“Epohi: ¿Hay esperanzas de un nuevo radicalismo entre los
trabajadores en Estados Unidos? ¿Cuáles son las perspectivas del desarrollo
de la lucha de clases en Estados Unidos, debido al empobrecimiento de amplios
sectores de la sociedad?
“Robinson: La
pandemia dejará como secuela más desigualdad, más tensión política, más
militarismo, y más autoritarismo. Si bien se vienen movilizando las
fuerzas ultra-derechista y neo-fascistas, también se movilizan los sectores populares y de la clase obrera.
Aquí en Estados Unidos los trabajadores llevaron a cabo una oleada de huelgas y
protestas, en tanto venía extendiéndose el virus, para exigir su
seguridad. Los inquilinos llamaron por una huelga de alquileres, los
activistas para los derechos de los inmigrantes
rodearon los centros de detención para exigir la liberación de los detenidos,
los trabajadores de la industria automovilística entre otras montaron huelgas salvajes para
obligar a las fábricas a cerrar hasta que las plantas pudieran funcionar con
condiciones sépticas, la gente sin techo tomaron casas vacías, los trabajadores
de la salud en la primera línea exigieron los equipos necesarios para su
protección. La crisis tiene la potencial de despertar a millones de la
apatía política. Hay una radicalización entre los
trabajadores, un nuevo sentido de solidaridad. Se trazan las líneas de
batalla. Se avecinan revueltas sociales”.
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WILLIAM I. ROBINSON: “SE AVECINAN
REVUELTAS SOCIALES EN EEUU”
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América Latina en Movimiento-
Viernes 15 de mayo del 2020.
Entrevista de Epohi (periódico griego del Partido
Syriza) con William I. Robinson, Profesor de Sociología, Universidad de
California en Santa Bárbara
Epohi: ¿Como
evalúas la situación en Estados Unidos? ¿Sería una exageración hablar del
fracaso total del capitalismo neoliberal?
Robinson: No
es exageración decir que la pandemia ha dejado al desnudo el fracaso total del
neoliberalismo en Estados Unidos y a nivel global. Pero queremos recordar
que aun antes de la pandemia, Estados Unidos estuvo en el mero centro de una
creciente crisis del capitalismo global que es tanto estructural como
política. Estructuralmente, la economía global ha estado sumida en la
sobreacumulación y el estancamiento. Gran parte de América Latina y
África ya estuvo en recesión en vísperas de la pandemia, mientras Estados
Unidos y Europa mostraba tendencias recesivas, Asia experimentaba una
prolongada baja en la tasa de crecimiento, los mercados bursátiles alrededor
del mundo ya estaban tambaleándose y se presentaban numerosas burbujas de
activos a punto de reventar. La pandemia paralizó de la noche a la mañana
parte importante de la economía global y apenas sirvió de detonante,
intensificando por muchas veces calamidad que ya amenazaba.
Aquí en Estados Unidos la
crisis ha arrojado de la noche a la mañana a decenas de millones de personas en
crisis de sobrevivencia. Treinta y tres millones de trabajadores
aplicaron para prestaciones de desempleo hasta la fecha, cifra a la cual hay
que agregar las decenas de millones que se encontraban en el desempleo, en el
subempleo, y en el empleo precario. Esta cifra rivaliza con la de la Gran
Depresión de los años 1930. El gobierno ha asignado varios billones de
dólares a rescates y subvenciones a las grandes corporaciones, pero ha
proporcionado cantidades muy inadecuadas de asistencia a los trabajadores y los
pequeños negocios. Las prestaciones de desempleo solo benefician a los
que tenían empleo fijo por lo que deja sin beneficio a los millones, y de todas
maneras el nivel de prestación es demasiado escaso para sobrevivir. Aquellos
que pierden su trabajo también pierden su seguro médico ya que en Estados
Unidos dicho seguro se extienden por medio del empleador, para no mencionar que
décadas de austeridad neoliberal y el desmantelamiento de los sistemas de
bienestar social han devastado el saludo público.
Epohi: ¿Como
interpretas la estrategia de Trump frente a la crisis? ¿Sería una
exageración decir que su prioridad es la rentabilidad de capital y que
desprecia a las vidas humanas?
Robinson: Es
cierto que Trump ha sido criminalmente inepto e insensible en manejar la
emergencia sanitaria. Pero es un error decir que es solamente Trump quien
ha priorizado la rentabilidad capitalista por encima del bienestar de la
mayoría trabajadora. Eso es una estrategia de toda la clase capitalista
transnacional. A pesar de su retórica populista, Trump ha servido bien
los intereses de los capitalistas y los ricos, persiguiendo un programa de
neoliberalismo en esteroides, incluyendo la reforma impositiva regresiva, la
amplia desregulación y privatización, la expansión de las subvenciones al
capital, la represión sindical, y los recortes al gasto social. Desde que
Trump llegó a la presidencia en 2017, la riqueza de los multimillonarios ha
incrementado en un 10.6 por ciento. de acuerdo con un informe reciente.
Los grupos dominantes ahora
se desempeñan en trasladar la carga de la crisis a las clases trabajadores,
impulsando políticas para explotar cada aspecto de la pandemia para beneficios
capitalistas privados. Trump ha revertido las regulaciones ambientales y
laborales para la industria de hidrocarbonos y otras industrias, al declararlas
“industrias esenciales”. Ha impuesto recortes a los salarios de los
trabajadores agrícolas, la mayoría de ellos inmigrantes, y quienes ya
devengaban salarios de miseria. Mientras tanto, la elite ultra rica en
Estados Unidos, increíblemente, vio su riqueza se incrementó por $282 mil
millones de dólares en apenas tres semanas de negocio con la pandemia. El
Gerente General Corporativo de Amazon, Jeff Bezos, incrementó su riqueza por
$25 mil millones. El Gerente General de Tesla y SpaceX Elon Musk – quien
declaró que la cuarentena fue una “infracción fascista” a su derecho de hacer
ganancias – incrementó su riqueza por $5
mil millones, el Gerente General de Zoom, Eric Yuan, por $2.58 mil millones, el
ex-Gerente General de Microsoft Steve Ballmer, por $2.2, etcétera.
Por otro lado, se espera que
se quiebran millones de pequeños negocios. Estarán arrebatados por los
grandes bancos y corporaciones, al igual que las casas de las familias de las
clases trabajadoras y medias que no pueden pagar sus hipotecas. Va a
haber una concentración mucho mayor de la riqueza y el capital en la cima de la
pirámide social.
Epohi: ¿Como vez esta
enorme polarización social creada en Estados Unidos por la crisis actual, con
los partidarios de Trump por un lado y sus oponentes por el otro?
Robinson:
Al igual que en otras partes del mundo, ha habido una rápida polarización
política desde antes de la crisis sanitaria entre un repunte de las fuerzas
populares e izquierdistas y una insurgencia de la ultra-derecha y fuerzas
neo-fascistas. Ambas fuerzas apelan a la misma base social de los
millones que han sido devastados por la austeridad neoliberal, el
empobrecimiento, el empleo precario, y la relegación a las filas de la
humanidad superflua.
Pero ahora la pandemia está
intensificando dicha polarización. La estrategia de Trump has sido
insistir en una reapertura inmediata de la economía. Ha ordenado a los
trabajadores de las plantas procesadoras de carnes y de otras industrias a
regresar al trabajo sin preocuparse por su seguridad. Esta reapertura
prematura goza del pleno apoyo de los empleadores, cuya prioridad sobre
cualquiera otra cosa es asegurar sus ganancias y la disciplina sobre los
trabajadores. La parálisis de la economía interrumpió momentáneamente el
proceso de la acumulación de capital. Pero el capital no puede quedarse
ocio sin dejar de ser capital. El impulso para reavivar la maquinaria
capitalista lucrativa explica la ocurrencia en numerosas ciudades
norteamericanos de manifestaciones públicas de la ultra-derecha para exigir el
levantamiento de la cuarentena. Si bien las protestas aparecen como
espontáneas, de hecho, han sido organizadas por las agrupaciones conservadoras
estadounidenses respaldadas por los lobbies corporativos. Las milicias
derechistas han concurrido fuertamente armadas a estas protestas.
La ultra derecha ha venido
forjando una base social entre aquellos sectores anteriormente privilegiados de
la clase trabajadora, en su mayoria blancos, quienes en años recientes han
experimentado una fuerta desestabilizacion socioeconomica y una movilidad
descendiente de cara la la globalización capitalista. Trump ha logrado canalizar
la mayor ansiedad social entre estos sectors, desde una crítica del capitalismo
global hacia una movilización racista y jingoista contra los chivos expiatorios
tales como los inmigrantes, y por tanto estos sectores llegan a servir de
fuerzas de choque, de manera verdaderamente fascista, para la agenda
capitalista ultra-derechista. Trump y la ultra-derecha utilizan la
deslocación en masa causada por el colapso económico para avanzar esta
movilización neo-fascista.
Epohi: ¿Como ha afectado la
crisis actual la elección presidencial?
Robinson: El
proceso electoral está prácticamente en un estado de suspensión ya que las
campañas públicas no son posibles. Las convenciones de los partidos que
suelen realizarse durante el verano probablemente se realizarán en espacio
virtual. Trump, como presidente, goza de visibilidad pública y tiene una
plataforma, mientras tanto el probable candidato Demócrata Joe Biden
prácticamente no tiene presencia pública en estos momentos. No está claro
si la votación puede darse en noviembre de una forma que protege la salud de
los votantes. Algunos Demócratas han llamado por una votación por correo,
pero Trump y los Republicanos han resistido este llamado. Las
dificultades en emitir el voto y la baja participación electoral favorecen a
los Republicanos. Algunos han hablado incluso de la postergación de las
elecciones en caso de que no haya pasado la pandemia. Cualquier cosa
puede pasar entre ahora y noviembre.
Epohi: ¿Hay esperanzas de un nuevo
radicalismo entre los trabajadores en Estados Unidos? ¿Cuáles son las perspectivas del
desarrollo de la lucha de clases en Estados Unidos, debido al empobrecimiento
de amplios sectores de la sociedad?
Robinson: La
pandemia dejará como secuela más desigualdad, más tensión política, más
militarismo, y más autoritarismo. Si bien se vienen movilizando las
fuerzas ultra-derechista y neo-fascistas, también se movilizan los sectores
populares y de la clase obrera. Aquí en Estados Unidos los trabajadores
llevaron a cabo una oleada de huelgas y protestas, en tanto venía extendiéndose
el virus, para exigir su seguridad. Los inquilinos llamaron por una
huelga de alquileres, los activistas para los derechos de los inmigrantes
rodearon los centros de detención para exigir la liberación de los detenidos,
los trabajadores de la industria automovilística entre otras montaron huelgas
salvajes para obligar a las fábricas a cerrar hasta que las plantas pudieran
funcionar con condiciones sépticas, la gente sin techo tomaron casas vacías,
los trabajadores de la salud en la primera línea exigieron los equipos
necesarios para su protección. La crisis tiene la potencial de
despertar a millones de la apatía política. Hay
una radicalización entre los trabajadores, un nuevo sentido de
solidaridad. Se trazan las líneas de batalla. Se avecinan revueltas
sociales.
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