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NUESTRA AMÉRICA ESTA DE DUELO.
HA MUERTO UN REVOLUCIONARIO. !! VIVA LA REVOLUCIÓN¡¡. Presidente Hugo
Chávez Frías. Descansa en Paz. Cuando un Revolucionario muere, nunca
muere, porque nacen mil revolucionarios. Nuestra hermana República
Bolivariana de Venezuela está de luto. Ha muerto el Líder de la Revolución, el
hombre que en 14 años de conducción política como Presidente, cambió totalmente
el país que lo vio nacer, con su fuerza, impulso, energía, valentía, la
poderosa confianza en su pueblo, su discurso enérgico y desafiante, mensaje
claro y transparente pasó fronteras y hoy el “chavismo” es una realidad en el
pensamiento político latinoamericano y mundial. El Socialismo del siglo XXI es un proceso en construcción a mediano y
largo plazo, una nueva estrategia revolucionaria frente al poder del Imperio;
conducido por un hombre que entregó toda su vida por una esperanza, una utopía,
en la cual estuvo embarcado primero, junto a un puñado de revolucionarios y
nacionalistas y años después, cuando la presión política y el propio golpe de
estado de la derecha mediática el año 2002, logró comprender y asimilar que
esta gran tarea y responsabilidad histórico-política era un trabajo colectivo,
organizado, con una dirección política centralizada, es decir, (in)surge en la
coyuntura, la vanguardia política revolucionaria: El Partido Socialista Unificado de Venezuela, asume la gran tarea
histórica, la grandeza revolucionaria de reafirmar dignidad y conciencia
revolucionaria: El Ciudadano Bolivariano, y
las organizaciones políticas del pueblo, la conducción del proceso bolivariano,
alternativa política frente a la dominación, sometimiento e imposición de
falsas y corruptas democracias etiquetadas como huella, nombre oficial y legal
del poder imperial. El proceso revolucionario bolivariano, único, autónomo e
independiente reafirma que cada pueblo, nación es dueño de su propio destino
histórico: la Revolución no es copia ni calco, es creación heroica de los
pueblos. Hasta siempre Comandante, en
Nuestra América libre, democrática y revolucionaria, la Patria
Grande de Túpac Amaru, Bolívar, Artigas, Martí, Sandino, Mariátegui, Fidel, Che
Guevara, Allende y otros cientos de revolucionarios. El deber de todo revolucionario, es hacer la Revolución. Pablo Raúl.
/////
Hasta siempre Comandante.
*****
Miércoles
6 de marzo del 2013.
Homar
Garcés (especial para ARGENPRESS.info)
Es difícil resignarse ante
la muerte de un líder que despertó pasiones, emociones y conciencias entre
millones de personas como nunca había ocurrido antes, tanto en Venezuela y en
nuestra América como en el resto del mundo. Un líder que supo interpretar las
necesidades, el sentimiento y las esperanzas de un pueblo que fuera engañado,
humillado, marginado y masacrado a lo largo de cuarenta años por las elites
gobernantes.
Un líder que reavivó la
confianza en el socialismo como alternativa revolucionaria frente a la
depredación, el intervencionismo militar, las injusticias y las desigualdades
generadas por el capitalismo cuando muchos aceptaron sin chistar el veredicto
de sus apologistas al desmoronarse la Unión Soviética. Un líder, en fin, que
supo comprender la trascendencia de su papel histórico y lo asumió a plenitud
-sin mezquindad y a tiempo completo- en beneficio de aquellos que jamás
perdieron la fe respecto a que él sabría y haría mucho por dignificar sus
condiciones de vida. Por eso, decir que Hugo Chávez Frías ha muerto es una mala
jugada de quienes, de una u otra forma, le acompañamos en este arduo camino de
construir la patria nueva y la revolución bolivariana socialista. Sería
concederles la razón a aquellos que, enceguecidos por sus apetencias personales
de poder, mantuvieron posiciones de evidente lacayismo, subordinados siempre a
los intereses del imperialismo gringo, con la vana ilusión de parecerse a sus
amos capitalistas.
En retribución a esa dedicación de Chávez en hacer realidad los anhelos republicanos, independentistas, igualitarios, integracionistas, ciudadanos y democráticos de Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, además de otros próceres de la amplia geografía latinoamericana y caribeña, a los cuales se sumaran (sin contradicción) los contenidos en el socialismo revolucionario; los chavistas tienen ante sí el reto de mantener, profundizar y consolidar los cambios necesarios para que la revolución bolivariana socialista no naufrague y no se pierda ese gran esfuerzo hecho por el Presidente. Para ello es fundamental que se alcance la unidad orgánica de los revolucionarios sobre un programa común, sin los sectarismos partidistas que desde siempre han obstaculizado este propósito que -ahora más que nunca- es harto necesario para la continuidad del proceso revolucionario bolivariano. Dicho propósito, sin embargo, no podrá cumplirse sin que exista sinceridad de parte de todas las organizaciones sociales y políticas que respaldaron a Chávez en cuanto a la promoción, activación, formación teórica y organización autónoma del poder popular, con énfasis especial respecto al pleno ejercicio de la democracia participativa y protagónica, en una primera fase, para luego convertirse, en una fase posterior, en democracia directa, transformando radicalmente todas las estructuras de la sociedad existente.
En retribución a esa dedicación de Chávez en hacer realidad los anhelos republicanos, independentistas, igualitarios, integracionistas, ciudadanos y democráticos de Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, además de otros próceres de la amplia geografía latinoamericana y caribeña, a los cuales se sumaran (sin contradicción) los contenidos en el socialismo revolucionario; los chavistas tienen ante sí el reto de mantener, profundizar y consolidar los cambios necesarios para que la revolución bolivariana socialista no naufrague y no se pierda ese gran esfuerzo hecho por el Presidente. Para ello es fundamental que se alcance la unidad orgánica de los revolucionarios sobre un programa común, sin los sectarismos partidistas que desde siempre han obstaculizado este propósito que -ahora más que nunca- es harto necesario para la continuidad del proceso revolucionario bolivariano. Dicho propósito, sin embargo, no podrá cumplirse sin que exista sinceridad de parte de todas las organizaciones sociales y políticas que respaldaron a Chávez en cuanto a la promoción, activación, formación teórica y organización autónoma del poder popular, con énfasis especial respecto al pleno ejercicio de la democracia participativa y protagónica, en una primera fase, para luego convertirse, en una fase posterior, en democracia directa, transformando radicalmente todas las estructuras de la sociedad existente.
Ahora sólo nos resta
exclamar ¡Hasta siempre, Comandante!, reafirmando con ello el compromiso
revolucionario que debe caracterizarnos a quienes hemos luchado por forjar una
sociedad de nuevo tipo bajo los ideales del socialismo revolucionario, poniendo
todo nuestro empeño en que dicha sociedad (incluyente, de unidad en la
diversidad e internacionalista) sea algo
posible y no simple discurso de demagogos y oportunistas.
Hugo Chávez, el que abrió la cancha.
*****
Juan
Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)
Los procesos políticos en
cualquier nación de América Latina han estado históricamente distorsionados por
la intervención extranjera. Es así que uno de los grandes logros de Hugo Chávez
como presidente de Venezuela fue haber abierto la cancha en la región del
predominio casi absoluto de Estados Unidos. El concepto de que “Chávez abrió la cancha” es del
sociólogo y político argentino Eduardo Bustelo Grafigna.
Pocas veces en el contexto
de la región, la preocupación de Estados Unidos había estado más centrada en el
fenómeno de la revolución bolivariana que encabezó Hugo Chávez. Para Estados
Unidos representó el epítome del llamado peligro populista que antecede a la
insurgencia. Según el SSI (Strategic Studies Institute. Pentágono), Venezuela
es central en el control estratégico de América del Sur y el sur del Caribe.
Desde su última reelección, el punto rojo en el mapa insurreccional del
Pentágono se puso más reluciente aún y comenzó a titilar como si fuera una
alerta roja permanente.
Más allá del petróleo, su
ubicación geográfica privilegiada la convierte en enclave estratégico. También
es conocida la trayectoria europea para tener influencia en ésta zona. El cruce
de intereses europeos se observó nítidamente en las editoriales y columnas de
opinión del diario El País de España que estuvo en la vanguardia mediática para
contener la llamada influencia chavista en la región.
Consolida su ideario por la
revolución bolivariana, cuando vence en la elección presidencial de 2006, con
un 63.8 %, contra un 36.9 % del opositor Manuel Rosales. Aún así, los medios de
oposición descalificaron la aplastante victoria a que se habrían distribuido
listas de personas que perderían sus privilegios si no votaban por Chávez.
Sin embargo, pasó más que
eso. Venezuela comienza a crecer económicamente con una tasa bordeando el 10%.
El país es reconocido internacionalmente no sólo por su riqueza petrolera, sino
por su capacidad de negociar y establecer proyectos de integración.
Hubo costos también. En
función de la actividad económica, Venezuela optó por destinar una parte
importante de su copiosa liquidez al capital financiero, a la inversión externa
y a estimular el consumo suntuario desactivando en parte la manufactura local.
Esta política generó desequilibrios que derivaron en disminución de empleos y
un mayor gasto social para amortiguar. En todo caso fue la ruta elegida por la
mayor parte de las economías que acumulaban volúmenes importantes de liquidez y
que por las tendencias del mercado mundial no podían transformarse bruscamente
en economías manufactureras. Después vino la crisis de 2008, que también
Venezuela la sufrió aunque pudo absorberla por su petróleo.
El país no obstante estuvo
siempre en la mira de la seguridad estratégica de Estados Unidos en el
hemisferio occidental. Desde la batalla contra España (1898), para obtener la
posesión de Cuba, Estados Unidos ha querido echar mano de Venezuela. Juan
Vicente Gómez, comandante general del Ejército permanece en el poder 25 años
(1908-1933) es el que coloca a Venezuela finalmente en una posición de dependencia
de Estados Unidos.
Aunque nunca ocupada
territorialmente por Estados Unidos, como República Dominicana en distintos
períodos, o Cuba 1898-1908), Venezuela a partir de la explotación petrolera,
comienza a ser invadida en todos los sectores de su economía y tejido social.
Recibe una gran cantidad de inmigrantes de Europa, Estados Unidos y América
Latina que se integran a la industria petrolera y ramas subsidiarias. Venezuela
crece y se hace más cosmopolita convirtiéndose en uno de los países más
complejos de la región.
Sobre Hugo Chávez se dijo de
todo. Que fue un factor de desestabilización en la región fue lo más suave. Que
tenía conexiones con el terrorismo internacional ha sido la más grave, como
fueron los argumentos de los políticos de la derecha chilena contra la
candidatura de
Venezuela para ocupar una posición en el Consejo de Seguridad de
la ONU
Internamente los detractores
lo acusaron de haber polarizado el país. Teodoro Petkoff, miembro de la ultra
izquierda de los años 60, era un furibundo anti Chávez como muchos otros
miembros de la ultra izquierda venezolana. Con todo, la “vía de Chávez” nunca
fue la “vía de Cuba”. Alberto Garrido un analista político venezolano la
descartaba: “Chávez es un pragmático. Si ve que lo de Cuba no funciona para
Venezuela, el no lo aplica. No tiene nada que ver con que admire a Fidel
Castro”.
El gran legado de Hugo
Chávez es como reformador político. Su mayor aporte es haber quebrado el
sistema de los dos partidos que marginaba a gran parte de la población y
aceleró el proceso de empobrecimiento. En este sentido abre el verdadero
proceso democrático quizás como en ningún otro país de la región. Las
afirmaciones del encargado regional de la agencia estadounidense Human Rights
Watch, José Vivanco, en cuanto a que Venezuela no es democracia se desacreditan
por el propio proceso democrático bolivariano abierto y discursivo. Vivanco, un
abogado chileno, se resiste a reconocerlo por un subjetivismo propio de un anti
reformista (o anticomunista), que distorsiona su racionalidad y no tolera una
contestación al modelo existente.
Los partidarios señalarán
que su mayor contribución fue hacer sentir a la gente más excluida que
participaba en las decisiones. Claramente, la mayoría que apoya a Chávez
piensan “que es su gobierno”. A pesar de que algunos analistas digan que Chávez
polarizó, es claro que el fenómeno se debe más a la frigidez política de la
social democracia convencional y la derecha para solucionar problemas políticos
y sociales que ellos mismos fabricaron vía corrupción e incapacidad de generar
mayor equidad y participación política efectiva, no de papel.
Hugo Chávez desordenó
y reordenó “la cancha” de la política internacional en la región como nadie lo
había hecho desde la década de 1960. En gravitación quizás solo comparable a
Fidel Castro y su equipo con su revolución. Partidario o no de sus políticas, el que analiza debe reconocer esa
nueva realidad que dejó Chávez.
Por Chávez … por Nuestra América.
*****
Alejandro
L. Perdomo Aguilera (especial para ARGENPRESS.info)
Chávez, ejemplo de virtud y de entereza, imagen inmortal del sueño bolivariano, de la unión de Nuestra América, de la esperanza y el valor de los pueblos que claman día a día por el triunfo de la segunda y verdadera independencia.
Chávez es pasado, presente y
futuro; sus ideas y sus sueños quedarán inmortalizados en las mentes y los
corazones de muchas generaciones; porque demostró con su vida, que la lucha por
la emancipación no morirá jamás, que el ansia de los hombres y mujeres de
Nuestra América, por una vida más digna y plena, ameritan toda la consagración,
el amor y el valor de nuestros pueblos. Chávez es, por su vida y su legado, la
prédica con el ejemplo, la luz en el horizonte del símbolo de la unidad de
Nuestra América.
Sí…, Chávez ha muerto, pero
también ha nacido, germina en una tierra divina, donde habitan los próceres de
nuestras emancipaciones. Está allí porque tiene el valor único, de haber
reavivado en las nuevas generaciones el sueño bolivariano; porque demostró que
sólo los que sueñan con lo imposible, logran lo posible. Sus luchas por la
verdadera liberación derribaron fronteras, transgredieron tabúes e invadieron
espíritus; forjando la unidad, como la plata en las raíces de los andes, para
las luchas contra los hegemonismos, las castas y la desesperanza.
Sí…, Chávez ha muerto, pero
seguirá vivo, porque se ha convertido en el alma de la segunda independencia,
porque desplegó la llama de la revolución, regando la esperanza y el amor por
toda la Madre América.
Desde esas últimas
comparecencias, cuando enfrentó con valor y nobleza la realidad que le
confrontaba, habló con pasión, desde el torrente de su corazón, para que jamás
murieran sus ideas, para que su pensamiento y sus esfuerzos por una vida mejor
para nuestros pueblos, continuara encarnada en las nueva generaciones.
Adiós Chávez, con amor sincero y respeto pleno, te escribe uno más de este hermano pueblo cubano, que hoy sufre con Nuestra América, la terrible perdida de tu presencia física, pues siempre estarás en nuestros corazones.
Adiós Chávez, con amor sincero y respeto pleno, te escribe uno más de este hermano pueblo cubano, que hoy sufre con Nuestra América, la terrible perdida de tu presencia física, pues siempre estarás en nuestros corazones.
Hugo Chávez, Hasta la Victoria Siempre.
*****
Gustavo
Robles (especial para ARGENPRESS.info)
Hugo Chávez ha muerto.
Estaba intentando escribir algo al respecto, pero no sabía muy bien por dónde
empezar. Lo primero que tengo que decir es que estoy conmovido, más allá del
desenlace previsible y temido, y de las críticas que pueda hacerle desde mi
postura ideológica. Es que con el Comandante bolivariano no cabían medias
tintas: podemos decir sin temor a equivocarnos que la realidad política de
América Latina desde 1998 lo tiene como ineludible referencia, y aún la del
mundo entero.
El desdén hacia el marxismo
y el leninismo, la instalación a nivel mundial de esa rara acepción "del
siglo 21" al socialismo, pero sobre todo casos como el del compañero
Julián Conrado y la intromisión en la lucha de clases de nuestro país a favor
del proyecto kirchnerista que claramente nada tiene que ver con el socialismo
sino todo lo contrario, hacía que todo marxista con coherencia ideológica se
incomodara ante esas posturas de Chávez.
Pero hay que saber leer los
procesos. También hay que tomar en cuenta el tremendo huracán de sentimiento
antiimperialista que desató y encausó la irrupción del líder venezolano, aún en
los tiempos en que el neoliberalismo se pavoneaba soberbiamente en nuestro
continente. Chávez fue el emergente del enorme descontento popular después de
décadas de sufrimiento por la aplicación a rajatabla de las políticas del
Consenso de Washington en los países de la región. Y lo hizo desde un discurso
que asumía nada menos que a la Cuba Revolucionaria como guía continental para
esa lucha, tal vez más en el plano de lo simbólico que en el ideológico, pero
suponía un tremendo golpe a la comodidad de los “señores” que se creen los
dueños de la Tierra. Hay que rescatarle la capacidad para construir poder y
ponerse a la vanguardia de los sectores más humildes, para colocarse en el
centro de la discusión política mundial desde un país subdesarrollado, para
ubicarse a la cabeza de la resistencia latinoamericana al neoliberalismo, y
para ganar todas las elecciones en las que se presentó, a pesar de lo cual la
burguesía internacional lo tildó temerariamente de “dictador”.
Chávez marcó una huella indeleble en la historia de Nuestramérica. Hay un antes y un después de su figura. Sin él, las corrientes antiimperialistas que hoy se desarrollan en estas tierras sureñas marginadas de los placeres del Norte poderoso, no hubiesen sido posibles. Habrá que cuidar estos procesos de soberanía de los pueblos y radicalizarlos, porque cualquier paso atrás sería catastrófico para los que soñamos con un mundo diferente al desigual que hoy vivimos.
Sin temor a avergonzarme, puedo decir que, después de la desazón por la caída de la Unión Soviética, hubo dos hechos que yo sentí como aire fresco cuando parecía que todo estaba perdido: uno, la irrupción en la Selva Lacandona del Ejército Zapatista. La otra, en 2005 en Mar del Plata, cuando en medio de la lucha contra el ALCA, rodeado de mandatarios que se oponían al acuerdo continental propuesto por Bush desde identidades no definidas y pacatas, hubo alguien que desde las tribunas del estadio mundialista se atrevió a gritar una palabra que el establishment quiso borrar de la consciencia mundial: “Socialismo”, dijo Hugo Chávez.
Nunca me voy a olvidar de aquél momento histórico. Como tampoco de los discursos memorables en las Naciones Unidas, denunciando el “olor a azufre” que había dejado Bush a su paso. Aire fresco. Y eso merece el máximo de los respetos, al menos de mi parte
Chávez marcó una huella indeleble en la historia de Nuestramérica. Hay un antes y un después de su figura. Sin él, las corrientes antiimperialistas que hoy se desarrollan en estas tierras sureñas marginadas de los placeres del Norte poderoso, no hubiesen sido posibles. Habrá que cuidar estos procesos de soberanía de los pueblos y radicalizarlos, porque cualquier paso atrás sería catastrófico para los que soñamos con un mundo diferente al desigual que hoy vivimos.
Sin temor a avergonzarme, puedo decir que, después de la desazón por la caída de la Unión Soviética, hubo dos hechos que yo sentí como aire fresco cuando parecía que todo estaba perdido: uno, la irrupción en la Selva Lacandona del Ejército Zapatista. La otra, en 2005 en Mar del Plata, cuando en medio de la lucha contra el ALCA, rodeado de mandatarios que se oponían al acuerdo continental propuesto por Bush desde identidades no definidas y pacatas, hubo alguien que desde las tribunas del estadio mundialista se atrevió a gritar una palabra que el establishment quiso borrar de la consciencia mundial: “Socialismo”, dijo Hugo Chávez.
Nunca me voy a olvidar de aquél momento histórico. Como tampoco de los discursos memorables en las Naciones Unidas, denunciando el “olor a azufre” que había dejado Bush a su paso. Aire fresco. Y eso merece el máximo de los respetos, al menos de mi parte
Hugo Chávez estaba ubicado
claramente del lado de la lucha de los pueblos por su liberación. Era un
compañero con el cual podía no compartirse sus políticas y hasta discutir su
postura ideológica, pero los que hoy festejan su muerte están en las metrópolis
imperiales y los que lloran son los más
humildes de estas tierras
Compañero
Chávez, Hasta la Victoria Siempre.
CHÁVEZ: Muere el hombre, pero nace una
leyenda.
*****
Rudis
Flores (especial para ARGENPRESS.info)
Tu muerte es la expresión de
la última batalla que no pudiste vencer, tu muerte no tenia hora ni tarjeta de
invitación y llegó en el momento en que tú pueblo alcanza un nivel de madurez
sobre la construcción de la patria grande. Hoy miles y cientos de
revolucionarios en todo el mundo te lloran y lamentan tu partida, están
dispuestos a defender tus ideas, proyectos, tus sueños al igual que los de
Bolívar, Martí y a escribir aun con su sangre desde distintas trincheras que
alumbran la construcción de un nuevo tipo de sociedad.
Nunca un pueblo tuvo cosas
tan sagradas que defender como su revolución, su patria, sus derechos, hoy más
que nunca tu pueblo necesita tus ideas, tu virtud y todo lo que te hizo hasta
hoy luchar contra la injusticia social, contra la oligarquía y la incesante
forma de agresión de la política exterior del imperio.
Luchaste por los pobres, por
los explotados, los oprimidos, por un mundo mejor, asumiste tu responsabilidad
histórica, no miraste de qué lado se vive mejor sino de qué lado está el deber
y que ese es el único hombre práctico cuyos sueños de hoy serán las leyes del
mañana, le enseñaste el camino a tu pueblo y a los latinoamericanos, hoy
nuestra responsabilidad es doblemente mayor y tenemos que cumplirla.
Desde joven demostraste
impecablemente tu dolor ante la injusticia, soportaste las envestidas más
grotescas del imperio, supiste encarnar en el corazón del pueblo que después
del golpe de estado supo defender a su presidente y demostró la maduración de
tu gente envestida de valor y fuerza contra quienes intentaron derrocarte.
Te convertirás en el guía eterno de tu pueblo y tu semilla germinara en todo el continente, tu legado no caducara jamás, en la medida que tu pueblo avance se agrandara la fuerza inspiradora de tu espíritu revolucionario, de tus sentimientos de unidad y solidaridad con nuestra América, de tus principios morales profundamente humanos, patrióticos y socialistas.
Te convertirás en el guía eterno de tu pueblo y tu semilla germinara en todo el continente, tu legado no caducara jamás, en la medida que tu pueblo avance se agrandara la fuerza inspiradora de tu espíritu revolucionario, de tus sentimientos de unidad y solidaridad con nuestra América, de tus principios morales profundamente humanos, patrióticos y socialistas.
Es imposible no derramar una
lágrima, te llora todo un pueblo y el mundo entero, ahora no estás físicamente,
pero resucitaras en la sonrisa de los niños, de los campesinos, de la mujeres,
de los trabajadores y en la patria grande que tu soñaste.
¡““ VIVA VENEZUELA!”” ¡““ VIVA AMERICA LATINA!”” ¡““VIVA CHAVEZ!””
¡““ VIVA VENEZUELA!”” ¡““ VIVA AMERICA LATINA!”” ¡““VIVA CHAVEZ!””
¡HASTA
LA VICTORIA SIEMPRE COMANDANTE!
*****
HUGO CHÁVEZ o el testimonio de una
batalla inconclusa.
*****
Miguel
Mazzeo (LA HAINE)
Hugo Chávez está
bienaventuradamente muerto para el imperialismo y sus animales dóciles desparramados
por todo el orbe.
Esos mismos que ya habían
escrito su muerte en 2002, esos que nunca se cansaron de prodigarle insultos y
odio de clase en sus versiones más descarnadas.
El comandante Hugo Chávez está desoladoramente muerto para el pueblo pobre, para los oprimidos, los luchadores, los soñadores, de Venezuela y Nuestra América. El desamparo se puede leer en sus rostros, en sus ojos empozados de tristeza.
Sus ampulosidades verbales, sus contradicciones, sus transacciones (algunas inevitables para quien ejercía el gobierno de un Estado periférico en este contexto histórico), las coexistencias pactadas que toleró, los funcionarios y figuras indefendibles que buscaron anular toda praxis anti-sistémica de los y las de abajo y que él, en ocasiones, arropó equívocamente, no deberían ocultarnos las porciones de Chávez más nuestras: los puntos de fisura en la dominación que él hizo posible, los ejercicios de des-alienación y las experiencias de contra-hegemonía que alentó (directa o indirectamente), las porciones de patria que puso a disposición de hombres y mujeres del pueblo que nunca habían tenido patria, el "nosotros" libertario que ayudó a fundar con cascadas de palabras y de acciones, su histórica contribución a la diversificación y enriquecimiento del campo popular en Venezuela y en Nuestra América.
El comandante Hugo Chávez está desoladoramente muerto para el pueblo pobre, para los oprimidos, los luchadores, los soñadores, de Venezuela y Nuestra América. El desamparo se puede leer en sus rostros, en sus ojos empozados de tristeza.
Sus ampulosidades verbales, sus contradicciones, sus transacciones (algunas inevitables para quien ejercía el gobierno de un Estado periférico en este contexto histórico), las coexistencias pactadas que toleró, los funcionarios y figuras indefendibles que buscaron anular toda praxis anti-sistémica de los y las de abajo y que él, en ocasiones, arropó equívocamente, no deberían ocultarnos las porciones de Chávez más nuestras: los puntos de fisura en la dominación que él hizo posible, los ejercicios de des-alienación y las experiencias de contra-hegemonía que alentó (directa o indirectamente), las porciones de patria que puso a disposición de hombres y mujeres del pueblo que nunca habían tenido patria, el "nosotros" libertario que ayudó a fundar con cascadas de palabras y de acciones, su histórica contribución a la diversificación y enriquecimiento del campo popular en Venezuela y en Nuestra América.
En síntesis: el campo de
posibilidades políticas que desbrozó para los y las de abajo, el proceso
popular constituyente que supo inaugurar, las posiciones que ayudó a conquistar
para los y las que luchan por la justicia y la dignidad en cualquier rincón del
planeta. Algo que jamás le han reconocido los y las que se jactan de su
inmunidad a las pasiones plebeyas, los y las que se detienen al borde la vida
para conservar la fidelidad a algún pensamiento estático y cosificante o a los
modelos pulcros como un teorema.
Por supuesto, estos aspectos
son ignorados también por quienes entienden y practican el chavismo -dentro y
fuera de Venezuela- como un camino apto para conservar los pilares del antiguo
régimen, un camino que tapizan con retóricas inflamadas pero invariablemente
negadoras de la lucha de clases. Se trata de aspectos sistemáticamente obviados
por quienes ven en el chavismo una trinchera para conservar e incrementar sus
privilegios; por quienes quieren hacer pasar lo contradictorio por lo distinto;
por quienes quieren ocultar los actos de entrega y dominación con una boina
roja, con retórica y épica revolucionaria; por quienes defienden
nacionalizaciones a medias y desde arriba y un anti-capitalismo en cuenta gotas
y en los márgenes del sistema.
Empoderamiento y
democratización desde abajo versus cooptación y clientelismo. Revitalización
insurgente versus delegación y mediación estatista.
Socialismo de Nuestra
América versus "pos-neoliberalismo" y perpetuación del capital
globalizado bajo sistemas más o menos progresistas.
Así de paradójica continua
la historia de Venezuela. Así de inconcluso permanece este proceso histórico.
Así de indefinido lo deja Chávez. Pero... ¿Por cuánto tiempo? No hace falta
ejercer el oficio de los augures para percibir que las tendencias libertarias,
revolucionarias, antiimperialistas, anticapitalistas (y defensoras del poder
popular como camino y meta), no podrán convivir por mucho tiempo con el
proyecto del imperio y las clases dominantes, un proyecto que, en lo sustancial, no es antagónico con el de la
"boli-burguesía" o la "burocracia bolivariana", un proyecto
extractivista y rentista, (o neo-desarrollista, en el mejor de los casos).
Las alternativas no abundan.
Todo indica que si no se dan pasos acelerados y significativos en pos de una
transición al socialismo, el destino inmediato será el de una restauración
imperialista, que podrá asumir los clásicos perfiles conservadores y
reaccionarios o que podrá reivindicar horizontes de "desarrollo" y de
"integración social" revestidos de parafernalia pseudo-socialista,
incluso sin abjurar de algunas líneas de continuidad respecto del chavismo.
Acaba de morir el hombre que
irradiaba fulgores, que encendió chispas de conciencia, que supo alentar el
sueño de una vida más abundante en trabajadores, campesinos, estudiantes,
vagabundos y poetas.
Acaba de morir el dirigente
político herético que desde el lugar menos pensado, en el momento menos
esperado, en medio de la inhospitalidad de la posguerra fría, corporizó -desde
un gobierno, desde un Estado!- el sueño revolucionario, al tiempo que alentó la
integración regional y la multipolaridad.
Acaba de morir el gran
comunicador que más allá de las mistificaciones asumió un rol político clave
para reinstalar la causa del socialismo en Nuestra América y el mundo,
recuperando el valor estratégico del socialismo, reinstalando la idea de su
vigencia histórica, retomado el proyecto de traducir Marx a Bolívar, socialismo a Patria, socialismo a Nuestra América. Nada
más y nada menos que la cifra de cualquier proceso revolucionario auténtico en
este costado del mundo, y no una "contradicción restallante" según la
letanía de la izquierda dogmática y eurocéntrica. La izquierda sin sujeto y sin
destino, convencida de la incompatibilidad entre el socialismo y la utopía de
libertad, soberanía y unidad de los libertadores de Nuestra América.
Raro bonapartismo este que
ayudó a convertir a un conjunto de organizaciones y movimientos de la sociedad
civil popular en el eslabón más débil de la cadena de colonización y
dominación.
Raro bonapartismo este que
ayudó a que los oprimidos del país descubran su identidad como clase junto con
sus capacidades para transformar la realidad. Raro bonapartismo este, aún
considerando la flexibilidad de tan gastada e inútil categoría teórica. Raro y
heréticamente descarriado.
Raro populismo este, si cabe
la utilización de otra categoría igual de imprecisa y amplia. Raro, porque
cabalgó (y cabalga) sobre una contradicción, y uno de sus polos abriga una
potencialidad emancipatoria.
¿Qué rumbos tomará ahora la
Revolución Bolivariana? ¿Será el Chávez símbolo tan importante como el Chávez
de carne y hueso? ¿Podrá el joven mito conjurar la dispersión? ¿Se invocará su
nombre como bandera del proyecto revolucionario y libertario original o será el
signo del simulacro de socialismo que impulsan las corporaciones y la
burocracia? ¿Se invocará su nombre sólo como sostén de proyectos liberadores o
su nombre podrá ser invocado en vano y servir de soporte para una América
Latina ajena, de factoría, estancia, fundo, shopping center, zona franca y
cuartel policial? ¿Qué harán ahora el imperio y las clases dominantes para
eliminar las ansias del pueblo venezolano de dirigirse a sí mismo?
No debemos olvidar el
proceso histórico con el que se entrelaza indisolublemente la figura de Chávez.
Un proceso histórico que arranca, cuanto menos, en el Caracazo de 1989 y que
tiene un pico muy alto en puente Llaguno, cuando el golpe de 2002. Mencionamos
los hitos más imponentes e históricamente determinantes, pero no pasamos por
alto la existencia de infinidad de hitos pequeños, cotidianos y a veces
imperceptibles. Este proceso histórico, seguramente, encontrará nuevos cauces.
Porque aunque resulte una obviedad, no hay que olvidar que Chávez es también el
nombre de una experiencia histórica realizada por el pueblo venezolano, una
experiencia que está más abierta que nunca. Chávez es el testimonio de una
batalla inconclusa. El sentido presente y futuro de su figura se dirimirá en la
práctica, en la lucha de clases y en la lucha de calles.
De todas maneras, hoy nos resultan agobiantes los análisis históricos "macro". Hoy no nos sirven de consuelo las visiones totalizadoras. Hoy, nosotros, presuntamente inmunizados frente a las patologías caudillescas y las figuras volcánicas, no podemos evitar sentirnos abrumados por la angustia ocasionada por la pérdida de una voluntad individual demasiado radiosa y excepcional. Hoy no podemos esquivar la certeza de sabernos más solos en un mundo que nos parece un poco más desencantado que ayer.
De todas maneras, hoy nos resultan agobiantes los análisis históricos "macro". Hoy no nos sirven de consuelo las visiones totalizadoras. Hoy, nosotros, presuntamente inmunizados frente a las patologías caudillescas y las figuras volcánicas, no podemos evitar sentirnos abrumados por la angustia ocasionada por la pérdida de una voluntad individual demasiado radiosa y excepcional. Hoy no podemos esquivar la certeza de sabernos más solos en un mundo que nos parece un poco más desencantado que ayer.
Hoy
nuestro corazón endeble añora su presencia.
Mañana mismo, seguramente,
habrá que comenzar a llenar este vacío: con pueblo brillando con luz propia,
con pueblo organizado, unido y consciente, con discusión en la base, con formas
de mando populares y democráticas, proyectando las mejores praxis anti-sistémicas
desarrolladas por el pueblo venezolano en los últimos 25 años.
Hasta la victoria siempre, querido comandante.
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Miguel Mazzeo (Escritor. Docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa). Militante del Frente Popular Darío Santillán de Argentina).
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