martes, 26 de marzo de 2013

SOBRE LA CLASE MEDIA. ¿Es un invento o una realidad?

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MARX y las Clases Medias. El Análisis de OSSOWSKY.- Entre los autores que abordan la obra marxista, existen quienes lo hacen con algún tipo de advertencia preliminar para ayudarnos a una mejor comprensión de Marx. De esta forma, se nos señala la existencia de distintos niveles de abstracción (Dos Santos, 1974) o el hecho que cada obra de Marx que analizamos obedece a distintos períodos de su vida, y puede observarse entre ellas un desarrollo, y hasta algunas contradicciones entre ellas (Stuart Hall, 1981). Ossowski, por su parte, considera la existencia de tres tipos de estratificaciones distintas que pueden extraerse de la teoría marxista: una dicotómica, una tricotómica y una multidivional. Esta última no surge expresamente de Marx, pero Ossowski la elabora a partir de la combinación de sus distintas obras. Un análisis tradicional del sistema de clases sociales en Marx, plantea el mismo a través de la consideración de dos grupos y su ubicación respecto a las relaciones de producción. De esta forma, surge la dicotomía fundamental compuesta por los propietarios y los no propietarios de los medios de producción. O sea entre burguesía y proletariado como las dos clases existentes y enfrentadas como dominantes y dominados, respectivamente, en una relación de dominación. Esta relación es fundamental para comprender las diferentes clases sociales dentro del sistema relacional.



Una radiografía a las clases medias en América Latina.
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La postura dicotómica, y a su vez polarizadora, facilita la explicación y comprensión de la lucha de clases, ya que la sociedad se visualiza como dividida en dos clases sociales antagónicas. Por esta razón algunos autores interpretan que esta forma dicotómica es la elegida por Marx para explicar la estructura social en su obra El Capital, donde el planteo político-ideológico era un objetivo fundamental. Como se desprende de lo anunciado, si se considera en la sociedad la postura dicotómica, las clases medias no tienen un papel importante que cumplir, o mejor dicho su papel se remite a la concreción de la profecía marxista: tomar partido por algunas de las dos clases fundamentales: el proletariado o la burguesía. Pero al decir de Ossowski, Marx "suaviza" esta dicotomía para permitir la incorporación a este esquema de la clase intermedia. Esta clase existía en la realidad histórica en la que Marx hace su análisis, pero sin dudas su interés en ella debería haber sido transitorio, ya que Las clases fundamentales son las dos extremas, la clase media, menos importante y menos estable, es la típica clase colindante, la cual en caso de conflicto suele unirse bien a la una bien a la otra (Marx).

Para la explicación de las clases intermedias, Ossowski acude a la combinación de dos dicotomías básicas presentes en la obra de Marx: 1- la posesión o no de los medios de producción; y 2- el empleo o no de fuerza de trabajo asalariado. Esta explicación de un sistema de tres clases, sigue manteniendo la visión dicotómica marxista, ya que es a partir de las dicotomías que se explica la tercera clase o clase intermedia. Considerar a ambas dicotomías plantea una situación tripartita, ya que a las dos clases sociales “extremas” (burguesía y proletariado) se le agrega una tercera que, surge al combinar ambas dicotomías básicas: aquellos que son poseedores de medios de producción, pero que no contratan fuerza de trabajo asalariada. En él, puede observarse el planteo de la combinación de ambas dicotomías. Se destaca de la observación de que la pequeña burguesía - forma en que se denomina a la clase intermedia- estaría compuesta por aquellos que pertenecen a ambas categorías al mismo tiempo: aquellos que poseen sus propios medios de producción y los usan ellos mismos (...) la clase intermedia está formada por personas que se conectan con cada una de las dos clases básicas, pero en diferentes aspectos. Fuente FLACSO.
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Las "clases medias" hacen un amago de asaltar el Palacio de la Moncloa-España.
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SOBRE LA CLASE MEDIA.
¿Es un invento o una realidad?
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Mikhail Khazin.

Worldcrisis.ru

Rebelión martes 26 de marzo del 2013.

Traducido del ruso para Rebelión por Arturo Marián Llanos.

¿En general qué es la clase “media”? Se trata de una construcción, inventada en Occidente, con el objetivo de destruir el concepto de clases del marxismo. Desde el punto de vista del marxismo no tiene sentido – es una quimera, que existe gracias a los recursos financieros sobrantes, en la que entran tanto la cúpula de la clase obrera, como la pequeña y mediana burguesía, así como los que sirven a las clases altas. Desde el punto de vista del actual estado burgués con su modelo de capitalismo financiero, la clase “media” es el grupo humano con un comportamiento de consumo tipo, y no únicamente en cuanto a los bienes y servicios, sino también en cuanto a los servicios políticos. Hacia este grupo se orienta todo el sistema de publicidad total y educación, dirigido al máximo aumento del consumo y la prohibición de hecho de los valores más meditados. En consecuencia, precisamente este grupo proporciona la base para la estabilidad político-social del actual estado occidental. Señalemos también que su creación también fue posible en parte, gracias al desplazamiento de la industria masiva y “burda” a los países del “tercer mundo” y, la posterior redistribución de los beneficios a favor de los países desarrollados.

Al mismo tiempo hoy ha surgido un serio problema con esta misma clase “media”. Está relacionado con que la principal fuente de su subsistencia tiene poca relación con los ingresos reales, percibidos por este grupo de población. Más exactamente, cuando apareció el concepto de la clase “media” durante el período del máximo esplendor de la URSS en los años 60 -70, las fuentes para su formación eran la redistribución de los beneficios en el interior de toda la sociedad occidental (en los años 60 en los EE.UU. la tasa superior del impuesto sobre la renta superaba el 90%) y el saqueo de las colonias y los países del “tercer mundo”. Pero tras la crisis de los años 70 comenzaron los problemas – estos recursos ya no eran suficientes. A principios de los años 70 en Occidente incluso hubo una seria sensación de que la URSS estaba ganando la competición entre los dos sistemas. Entonces aparece la comprensión de que, en primer lugar, había que aumentar considerablemente el volumen de la clase “media” y, en segundo lugar, que la única manera de hacerlo consistía en proporcionar el crédito a los consumidores.

Esta segunda comprensión tenía que ver con el hecho de que en los años 70 los ingresos reales de los hogares habían bajado considerablemente. De hecho, si tenemos en cuenta la inflación real y no la oficial (que la estadística estatal siempre rebaja), veremos que estos por su capacidad adquisitiva no crecen desde los principios de los 80 y se corresponden aproximadamente a los ingresos de 1962-63. Está claro que, teniendo en cuenta el serio aumento de todo tipo de pagos obligatorios, como, por ejemplo, los seguros, que semejantes ingresos no pueden asegurar de ninguna manera una vida confortable en las condiciones actuales. Y todavía menos, aumentar considerablemente el número de personas que viven esta vida confortable.

Como resultado, a principios de los años 80 comenzó a realizarse el programa de “reaganomía”, cuyo principal significado no estaba tanto en la liberalización de la economía, como en la estimulación del consumo privado a costa del crédito. Este programa, como es natural, tenía sus contras, el principal consistía en que los créditos había que devolverlos. Hasta el principio de los años 80 era prácticamente imposible obtener el nuevo crédito si antes no se devolvía el anterior (salvo la excepción de los créditos hipotecarios, pero estos también se tenían en cuenta a la hora de valorar la solvencia del solicitante). Pero en semejantes condiciones era imposible estimular la demanda durante un tiempo prolongado: cuando la persona recibe el crédito a corto plazo, la demanda no crece, sino que cae, dado que además del “cuerpo” del crédito hay que devolver los intereses.

Como resultado, hubo que cambiar todo el sistema de crédito para los particulares, permitiéndose de manera encubierta su refinanciación, cuando el resto del crédito anterior se devolvía a costa del nuevo crédito y como garantía de pago servían diferentes avales, en primer lugar, los bienes inmuebles. Pero para que dentro del marco de semejante esquema la deuda no se acumulara con excesiva rapidez, había que rebajar continuamente el precio del crédito. Lo que efectivamente ocurría en la práctica: la tasa de descuento del Sistema de la Reserva Federal, el acreedor en última instancia en los EE.UU. y el mundo, que en 1980 era de 19%, a finales de 2008 había bajado prácticamente hasta cero.

Después de que la tasa fue rebajada hasta el cero, la deuda acumulada (para el otoño de 2008 en los Estados Unidos para el hogar medio ya suponía el 130%, cuando antes del comienzo de la “reaganomía” no superaba el 65%) se había convertido en un serio problema, del que nos informan los periódicos prácticamente a diario. Pero lo importante no es eso. Si ya no se puede conceder más créditos, si ahora hay que devolver las deudas ¿qué pasará con la clase “media”?

Recordemos que los ingresos reales de los hogares hoy corresponden a los comienzos de los años 60 (sin contar el peso de la deuda crecido considerablemente). Si los representantes de la clase “media” comienzan a rebajar su consumo, lo cual es prácticamente inevitable, sus ingresos ya de por sí bajos, también descenderán – porque bajarán los salarios y se cerrarán las empresas. Lo que, teóricamente, significa que la estructura de los ingresos tendrá que volver como mínimo a los años 50, pero por entonces no existía ni de lejos ninguna clase “media”. Y lo más importante – la gente estaba acostumbrada a vivir pobremente, aún era desconocida la propaganda del “consumismo”.

Y no se trata de centenares de miles y ni siquiera de millones, sino de decenas o incluso de centenares de millones de personas. Volver a traer la industria llevada al sudeste de Asia no podrá salvar a nadie (en referencia a las promesas de Obama – N. del T.) – podría crear algunos puestos de trabajo, pero no podrá aumentar los salarios – en el caso contrario tal cosa no sería rentable. Es decir, que esencialmente no cambiaría nada.

Así que no se puede hablar de conservar la clase “media” – para ello simplemente no hay recursos. Señalemos que en la Unión Europea la situación es aún peor, porque en general la población es más pobre. La cuestión de cómo los estados burgueses actuales piensan salir de la situación en la que se destruye su principal pilar social no es solamente seria, sino que además es extremadamente actual. Creo que esta cuestión ya se está discutiendo, aunque evidentemente, no en público y, a juzgar por las filtraciones, la solución se reduce al fortalecimiento del control estatal sobre el pueblo (“la plebe” por usar el lenguaje al uso de las clases dominantes). Lo malo es que tal fortalecimiento del control en absoluto puede cambiar el modelo económico – lo que significa que también hacen falta acciones constructivas. Y en esta dirección por el momento nadie hace nada, en primer lugar, debido a que los economicistas (así llama Khazin a los economistas liberales, de economics con la que sustituyeron a la economía política – N. del T.) mantienen el monopolio sobre la ciencia económica.

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