“Los empréstitos que realiza esa institución como su hermanastra del
Banco Mundial, tienen como fin influenciar sobre sus
políticas internas, pues el endeudamiento externo es utilizado como un
valioso instrumento para someter a los deudores. La historia de estos dos
organismos financieros está plagada de violaciones de los pactos
internacionales sobre derechos humanos, sostenimiento y apoyo a gobiernos de derecha y
hasta de dictaduras militares como las que tuvieron lugar en Argentina,
Uruguay, Brasil, Bolivia, Nicaragua y Chile en el siglo pasado. Consecuente
con esa política, las solicitudes de Nicaragua y Venezuela, que en estos
días también pidieron un empréstito debido a la crisis que les ha ocasionado el
nuevo coronavirus, resultaron rechazadas por el Fondo.
Sobre
Venezuela,
cuyo presidente Nicolás Maduro solicitó 5.000 millones de dólares, el
organismo adujo que no se le otorgó porque hay una “confusión” sobre
quién encabeza el Gobierno, ya que algunas naciones bajo presiones de Estados
Unidos y de sus aliados occidentales reconocen al “fantasma” Juan Guaidó. Asimismo,
el mandatario nicaragüense Daniel Ortega solicitó 470 millones de dólares, pero las
autoridades del FMI lo rechazaron al considerar que estaba haciendo un «mal
manejo» de la crisis. Datos oficiales de organismos internacionales de salud confirman que Managua tiene uno de los
índices más bajos de contagios en la región. A todas luces se desprende que
el FMI seguirá la línea dictada desde Washington de cerrar o
debilitar a los gobiernos de izquierda, progresistas
o nacionalistas en aras de favorecer el acceso al poder de los
opositores de derecha”.
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EL FMI LANZA SUS TENTÁCULOS SOBRE AMÉRICA
LATINA
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Hedelberto
López Blanch. | 22 /05/2020 | Economía.
Rebelión
sábado 23 de mayo del 2020.
Aprovechando
la estrepitosa caída de las economías de América Latina por la propagación del
coronavirus Sars-Cov-2, el Fondo Monetario Internacional (FMI)
lanza nuevamente sus tentáculos de control económico y político contra
la región al otorgar créditos de emergencia bajo sus leoninos métodos.
Solo
del 15 de abril al 13 de mayo, el organismo internacional aprobó préstamos por
alrededor 14.780 millones de dólares a 13 de los 17 países de la región, que
los habían solicitado para enfrentar la pandemia.
Para
esos fines, el Fondo recurrió a dos herramientas de emergencia: el Mecanismo de
Crédito Rápido, (RFC por sus siglas en inglés) que presta
asistencia inmediata con condiciones limitadas a Estados de bajos ingresos
que tienen necesidades urgentes de equilibrar su balanza de pagos; y el Instrumento
de Financiamiento Rápido (RFI), con los mismos objetivos, pero para todos
los países miembros del organismo.
En
ambos casos se flexibilizan los créditos sin que ello
implique revisiones de las políticas económicas de los beneficiarios, que sí se
aplican en otros tipos de deuda.
Pero,
fíjense bien, a la par que reconoció las políticas sociales aplicadas hasta
ahora por los gobiernos, advirtió que, en la etapa posterior a
la pandemia, se deberán repetir las añejas recetas de ajuste del gasto
público.
A
las naciones que se les autorizaron los créditos cuyas cifras aparecen en
millones de dólares son: El Salvador (389), Panamá (515),
Bolivia (320), Haití (111,6), Paraguay (214), Dominica
(14), Granada (22) Santa Lucía (29), Costa Rica (504), República
Dominicana (650), Ecuador (643.7), Honduras (530) y Colombia
(10 800).
Otros
países también han solicitado empréstitos como Jamaica
(65), Perú (11.000), Chile (23.000).
En
muchos de esas naciones, los gobiernos utilizarán los empréstitos para
ayudar a las grandes empresas y negocios a solventar la crisis y no van
destinados a resolver los graves problemas de la mayoritaria población.
Recordemos
que tanto el FMI como el Banco Mundial son organismos
financieros creados en 1944, durante la reunión celebrada en Bretton Woods,
poco antes de terminar la Segunda Guerra mundial. Han estado dominados
desde un principio por Estados Unidos y las potencias europeas
occidentales, y actúan en contra de los intereses de los pueblos.
El
FMI tras un periodo de declive al ser rechazado por
imponer políticas económicas en detrimento de las grandes mayorías del mundo, está
tratando nuevamente de convertirse en el inspector financiero del orbe.
El
poder de este organismo se basa en que sus programas de ajuste tratan de
imponer la confianza de los mercados internacionales de
capital en el país deudor. Sin el visto bueno del Fondo, que como censor
determina la voluntad y capacidad de un país para pagar el servicio
de la deuda, no se abren generalmente las puertas para la entrega de
empréstitos.
Como
ya ha sido su práctica esencial de control, las naciones que
reciben este “beneficio” deben someterse a condicionamientos que van
desde recomendaciones no obligatorias hasta inspecciones extremas
con imposición de sanciones de carácter forzoso.
Los
empréstitos que realiza esa institución como su hermanastra del Banco Mundial,
tienen como fin influenciar sobre sus políticas internas, pues el endeudamiento
externo es utilizado como un valioso instrumento para someter a los
deudores.
La
historia de estos dos organismos financieros está plagada de violaciones de los
pactos internacionales sobre derechos
humanos, sostenimiento y apoyo a gobiernos
de derecha y hasta de dictaduras militares como las que tuvieron
lugar en Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, Nicaragua y Chile en el siglo
pasado.
Consecuente
con esa política, las solicitudes de Nicaragua y Venezuela, que en estos
días también pidieron un empréstito debido a la crisis que les ha ocasionado el
nuevo coronavirus, resultaron rechazadas por el Fondo.
Sobre
Venezuela,
cuyo presidente Nicolás Maduro solicitó 5.000 millones de dólares, el
organismo adujo que no se le otorgó porque hay una “confusión” sobre
quién encabeza el Gobierno, ya que algunas naciones bajo presiones de Estados
Unidos y de sus aliados occidentales reconocen al “fantasma” Juan Guaidó.
Asimismo,
el mandatario nicaragüense Daniel Ortega solicitó 470 millones de dólares, pero las
autoridades del FMI lo rechazaron al considerar que estaba haciendo un «mal
manejo» de la crisis. Datos oficiales de organismos internacionales de salud confirman que Managua tiene uno de los
índices más bajos de contagios en la región.
A
todas luces se desprende que el FMI seguirá la línea dictada desde Washington
de cerrar o debilitar a los gobiernos de izquierda,
progresistas o nacionalistas en aras de favorecer el acceso al poder
de los opositores de derecha.
Desgraciadamente
esto sucede porque en América Latina, por las acciones desestabilizadoras de
Washington que ve a la región como su patio trasero, no se ha
podido mantener una unión como la proyectada en 2011 por la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que posibilitaría fortalecer
instituciones bancarias como el Banco del Alba, al otorgar facilidades asequibles a sus miembros sin tener que
enfrentar presiones leoninas.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor
e investigador cubano.
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