&&&&&
El peligro del default técnico se ha convertido en una carrera
contrarreloj que culmina en cuatro días: el techo de la deuda fue
incrementado desde el 2001 en 13
oportunidades y en mayo pasado alcanzó 16,7
millones de millones de dólares, lo que significa que la deuda pública
total está superando el Producto Nacional Bruto (PNB) en un 6%. Esta situación es muy similar a Grecia, donde su deuda es 1,5 veces más
grande que su PNB. En realidad,
desde hace más de 10 años Estados Unidos estaba aumentando este tope a través
del nuevo endeudamiento,
sumergiéndose cada vez más en este círculo vicioso sin que nada pasase debido
al dominio del dólar en la economía mundial y su exclusividad aceptada
sumisamente por los 194 países miembros
de las Naciones Unidas. Casi la mitad de la deuda de Estados Unidos está en
las manos de gobiernos y bancos centrales extranjeros. Los principales titulares de los bonos del Tesoro de EE.UU. son China y
Japón.
Beijing es el mayor acreedor, con 1,28
billones de dólares
en deuda estadounidense, según la cifra del Tesoro de EE.UU. de julio. Sin embargo, los expertos advierten que
el volumen real podría ser aún mayor, ya que se sabe que China tiene también deuda estadounidense a través de
intermediarios. Tokio sigue a Beijing
con 1,1 billones. El riesgo de impago en el que se halla EE.UU. debido a
que el presidente Obama y los republicanos en el Congreso son
incapaces de acordar una subida del techo de la deuda perjudicaría el valor de los títulos y hace temer por
el estatus del dólar como moneda de reserva mundial, comenta a la agencia Bloomberg su columnista Simon
Johnson, ex representante del Fondo Monetario Internacional y profesor de Economía en
el Instituto de Tecnología de Massachusetts.
/////
ESTADOS UNIDOS:
EL SÍNDROME DE LA BANCARROTA.
*****
Walter Goobar.
Miradas del Sur. Martes 15
de octubre del 2013.
El 17 de octubre es la fecha clave
en la que Estados Unidos podría caer en la cesación de pagos si los
republicanos no amplían el techo de deuda, con lo que se podría repetir el
jueves negro de Wall Street (crash bursátil del 24 de octubre de 1929), un
estallido que por mimetismo se extenderá a todas las Bolsas mundiales y
provocará la consiguiente inanición financiera de las empresas y la
subsiguiente devaluación de sus monedas nacionales. Aunque parezca ciencia
ficción, el aparato de seguridad nacional de la potencia que ahora corre el
riesgo de ser rebautizada “Estados Hundidos” ya se prepara para defender a Wall
Street frente a su inminente colapso. No es producto del azar que se hayan
programado dos “simulacros” a gran escala –que podrían convertirse en
realidad–, ese mismo día: el “Ejercicio del Terremoto de la Gran
Reorganización” y el “Ejercicio del Ciberataque Bancario Quantum Dawn 2”. Según
un informe televisivo sobre el ejercicio bancario, los ataques para los que se
preparan son de hackers, espionaje patrocinado por el Estado y crimen
organizado (fraude financiero). Un entrevistado declaró: “Podría ocurrir que
vuestra cuenta en línea no funciona… Podría ocurrir que el sistema se ha
caído”. Suena como un ensayo general para el Gran Rescate de los acreedores de
EE.UU.
El temor a esta amenaza fue
anticipado en septiembre de 2008 por el Secretario del Tesoro de EE.UU. Hank
Paulson, que advirtió que el gobierno de EE.UU. podría tener que recurrir a la
ley marcial si no se rescataba a Wall Street del colapso crediticio. En esa
oportunidad se evitó implantar la ley marcial porque el gobierno cedió ante la
presión de Wall Street y ae implementó el salvataje de los bancos. Pero muchos
expertos vaticinan otro colapso inminente y esta vez la situación es distinta:
Según explica Ellen Brown en la publicación canadiense Globalresearch, lo que
provocó la crisis de 2008 fue un corrimiento, no en el sistema bancario
convencional, sino en el sistema bancario en la sombra, una colección de
intermediarios financieros no bancarios que suministran servicios similares a
los bancos comerciales tradicionales pero no están regulados. Incluyen a los
fondos de alto riesgo, los fondos de mercado monetario, los fondos de
inversión, los fondos negociables en bolsa, los fondos de participación
privada, los corredores intermediarios de valores, compañías de titulización y
de finanzas.
Este casino financiero en la sombra
no ha hecho más que crecer desde 2008; y en el próximo colapso al estilo Lehman
Brothers es posible que no haya rescates gubernamentales según advirtió Obama
tras la reforma del sistema financiero en 2010.
Ante la perspectiva de un default,
en el que los depositantes no pueden acceder a sus cuentas bancarias para
obtener dinero para alimentar a sus hijos, podrían comenzar a saquear los
negocios y servirse lo que necesiten. De hecho, el sindicato de camioneros está
preparando una protesta masiva de millones de conductores para “restaurar
nuestra nación como una república constitucional bajo la Constitución de los
Estados Unidos”. En su red virtual anuncian una marcha en la mayoría de los
estados del país para llegar a la capital y paralizarla durante tres días.
Dicen que con esta marcha pretenden defender la patria de la “corrupción, el
socialismo de Obama, del programa de sanidad Obamacare y de las otras
propuestas de la administración de Barack Obama”.
Por ese motivo, la perspectiva de la instauración de la Ley Marcial es un secreto a voces que en estos días sobrevuela Washington.
Por ese motivo, la perspectiva de la instauración de la Ley Marcial es un secreto a voces que en estos días sobrevuela Washington.
El peligro del default técnico se ha
convertido en una carrera contrarreloj que culmina en cuatro días: el techo de
la deuda fue incrementado desde el 2001 en 13 oportunidades y en mayo pasado
alcanzó 16,7 millones de millones de dólares, lo que significa que la deuda
pública total está superando el Producto Nacional Bruto (PNB) en un 6%. Esta
situación es muy similar a Grecia, donde su deuda es 1,5 veces más grande que
su PNB. En realidad, desde hace más de 10 años Estados Unidos estaba aumentando
este tope a través del nuevo endeudamiento, sumergiéndose cada vez más en este
círculo vicioso sin que nada pasase debido al dominio del dólar en la economía
mundial y su exclusividad aceptada sumisamente por los 194 países miembros de
las Naciones Unidas.
Casi la mitad de la deuda de Estados
Unidos está en las manos de gobiernos y bancos centrales extranjeros. Los
principales titulares de los bonos del Tesoro de EE.UU. son China y Japón.
Beijing es el mayor acreedor, con
1,28 billones de dólares en deuda estadounidense, según la cifra del Tesoro de
EE.UU. de julio. Sin embargo, los expertos advierten que el volumen real podría
ser aún mayor, ya que se sabe que China tiene también deuda estadounidense a
través de intermediarios. Tokio sigue a Beijing con 1,1 billones.
El riesgo de impago en el que se
halla EE.UU. debido a que el presidente Obama y los republicanos en el Congreso
son incapaces de acordar una subida del techo de la deuda perjudicaría el valor
de los títulos y hace temer por el estatus del dólar como moneda de reserva
mundial, comenta a la agencia Bloomberg su columnista Simon Johnson, ex representante
del Fondo Monetario Internacional y profesor de Economía en el Instituto de
Tecnología de Massachusetts.
Tanto
el G-20, como China y Japón
han hecho saber sus preocupaciones a los responsables estadounidenses. “EE.UU.
es claramente consciente de las preocupaciones de China sobre la situación (…)
y de la petición de Beijing de garantizar la seguridad de sus inversiones”,
puntualizó el viceministro de Finanzas chino, Zhu Guangyao, en una rueda de
prensa, en la que advirtió de que “el reloj hace su tictac”.
“Pedimos que EE.UU., como la mayor
economía del mundo y emisora de la principal moneda de reserva mundial, tome
medidas creíbles para resolver las cuestiones políticas acerca del techo de la
deuda y que lo haga a tiempo, para evitar una situación de impago. Esperamos
que Washington aprenda bien las lecciones de la historia”, insistió Guangyao, y
recordó cómo en 2011 la última gran confrontación entre republicanos y
demócratas sobre el techo de deuda estremeció los mercados del mundo. Taro Aso,
quien actualmente combina dos funciones en el gobierno de Japón, de viceprimer
ministro y de ministro de Finanzas, por su parte, también instó a Washington a
resolver la cuestión del techo de la deuda sin demoras. Comentó que Tokio está
muy preocupado con el posible impacto de la situación política de EE.UU. en los
mercados de divisas. Es la primera vez desde el cierre del gobierno
estadounidense que China y Japón dan a conocer sus inquietudes explícitamente.
Es probable que finalmente el duelo
presupuestario entre demócratas y republicanos se resuelva de alguna manera.
Sin embargo, de acuerdo con un editorial del periódico alemán Suddeutsche
Zeitung, “lo que
sí está claro es que Norteamérica ha entrado ya en la fase de su bancarrota
política”.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario