“La
moderación de las tensiones comerciales globales y la débil demanda interna, factores que
condicionaron la compleja evolución de la economía china a lo
largo del presente año, podrían encontrar un respiro momentáneo en 2020.
El reciente principio de acuerdo con Washington, aun sin representar la
solución del contencioso abierto hace 17 meses, abre una ligera
esperanza de des escalamiento de las escaramuzas que puede proporcionar
cierto alivio a las exportaciones. Para China, consciente de la gravedad
de las diferencias estratégicas con EEUU, se trata de estabilizar la
situación y ganar tiempo para avanzar en su transformación estructural. Las autoridades chinas confían
en mantener las principales magnitudes bajo control, un marco que le debe
permitir seguir impulsando la innovación y la apertura, ese mantra que en
2020 tendría los sectores industrial y financiero como referencias
insoslayables. Por otra parte, la persistencia en las “tres duras batallas” (eliminación
de la pobreza, control de los riesgos financieros y medio
ambiente) incide en ámbitos clave en los que no
podrá bajar la guardia”.
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China y la Revolución 5G.
ECONOMÍA CHINA 2020: MIRADAS INTERNAS.
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Xulio Ríos.
Martes 17 de diciembre del 2019.
La Conferencia Central de Trabajo Económico,
celebrada en Beijing entre los días 10 y 12 de diciembre, es una cita obligada en el calendario político
chino que permite calibrar sensaciones y objetivos a propósito de las
perspectivas oficiales para la economía del país.
A la vista de lo trascendido, la agenda y el tono
general para el próximo año girarán en torno a la flexibilidad en los
objetivos, empezando por el crecimiento, que podría situarse por debajo
del 6 por ciento, con esta referencia como máximo. Una vez más, la
calidad del crecimiento debe primar sobre la velocidad, especialmente
teniendo en cuenta que los objetivos centrales del XIII Plan Quinquenal
(como la duplicación del PIB o del ingreso per cápita de los residentes
urbanos y rurales con respecto a los niveles de 2010) parecen garantizados.
La flexibilidad alcanzará también al objetivo de inflación (muy
condicionada por el alza del precio de los alimentos), que podría situarse por
encima del 3 por ciento, y de déficit. El desarrollo regional, con
nuevas políticas de integración, concentrará buena parte de la atención de los
planificadores chinos.
La moderación de las tensiones comerciales globales
y la débil demanda interna, factores
que condicionaron la compleja evolución de la economía china a lo
largo del presente año, podrían encontrar un respiro momentáneo en 2020.
El reciente principio de acuerdo con Washington, aun sin representar la
solución del contencioso abierto hace 17 meses, abre una ligera
esperanza de des escalamiento de las escaramuzas que puede proporcionar
cierto alivio a las exportaciones. Para China, consciente de la gravedad
de las diferencias estratégicas con EEUU, se trata de estabilizar la
situación y ganar tiempo para avanzar en su transformación estructural.
Las autoridades chinas confían en mantener las principales magnitudes
bajo control, un marco que le debe permitir seguir impulsando la innovación
y la apertura, ese mantra que en 2020 tendría los sectores industrial y
financiero como referencias insoslayables. Por otra parte, la persistencia
en las “tres duras batallas” (eliminación de la pobreza, control de los riesgos
financieros y medio ambiente) incide en ámbitos clave en los que no
podrá bajar la guardia.
La moderación del crecimiento plantea el reto
añadido del empleo y de los cambios demográficos con un relativo
estancamiento en el proceso de regularización de los trabajadores migrantes en
el medio urbano. El objetivo para 2020 es consolidar la superación de la
barrera del 60 por ciento de población urbana residente,
completando la construcción de una sociedad moderadamente próspera que tiene aún
en el hukou una asignatura difícil de superar.
El liderazgo económico del PCCh no está en cuestión y en un contexto de presión a
la baja, la presencia del Partido en la vida económica discurrirá
por la senda de una mayor profundización en aras de preservar la estabilidad
a toda costa. En esto, la flexibilidad no alcanza, a la vista de la
importancia “crítica” de esta etapa. Xi Jinping lo dejó bien
claro en la conferencia: “hay que mantener la
determinación estratégica y defender el liderazgo centralizado y unificado del
Comité Central del PCCh”.
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- Xulio Ríos es director del Observatorio de la
Política China.
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