“Francia.- la matanza de Chalie Hebdo. La “civilización Occidental”
y la pesada herencia del colonialismo. Desde hace algún tiempo, Francia,
desde Sarkozy a Hollande, ha decidido
alinearse totalmente con la guerra sin fin orquestada por los Estados Unidos
en nombre de la lucha contra el “terrorismo”. La Francia “civilizada” parece
preferir defender “sus” inversiones en su coto cerrado postcolonial, particularmente
en África, a la vez que participa en el apoyo de las dictaduras de Irak, Afganistán o Arabia Saudita. Para los “socialistas”
franceses, se añade que todo esto se hace una vez más en nombre de la
“civilización”, para “salvar a los indígenas”. En realidad, las exacciones del Estado Islámico o de Al Qaeda son aún
“pálidas” si se comparan a lo que hacen los aviones americanos y sus
ayudantes locales sobre el terreno, matando, violando y torturando a miles de
iraquíes, de sirios, de palestinos, yemenitas o afganos… ¿Excusa esto a los partidarios del Estado
Islámico? Ciertamente no. Además de violar los derechos con
prácticas sectarias y criminales, estos movimientos, a fin de cuentas, hacen el
juego a las potencias, puesto que les permiten pretender actuar para “salvar a los afganos”, por
retomar un ejemplo bien conocido. Ahora bien, organizaciones populares en esa
región del mundo luchan y resisten. Luchan en condiciones de una increíble
adversidad a la vez contra regímenes podridos apoyados por los Estados Unidos y sus aliados-subalternos
como Francia y Canadá, y contra organizaciones terroristas que se reclaman
del islam político. No se las oye, no se las apoya. ¿Por qué?”. ARGENPRESS.info
lunes 12 de enero del 2015.
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Periodistas
latinoamericanos condenan ataque a Charlie Hebdo: “Es una amenaza a las
conquistas democráticas de la humanidad”. La intolerancia y el odio religiosos,
así como políticos, ha convertido al trabajo de periodistas y medios de prensa
en una actividad de alto riesgo”, lamentaron los trabajadores de las
comunicaciones.
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FRANCIA HERIDA EN
EL CORAZÓN DE SU LAICISMO Y DE SU LIBERTAD.
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Edgar Morin.
Le Monde lunes 12 de enero
del 2015.
Traducido del francés para
Rebelión por Susana Merino.
La expresión de François
Hollande es justa: Francia herida en el corazón”. La han herido en el corazón
de su naturaleza laica y su idea de libertad, justamente contra un semanario
típicamente irrespetuoso, de lo burlesco hasta toda forma sagrada,
especialmente religiosa. Ahora bien, la falta de respeto de Charlie Hebdo
se sitúa en la risa y el humor, lo que otorga al atentado un carácter
monstruosamente imbécil.
Nuestra emoción no debe
paralizar nuestra razón, como tampoco la razón debe atenuar nuestra emoción.
Una contradicción
insuperable
Hubo problemas en el momento
de publicar las caricaturas. ¿Es necesario dejar que la libertad ofenda la fe
de los creyentes del islam degradando la imagen de su Profeta o es que la
libertad de expresión prima sobre toda otra consideración? Mi sentimiento es
que existe una contradicción insuperable, tanto más desde que soy de los que se
oponen a la profanación de los lugares y los objetos sagrados.
Pero que se entienda bien,
ello no disminuye mi horror y mi asco por el atentado a Charlie Hebdo.
Dicho esto, mi horror y mi asco no pueden impedirme contextualizar ese inmundo
atentado. Ha significado la irrupción en el corazón de Francia de la guerra de
Medio Oriente, guerra civil e internacional en la que Francia ha intervenido
siguiendo a los EE.UU.
El ascenso del Estado
Islámico es ciertamente una consecuencia de las radicalizaciones y la
putrefacción de la guerra en Irak y en Siria, pero las intervenciones
estadounidenses en Irak y en Afganistán han contribuido a la descomposición de
naciones compuestas étnica y religiosamente, como Siria e Irak.
Los EE.UU. han sido
aprendices de brujos y la heteróclita y sin fuerza real coalición que dirigen
está condenada al fracaso, puesto que no reúne a todos los países interesados y
dado que tiene por objetivo de paz la imposible restauración de la unidad siria-iraquí,
mientras que la única salida pacífica (actualmente irrealizable) sería la
formación de una gran confederación de pueblos, etnias, religiones de Medio
Oriente con el aval de la Organización de las Naciones Unidas, único antídoto
para el Califato.
Coincidencia
Francia está presente con
su aviación, por los franceses musulmanes que se han incorporado yihad, por los
franceses musulmanes que han regresado de la yihad y ahora está igualmente
claro que Medio Oriente está también en el interior de Francia a través de la
criminal actividad que ha debutado con el atentado a Charlie Hebdo, como
también lo está el conflicto palestino-israelí.
Además existe una
coincidencia, por otra parte fortuita, entre el islamismo integrista asesino
que acaba de manifestarse y las obras islamófobas de Zemmour y Houllebecq,
convertidas en síntomas de una virulencia agravada de la islamofobia no solo en
Francia, sino también en Alemania o en Suecia.
El miedo se agravará
El pensamiento
reduccionista triunfa. No solamente los asesinos fanáticos creen combatir a las
cruzadas y a sus aliados los judíos (que los cruzados masacraban) sino que los
islamófobos reducen todo lo árabe a su supuesta creencia en el islam,
reduciendo lo islámico al islamismo, el islamismo al integrismo, el integrismo
al terrorismo. Ese antislamismo se vuelve cada vez más radical y obsesivo y
tiende a estigmatizar a toda una población más importante aún que la población
judía que fue estigmatizada por el antisemitismo antes de la guerra y de Vichy.
El miedo se agravará entre
los franceses de origen cristiano, entre los de origen árabe, entre los de
origen judío. Unos se sienten amenazados por los otros y se está produciendo un
proceso de descomposición que tal vez pueda detener la gran manifestación del sábado
10 de enero, porque la respuesta a la descomposición es la unión de todos, de
todas las etnias, de todas las religiones y de todas las corrientes políticas.
Edgar Morin es sociólogo y
filósofo.
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La portada del 19 de
septiembre del 2012 de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, con una
caricatura del profeta Mahoma. La guerra político-religiosa, se inició desde
esa fecha?. Pasó el tiempo y se fue acumulando en los sectores
ultra-conservadores, políticas xenófobas –Islamofóbicas – y hasta que reventó
el 7de enero del 2015. O el gran responsable de esta matanza de periodistas caricaturistas,
es el gobierno francés con sus políticas salvajes y asesinas contra pueblos
indefensos en el entorno del Estado Islámico. Jihadistas, son su hechura
política y guerrera de occidente contra occidente. Increíble, pero es cierto?.
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“CHARLIE HEBDO” Y
LA OLA REACCIONARIA.
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Guillermo Almeyra.
Rebelión martes 13 de enero
del 2014.
El brutal asesinato de los
de Charlie Hebdo desencadenó el tradicional chauvinismo patriotero de los
franceses que en este caso puede disfrazarse detrás del horror, el odio y el
repudio que provoca a todo ser humano pensante cualquier asesinato masivo.
Hollande y la Francia “de Orden” se montan sobre esa ola en la que se mezclan
los legítimamente indignados por el crimen con los sionistas, que quieren
llevar agua a su molino antiárabe y salir de su aislamiento y con la extrema
derecha racista francesa. Los del gobierno “socialista” trabajan así a toda
máquina a favor de la xenofobia racista del nacional-fascismo lepeniano. El
gobierno racista de Valls-Hollande, estúpidamente, para recuperar popularidad,
cree poder robarle el terreno bajo los pies al lepenismo encabezando la jauría
antiárabe, tan popular en un país que en su historia medioeval tiene diversas
cruzadas contra el mundo árabe, entonces mucho más avanzado que Francia y por
eso temible y después, ya capitalista, colonizó países con mayoría musulmana y
fue echado de ellos no sin dejar, por ejemplo, en Argelia, un millón de
muertos.
Hubo un tiempo en que
Charlie Hebdo criticaba suavemente a los gobiernos sucesivos mientras hacía
chistes machistas y élitistas y era sólo una revista-pasatiempo irreverente.
Pero desde el ataque a las Torres Gemelas en Estados Unidos asumió el papel de
Catón francés de tercera clase fabricando una versión colonialista y racista
del Islam sin tener en cuenta ni el necesario respeto a las creencias
religiosas de millones de trabajadores en Francia ni la sangrienta huella que
dejó en éstos el racismo y la opresión de los colonialistas. En el país del
racismo institucionalizado que originó el caso Dreyfus y donde si uno rasca a
millones de clasemedieros de ambos sexos, sobre todo pieds noirs, aparece de
inmediato la asquerosa figura de Monsieur Chauvin, Hollande amalgama los
sentimientos legítimos de horror de mucha buena gente con el racismo sionista
francés y con el viejo racismo “antimetecos” de la derecha y la extrema derecha
para lograr “la unidad nacional”. De este modo, al igual que el escritorzuelo
Houellebecq abre de par en par la puerta al fascismo de masas.
Todo asesinato es siempre
inadmisible y repudiable y no hay para él justificación política ni religiosa
alguna. El crimen cometido contra los provocadores arrogantes de Charlie Hebdo
no es, por consiguiente, justificable pero sí es explicable. Porque si uno no
se explica las razones que llevaron este horrendo asesinato queda
intelectualmente a la merced de los “guardianes del Orden republicano”, es
decir, de los asesinos en masa, mediante la “austeridad” para proteger al gran
capital, de pobres, niños, ancianos en Europa misma y de los que bombardean
donde les parece en nombre de la “Libertad”. El ignorante y las almas cándidas
colaboran para construir el inmundo fascismo de mañana cuyo aliento se siente
ya detrás del movimiento reaccionario de Francia para los franceses.
La ideología de origen
estadounidense de esta ofensiva de la derecha es el supuesto choque de
civilizaciones, la guerra contra el Islam (es decir, contra dos mil millones de
musulmanes en el mundo). Esta ideología apocalíptica encubre la guerra eterna y
prepara en varios países la guerra civil (que ya está instalada en África bajo
la forma de la guerra entre musulmanes extremistas y cristianos sostenidos por
el imperialismo, sobre todo francés).
Los gobernantes de los
países imperialistas crearon y después alimentaron y armaron el integralismo
fanático de algunos pequeños grupos islámicos: Francia lo hizo en Argelia con
sus harkis, soldados nativos que luchaban contra la independencia; Estados
Unidos estaba detrás de los Hermanos Musulmanes egipcios para combatir al
nacionalismo árabe laico de Nasser y utilizó a los talibanes afganos contra el
gobierno laico prosoviético y las tropas de Moscú que habían entrado en el país
para sostener a ese gobierno. Israel estuvo detrás del nacimiento de Hamas para
combatir a la laica e izquierdista Organización para la Liberación de Palestina
dirigida por Yasser Arafat. Como es lógico el hijo de Frankestein del
oscurantismo medioeval así promovido comenzó a andar por su cuenta y escapó a
sus amos, como Bin Laden, el agente primitivo de la CIA. Inglaterra, por su
parte, al ser echada de la India, dejó el veneno de la lucha religiosa entre
hinduistas, budistas y musulmanes que se trasladó después a los Estados
independientes de la India y Pakistán. El fundamentalismo integralista de
algunos grupos musulmanes es reflejo directo de los fundamentalistas cristianos
occidentales que pretenden creer que sus valores culturales son universales y
se creen destinados por su Dios a evangelizar y civilizar a sangre y fuego a
los llamados salvajes o bárbaros.
La solidaridad peluda al
colonialista Hollande formulada- ¡en la lengua de Voltaire!- por el primer
ministro inglés Cameron o por John Kerry, vicepresidente yanqui, bate por eso
todos los records de cinismo e hipocresía.
Todo atentado terrorista
indiscriminado, además de un crimen, es un grave error político, así lo cometa
un honesto anarquista que, con una bomba quiere acabar con un sistema, cuya
represión refuerza de inmediato. Los que mataron a los periodistas de Charlie
Hebdo desencadenaron una ola antiárabe, con bombas en las mezquitas,
detenciones “preventivas”, medidas ultra-reaccionarias contra todos los jóvenes
que parezcan musulmanes, y dieron aliento político a la extrema derecha
xenófoba en toda Europa, al FN lepenista, a la derecha en el gobierno, que será
aún más proisraelí, aún más colonialista. Si su acción criminal no se explicase
por su ignorancia, su atraso político y su desesperación, parecería obra de los
Servicios, una
provocación similar a la quema del Reichstag por los nazis para imponer el
triunfo de Hitler. El resultado es el mismo.
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