“Usted ha sido Relator en las Naciones Unidas para el Derecho a la
Alimentación. ¿Puede darme un ejemplo concreto de las consecuencias destructivas
del capitalismo? ¿Qué responsabilidad que tienen los países ricos en este
sistema que usted llama inhumano?
El
25% de la producción mundial de alimentos se destruye cada día. Termina en los
basureros de los países ricos. Los alimentos básicos, el
maíz, el trigo y el arroz son alrededor del 75% del consumo mundial y
están sujetos a la especulación del mercado de valores. Este es un
problema central. Permíteme dar un ejemplo: en la Bolsa de productos
agrícolas de Chicago, se puede especular con arroz, trigo y maíz.
Los especuladores obtienen beneficios astronómicos cada año con esos alimentos.
El aumento del precio de los alimentos en el mercado de valores obviamente se
refleja en el precio local de los alimentos.
“Entonces
en los barrios populares del tercer mundo cuando los
precios suben las madres con no tienen dinero suficiente para alimentar
a sus hijos. Muchos niños perecen como resultado de una situación. En otras
palabras: la especulación bursátil tiene consecuencias mortales para
los más humildes del Tercer Mundo. Es debido a este sistema, entre otras
cosas, que cada cinco segundos un niño menor de diez años muere de hambre”.
“Casi mil millones de los siete mil millones de seres humanos que
habitamos el planeta, están seriamente desnutridos.
Con esta crisis los más pobres serán los más afectados, también en
Francia y Europa. Las especulaciones podrían ser prohibidas mañana por la
mañana, la Asamblea Nacional Francesa y el Congreso de EEUU podrían
introducir un artículo que regule las bolsas de valores expresando simplemente
lo siguiente: «La especulación financiera con productos alimenticios básicos
como el arroz, el trigo y el maíz está prohibida». En un mes, millones de
seres humanos se salvarían de la muerte por el hambre.
Pero lo que ocurre es que actualmente la ley del capital decide quién vivirá y quién morirá en el planeta solo pulsando los
botones de un ordenador. El mercado
de valores mata, es criminal”.
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Entrevista a Jean Ziegker, vice presidente del Comité de DD.HH. de la ONU y nos dice: "Con la pandemia el orden mundial capitalista ha mostrado su fragilidad".
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«ESTA CRISIS PUEDE PROVOCAR UNA REVOLUCIÓN»
Entrevista a Jean Ziegler, vicepresidente del Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas
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Por Charlotte Vautier. | 29/05/2020 | Mundo.
Rebelión viernes 29 de mayo del 2020.
«Con
la pandemia el orden mundial capitalista ha mostrado su fragilidad»
Señor Ziegler, hoy
sabemos que las sociedades occidentales dependen de un continuo crecimiento de
la producción y el consumo. ¿Alguna vez ha visto tan
debilitado el sistema capitalista como en este momento?
En primer lugar, me gustaría aclarar algo que me parece importante: el mundo vive bajo la dictadura del capitalismo financiero. Déjeme darle una cifra del Banco Mundial: el año pasado 500 corporaciones privadas transnacionales controlaron el 52,8% de toda la riqueza producida en el planeta. Estas transnacionales dictan sus leyes incluso a los estados más poderosos.
Ahora,
con la pandemia este sistema, el orden mundial capitalista, ha mostrado su
fragilidad, en el último tiempo nunca ha sido tan débil.
En la
mayoría de los países capitalistas occidentales ha descubierto que depende
totalmente de naciones de la periferia para obtener suministros que son vitales
para la población. Han faltado mascarillas y medicamentos para combatir el
virus porque estos se fabrican en la India y en China.
El
capital siempre va donde obtiene más beneficios, es decir, donde los costes de
producción son más bajos. Así que el principio de maximización de los
beneficios está demostrando ser un principio asesino… hay países donde habrá
escasez de alimentos porque muchos de estos productos básicos para la vida se
importan.
¿Una solución sería lograr la autosuficiencia nacional en productos
sanitarios y alimentos básicos?
Sí. El
Estado parece estar descubriendo su poder normativo. Lo
que hay que hacer es fortalecer la SANIDAD PÚBLICA y el sector de la alimentación, también hay que
mejorar los salarios de quienes aseguran el bienestar de la población.
Para
salir de la desastrosa ley de la maximización de beneficios, debemos repatriar
la producción y establecer redes de solidaridad internacionales.
Hay
naciones como Níger que está devastada por el
hambre debido al agotamiento de su suelo. No tiene ni un centavo para regar sus
tierras de cultivo, pero su principal recurso, el uranio, es
explotado por la empresa francesa Areva en condiciones de piratería. Esto, por
supuesto, debe detenerse Europa no puede seguir aplicando políticas
neocoloniales y criminales
Al principio de la crisis, el Papa Francisco pidió la cancelación de
la deuda de los países más pobres ¿Esta medida podría ser decisiva si se
llegara a aplicar?
Una
vez terminada la pandemia, no sé si podremos colocar en cintura a las
oligarquías financieras. La deuda externa de los 122 países del llamado Tercer
Mundo –al 31 de diciembre del año pasado– era de 2.100 mil millones de dólares. En
países como Malí y Senegal, todo el dinero que obtienen va directamente a pagar
los intereses de la deuda.
El "chiste-ofensa" más venenoso del mundo que se produce en pleno epicentro de la pandemia del Virus, lo genera del Fondo Monetario Internacional FMI, al "cancelar la DEUDA" de los 25 países más pobres del mundo, solo por 6 meses, Sí por 6 meses, que tal ofensa a la pobreza, la explotación, el saqueo y la dominación imperial.
***
La
deuda es mortal, impide a los Estados invertir en sus economías. El resultado
es una subalimentación permanente del 35,8% de la población africana, según
datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación.
Forbes afirma que con el confinamiento los multimillonarios han
perdido un 10% de sus fortunas. Calculan que Donald
Trump habría perdido mil millones de dólares, alrededor de un tercio de
su fortuna. ¿Esta oligarquía se verá realmente afectada, o saldrá indemne?
Creo
que todo depende de la actitud de la gente. En occidente la opinión pública
podría tratar de cambiar parte del sistema económico a través de elecciones,
huelgas generales, manifestaciones…
Doy
muchas conferencias para hablar del capitalismo. Casi siempre, al final alguien
levanta la mano y dice: «Todo lo que usted dice es correcto, pero yo, un
simple ciudadano, no puedo hacer nada».
La
victoria más sorprendente de la oligarquía es la alienación, la pérdida de la
conciencia colectiva ha hecho creer a la gente que sólo el mercado manda, y que
los hombres y las mujeres no son los sujetos de su propia historia.
Cuando
los seres humanos nos sometemos a las leyes del mercado y las reproducimos en
nuestra práctica individual; eso es alienación. Si
rompiéramos con esta limitación avanzaremos rápidamente en la senda del cambio.
Usted ha sido Relator en las Naciones Unidas para el Derecho a la
Alimentación. ¿Puede
darme un ejemplo concreto de las consecuencias destructivas del capitalismo?
¿Qué responsabilidad que tienen los países ricos en este sistema que usted
llama inhumano?
El
25% de la producción mundial de alimentos se destruye cada día. Termina en los
basureros de los países ricos. Los alimentos básicos, el
maíz, el trigo y el arroz son alrededor del 75% del consumo mundial y
están sujetos a la especulación del mercado de valores. Este es un
problema central.
Permíteme
dar un ejemplo: en la Bolsa de productos agrícolas de Chicago, se puede
especular con arroz, trigo y maíz. Los especuladores obtienen beneficios
astronómicos cada año con esos alimentos. El aumento del precio de los
alimentos en el mercado de valores obviamente se refleja en el precio local de
los alimentos.
Entonces
en los barrios populares del tercer mundo cuando los precios suben las madres
con no tienen dinero suficiente para alimentar a sus hijos. Muchos niños
perecen como resultado de una situación.
En
otras palabras: la especulación bursátil tiene consecuencias mortales
para los más humildes del Tercer Mundo. Es debido a este sistema, entre
otras cosas, que cada cinco segundos un niño menor de diez años muere de
hambre.
El Hambre en el mundo y como siempre los más sacrificados, los NIÑOS, otra pandemia global, hoy que terminará destruyendo al criminal capitalismo salvaje.
***
Casi
mil millones de los siete mil millones de seres
humanos que habitamos el planeta, están seriamente desnutridos.
Con esta crisis los más pobres serán los más afectados, también en
Francia y Europa.
Las
especulaciones podrían ser prohibidas mañana por la mañana, la Asamblea
Nacional Francesa y el Congreso de EEUU podrían introducir un
artículo que regule las bolsas de valores expresando simplemente lo siguiente:
«La especulación financiera con productos alimenticios básicos como el arroz,
el trigo y el maíz está prohibida». En un mes, millones de seres humanos se
salvarían de la muerte por el hambre.
Pero lo que ocurre es que actualmente la ley del capital decide quién
vivirá y quién morirá en el planeta solo pulsando los botones de un ordenador. El mercado de valores mata, es criminal.
¿Hay
cosas en la Tierra que no estén dominados por el valor de mercado?
No,
creo que el valor de mercado es la medida de todo.
Existe la idea que siempre habrá dominantes y dominados. ¿Es utópico
pensar que podría suceder de otra manera?
Esa
afirmación tan común es una visión totalmente fatalista. La historia tiene
sentido. Como dijo Jean Jaurès, «el
camino está lleno de cadáveres, pero conduce a la justicia”.
El
capitalismo es un sistema creado por los hombres y dominado por unos pocos
hombres. Oxfam dice que los ocho multimillonarios más poderosos del mundo
tienen tanta riqueza como 3.700 millones de seres humanos más pobres. Son
sumas de dinero difíciles de imaginar.
Este
orden mundial caníbal ha creado una desigualdad
como nunca antes se había visto en el mundo, es abismal. Las
innovaciones han producido revoluciones tecnológicas, pero al mismo tiempo, el
orden social y económico es un orden asesino.
Hoy,
por primera vez en la historia del mundo, hay suficientes
bienes para asegurar el bienestar material de todos los habitantes de este
planeta. Pero la distribución no es justa y ni equitativa. Un
orden con igualdad y justicia social debe ser el horizonte de la historia.
Desigualdad, hambre en el mundo… Cada vez hay más gente consciente de ello,
quiere actuar, pero no sabe qué hacer al respecto. ¿Podría esta crisis finalmente forzar el cambio?
Sí,
creo que sí, porque es algo esta crisis radicalmente nueva. El shock es muy
profundo. Estamos amenazado de muerte por un enemigo que no
conocemos. Las estructuras puestas en marcha por el Estado
están demostrando ser ineficaces. ¿Por qué? Simplemente porque los estados fueron privados de su función real, su
poder normativo.
Las
políticas de inversión pública estaban revocadas por el valor de mercado, por
el capital, por su ley que domina toda la sociedad. Y su ley es la
ley de maximización del beneficio, de las ganancias para unos
pocos, nunca el capitalismo beneficiara el interés general, va contra la
mecánica de su funcionamiento.
Esto
provoca esa angustia que sentimos todos los días, porque si estamos
contagiados por el virus, con los medios limitados que tiene el estado hoy en día nos arriesgamos a morir. Y esta conmoción brutal puede provocar la revolución.
Te
daré el ejemplo de la Bastilla. El 14 de julio de 1789, los artesanos del
Faubourg Saint-Martin y del Faubourg Saint-Antoine
miraron a sus vecinos y vieron mujeres pálidas, niños hambrientos,
maridos encerrados en la prisión política de la Bastilla. Y en la mañana
del 14 de julio, esa gente sencilla se dijo –a sí mismas– que las cosas
no podía seguir así. Marcharon sobre la Bastilla, liberaron a los
prisioneros, ejecutaron al gobernador: fue el comienzo de la Revolución Francesa. Si la noche del 14 de julio a
orillas del Sena, hubiera habido un periodista que preguntara a los insurgentes
si querían una República con seguridad esa gente que arriesgaron sus
vidas no habría sabido responder. Podemos creer que esto es absurdo. Pero la historia se hace caminando.
Hay una frase de Antonio Machado que usted cita en uno de sus libros
«caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
Exactamente.
Entonces, ¿qué va a pasar? El virus va a causar el fin de la conciencia
alienada y de alguna manera los movimientos populares van a renacer con fuerza
y van a derribar este sistema inhumano capitalista.
Hoy no podemos decir con seguridad qué camino tomará el pueblo, pero
que habrá un levantamiento, eso es seguro.
JEAN
ZIEGLER es vicepresidente del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
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