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La formación
liderada por el cómico genovés, Beppe Grillo, ha puesto el país y media Europa patas arriba tras ganar las
elecciones. Es visto como un peligro para la democracia. Se le tilda de fascista y anti-político por querer terminar con un
sistema corrupto. Los resultados electorales dejan una opción a los partidos: renovarse o morir. Italia siempre ha sido un caso
especial y el lunes lo volvió a demostrar.
El Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo se convirtió en el partido
más votado del país en sus primeras elecciones generales, algo
que ha llevado a analistas, prensa y
políticos a escandalizarse por el supuesto triunfo de la anti-política. Anti-política,
un concepto relativamente nuevo que —como anti-sistema— es empleado sin miramientos contra todo el que ose a cuestionar el
sistema tradicional de partidos. Tildar de anti-políticos a 8,6 millones de
italianos – más del 25% de los
electores - por haber elegido con su voto no dar
la enésima oportunidad a las dos
principales opciones que llevan demostrando 20 años su incapacidad para trabajar por el interés general es,
cuando menos, poco prudente. También es reduccionista leer
el éxito del M5S como un voto de
castigo a las políticas de austeridad, un portazo en la cara a
Alemania y un desafío al euro.
Beppe
Grillo no surge de la nada. Es un cómico que hace sátira y cuya vida se ha
caracterizado por la militancia y la implicación
política y social. Otra cosa es decir que su discurso haya calado mucho más ahora, un momento en el que Italia sale de lo que sí podría
considerarse la etapa más anti-política: la del Gobierno del tecnócrata Mario
Monti, apoyado por un centroderecha esperpéntico contaminado por la
tendencia corrupta de su padrone,
Silvio Berlusconi, y un
centroizquierda que, el mismo día que decidió aceptar el periodo técnico,
perdió parte de la identidad que empezaba a
adquirir ante el ocaso del Cavaliere. "El
Movimiento 5 Estrellas es una asociación de ciudadanos. No
es un partido político ni lo será en el futuro. No tiene ideología de izquierdas o derechas, sino ideas. Quiere desarrollar un
intercambio de opiniones eficiente y una
apuesta democrática fuera de cualquier relación partidista y sin la
mediación de organismos directivos o representativos, reconociendo a la totalidad de los ciudadanos un papel de
Gobierno".
En sus primeras elecciones, el M5S obtuvo el 5% de los votos e hizo perder a la candidata del PD en Piemonte Su programa
giraba en torno a cinco puntos: medio ambiente, conectividad, transporte público, gestión del agua y
desarrollo sostenible.
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Beppe Grillo, Líder y "propietario" del Movimiento Político Cinco Estrellas.
Italia, al borde de la in-gobernabilidad total.
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LA CRISIS POLÍTICA EN ITALIA: Sobre el
Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo.
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Loris Caruso.
I).Manifiesto.
Liberación jueves 15 de marzo del 2013.
Traducción por S. Seguí.
Desde hace
meses, los comentaristas están divididos: hay los que consideran que el
Movimiento 5 Estrellas es una “costilla de la izquierda” y los que lo
consideran una organización populista, mayormente de derechas, en algunos casos
tendencialmente fascista. Ambas opiniones están en lo cierto.
Se ha hecho
hincapié en varias ocasiones en que el contenido ambientalista del programa y
la insistencia en la democracia directa y participativa aproximan el M5S a la
izquierda libertaria y ecologista de los años setenta y ochenta.
Resulta
particularmente rompedora la fuerza del mensaje participativo, lanzado por el
M5S con una radicalidad y una eficacia que ningún movimiento político de la
izquierda reciente ha logrado alcanzar: la cancelación de la diferencia entre
representados y representantes, la sustitución de la delegación por la
participación y la destrucción de la política como profesión. Sin embargo,
¿dónde está, en el M5S, la “derecha”? En primer lugar, en una posible evolución
de este ideal democrático mismo. Si se percibe como objetivo que una única
fuerza social realmente pueda ir auténticamente en contra de todas las demás
(partidos políticos, sindicatos, etc.), la hiperdemocracia puede
convertirse en su opuesto.
Una fuerza
política como el M5S que reclama sólo para sí una auténtica naturaleza
democrática, puede presentar como hiperdemocráticas todas sus opciones,
incluso las que restringen los actos democráticos. Si la democracia radical
prevé el final de los partidos, no es imposible imaginar que frente a una
previsible oposición de éstos a su extinción, dicho final esté determinado por
un eventual Gobierno de 5 Estrellas, a través de forzamientos no democráticos.
En segundo
lugar, el nivel de “virtud” que exige el M5S a sus propios representantes y
activistas es tan alto (por ejemplo, prevé la supresión de cualquier tipo de
ambición personal) que sólo es alcanzable mediante un rígido control
centralizado. Lo cual en realidad ocurre ya en el Movimiento mismo, en el que
se trata de impedir la aparición tanto de protagonismos individuales como de
organismos colectivos que actúen como un contrapeso al papel de Grillo y
Casaleggio. Entre los líderes y los numerosos activistas y miembros electos
individuales, que deben seguir siendo individuales y tendentes a permanecer en
el anonimato, no debe haber nada. De lo contrario, advierten Grillo y
Casaleggio, “nos convertimos en un partido.” Con el resultado de que, en este
momento, en su estructura nacional el M5S nacional es un organismo mucho menos
democrático que un partido. Si este es el modelo de Estado que los dos líderes
del M5S tienen en mente, no es muy tranquilizador.
De hecho, es
un modelo que reproduce exactamente la forma del llamado “capitalismo cognitivo”.
Como se ha señalado en varias ocasiones, entre otros por Carlo Formenti, la
economía de la Red se caracteriza por una vasta participación desde abajo (de
usuarios, consumidores, activistas de medios, etc.) y por una restricción
piramidal en la parte superior, es decir, el papel oligopólico de unas pocas
empresas muy grandes (Google, Amazon, etc.). El M5S aparece organizado de una
manera similar. Tal vez sea esta analogía entre su forma y la de la economía de
la Red lo que explica, en parte, su éxito.
Que este es
el modelo, lo sugiere la relación que el M5S establece con los movimientos. En
un reciente acto de campaña en Susa, Grillo hizo arriar las banderas “No-Tav” 1
: “Ya no sois un comité de protesta, ahora somos todos ciudadanos.” Ahora os
represento yo, es el mensaje. En mi Todo hay también espacio para ti, no es
necesario que expreses autónomamente tu punto de vista.
Esta es, de
hecho, la relación predominante que Grillo establece con los movimientos cuyas
luchas comparte. Rara vez esta relación es un esfuerzo conjunto, un propósito
compartido. Con más frecuencia, el M5S trabaja de forma independiente y
“paralela” en los mismos temas de los movimientos, tratando de representarlos
en el plano electoral y presentando estas luchas como propias. La idea de ser
una Totalidad, la representación de un mundo de ciudadanos indiferenciado en
cuanto a la condición social y la orientación política, es lo contrario de la
historia y la naturaleza de la Izquierda, basadas en la construcción de una
“parcialidad organizada”. La crisis de la propia idea de parcialidad, la
aparición de esta “voluntad de Totalidad” es probablemente una de las causas de
la crisis histórica de la izquierda.
Grillo
también ha desplazado gradualmente hacia la derecha su discurso político,
haciendo suyos temas como la protesta contra los impuestos, la asunción del
pequeño empresariado como propia referencia social, o la libertad de empresa
vista como algo bueno en sí mismo.
En tercer
lugar, ajena a la izquierda es también la figura del creador de M5S. La firma
Casaleggio y Asociados es una empresa de punta del marketing en red. Su red de
relaciones incluye Confindustria, lobbies italianos como Aspen, lobbies
internacionales como la American Chamber of Commerce (Cámara estadounidense de
comercio), y grandes empresas multinacionales, especialmente de la tecnología
de la información y del entretenimiento.
¿Puede un
proyecto surgido en este entorno favorecer los intereses de las clases
populares? ¿O es plausible pensar que ofrece oportunidades a las élites
económicas? La valoración de los resultados electorales del M5S que han hecho
los entornos de Goldman Sachs y Confindustria permiten pensarlo.
¿Y pues? El
Movimiento 5 Estrellas es tan de izquierdas como de derechas, es tan
hiperdemocrático como autoritario. Incluye en sí mismo todas las formas en que
la políticas representativas ha sido cuestionadas en los últimos años desde
arriba y desde abajo: es a la vez un movimiento social, un partido-empresa y un
partido personal. Contiene en sí la idea de la politización total de la
sociedad (“no me votéis, ¡activaos!”) y la idea de una despolitización
tecnocrática en la que la administración reemplaza a la política (las
capacidades en lugar de las pertenencias). Es profético (la Utopía acrítica de
la Red) y antiprofético, es decir, opuesto a la tipología específica de
profecía política que es la ideología moderna.
La crisis de la democracia representativa encierra
dos resultados posibles: el autoritarismo tecnocrático, quizás decorado con
algún elemento participativo; y la democracia participativa. El M5S contiene en
sí en ambas posibilidades. Y de esta coparticipación deriva su éxito: las
dificultades de una construcción “asambleísta” del proceso de decisión política
se obvia por medio del verticismo. Su éxito indica que, utilizando el lenguaje
de Gramsci, en la política contemporánea se da una nueva oscilación de la
“guerra de trincheras” (en la que las alternativas políticas se incluyen en el
orden existente) a la “guerra de movimientos”, en la que están en juego el
orden existente mismo, y las formas generales de la política y la economía.
Este paso
abre un nuevo campo de posibilidades a la izquierda. A condición de que sepa
cómo jugar a este nivel. De que sepa organizar, junto a su propio modelo de
democracia radical, un proyecto global de sociedad. Lo que está en crisis no es
sólo la representación sino también el capitalismo. A este respecto, Grillo no
dice (casi) nada: éste es nuestro trabajo, éste es nuestro terreno. Actuar a
este nivel significa, en mi opinión, construir un nuevo sujeto plural que sepa
federar las luchas por los bienes comunes, el movimiento anti austeridad, las
luchas del trabajo, el mundo del trabajo dependiente y el del trabajo
“cognitivo”, tratando de construir una alternativa global de sociedad, un proyecto de
“democracia de los bienes comunes”, la idea innovadora de un “socialismo del
siglo XXI”.
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1 “No TAV” es un movimiento popular italiano de gran impacto social y
mediático, surgido en los años 90 y opuesto al desarrollo de estructuras
ferroviarias de alta capacidad y alta velocidad (conocidas como TAV: trenes de
alta velocidad), de las que adopta, en negativo, el nombre. De los TAV
cuestiona su excesivo coste, escasa utilidad, impacto medioambiental y
perjuicios a la salud humana (N. del t.).
Loris Caruso trabaja en la universidad de Milán-Bicocca como encargado
de investigación en material de sociología política. Se ocupa concretamente de
los movimientos sociales, los conflictos laborales y la participación política.
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