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"Para el
estadista y para el conductor de pueblos, hay instantes en que la
dureza es un
deber."
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LA SANCIÓN POLÍTICA DE LA SEMANA.
EL BASURERO DE LA HISTORIA ESPERA A LOS CORRUPTOS Y TRAIDORES.
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"Siempre
se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí
mismo."
No me preocupa el grito de los violentos. El movimiento de
los corruptos. La grita de los deshonestos. El odio de los intolerantes. La
desvergüenza de los inmorales. El impudor de los sin ética y la delincuencia
del criminal…. Lo que me preocupa es el silencio de los buenos.
20 de Octubre del
2013.
A LOS POLÍTICOS DEL MUNDO.
Los
políticos fracasados, corruptos, farsantes, que han transformado la mentira
política en política de Estado, - hay muchos a nivel global - son tan
peligrosos como la contaminación ambiental que produce cáncer pulmonar. En la
sociedad la corrupción y la traición profundiza la desigualdad económico-social
y sigue condenando a millones de seres humanos en el “paraíso celestial” neoliberal
de la basura, enfermedades terminales y la muerte. Los Ciudadanos del mundo abriendo
la Democracia a la participación activa de nuestros pueblos, debemos condenar y
acabar con esta lacra que aún cuenta con muchos militantes y financistas. Lo que me preocupa es el silencio de los buenos. Otro
mundo si es posible para construir una nueva civilización humana.
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Contaminación,
cáncer pulmonar y desarrollismo industrial criminal y antihumano.
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Salvador López Arnal.
Rebelión sábado 19 de
octubre del 2013.
Se consideraba que la
contaminación ambiental aumentaba las probabilidades de enfermedades cardíacas,
respiratorias y cerebrovasculares. No era poco. Pero aún hay más. Aunque no es
una novedad total. Lo señalado ha sido comentado y defendido de una u otra
forma en multitud de estudios científicos en los últimos años. Pero ahora es un
organismo reconocido internacionalmente quien apoya y abona una hipótesis ya
muy contrastada.
“Es el carcinógeno
ambiental más importante, más que el tabaquismo pasivo”. “La contaminación
ambiental en espacios abiertos causa cáncer pulmonar”. Son afirmaciones de
la OMS. La Organización Mundial de la Salud, nada sospechosa de indocumentación
o izquierdismo, ya calificó el hollín del diésel como cancerígeno en junio de
2012 (recuérdese que en nuestras ciudades la mayor causa de la contaminación
del aire urbano es el tráfico rodado).
Es lo que muchos
sospechábamos, lo que muchos intuíamos. Sin poder establecer ninguna relación
causa-efecto. Teníamos, tenemos, los muertos muy cerca de nosotros… y muy
presentes.
La Agencia Internacional de
Investigación Oncológica (IARC), que ha revisado más de 1.000 artículos
publicados en revistas científicas de primera categoría, declaró el pasado
jueves que “la contaminación aérea es un carcinógeno” (junto a peligros
conocidos como el asbesto, el tabaco o radiación ultravioleta). Y no cualquier
cancerígeno: "Consideramos que este es el carcinógeno ambiental más
importante, más que el tabaquismo pasivo", ha afirmado Kurt Straif, el
titular del departamento de la IARC que evalúa las sustancias causantes de
cáncer. Uno de sus principales riesgos son las pequeñas partículas que pueden
depositarse en los pulmones.
La IARC ha clasificado la
contaminación ambiental en el nivel 1, el más alto en la escala. Es el de las
sustancias sobre las que no cabe duda razonable, duda científica, de su
peligrosidad. Es más que una conjetura ocurrente y más o menos feliz.
“Aunque la composición de
la contaminación y los niveles de exposición varían radicalmente entre unas
zonas y otras, las conclusiones son válidas para todas las regiones del mundo”,
afirmó también la IARC. Los estudios demuestran que, a mayor exposición, el
riesgo de cáncer va aumentando.
Ya anteriormente, la
Agencia Internacional de Investigación Oncológica había considerado como
carcinógenos algunos de los componentes de la contaminación ambiental (las
emanaciones del diésel por ejemplo, como es sabido). Pero es ahora la primera
vez -¡la primera!- que considera la contaminación ambiental, en general, como
causante de cáncer.
Ya en 2010 se señaló que se
registraban –no que hubieran tan sólo- más de 220.000 muertes por el cáncer
asociado a la contaminación ambiental.
Se ha detectado también un
vínculo con un riesgo ligeramente mayor de cáncer vesicular.
Straif señaló
razonablemente que "esto es algo que tienen que atender los gobiernos y
las agencias ambientales". Añadió: "La gente por cierto puede
contribuir haciendo cosas como no conducir un automóvil grande de diésel, pero
esto requiere políticas mucho más amplias de las autoridades nacionales e
internacionales".
Francesca Dominici, que no
participó en el estudio de la IARC, profesora de bioestadística en la Escuela
de Salud Pública de la Universidad de Harvard, ha comentado: "Uno puede
escoger no beber ni fumar, pero no puede controlar si va a estar expuesto o no
a la contaminación ambiental. Uno no puede decidir no respirar” [1]
La explicación del
mecanismo de Pedro Pérez Segura (Sociedad Española de Oncología Médica, SEOM):
“La inhalación continuada de estas partículas va dañando las células que
recubren nuestro sistema respiratorio y llega un punto en el que se acumulan
deficiencias genéticas lo que hace que las células proliferen de manera
descontrolada y, al final, puede aparecer el tumor”.
¿Dónde están esas políticas
públicas, nacionales e internacionales, para proteger a la ciudadanía? ¿Debemos
seguir admitiendo la conversión de nuestras ciudades en centros de
contaminación, cáncer y muerte? ¿Todo sea por el “desarrollo”? ¿Qué desarrollo
sostenible, qué noción del buen vivir subyace a todo esta apuesta? ¿Es también
eso el lado oscuro de eso que llamamos “civilización occidental”?
PS: La clasificación de las
sustancias de la IARC (toma pie en el artículo de Elena Sevillano en El País):
Grupo 1. Sustancias
cancerígenas. En la lista hay 111 elementos. Entre ellos, amianto, benceno, la
radiación solar y el formaldehído.
Grupo 2A. Probables
carcinógenos. 66 sustancias, como el glicidol.
Grupo 2B. Posibles
carcinógenos. 285 sustancias. Entre ellas, cloroformo, DDT.
Grupo 3. No clasificable.
505 sustancias: aciclovir, diazepam, sulfitos...
Grupo 4. Probablemente no
cancerígeno: caprolactam.
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1]
El riesgo de cáncer de una persona depende, por supuesto, de
numerosas variables: la herencia genética, la exposición a sustancias
peligrosas, estilo de vida relacionado con cuestiones con consumo de alcohol,
tabaquismo y ejercitación.
Salvador
López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y
del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat
Pompeu Fabra, director Jordi Mir Garcia).
Rebelión ha publicado este
artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative
Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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1 comentario:
Desde el pilar más alto de la concepción intelectual a lo más simple como una conversación doméstica. La estructura Social configurada hoy, es el resultado de la superestructura del ayer, por ello no hay sorpresa de que las mafias (universitarias) sean inamovibles. Sin embargo, los cambios pueden ser acompañados y acelerados si los que quieren transformarlo son los indicados. Pero en realidad los INDICADOS!!!!
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