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En realidad, el crecimiento económico de
China es un poco un mito. China es en gran medida una planta de ensamblaje. China es un exportador
importante, pero aun cuando el déficit comercial estadounidense con China ha
aumentado, el déficit comercial con Japón, Taiwán y Corea ha descendido. La razón es que se está desarrollando un
sistema de producción regional. Los países más avanzados de la región –Japón, Singapur, Corea del Sur y Taiwán–
envían tecnología avanzada, partes y componentes a China, la cual usa su fuerza
laboral barata para ensamblar productos y enviarlos fuera del país. Y las
corporaciones estadounidenses hacen lo mismo: Envían partes y componentes a China, donde la gente los ensambla y
exporta los productos finales. A esto se le llama exportaciones chinas, pero
son exportaciones regionales en muchos casos y, en otros, es realmente un caso
en que Estados Unidos se está exportando
a sí mismo. Una vez que rompemos el marco de los estados nacionales como
entidades unificadas sin divisiones internas dentro de las mismas, podemos ver
que hay un cambio del poder mundial, pero es de la fuerza laboral mundial a los dueños del mundo:
el capital transnacional, las instituciones financieras mundiales.
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NOAM CHOMSKY: ¿QUIÉN ES EL DUEÑO DEL
MUNDO?.
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NOAM CHOMSKY.
FuturoMX. Rebelión domingo 10 de marzo del 2013.
David Barsamian: El nuevo imperialismo estadounidense parece ser sustancialmente
diferente a la variedad más antigua en que Estados Unidos es una potencia
economía en declive y por lo tanto está viendo menguar su poder e influencia
políticos.
Noam Chomsky: Yo pienso que hablar sobre la declinación estadounidense debería
tomarse con reservas.
Es en la
Segunda Guerra Mundial cuando Estados Unidos realmente se convirtió en una
potencia mundial. Había sido la economía más grande del mundo por mucho desde
antes de la guerra, pero era una potencia regional en cierta forma. Controlaba
al Hemisferio Occidental y había hecho algunas incursiones en el Pacífico. Pero
los británicos eran la potencia mundial.
La Segunda
Guerra Mundial cambió eso. Estados Unidos se convirtió en la potencial mundial
dominante. Estados Unidos tenía la mitad de la riqueza del mundo. Las otras
sociedades industriales estaban debilitadas o destruidas. Estados Unidos estaba
en una posición de seguridad increíble. Controlaba el hemisferio, y tanto el
Atlántico como el Pacífico, con una enorme fuerza militar.
Por
supuesto, eso declinó. Europa y Japón se recuperaron, y tuvo lugar la
descolonización. Para 1970, Estados Unidos había descendido, si se le quiere
llamar así, a alrededor del 25 por ciento de la riqueza del mundo;
aproximadamente como había sido, digamos, en los años 20. Seguía siendo la
potencia mundial abrumadora, pero no como había sido en 1950. Desde 1970, está
bastante estable, aunque por supuesto hubo cambios.
En la última
década, por primera vez en 500 años, desde la conquista española y portuguesa,
Latinoamérica ha empezado a hacer frente a algunos de sus problemas. Empezó a
integrarse. Los países estaban muy separados unos de otros. Cada uno estaba
orientado por separado hacia el Oeste, primero Europa y luego Estados Unidos.
Esa
integración es importante. Significa que no es tan fácil tomar a los países uno
por uno. Las naciones latinoamericanas pueden unificarse en defensa contra una
fuerza exterior.
El otro
acontecimiento, que es más importante y mucho más difícil, es que los países de
Latinoamérica están empezando individualmente a enfrentar sus enormes problemas
internos. Con sus recursos, Latinoamérica debe ser un continente rico,
particularmente Sudamérica.
Latinoamérica
tiene una enorme cantidad de riqueza, pero está muy altamente concentrada en
una élite pequeña, regularmente europeizada y a menudo blanca, y existe al lado
de una enorme pobreza y miseria. Hay algunos intentos de empezar a hacer frente
a eso, lo cual es importante – otra forma de integración – y Latinoamérica de
alguna manera se está apartando del control estadounidense.
Se habla
mucho sobre el cambio del poder mundial: India y China van a convertirse en las
nuevas grandes potencias, las potencias más ricas.
De nuevo, uno debería ser bastante reservado al
respecto.
Por ejemplo,
muchos observadores comentan sobre la deuda estadounidense y el hecho de que
gran parte de ella está en manos de China. Hace unos años, en realidad, Japón
tenía la mayor parte de la deuda estadounidense, ahora superada por China.
Además, todo
el marco para la discusión de la declinación de Estados Unidos es engañoso. Se
nos enseña a hablar sobre un mundo de estados concebidos como entidades
unificadas y coherentes.
Si uno
estudia la teoría de las relaciones internacionales, hay lo que se llama la
escuela “realista”, que dice que hay un mundo de estados anárquico, y que los
estados buscan su “interés nacional”. Eso es en gran parte mitología. Hay
algunos intereses comunes, como la supervivencia. Pero, en su mayor parte, la
gente dentro de una nación tiene intereses muy diferentes. Los intereses del
director ejecutivo de General Electric y del conserje que limpia sus pisos no
son los mismos.
Parte del
sistema doctrinal en Estados Unidos es la pretensión de que todos somos una
familia feliz, que no hay divisiones de clases, y que todos estamos trabajando
juntos en armonía. Pero eso es radicalmente falso.
En el siglo
XVIII, Adam Smith dijo que la gente que posee la sociedad hace las políticas:
los “mercaderes y manufactureros”. El poder de hoy está en las manos de las
instituciones financieras y las multinacionales.
Estas
instituciones tienen un interés en el desarrollo chino. Así que si usted es,
digamos, el director ejecutivo de Walmart o Dell o Hewlett-Packard, se siente
perfectamente contento de tener una mano de obra muy barata en China trabajando
bajo condiciones horribles y con pocas restricciones ambientales. En tanto
China tenga lo que se llama crecimiento económico, está bien.
En realidad,
el crecimiento económico de China es un poco un mito. China es en gran medida
una planta de ensamblaje. China es un exportador importante, pero aun cuando el
déficit comercial estadounidense con China ha aumentado, el déficit comercial
con Japón, Taiwán y Corea ha descendido. La razón es que se está desarrollando
un sistema de producción regional.
Los países
más avanzados de la región –Japón, Singapur, Corea del Sur y Taiwán– envían
tecnología avanzada, partes y componentes a China, la cual usa su fuerza
laboral barata para ensamblar productos y enviarlos fuera del país.
Y las
corporaciones estadounidenses hacen lo mismo: Envían partes y componentes a
China, donde la gente los ensambla y exporta los productos finales. A esto se
le llama exportaciones chinas, pero son exportaciones regionales en muchos
casos y, en otros, es realmente un caso en que Estados Unidos se está
exportando a sí mismo.
Una vez que
rompemos el marco de los estados nacionales como entidades unificadas sin
divisiones internas dentro de las mismas, podemos ver que hay un cambio del
poder mundial, pero es de la fuerza laboral mundial a los dueños del mundo: el capital
transnacional, las instituciones financieras mundiales.
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Noa Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía en el
Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge (EEUU). Su último libro es "Power
Systems: Conversations on Global Democratic Uprisings and the New Challenges to
U.S. Empire. Conversations with David Barsamian".
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