lunes, 2 de septiembre de 2019

INMANUEL WALLERSTEIN SIN ANESTESIA. “HA MUERTO INMANUEL WALLERSTEIN, EL INTELECTUAL REBELDE”.

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1 de setiembre. INMANUEL WALLLERSTEIN (1930-2019) Sociólogo estadounidense, teórico del Pensamiento crítico y activista, falleció  a los 89 años de edad.

Comenzó su larga trayectoria teórica siendo estudioso de África, enarbolando el pensamiento del caribeño Frantz Fanon como una de sus estaciones de arribo impostergables. Tiempo después, asumió la imposibilidad de comprender fenómenos como el racismo o la explotación sin mirarlos desde una perspectiva más amplia, en sí misma global e histórica (es necesario aclarar que nunca abandonó la relectura de la obra de Fanon, autor de Piel negra, máscaras blancas).


Tal esfuerzo por teorizar procesos globales y de gran amplitud temporal, lo consolidó en su monumental obra que intituló El moderno sistema mundial (1974), en la cual ofrece un riguroso recorrido histórico a partir del largo siglo XVI y hasta las décadas iniciales del siglo XX; en tal análisis retrospectivo, Wallerstein describió, analizó e interpretó procesos como el cambio de la economía feudal hacia otro tipo de relaciones de producción propias de la expansión europea por sobre sus fronteras geográficas; aspectos como la colonización tanto de América y África, y los efectos en la vida social de fenómenos como la Revolución Industrial y la Revolución Francesa. La pretensión del profesor Wallerstein era desentrañar el funcionamiento de esa economía-mundo que él consideró como perjudicial para la vida en el planeta: el capitalismo.




El moderno sistema mundial es una obra conformada por cuatro volúmenes, la cual es una lectura totalmente impostergable para quien desee comprender los procesos de explotación, saqueo, despojo y racismo producidos desde el Centro y experimentados en la Periferia (tal como a Wallerstein le pareció oportuno designar a esos fenómenos producidos desde los países colonizadores y padecidos por —evocando a Fanon— los condenados de la Tierra).


Esta trinchera historiográfica que el sociólogo estadunidense enarboló como uno de los ejes principales de su teoría, ha sido parte de su deuda intelectual con el historiador francés Fernand Braudel, conocido por su desarrollo del concepto Larga Duración, el cual le atribuyó a procesos históricos que experimentan fluctuaciones durante el paso del tiempo; pero perduran en su matriz original con respecto a la vida cotidiana de las sociedades.


Immanuel Wallerstein visitó varias veces nuestro país, específicamente dentro de su faceta de intelectual comprometido con las causas de los sectores populares; esto se ejemplifica al nombrar sus recurrentes participaciones en encuentros de intelectuales organizados por las comunidades zapatistas en Chiapas. Es muy recordada su participación durante el año de 2007 en el «Primer Coloquio Internacional In Memoriam Andrés Aubry», efectuado en San Cristobal de Las Casas.


Con su fallecimiento, el pensamiento crítico desde las Ciencias Sociales ha perdido no sólo a un teórico de una calidad altísima, sino también —y principalmente— a un buscador del cambio social: hoy ha muerto un enemigo acérrimo del capitalismo; hoy ha muerto Immanuel Wallerstein.
 

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INMANUEL WALLERSTEIN SIN ANESTESIA. MAESTRO Y SOCIÓLOGO.
Falleció a los 89 años.

“HA MUERTO INMANUEL WALLERSTEIN, EL INTELECTUAL REBELDE”.

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“Desaparece unas figura Intelectual gigantesca, Nos ha dejado el análisis del SISTEMA-MUNDO, una de las perspectivas de análisis del capitalismo más valiosas para imaginar su transformación”. P. Iglesias.

Atilio A. Borón.

Página/12 lunes 2 de setiembre del 2019.

La muerte de Immanuel Wallerstein nos priva de una mente excepcional y de un refinado crítico de la sociedad capitalista. Una pérdida doblemente lamentable en un momento tan crítico como el actual, cuando el sistema internacional cruje ante las presiones combinadas de las tensiones provocadas por la declinación del imperialismo norteamericano y la crisis sistémica del capitalismo.

Wallerstein fue un académico de dilatada trayectoria que se extendió a lo largo de poco más de medio siglo. Comenzó con sus investigaciones sobre los países del África poscolonial para luego dar inicio a la construcción de una gran síntesis teórica acerca del capitalismo como sistema histórico, tarea a la que se abocó desde finales de la década de los ochentas y que culminó con la producción de una gran cantidad de libros, artículos para revistas especializadas y notas dirigidas a la opinión pública internacional.

Wallerstein no sólo cumplió a cabalidad con el principio ético que exige que un académico se convierta en un intelectual público para que sus ideas nutran el debate que toda sociedad debe darse sobre sí misma y su futuro, sino que, además, siguió una trayectoria poco común en el medio universitario. Partió desde una postura teórica inscripta en el paradigma dominante de las ciencias sociales de su país y con el paso del tiempo se fue acercando al marxismo hasta terminar, en sus últimos años, con una coincidencia fundamental con teóricos como Samir Amin, Giovanni Arrighi, Andre Gunder Frank, Beverly Silver y Elmar Altvater entre tantos otros, acerca de la naturaleza del sistema capitalista y sus irresolubles contradicciones.

Su trayectoria es inversa a la de tantos colegas que, críticos del capitalismo en su juventud o en las etapas iniciales de su vida universitaria acabaron como publicistas de la derecha: Daniel Bell y Seymour Lipset, profetas de la reacción neoconservadora de Ronald Reagan en los años ochenta; o Max Horkheimer y Theodor Adorno que culminaron su descenso intelectual y político iniciado en la Escuela de Frankfurt absteniéndose de condenar la guerra de Vietnam. O a la de escritores o pensadores que surgidos en el campo de la izquierda -como Octavio Paz, Mario Vargas Llosa y Regis Debray- convertidos en portavoces del imperio y la reacción.

Wallerstein fue distinto a todos ellos no sólo en el plano sustantivo de la teoría social y política sino también en el de la discusión epistemológica como lo revela su magnífica obra de 1998Impensar las ciencias sociales. En este texto convoca a realizar una crítica radical al paradigma metodológico dominante en las ciencias sociales, cuyo núcleo duro positivista condena a éstas a una incurable incapacidad para comprender la enmarañada dialéctica y la historicidad de la vida social. En línea con esta perspectiva de análisis sus previsiones sobre el curso de la dominación imperialista no podrían haber sido más acertadas. En uno de sus artículos del año 2011 advertía que

“la visión de que Estados Unidos está en decadencia, en seria decadencia, es una banalidad. Todo el mundo lo dice, excepto algunos políticos estadunidenses que temen ser culpados por las malas noticias de la decadencia si la discuten.” Y agregaba que si bien

“hay muchos, muchos aspectos positivos para muchos países a causa de la decadencia estadounidense, no hay certeza de que en el loco bamboleo del barco mundial, otros países puedan de hecho beneficiarse como esperan de esta nueva situación.”

El curso seguido por la Administración Trump y el derrumbe irreversible del orden mundial de posguerra que tenía su eje en EEUU confirma cada una de estas palabras.

Para concluir, ¿dónde nutrirnos teóricamente para comprender y transformar al mundo actual, superando definitivamente al capitalismo y dejando atrás esa dolorosa y bárbara prehistoria de la humanidad? El mensaje que dirige a las jóvenes generaciones es cristalino: lean a Marx y no tanto a quienes escriben sobre Marx.

“Uno debe leer a personas interesantes” –dice Wallerstein- “y Marx es el erudito más interesante de los siglos XIX y XX. No hay dudas al respecto. Nadie es comparable en términos de la cantidad de cosas que escribió, ni por la calidad de sus análisis. Por lo tanto, mi mensaje a la nueva generación es que vale mucho la pena descubrir a Marx, pero hay que leerle, leerle y leerle. ¡Leer a Karl Marx!”

Ese fue uno de sus últimos consejos para entender la naturaleza y dinámica de un sistema, el capitalismo, al que ya en el 2009 le asignaba como máximo dos o tres décadas de sobrevida. ¡Gracias Immanuel por las luces que has aportado a lo largo de tantos años! 

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