los críticos
de Israel aún no
han sido condenados a muerte, pero están
sujetos a severas represalias que van desde intimidación personal hasta
acciones policiales y enjuiciamiento criminal. La gente ha perdido su trabajo
por apoyar a Palestina,
otros han sido expulsados del comprometido Partido Laborista de Corbyn por hacer
declaraciones veraces. Algunos incluso han sido encarcelados por contenido
satírico. Y como pueden suponer, nada de esto ha hecho que Israel, sus
partidarios o sus títeres sean populares. Todo lo contrario.
Leí en el NYT que la administración "ordenó" a la confederación de
universidades que presentara
un calendario revisado de eventos que planeaba apoyar, una lista completa de
los cursos que ofrece y los profesores que trabajan en su programa de estudios
de Medio Oriente. Me pregunto
quién en la Administración posee las
credenciales académicas para evaluar el nivel académico de los cursos universitarios o profesores. ¿El
propio profesor Trump, tal vez Kushner e Ivanka, el mandadero de Kushner, Avi Berkovitch, o tal vez el
recientemente retirado "pacificador" Jason Greenblatt?
Lleva
años construir instituciones académicas, departamentos, bibliotecas y espacios
de investigación. Aparentemente solo se necesita un lobby determinado para
arruinar el futuro de la erudición estadounidense.
*
En su libro Final Solution, David Cesarani
trae la historia del Centralverein deutscher Staatsbürger jüdischen Glaubens
(Asociación Central de Ciudadanos Alemanes de la Fe Judía) que operaba en
Alemania desde finales del siglo XIX "demandando a los partidarios de la
mafia por difamación, financiando candidatos comprometiéndose a combatir el
antisemitismo…”. Puedes leer sobre la asociación y su actividad aquí.
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