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Nuestra Democracia, sus actores, sus líderes y estrategias.
Visto en su conjunto el argumento central de su trabajo, creo que
peca de mucho optimismo, que no es malo, por el contrario, nos “permite volar” en el análisis e interpretación
de la Democracia en América Latina. De acuerdo la transición hacia la democracia, una vez expulsadas o derrotadas las
dictaduras, no fue original, pareja y
paralela en todas las sociedades de los países latinoamericanos. Ustedes los paraguayos, venían de una
larga dictadura de más de 35 años, - donde
los partidos políticos tradicionales, conservadores fueron enemigos de la democracia,
de la libertad aplaudieron o cómplices activos por muchos años a los dictadores
- otros 10, otros 15 años, nosotros en
Perú, 12 años, pero aquí viene el GRAN
PERO “nuestra transición en los 80’ fue
un desastre político producto de ello volvimos a caer en una dictadura civil militar en los 90’, que terminó por destruir la débil
institucionalidad y remedo democrático de los 80’ en un escenario de la más abultada hiper-inflación de la historia – solo comparable con las hiperinflaciones
de Nicaragua y
Bolivia de los 80’, que tuvieron el record de 7 cifras ( hablamos de
millones) pero nosotros teníamos un par de perlas destructivas más. En los 90 el país estaba al borde del
precipicio: el 60% del territorio
peruano ( aún en su contenido geográfico) estaba en manos del grupo terrorista
sendero y en estado de emergencia nacional
y para rematar nuestros males políticos de finales del siglo XX , en plena
crisis y violencia –la Tesis del shock
del neoliberalismo, el capitalismo del desastre – terminó de liquidar los pequeños rasgos,
expresiones de democracia, ciudadanía,
liderazgo, sociedad civil y encarceló la libertad de expresión y destruyó
todos los derechos de los trabajadores. Ese fue el costo que pagamos por una transición errónea, lenta, confusa, sin
norte político que al final fue el terreno abonado para el “florecimiento” más espantoso de nuestra República, la corrupción
arropada en la columna vertebral de la política: el Estado.
Las Democracias que se "rescató" en los 80' en América latina, fue una desastre político. No tuvo ni la menor capacidad para investigar y llevar a la cárcel a los dictadores y asesinos, a sus cómplices y defensores a sueldo que fueron muchos. En especial se debió sancionar por medio de la Justicia de la democracia en especial a los dictadores militares autores y ejecutantes de "La caravana de la muerte".
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En el caso de ustedes, la situación es mucho más compleja, pero con
una serie de trabas, taras y cargas muy pesadas de grupos tradicionales NO amantes o partidarios de la
democracia muy común en todo América
latina, sin embargo en la década de
los 80’ nos embarcamos en una difícil pero no imposible responsabilidad
estratégica de carácter político e
histórico. Rescatar, restablecer y/o reconstruir la Democracia después de
varias décadas de dictaduras, pero en la estructura económica de cada país y del propio continente, estuvieron presentes en los sistemas
económicos, o nos impusieron modelos que
fracasaron – industrialización por sustitución de las importaciones ISI -o nosotros asumimos copias – mal
copiadas – para tratar de reparar grandes fracturas económico-sociales – la dependencia, la informalidad, las
oligarquías, el populismo o incluso algunos brotes de nacionalismo – Esta alta
vulnerabilidad política generó
profundos baches y fracturas sociales y políticas internas que no tuvimos la
capacidad política como país para saber enfrentarlo, y nuestro fracaso como
Región, como Continente siguió a la deriva,
sin norte, sin
liderazgo, sin industrialización, sin una Democracia de Ciudadanos –
a la más que llegamos fue a las puertas de una democracia censitaria, de una democracia
electoral, cautiva y presa por la dominación e imposición de los intereses
de clase de los viejos partidos tradicionales,
conservadores, por décadas parapetados en las precarias instituciones nacionales, impidiendo cualquier
camino de poder ingresar hacia la modernidad.
Una de las herencias del desastre que dejaron las dictaduras en América Latina - no sólo fue el aumento increíble de la deuda externa, o la violación sistemática de los DD.HH. o la corrupción institucionalizada - fue para nosotros, el extremo abandono de la niñez .- de la familia - la exclusión, marginación, explotación, la desnutrición de los niños y niñas, realidad sobre la cual el neoliberalismo "montó" la etiqueta absoluta de la pobreza en sus derivados.
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Hoy existe en tiempos de la globalización neoliberal, la era de la
transnacionalización de los monopolios imperialistas – el capitalismo del desastre – y de
la poli-crisis del sistema capitalista, el funcionamiento dialéctico de un cuádruple
proceso institucional: Democracia, Ciudadanía, Sociedad Civil, Liderazgo. Características
políticas centrales que garantizan en primera instancia el funcionamiento del
mecanismo político de la Rendición de
Cuentas, mecanismo participativo que funciona cuando existe una sociedad civil, fuerte, popular,
plural, democrática y autónoma. Pero a su vez la sociedad civil – como escenario
de escenarios de las clases y la lucha de clases – funciona en su dinámica de
mayor participación de la población,
presentando un fuerte, reconocido – y sobre todo expresando en toda su
dimensión Confianza personal y social
– en sus Líderes, - portadores de
cultura social y humanista, conductores, maestros, impulsores del derecho al
futuro, construyendo en la práctica diaria un proceso muy complejo en lo social
y cultural, de una Nueva Ciudadanía Intercultural, Participativa, Cívica,
Informada, Republicana.
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Hombres y mujeres, Ciudadanos y (as) de América Latina, luchamos en diversos frentes contra la dictadura. Desde nuestra juventud en las aulas universitarias, combatimos en las calles y plazas, primero a las falsas democracias y años después como Sociólogos, a la dictadura militar de los 70', así como en los 90' como Sociólogos-Politólogos, fuimos protagonistas directos de la lucha política. El Movimiento Ciudadano por la Democracia, desde la Ciudad Blanca, los "Leones del Misti" desde "La Columna de los Inmortales" de Arequipa, contra la dictadura fujimontesinista. Escribimos, junto con la juventud universitaria, una página de dignidad y compromiso revolucionaria en nuestra Historia.
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Una ciudadanía organizada es garantía para la
democracia.
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ABC Color
lunes 21 de octubre del 2013.
En democracia, la sociedad civil tiene la
responsabilidad primordial de controlar al Gobierno. Durante 35 años de
dictadura, la sociedad paraguaya perdió su libertad de acción y no pudo cumplir
con el mencionado rol. Pero esta sociedad parece haber despertado de su letargo
y estar dispuesta a asumir ese papel básico. Ejerciendo su derecho
constitucional a la libertad de expresión y de acceso a los medios de
comunicación –incluidas las redes sociales–, la población empieza a reaccionar
contra la vergonzosa corrupción e impunidad imperantes en los organismos
públicos. Así las cosas, la garantía de estabilidad política más firme que
tenemos es nuestra ciudadanía, que,
pese a haber votado para elegir a estos senadores y diputados, conserva intacto
su derecho de exigirles, presionarles y hasta, si fuera el caso, denunciarlos
públicamente por atentar contra las normas fundamentales de la República.
En democracia, la sociedad civil tiene la
responsabilidad primordial de controlar al Gobierno, conformado por los tres
Poderes del Estado, dentro del marco regulatorio de la Constitución y las
leyes. Bajo la larga dictadura stronista, con el cercenamiento de las
libertades individuales y de los derechos cívicos, la sociedad paraguaya perdió
su libertad de acción y no pudo cumplir su rol de contralor del poder público. Durante 35 años fue perseguida,
oprimida y enmudecida, por lo que dos o tres generaciones de paraguayas y
paraguayos vieron transcurrir su existencia sin pena ni gloria, privados de la
oportunidad de aportar su capacidad personal y su entusiasmo a los campos de
gravitación de la vida nacional, tanto en lo político como en lo económico, lo
social y lo diplomático.
Por esa
razón, cuando con el derrocamiento del dictador llegó la libertad y se inició el largamente ansiado camino de transición a la democracia, los políticos
que fueron opositores al régimen autoritario anterior no atinaron a encontrar
el rumbo hacia un orden democrático genuino, prefiriendo acoplarse como furgón
de cola al corrompido Partido Colorado,
que había sostenido políticamente al dictador Alfredo Stroessner y que, tras su
derrocamiento, continuó manejando las riendas del poder con nuevos actores,
pero con los mismos vicios del régimen dictatorial.
La renga y larga transición a la democracia así
instaurada por una corrupta simbiosis de colorados y liberales –con presta
adhesión de partidos y movimientos políticos advenedizos– tuvo un inesperado
sesgo en abril de 2008 con la victoria electoral del ex obispo de San Pedro, Fernando Lugo, montado en la grupa del
Partido Liberal. Pero el retorno al poder de la ANR en las elecciones generales
del corriente año, con su candidato Horacio
Cartes, electo presidente de la República, echó por tierra las esperanzas
del Partido Liberal Radical Auténtico
de mantenerse en el poder que efímeramente había asumido tras la destitución de
Fernando Lugo.
Lamentablemente,
la alternancia en el gobierno de la
República, reclamada por la población como requisito indispensable para la
progresiva consolidación democrática en el Paraguay, a la postre resultó un
fiasco, porque los gobiernos de Fernando
Lugo bajo la sombrilla de la Alianza
Patriótica para el Cambio (APC) y de Federico
Franco con el PLRA después, tuvieron tan mal desempeño como el de los
colorados que les habían antecedido. La más contundente prueba de ello fue que
la ciudadanía se vio compelida a elegir otra vez, como mal menor, a un Gobierno
colorado.
Con la desmitificación de la alternancia como
panacea para acabar con la seguidilla de pésimos gobiernos por la perniciosa
corrupción de los políticos, la sociedad
civil parece haber despertado por fin de su letargo y estar dispuesta a
asumir su rol básico de contralor de los
tres Poderes del Estado. Ejerciendo su derecho constitucional a la libertad
de expresión y de acceso a los medios de comunicación –incluidas las redes
sociales–, la ciudadanía empieza a
reaccionar contra la vergonzosa corrupción e impunidad imperantes en casi todos
–si no en todos– los organismos públicos.
Es
auspicioso constatar que paraguayas y paraguayos están asumiendo que la regeneración moral de nuestros
políticos jamás podrá ser una iniciativa que parta de ellos mismos, sino
mediante la presión moral de la sociedad
civil en el ejercicio de sus garantías constitucionales.
Este
esperanzador despertar ciudadano en
el Paraguay se manifiesta con el reciente destape de la olla podrida en el Poder Legislativo, donde los denominados “representantes del pueblo” mantienen a sueldo, con dinero público, a
hijos, nueras, compadres, servidumbre doméstica y hasta parejas sentimentales.
Posiblemente,
este vergonzoso incidente representa
apenas la punta del gran témpano sumergido
en el mar de la corrupción generalizada de todos los órganos del Estado, que obstaculizó antes y se
propone obstaculizar ahora el progreso político, económico y social del país
que el nuevo gobierno de Horacio Cartes
declara que se propone lograr, afán que está siendo fuertemente resistido por
los políticos tradicionales, a los que, por conveniencia particular, se suman
las agrupaciones políticas minoritarias con representación parlamentaria.
La
arrogancia con que ciertos voceros de las Cámaras
legislativas respondieron a las solicitudes de la prensa para acceder a
información de interés general, como las listas
de funcionarios con indicación de cargos y salarios, constituye una ominosa
señal de desprecio hacia el derecho del
ciudadano de conocer qué se hace con el dinero que se recauda con los
impuestos que paga.
Subsiste
entonces el peligro de que, bajo el
acicate de la codicia y la ventaja de la impunidad a la que están
acostumbrados los legisladores, piensen en boicotear proyectos gubernamentales.
Así las
cosas, la garantía de estabilidad política más firme que tenemos es nuestra ciudadanía, que, pese a haber
votado para elegir a estos senadores y diputados, conserva intacto su derecho a
exigirles, presionarles y hasta, si fuera el caso, denunciarlos públicamente
por atentados contra las normas fundamentales de la República.
Y dado que las
autoridades del Poder Legislativo en
este momento están cediendo en su pretensión intransigente de no rendir cuentas de sus manejos
internos, el hecho demuestra que, en última instancia, la presión moral ciudadana posee ya la fuerza
necesaria como para imponer el recto cumplimiento de la ley a los mismos
legisladores. Y
que, además, está consciente de que este es el camino más directo hacia la
consolidación de un verdadero Estado de derecho.
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CRÍTICAS AL ARTÍCULO DESDE
PARAGUAY.
1.- Esperanzador despertar
ciudadano " !!! esta exclamación oportunista y falaz de un monopolio
brutal que " anestesio "a la ciudadanía en pro de sus intereses,
causa sorpresa; no deja de ser una auspiciosa noticia. Durante los citados 35
años y la falsa " transición " a la democracia, ABC y la cadena
defensora de todos los violadores a la verdadera Libre Expresión de los
pueblos, crecieron económicamente hasta límites intolerables para construir una
democracia representativa y participativa real. Claro que son los ciudadanos,
bien informados , los únicos garantes de la lucha frontal contra la corrupción
en los tres Poderes; hoy esa ciudadanía, raquítica, desmovilizada, desquiciada,
justamente por la siniestra acción de los medios de prensa escritos, radiales y
TV, no tienen la fuerza necesaria para remover estos " escombros
políticos" de una República hace tiempo destruida por su insaciable
establishment : ABC fue la nave insignia de esta guerra mediática, en contra de
intereses de mayorías sociales que viven desnutridos, desinformados, sin
tierra, acosados por la delincuencia y sin lideres capaces de torcer el rumbo. (Vargas)
2.-
?Que le ha pasado al ABCyapú?
?Tuvo un ataque tardío de Democracia? Después de haber colaborado con todas sus
baterías, a favor del gobierno Cartes, de repente se acordó de la ciudadanía
organizada. Cuál será el interés de este mentiroso medio impreso, para lanzar
un libelo tan "democrático" contra el gobierno actual.?. No se
entendieron en la división del poder? ?Los negocios no le salieron como quería?
Sí el ABCyapú es contra el gobierno,
hay algo errado. Los socios se pelearon por algunos negocios. !Muy sospechoso. (Cardell).
3.-
Creo que después de veinte años que cayó la "dictadura" es tiempo de
despertar y vivir la democracia real...donde hagamos respetar los
derechos...donde podamos ganar el sustento trabajando...donde defendamos
nuestros derechos con argumentos no amenazando... que los cargos públicos sean
ocupados por personas preparadas en cada área..hay muchos en nuestro país...pero
ya saben quienes los ocupan....y especialmente se castigue a los sinvergüenzas...a
los corruptos...que termine la impunidad. (Morales).
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