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La relación de China con la Federación Rusa se inscribe en esa misma
dinámica.
El swap cambiario (permuta de cobertura de divisas) con vencimiento a 3 años
aprobado en octubre, entró finalmente en operación desde el lunes 29 de
diciembre de 2014 por un monto equivalente a 25 000 millones de dólares (150
000 millones de yuanes). De cara al fortalecimiento del dólar en
relación con las monedas de las economías emergentes en los últimos meses
en medio de una mayor incertidumbre en los mercados financieros, el acuerdo
swap está enfocado a disminuir el riesgo cambiario sobre los flujos de comercio
e inversión de carácter bilateral. Toda
vez que los intercambios entre la Unión Europea y Rusia disminuirán en los
años venideros, el comercio entre China
y Rusia aumentará y, al mismo tiempo, el abandono del dólar cobrará un
mayor impulso. Los pagos en yuanes entre los dos países se incrementaron en más
del 800% entre enero y septiembre de 2014. De
acuerdo con Lin Zhi, el funcionario a cargo del Departamento de Europa y
Asia Central de la Secretaría de Desarrollo Económico de China, «cerca de 100
bancos comerciales rusos están abriendo las cuentas correspondientes para hacer
transacciones en yuanes […] la lista de los bancos en los que los depositantes comunes
pueden abrir una cuenta en yuanes también está creciendo».
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¿SERÁ CHINA EL
SALVAVIDAS DE LA ECONOMÍA RUSA?.
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Ariel Noyola Rodríguez
(especial para ARGENPRESS.info).
Lunes 5 de enero del 2015.
La tercera semana de diciembre, luego de que el rublo sufriera su peor caída desde la crisis cambiaria de 1998, el gobierno de China manifestó de inmediato su solidaridad con el Kremlin: «Si la parte rusa lo necesita, proporcionaremos la asistencia necesaria dentro de nuestras capacidades», anunció el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi (1). El espaldarazo es producto en buena medida de que China es hoy el primer socio comercial y el cuarto mayor inversionista en Moscú. Es evidente que hay cierta angustia en las elites de Beijing en torno a un eventual agravamiento de la realidad económica rusa.
Durante el último año, el rublo se ha venido abajo en un 41% en relación al dólar y en un 34% frente al euro, básicamente como consecuencia de la caída sostenida del precio del petróleo en los últimos 7 meses y las sanciones aplicadas [a Rusia] por la Unión Europea y Estados Unidos después de los acontecimientos de Crimea. A lo largo de 2014 las salidas de inversiones de cartera alcanzaron 130 000 millones de dólares. El banco central de Rusia ha gastado aproximadamente 100 000 millones de dólares en la defensa de la moneda y ese monto constituye una cuarta parte de las reservas acumuladas.
Por otro lado, la decisión de aumentar al 17% la tasa de interés de referencia para frenar las desestabilizaciones de la moneda podría allanar el camino a una abrupta disminución del crédito y la inversión en el plano interno e incrementar con ello los riesgos de caer en una recesión prolongada. Las propias autoridades rusas advierten ya una situación económica preocupante toda vez que el PIB se contrajo en un 0,50% el pasado mes de noviembre, la primera caída desde octubre de 2009. Alertado sobre los riesgos de nuevas corridas bancarias por parte de analistas de Sberbank (el mayor banco de préstamos de origen ruso), el gobierno de Vladimir Putin anunció que contempla una inyección de liquidez por un monto de 1 billón de rublos (18 600 millones de dólares) y establecer de manera inmediata un depósito de seguridad a fin de garantizar el ahorro.
Los líderes de China son
perfectamente conscientes de la grave amenaza que representaría no poder contar
con las capacidades de Moscú al 100% en momentos decisivos. A diferencia de los
nexos establecidos entre Estados Unidos y sus aliados de la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la relación entre China y Rusia no incluye
únicamente posicionamientos geopolíticos comunes en diversos temas de la agenda
internacional sino también una mayor vinculación en el plano económico y una
emergente cooperación financiera, componentes primordiales que aceleran la
construcción de un sistema monetario multipolar.
Y es que si bien es cierto que el
dólar mantiene su posición como la divisa dominante del Sistema Monetario
Internacional, a 6 años de distancia de la propagación global de la crisis,
actualmente salta a la vista el creciente protagonismo de China en el proceso
de «desdolarización» de la economía mundial a través de acuerdos bilaterales que
promueven el uso de monedas nacionales en las transacciones comerciales. (2)
La relación de China con la
Federación Rusa se inscribe en esa misma dinámica. El swap cambiario (permuta
de cobertura de divisas) con vencimiento a 3 años aprobado en octubre, entró
finalmente en operación desde el lunes 29 de diciembre de 2014 por un monto
equivalente a 25 000 millones de dólares (150 000 millones de yuanes) (3). De cara al fortalecimiento del
dólar en relación con las monedas de las economías emergentes en los últimos
meses en medio de una mayor incertidumbre en los mercados financieros, el
acuerdo swap está enfocado a disminuir el riesgo cambiario sobre los flujos de
comercio e inversión de carácter bilateral. Toda vez que los intercambios entre
la Unión Europea y Rusia disminuirán en los años venideros, el comercio entre
China y Rusia aumentará y, al mismo tiempo, el abandono del dólar cobrará un
mayor impulso.
Los pagos en yuanes entre los dos
países se incrementaron en más del 800% entre enero y septiembre de 2014. De
acuerdo con Lin Zhi, el funcionario a cargo del Departamento de Europa y Asia
Central de la Secretaría de Desarrollo Económico de China, «cerca de 100 bancos
comerciales rusos están abriendo las cuentas correspondientes para hacer
transacciones en yuanes […] la lista de los bancos en los que los depositantes
comunes pueden abrir una cuenta en yuanes también está creciendo». (4)
En cuanto a los instrumentos del
mercado de capitales, las operaciones denominadas en la «moneda del pueblo»
(renminbi) en la bolsa de valores de Moscú se multiplicaron por 10 en términos
interanuales. Adicionalmente, y en detrimento de la hegemonía del dólar,
empresas rusas como la petrolera Gazprom examinan la posibilidad de emitir
bonos bajo denominación del yuan desde Hong Kong y así disminuir sus costos de
financiamiento. (5)
A todas luces es incuestionable que
la mancuerna económica y geopolítica entre China y Rusia es cada vez estrecha y
continuará fortaleciéndose a medida que ambas potencias consoliden una nueva
correlación de fuerzas en el escenario internacional. Hasta cierto punto de
manera no oficial, ambas naciones persiguen la consolidación de un ambicioso
plan de defensa en diversos frentes de cara a la ofensiva imperial de la OTAN (6) y el unilateralismo del Sistema de
la Reserva Federal (Fed).
Según una nota editorial del diario
Global Times, «como vecino cercano, Rusia desempeña un papel indispensable como
socio estratégico de China en la comunidad internacional» (7). La participación mayoritaria de China en el nuevo banco de
desarrollo del BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) (8) y el Banco Asiático de Inversiones
en Infraestructura (AIIB, por sus siglas en inglés) (9), así como los préstamos otorgados en el continente asiático, los
países del norte de África, Medio Oriente y América Latina, revelan por una
parte su intención de complementar las competencias del Fondo Monetario
Internacional (FMI) como «prestamista de última instancia».
Por otra parte, el sostén financiero
a la República Argentina en su batalla contra los fondos buitres (NML Capital, Aurelius, etc.) y la
renovación de una línea de crédito en condiciones flexibles a Venezuela por 4
000 millones de dólares en julio de 2014 son muestra de que, más allá de
consideraciones económicas, existe por parte de China un interés a largo plazo
en robustecer las relaciones con sus aliados de mayor envergadura. Ahora
precisamente, la coyuntura crítica de la economía rusa constituye un enorme desafío con vistas a
demostrar la efectividad de China como salvavidas.
*****
-
Ariel Noyola Rodríguez
es columnista de la revista Contralínea (México).
Notas:
Notas:
1) «China foreign minister says willing to help Russia»,
Reuters, 21 de diciembre de 2014. 2) «China: Turning away from the dollar», por James
Kynge y Josh Noble, The Financial Times, 9 de diciembre de 2014. 3) «Ditching US dollar: China, Russia launch financial tools
in local currencies», Russia Today, 29 de diciembre de 2014. 4) «Russia-China trading settlements in yuan increases
800%», Russia Today, 21 de noviembre de 2014. 5) «Gazprom mulls issuing bonds in offshore yuan», The
BRICS Post, 26 de diciembre de 2014. 6) «La OTAN pretende prohibirles a Rusia
y China que se desarrollen», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red
Voltaire, 8 de septiembre de 2014. 7) «How long can Russia withstand the crisis?», Global Times,
22 de diciembre de 2014. 8) «Las semillas de una nueva
arquitectura financiera», por Ariel Noyola Rodríguez, Red Voltaire, 1º de julio
de 2014. 9) «Beijing: el crepúsculo asiático
post-Bretton Woods», por Ariel Noyola Rodríguez, Red Voltaire, 1º de noviembre
de 2014.
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