sábado, 28 de septiembre de 2019

LA CONTRAOFENSIVA DE LA DERECHA PIERDE FUERZA EN EL MUNDO.

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LA DERECHA POLÍTICO-EMPRESARIAL NEOLIBERAL, SE JUEGA LOS DESCUENTOS A NIVEL GLOBAL. "Fin del G-7", lo acabó con sus macabras maniobras el señor Trump. Disparando o imponiendo políticas llenas de odio, revanchismo – ajuste de cuentas -bloqueo económico-comercial. Sin distingo alguno – hoy con sus amigos, en la tarde con sus aliados, en la noche -muy oscura contra sus enemigos- al final NO sabe hacer POLÍTICA – solo politiquería mundial. Originó un Gran Desorden Mundial, Multipolar. La propia derecha mundial no tiene salida política - en un mundo de desorden absoluto -. Lo cierto es que los gobiernos de derecha reunidos en Francia en el último Foro Mundial del G-7 sellaron su crisis final, no se representan ni ellos mismos. O el BREXIT lo está minando internamente al Reino Unido y hoy es un desastre político. O la “Guerra Comercial global – Estados Unidos-China – según analistas, está llevando a la Economía Global hacia un nuevo desastre y crisis parecido a la del 2008, hasta hoy no recuperada.  Hoy se habla de la vuelta de Rusia como G-8, Pero Rusia propone un G-10, con el ingreso de China y la India. (Pero se olvidaron de las economías emergentes del grupo de los BRICS) Pero el dueño, amo y señor - Ms. Trump, aún no se pronunció, hoy está "muy ocupado" como salvar su gobierno del "juicio político que el abrió el Senado Norteamericano. La derecha global se hunde junto al modelo neoliberal, asfixiado y destruido por ellos mismo. Saben cómo. Solo un ejemplo. Su mejor producto la super concentración de la riqueza, el 1% - 8 billonarios - son dueños del 82% de la riqueza mundial se llama la DESIGUALDAD Económico-social, vil, salvaje e inhumana.
AMÉRICA LATINA ES “SU TUMBA” ANTICIPADA. La Derecha político empresarial. NO tiene Programa Político Alternativo, salvo el de las políticas del “viejo” y acabado Consenso de Washington.  Se juegan su destino final, en 3 próximas elecciones nacionales. BOLIVIA, ARGENTINA Y URUGUAY. Solo Argentina, como ejemplo de este desastre total: Las políticas neoliberales – en su mayoría aplicadas, como las últimas que aún quedan del destruido Consenso de Washington de 1990 – nuevamente fueron aplicadas e impuestas en Argentina con el gobierno del señor MACRI, y hoy son un rotundo y total fracaso, han conducido al país, ARGENTINA, a la más elevada Deuda Externa de los últimos tiempos, la pobreza se ha multiplicado – en especial entre los Niños – el desempleo ha alcanzado cifras, solo vistas en tiempos del año 2,000 cuando las políticas del FMI  y el BM. Se desplomaron como un inmenso edificio sin cimientos. Hoy existe una crisis alimentaria y humanitaria, HAMBRE -. Cuando el Estado-El Gobierno, presionado por multitudes hambrientas, ha declarado la CRISIS HUMANITARIA, se ha visto en la necesidad de concentrar nuevas políticas sociales en “auxilio” de los millones que sufren hambre, frío – viven en la calle y el gobierno está en el mayor desprestigio social y político hoy-. Es lógico – con elecciones nacionales democráticas – claras y transparentes – que se realizan, ahora en Octubre – el señor Macri debe irse a su casa y así – en el mayor desprestigio político y dejando un país al borde del precipicio – Y desde la Ciudadanía en forma definitiva, debemos reflexionemos profundamente – sobre todo frente a la avalancha informativa y la manipulación de los Medios – Los gigantes conglomerados que solo defienden sus intereses – debemos aprender a Votar, por lo general estamos eligiendo a nuestros propios “cuchillos” , disfrazados de políticos, verdaderos enemigos de clase. (Continuará….)
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"Fin del G-7", se acabó lo sepultaron con sus macabras maniobras el señor Trump. O la propia derecha mundial no tiene salida política - en un mundo de desorden absoluto -. Lo cierto es que los gobiernos de derecha en Francia en el último Foro Mundial del G-7 sellaron su crisis final. Hoy se habla de la vuelta de Rusia G-8, Pero Rusia propone un G-10, con el ingreso de China y la India. Pero el dueño, amo y señor - Ms. Trump, aún no se pronunció, hoy está "muy ocupado" como salvar su gobierno del "juicio político que el abrió el Senado Norteamericano. La derecha global se hunde junto al modelo neoliberal, asfixiado y destruido por ellos mismos. Saben cómo. Solo una"joyita". Su mejor producto la super concentración de la riqueza, el 1% - 8 billonarios - son dueños del 82% de la riqueza mundial. La globalización, ha sido, la "partera" de la DESIGUALDAD Económico-social, vil, salvaje e inhumana.
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LA CONTRAOFENSIVA DE LA DERECHA PIERDE FUERZA EN EL MUNDO.

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Sociólogo. Emir Sader.

Rebelión sábado 28 de setiembre del 2019.


Después de una primera década marcada por gobiernos antineoliberales en América Latina, que han proyectado a Hugo Chávez, Lula. Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mújica, Evo Morales y Rafael Correa como los grandes líderes de la izquierda a escala mundial, la derecha retomó la iniciativa y la ofensiva en la segunda década del siglo.

Logró aislar el gobierno de Nicolás Maduro, elegir a Mauricio Macri, imponer una derrota a Evo Morales, hacer caer a Dilma Rousseff, apresar y condenar a Lula, elegir a Bolsonaro, revertir la victoria en Ecuador, elegir a Iván Duque y Sebastian Piñera. El escenario político latinoamericano ha cambiado radicalmente en la segunda década del siglo. Fueron cambios concomitantes con los que se daban en escala mundial, con la eleccion de Donald Trump, el brexit, gobiernos derechistas en Italia, en Polonia, en Hungria.

La ofensiva derechista perdió aliento, con Johnson perdiendo la mayoría en el Parlamento, con Trump teniendo que deshacerse de Bolton, su “señor de la guerra”, así como teniendo que pasar a la defensiva, con el impeachment. Con la derrota del gobierno derechista en Italia, con la elección de un gobierno socialista en España, a la vez que Netanyahu no logra organizar un gobierno en Israel. En la misma América Latina la situación volvía a tener cambios en la dirección progresista, con la elección de López Obrador en México.
La agenda mundial, que había asumido tonos conservadores, con retrocesos profundos, con los dos liderazgos del bloque occidental hace más de un siglo en retirada respecto a la globalización, ha dejado un vacío de conducción, dando síntomas de agotarse. Trump tiene que cambiar las formas más radicales de enfrentar los conflictos externos. Johnson no puede implementar la salida salvaje del brexit. Un gobierno socialista en España rompe con el aislamiento del gobierno de Portugal.
En Argentina la espectacular victoria de Macri hace cuatro años, con el restablecimiento del modelo neoliberal, llevó a su gobierno a un no menos espectacular rechazo, confirmando la incapacidad de ese modelo de conquistar bases sociales estables de apoyo. Ha confirmado que la derecha no tiene alternativa a ese modelo, que promueve los intereses del capital financiero a expensas de los derechos de la gran mayoría de la población. Por ello se agota rápidamente y fracasa.
El escenario latinoamericano vuelve a cambiar, con dos de los tres principales países latinoamericanos – México y Argentina– con gobiernos progresistas, antineoliberales, aislando al gobierno de extrema derecha de Brasil. En Bolivia, Evo es favorito para ser reelegido en primera vuelta, mientras la disputa en segunda vuelta está abierta en Uruguay.
La contraofensiva conservadora va así perdiendo fuerza, demostrando que no tiene propuesta ni para que la economía global vuelva a crecer, ni para que los focos de guerra sean pacificados, tampoco para que las desigualdades disminuyan en el mundo y en cada país. Tenemos un mundo en que los focos de guerra se multiplican, en que un nuevo ciclo recesivo llega, en el que los gobiernos son cada vez más inestables, los organismos internacionales están cada vez más desgastados, un mundo cada vez más inseguro.
Las viejas potencias imperiales demuestran ser incapaces de conducir el mundo a un futuro mejor. Los discursos de odio y de guerra tienen como respuesta acciones violentas e inestabilidad política todavía más grande.
Nadie se ocupa del mundo. Cada gobernante de las grandes potencias piensa en los intereses inmediatos de su país. Los más fuertes saben defenderse. La gran mayoría de la humanidad se siente desvalida, entregada al hambre y a la miseria. Los conflictos bélicos siguen produciendo muertos e inmigrantes, rechazados por los mismos países responsables de esas guerras.
El impulso conservador pierde aliento, porque no tiene nada que proponer, a no ser más violencia y más beneficios para el capital financiero. Sus gobiernos se desgastan rápidamente y fracasan. Eso es lo que está pasando con Trump y con Johnson o con Salvini y con Macri.
Trump era favorito para ganar la reelección. A pesar del alto nivel de rechazo (48%), mientras la economía creciese, podría ser reelegido. Pero los síntomas de un nuevo ciclo recesivo en la economía internacional se harán sentir también sobre la economía norteamericana y el clima político tiende a revertirse. Los candidatos demócratas lo derrotan en las encuestas, proyectando un escenario de no reelección para Trump.
En el Reino Unido, el brexit no logra materializarse en los términos propuestos por la derecha, los conservadores se han dividido, hoy los laboristas aliados a los liberales, ganarían las elecciones.
En América Latina, la derrota de Macri revela el vuelo corto de la remontada neoliberal y hace prever que pasará lo mismo en Brasil.
En Europa, la derrota de la derecha en Italia y en España, confirma también el vuelo corto de los conservadores, aun antes de que la recesión económica vuelva a golpear sus economías, con la misma Alemania entrando en crisis.
Después del primer ciclo político en el siglo XXI, marcado por gobiernos anti-neoliberales en América Latina, el segundo fue marcado por el ascenso de la derecha, con Trump y el brexit dando el tono. Macri y Bolsonaro eran coadyuvantes de esa tendencia.
El nuevo siglo llega al final de su segunda década con las disputas por la hegemonía mundial abiertas, con el desgaste del poderío norteamericano y el fortalecimiento de los BRICS. El neoliberalismo sigue como modelo predominante, pero su agotamiento es ahora reconocido hasta por algunos de sus defensores tradicionales, sin que el capitalismo encuentre modelo alternativo. El retorno de un gobierno antineoliberal en Argentina es un desafío importante para la apertura de un nuevo ciclo político en el siglo XXI.
La contraofensiva de la derecha en el mundo pierde fuerza y abre perspectivas para que una recuperación del ciclo antineoliberal pueda marcar la tercera década del nuevo siglo.

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