&&&&&
Mientras la minería deja depósitos estériles
y colas de mineral, la agricultura
industrial “deja
acumulaciones diseminadas de plaguicidas que persisten por años y décadas”. Las
protestas de las poblaciones en defensa de la vida, hoy es la respuesta más
efectiva, inmediata y positiva.
Las calles y la plaza pública es hoy el lugar de concentración de miles de
campesinos y agricultores, donde la agricultura
industrial de la soja, principalmente en la Argentina, es atacada, por
campañas de fumigación desde el aire con millones de litros de agroquímicos. Monsanto y las semillas transgénicas
destruyen la agricultura, destruyen la vida de las comunidades, el medio
ambiente y la propia vida de las poblaciones, muy a pesar de la campaña que
realizan grupos organizados de la Sociedad
Civil, local, en especial las Madres de Ituzaingó, en el sur de Córdoba, Argentina, pequeña localidad
agraria atacada intensamente por las fumigaciones aéreas de agrotóxicos.
En cambio, Chile y Perú, concentran más del 70% de los conflictos sociales
de origen medio-ambiental,
provocados por irresponsabilidad de la mega-minería. No solamente ambos países hoy son “propietarios” en sus territorios
de la mayor riqueza minera de oro,
plata, cobre y otros minerales, pero además ambas Constituciones hoy vigentes, aún son herencia de las dictaduras y el neoliberalismo impuesto “a sangre y
fuego” en cada uno de los países donde el Estado fue desplazado a un rol
subsidiario, se implantó el poder del “dios
mercado” y ello dio lugar a que hoy no existan políticas de Estado en relación al trato de la inversión y la mega-inversión
de las corporaciones transnacionales. Lo
que hoy existe y está plenamente vigente es
la “gobernabilidad” como política de Estado de garantizar la viabilidad de
los mega-proyectos de inversión, garantizar seguridad para el capital
extranjero.
La mega-minería, responsable de la destrucción del medio ambiente, la vida, la biodiversidad de todo un pueblo. El valle de Tambo. Arequipa. Perú. La prepotencia de la transnacional, la incapacidad del gobierno de ese entonces, de presentar una política de solución, por el contrario generó la violencia y un pueblo que lucha por muchos años en defensa de la vida. En junio del 2011, el pueblo del Valle de Tambo entierra a sus muertos producto de la violencia del gobierno.
***
Pero aún quedan como invisibles movimientos sociales – conflictos sociales – en otras áreas de la economía
extractivista, tradicional exportadora –petróleo, gas – biodiversidad en su
más amplia manifestación – desde el agua,
utilizada para la gran minería en sustitución de la agricultura y la ganadería;
el “nuevo” proceso de concentración de
la tierra agrícola y la vuelta de la feudalidad, además de la agricultura
transgénica y la presencia de la transnacional
Monsanto y el rechazo de pueblos frente a esta práctica destructora del
medio ambiente, las semillas criollas y la propia vida del ser humano; la expropiación, compra, arrendamiento de
extensas hectáreas de tierras de cultivo para la producción de soja, maíz amarillo, caña de azúcar
para la producción del etanol o
simplemente la concentración agraria
para controlar el mercado mediante el
poder de las corporaciones alimentarias.
Obviamente, aún está presente en el escenario del “nuevo” proceso de
acumulación mundial del capitalismo,
el capitalismo de la desposesión de los recursos naturales – el saqueo,
expropiación y pillaje – la Concentración o Consenso de los Commodities
en América latina en relación a la expropiación de los Conocimientos Ancestrales, hoy materia prima directa para las mega
corporaciones de la alimentación y
la poderosa industria farmacéutica.
El contexto principal de la lucha de
clases – en su manifestación social y política – hoy lo tenemos presente en
las protestas, movilizaciones, nuevas formas de hacer política en las comunidades
históricas de la región andina, en los territorios de los pueblos originarios-
Amazónicos -. La brutalidad y salvajismo con la cual ingresa el capital
transnacional, protegido, amparado, por los gobiernos de turno, genera de
inmediato el rechazo y cuestionamiento
del emergente Poder Local. El Estado,
nunca llegó en toda su historia pero sí fue capaz de autorizar sin la consulta
de cada uno de los pueblos la explotación
extractiva por medio de las corporaciones y mega corporaciones transnacionales,
cuando se presentan con la protección del propio Estado a explotar, con formas
tradicionales sus recursos naturales,
destruyendo desde el inicio el medio ambiente, la cultura del pueblo y la propia vida de la
población. Finalmente hoy la calle,
la plaza pública es el centro de la protesta de los nuevos actores
sociales, en las ciudades; mientras la plaza
pública, los caminos, puentes, carreteras, cerros y cordilleras es el lugar,
el centro de la protesta de los campesinos, agricultores, ganaderos, pastores,
comerciantes, artesanos andinos y la propia selva el epicentro de la protesta el Liderazgo social de
los Apus y los pueblos originarios en defensa y protección de la Madre Naturaleza.
/////
AMÉRICA LATINA. EL MODELO EXTRACTIVO
RECHAZADO EN LAS CALLES.
*****
Raúl
Zibechi.
CIP Américas
sábado 12 de octubre del 2013.
Pascua Lama, la mina de
oro de Barrick Gold, está congelada por decisión de la Corte Suprema de Chile. Monsanto debió paralizar la construcción de una planta de semillas
en Córdoba por la masiva oposición
de la población. Conga mina de oro, de la transnacional
Yanacocha, en Cajamarca Perú,
está paralizada por la fuerte oposición de toda una Región. Las grandes
empresas extractivas empiezan a cosechar derrotas.
“En
democracia los desaparecidos somos los pueblos”, dijo
Mercedes Maidana, quien se definió como “colla
trashumante” que no ha dejado de cultivar la tierra pese a que vive en una
de las ciudades del norte argentino. Con esa frase estableció un hilo rojo
entre las dictaduras y los regímenes actuales durante el encuentro “Desde el
extractivismo a la re-construcción de alternativas”, realizado a fines de
agosto en Buenos Aires [1].
En esas fechas la legislatura de Neuquén votaba el acuerdo YPF-Chevrón
por el que se extiende la concesión del área Loma La Lata hasta 2048 en la que se utilizará la modalidad de la fractura hidráulica (fracking). La
represión contra miles de manifestantes frente a la legislatura provocó la
retirada de sala de siete diputados, tres radicales, dos vinculados a la CTA y otros dos de izquierda, entre
ellos Raúl Godoy dirigente de la empresa recuperada Zanón.
En toda la región latinoamericana se suceden conflictos por la resistencia de los
pueblos a un modelo que destruye el medio
ambiente y limita la posibilidad de que las comunidades sigan cultivando la
tierra y viviendo como ellas desean. Entre ellos, destacan los conflictos
contra la minería y contra las fumigaciones y cultivos transgénicos.
Según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL), hay más de 195 conflictos activos por la mega-minería
en la región: Perú y Chile encabezan
la lista con 34 y 33 conflictos respectivamente, le siguen México con 28, Argentina
con 26, Brasil con 20 y Colombia con doce. Los que menos
conflictos mineros presentan son Trinidad y Tobago, Paraguay y Uruguay con uno.
La mega-minería está afectando un total de 290 comunidades. En algunos países como
Perú, donde el 25% del territorio fue concesionado a multinacionales mineras, la
conflictividad hizo caer dos gabinetes del gobierno de Ollanta Humala y llevó a la militarización de varias provincias.
Los conflictos socio-ambientales entre 2006
y 2011 provocaron la muerte de 195 activistas
en el país andino.
La resistencia a la soja, el principal cultivo
transgénico en la región, se está haciendo sentir con fuerza en Argentina, donde Monsanto pretende
instalar una planta en la localidad Malvinas
Argentinas, cerca de Córdoba, para producir semillas de maíz. En esa ciudad
las Madres de
Ituzaingó consiguieron ganar una primera batalla contra las
fumigaciones. Ituzaingó es un barrio obrero de seis mil habitantes del sur de
Córdoba rodeado de campos de soja.
La mega minería es una de las actividades más conflictivas en América Latina.
***
Madres sin hijos.
Sofía Gatica asegura que
su barrio “fue declarado inhabitable en 2005 aunque en 2002 las autoridades
habían dicho que todo estaba bien. Recién en 2008 intervino la presidenta
ordenando una investigación sobre el impacto del uso de agroquímicos” [2].
La fundadora de Madres de Ituzaingó dio a luz una hija hace trece años. Días
después los riñones de la beba dejaron de funcionar. La madre quiso saber los
motivos de la muerte de su hija y empezó a hablar con las vecinas.
Sin ninguna experiencia, alrededor de dieciséis
madres comenzaron a recorrer puerta a puerta las casas del barrio y
descubrieron que los índices de cáncer
son 41 veces superiores al promedio nacional. “Hay 300 enfermos de cáncer, nacen niños con malformaciones, el 80% de
los niños tienen agroquímicos en la sangre y el 33% de las muertes son por
tumores”, dijo Sofía. El agua de
sus tanques estaba contaminada con plaguicidas, como consecuencia de las
fumigaciones aéreas.
Las Madres
de Ituzaingó pusieron en pie la campaña “Paren de Fumigar”, para denunciar la situación que vivían. Recién
en 2008 el ministro de Salud ordenó
una investigación al Departamento de Medicina de la Universidad de Buenos Aires
que ratificó la investigación hecha por las madres vinculando la exposición a agrotóxicos con efectos para la salud.
Una ordenanza municipal posterior prohibió la fumigación aérea a una distancia
menor a los 2.500 metros de las viviendas.
En 2010 la
Corte Suprema de Justicia no sólo prohibió las fumigaciones cerca de centros
poblados sino que invirtió las cosas: en adelante los vecinos no tendrán que
demostrar el daño de las fumigaciones sino que el gobierno y los sojeros
deberán probar que los químicos que usan son seguros.
Siendo el tercer mayor exportador de soja del mundo, Argentina utiliza 300
millones de litros de agrotóxicos, incluyendo glifosato y endosulfán, éste ya prohibido en 80 países incluyendo
todos los de la Unión Europea
mientras Naciones Unidas considera que debe dejar de ser producido y
comercializado.
En abril de
2012 Sofía recibió el Premio
Goldman, uno de los galardones más importantes del mundo para luchadores
por el medio ambiente. “Nos recibió el
presidente Obama y meses después recibimos una carta en donde nos dice que no
puede hacer nada contra Monsanto”.
En junio de
2012 lograron llevar a juicio penal a los responsables, por primera vez en
el país. El 21 de agosto la Cámara del
Crimen de Córdoba encontró culpables a un productor y a un fumigador de
contaminar y afectar la salud de la población. La pena fue de tres años de
prisión condicional sin cárcel.
“Fue un
fallo histórico”, dijo Medardo Ávila Vázquez, ex subsecretario de
Salud y actual integrante de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, ya
que es la primera vez que la justicia condena a los causantes de contaminación
y enfermedades [3]. Pero ese mismo día
el ministro de Agricultura, Norberto Yahuar, presentaba junto a los directivos
de Monsanto la nueva semilla de soja transgénica: Invicta RR2 Pro.
El objetivo de las Madres de Ituzaingó es conseguir que empresas como Monsanto se retiren del país. “La alternativa está en nosotros mismos
porque lo que estamos viviendo es un genocidio encubierto en toda América
Latina”, dice Sofía. La empresa
promete que la nueva semilla será “una segunda generación de soja”.
Un pueblo, comunidades históricas, una Región, Cajamarca lucha por muchos años contra la destrucción del medio ambiente por la minera transnacional Yanacocha. Ahora la lucha: Conga No Va. Agua Sí, minería No. La protección y la defensa de la agricultura y la ganadería es la resistencia de todo un pueblo.
***
La minería, fuente de conflictos y crisis.
Perú y Chile son los
países con más conflictos mineros en la región. Jaime Borda, de la Red Muqui Sur de Perú, advirtió
que los gastos para exploración minera en el mundo se multiplicaron por diez
desde 2002. Enseña un mapa que muestra “cómo ven los empresarios al Perú”, un
país cubierto de cuadrados que representan las concesiones mineras [4]. En 2002 había apenas 7,5 millones
de hectáreas concedidas a la minería, cifra que saltó a casi 26 millones en
2012, el 20% de la superficie del
país.
Algunas provincias andinas como Apurímac tienen el 57% de la superficie concedida a las mineras. Borda sostuvo que la elevada conflictividad que registra el país
está motivada por el hecho de que “la
población entendió que la protesta es la única forma de que el gobierno escuche
a las comunidades”. Se preguntó si es posible una relación nueva y
diferente con la minería.
La respuesta
no fue sencilla. Las grandes empresas mineras, como las recién
fusionadas Glencore y Xstrata
controlan monopólicamente los mercados:
70% del mercado mundial de zinc,
55% del cobre, 45% del plomo. “Las
bases del crecimiento extractivo se han agotado en términos democráticos y se
vuelve un crecimiento cada vez más agresivo, vertical, autoritario y
profundamente centralista”, dijo Borda.
Por eso defendió “mayor institucionalidad en el tema ambiental, fortalecer la
descentralización y el ordenamiento territorial”, ya que no está claro
quién planifica el crecimiento de la minería que está convirtiendo la región
sur en un corredor minero.
El chileno
Lucio Cuenca, del Observatorio Latinoamericano de Conflictos
Ambientales (OLCA) destacó que su
país, pese a ser el primer productor del cobre del mundo, renunció a regular el
mercado y los precios al punto que “las
transnacionales deciden dónde y a qué ritmo explotar” [5]. La minería es el
principal producto de exportación pero supone menos del 1% del empleo, pero el 70%
es precario por subcontratos.
En 2010, el
25% del territorio estaba en exploración o explotación. En Chile la minería consume el 37% de la electricidad que produce el
país, que llegará al 50% en pocos
años, frente al 28% de la industria
y el 16% del sector residencial. Eso
impone al Estado la permanente
construcción de nuevas fuentes de energía, que aceleran el desplazamiento de
poblaciones y el trasvase de tierras agrícolas a otros usos.
En paralelo, el Estado es el gran perdedor con la expansión minera. En 1990 la estatal Codelco concentraba el 75%
de la producción minera, porcentaje que cayó al 28% en 2007 por las permanentes concesiones a privadas. Sin
embargo, los aportes fiscales son inversos: con ese pequeño porcentaje de la
producción, CODELCO aportaba en 2008
al fisco 8.300 millones de dólares frente a sólo 3.400 millones de las privadas
pese a que producen el doble.
Los opositores a la minería han cosechado una
importante victoria en Chile. Desde
2000 sostienen una pugna contra la minera Barrick
Gold que explota Pascua Lama en
la frontera chileno-argentina. La justicia decidió la paralización de la
explotación mientras no regularice obras de contención y manejo de aguas
contaminadas.
El proyecto de Barrick,
el mayor productor de oro del mundo,
de unos 8.500 millones de dólares,
fue paralizado en abril por una corte local a pedido de comunidades indígenas
de la zona. Días atrás la Corte Suprema confirmó la suspensión de la mina [6].
En consecuencia Barrick reportó pérdidas de 8.560 millones en el segundo trimestre 2013 (el 40% de su patrimonio) y los
accionistas iniciaron un juicio contra los directivos por ocultar y tergiversar
información desde octubre del 2009. Puede ser el comienzo de los problemas de
la minería en Chile: el Norte del país sufre una importante crisis hídrica cuya principal
responsabilidad recae en la megaminería
[7].
La lucha, la protesta social de los pueblos de agricultores, centrado en Argentina, es única y centralizada contra la transnacional transgénica, Monsanto.
***
Ellos o nosotros.
El biólogo
Raúl Montenegro, Premio Nobel Alternativo en 2004 [8], sostiene que “el
actual modelo agrícola extractivo que se practica en Argentina debería ser
asumido como una variante muy extendida y superficial de la megaminería” [9]. Argumenta que en los cultivos no
se extraen metales sino nutrientes que luego se exportan como granos. “Agricultura y megaminería tienen en común,
además el consumo de agua y la generación de pasivos ambientales”.
Mientras la minería
deja depósitos estériles y colas de mineral, la agricultura industrial “deja
acumulaciones diseminadas de plaguicidas que persisten por años y décadas”.
Con esa mirada aborda el emprendimiento de Monsanto en Malvinas Argentinas, una localidad a 14 kilómetros de Córdoba y a
10 del barrio Ituzaingó, que tiene
poco más de 12 mil habitantes.
Como todas las ciudades situadas en campos de soja recibe los efectos de los
plaguicidas. Afortunadamente, explica Montenegro,
la noticia de la llegada de Monsanto se
produjo mientras en la sociedad se debaten “los
efectos de las bajas dosis de plaguicidas en la salud humana y el ambiente”,
gracias a la persistencia de las Madres
de Ituzaingó.
Ironías de la vida, la noticia fue dada el 15 de junio de 2012 por la presidenta Cristina Fernández desde Estados
Unidos, tres días después de iniciado el primer juicio contra los responsables
de la contaminación en Ituzaingó. Apenas se enteraron del proyecto, los
habitantes de Malvinas Argentinas pusieron
en pie la Asamblea de Vecinos Malvinas Lucha por la Vida integrada por
el colectivo Red de Médicos de Pueblos Fumigados y vecinos de la
localidad.
En abril la Universidad
Nacional de Córdoba, la Universidad Católica
de Córdoba y el Conicet (consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) hicieron pública una
encuesta realizada en Malvinas Argentinas: el 87% desean una consulta popular y el 58% rechaza la instalación de la multinacional. Pero el 73% tiene miedo de opinar en contra de
Monsanto por temor a salir perjudicado y el 65% no tiene confianza en el estudio de impacto ambiental que
realizará la propia empresa [10].
Monsanto
planifica instalar 240 silos de semillas de maíz transgénico con el objetivo de
llegar a 3,5 millones de hectáreas
sembradas. El doctor Ávila Vázquez asegura
que uno de los principales riesgos es una enfermedad llamada “pulmón de
granjero” que produce la formación de fibrosis en los pulmones. Un
problema adicional es que “no existe en
Latinoamérica un lugar donde existan tantos silos juntos y los granos estarán
recubiertos con una película de agroquímicos” [11].
La planta usará millones de litros de agroquímicos para el curado de semillas y una
parte de los efluentes “se liberarán al suelo y al agua, provocando un grave
perjuicio”, sostiene Ávila Vázquez. La
frontera agrícola seguirá creciendo y morirán muchos insectos. “Estas semillas están prohibidas en Europa
porque han llevado a la muerte masiva de abejas, mariposas monarcas y vaquitas
de San Antonio”, señaló el médico.
Por su parte, Montenegro
sostiene que “Argentina tendría las
dos plantas más grandes del mundo para el acondicionamiento de semillas, lo
cual fortalecerá el ya descontrolado modelo extractivo”. La asamblea sostiene que el municipio
aplica una ley provincial que tiene menos exigencias ambientales que la
nacional. En abril el Tribunal Supremo
de Justicia habilitó la obra que había sido suspendida por otro juzgado [12].
Las
protestas contra Monsanto se incrementaron desde el 18 de setiembre cuando
los manifestantes instalaron un campamento impidiendo el paso de camiones con
materiales para la construcción de la planta. Hubo una fuerte represión
policial en la que fue herida Sofía
Gatica. “No vamos a permitir el
ingreso de ningún camión ni que se instale Monsanto, porque son ellos o somos
nosotros. Yo ya perdí a mi hija”, dijo
Sofía [13].
El sindicato
de la construcción desalojó el 26 de setiembre a los manifestantes de
uno de los portones de entrada y la CGT
reclama por las fuentes de trabajo que se pierden [14]. A pesar de la mezquindad del sindicalismo empresarial, las protestas
llevaron a la suspensión de las obras el 1 de octubre por la falta de
materiales.
*****
Notas:
[1] El seminario “Desde el
extractivismo a la re-construcción de alternativas” fue realizado el 29 de
agosto en Buenos Aires y estuvo organizado por la asociación BEPE
(Bienaventurados los Pobres), la Red Agroforestal del Chaco y la Red de
Asistencia Jurídica contra la Megaminería. [2]
Intervención de Sofía Gatica en el
seminario “Desde el extractivismo a la re-construcción de alternativas”.
[3] Darío Aranda, “Invicta, la nueva
imposición de Monsanto”, MU, Buenos Aires, setiembre 2013. [4] Intervención de Jaime Borda en el
seminario “Desde el extractivismo a la re-construcción de alternativas”.
[5] Intervención de Lucio Cuenca en
el seminario “Desde el extractivismo a la re-construcción de alternativas”.
[6] Reuters, Santiago, 25 de
setiembre de 2013. [7] Datos
aportados por Lucio Cuenca. [8] Right
Livelihood Award
[9] “Monsanto invade Malvinas Argentinas (Córdoba)”, 22 de julio de 2012 en www.ecoportal.net [10] Darío
Aranda, “Agro y minería”, Página 12, 19 de setiembre de 2013. [11] “Monsanto: la semilla de la
discordia”, 6 de octubre de 2013 en http://noticias-ambientales-cordoba.blogspot.com/ [12]
“Monsanto: conflicto social e incertidumbre legal”, La Voz del Interior,
Córdoba, 6 de octubre de 2013. [13]
“Luchan contra la llegada de Monsanto a Córdoba”, 4 de octubre de 2013 en www.olca.cl [14]
“Monsanto: conflicto social e incertidumbre legal”, La Voz del Interior,
Córdoba, 6 de octubre de 2013.
Raúl Zibechi es
analista internacional del semanario Brecha de Montevideo, docente e
investigador sobre movimientos sociales en la Multiversidad Franciscana de
América Latina, y asesor a varios grupos sociales. Escribe cada mes para el
Programa de las Américas (www.cipamericas.org).
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario