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Definitivamente el bloqueo económico,
comercial, financiero no ha terminado, con el restablecimiento de las Relaciones
Diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, pero si deja una
sensación positiva las palabras del Presidente Obama el día de la reanudación
de las relaciones, cuando expresa que por más de medio siglo no se ha
conseguido absolutamente nada y que las políticas impuestas por Estados Unidos sí ha destruido la vida de
millones de cubanos, pero jamás han podido doblegar la energía, fuerza y dignidad como el pueblo cubano defendió – y sigue
defendiendo – su
Revolución y su Soberanía Nacional. Pero sí, se abre una
nueva era política en América latina, en tiempos históricos y políticos que quedan en el basurero de la historia, tiempos de dominación, cuando
América latina era considerada “como el
patio trasero del imperialismo norteamericano” y además la OEA, como el Ministerio de las Colonias Yanquis. Hoy América Latina pasa por un tiempo político, donde el reloj de la historia marca –después
de muchas décadas – hacia el lado
izquierda, producto de los siguientes acontecimientos, básicamente políticos:
Primero, hoy existe un poderoso movimiento político contestatario contra los poderes facticos del imperialismo, presentan en sus
programas de gobierno posiciones básicamente anti-neoliberales. Procesos políticos diferentes, distintos, pero
con estrategias finales compartidas – movimientos políticos que no son copia ni
calco, representan la creación heroica de cada pueblo -, gobiernos progresistas,
nacionalistas de izquierda – unos compartiendo un “socialismo comunitario andino”, otros un “socialismo
del siglo XXI”, pero todos definen políticas anti-neoliberales, que salen del control del imperio.
Segundo estos gobiernos han
impulsado la forja y construcción de Nuevas Organizaciones de Unidad y Centralización Política que van
desde aspectos puramente económico-comerciales, como el MERCOSUR – Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay
y Venezuela ( el posible ingreso de Bolivia).; políticos como, UNASUR (Unión de Naciones del Sur). Argentina, Bolivia, Brasil,
Colombia, Chile, Ecuador, Guayana, Perú, Paraguay, Surinam, Uruguay, Venezuela; de integración continental como el CELAC (Comunidad de Estados
Latinoamericanos y del Caribe) 33 países (menos Canadá y Estados Unidos) con
una población de 600 millones. Y otras instituciones más focalizadas
políticamente como el ALBA, el Banco del
Sur; y de integración económico-comercial como La Comunidad Andina de Naciones.
Tercero.- El proceso de Integración
Continental, en la coyuntura actual, tiene una orientación
política diferente a los proceso anteriores cuando la pretendida ALCA Área del Libre Comercio para las Américas),
el imperialismo intentó someter nuevamente a Nuestra América, con formas y
procesos diferentes a los tradicionales
como eran ahora los TLC; en cambio las nuevas alternativas de organización y
representación que históricamente surgen en la primera década del siglo XXI, en su mayoría conducidos y
gobernados por Presidentes progresistas, nacionalistas e izquierdistas, abren
políticamente alternativas y propuestas que salen del dominio imperial y por
primera vez buscan forjar un camino propio de Integración Continental, con independencia,
autonomía y sobre todo fraguando en los escenarios de las clases y
la lucha de clases – movimientos sociales anti-globalización – la Nueva Sociedad Civil – el poder local
popular, una Nueva Democracia de
Ciudadanos, Participativa, Intercultural y de pleno respeto con la Madre
Naturaleza.
Cuarto, estos son los tiempos
históricos y políticos, cuando el imperio “cede” políticamente y abre la
reanudación después de más de 50 años
- las
relaciones diplomáticas con Cuba - con el tiempo ¿No sabemos cuándo? pueden cambiar la situación política de cada país, para terminar en definitivo con el criminal bloqueo económico, esperemos?, Sin embargo, hoy el imperio, una vez más, presiona y endurece sus
políticas contra otros países que ahora en siglo
XXI considera que si son un peligro para la política imperialista, como es
el caso concreto de Venezuela. Pero
son otros tiempos políticos donde la mordaza quedó atrás como simple recuerdo
de la “Guerra Fría”, pero no se dan
por vencidos y el proceso global de espionaje a cada país y gobierno les abre otras
posibilidades más draconianas para intervenir militarmente sus políticas represivas, dominantes y
asesinas, para ello cuentan con el apoyo de verdaderos enemigos del pueblo
y sirvientes de los poderes imperiales. Pero por encima de todas estas dificultades,
bloqueos, espionajes, seguimos
construyendo políticamente la Integración de Nuestra América para hacer realidad
la Patria Grande y el gran sueño Bolivariano.
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“EL BLOQUEO NO PERMANECERÁ INTACTO”.
Arturo López Levy, profesor del Centro de
Estudios Globales de la Universidad de Nueva York.
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Según el experto cubano,
EE.UU. necesitaba salir de “la distracción cubana” para ir a la agenda
regional: cooperación con Brasil y el Mercosur, migración, energía y seguridad
internacional.
Patricio Porta.
Página/12 sábado 3 de enero del 2015.
El
reciente anuncio de restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba
tras 53 años de vecindad turbulenta es parte del rediseño de la estrategia
geopolítica del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el último tramo
de su gobierno. Así comienza la explicación de Arturo López Levy, profesor del
Centro de Estudios Globales de la Universidad de Nueva York y especialista de
la política estadounidense hacia Cuba y América latina. “Existía una ventana
importante de oportunidad para un cambio. En primer lugar, porque tras la
elección de medio término el presidente tiene mayor discrecionalidad en su
política exterior, dado que no será el centro de la próxima campaña presidencial
en la que no puede competir. En segundo lugar, porque el tema Cuba ganaba
relieve de cara a la cumbre hemisférica de Panamá el próximo abril. Dentro de
eso, era conveniente actuar temprano así se reducía el costo político de la
medida tomada, sobre todo en Florida, otorgando suficiente tiempo también para
que los nuevos pasos produjeran réditos a sus potenciales beneficiarios”,
sostuvo el especialista en diálogo telefónico con Página/12.
El acercamiento a Cuba,
entonces, responde también a un intento por modificar los términos en que la
Casa Blanca aborda sus vínculos con el resto de la región. “En Washington se
piensa más allá de las dos guerras heredadas de la administración Bush. Aquí
toma relieve tanto el pivotear hacia Asia como la importancia de cerrar brechas
en América latina a potencias alternativas como China y Rusia. Relacionado con
lo anterior está la necesidad de salir de la distracción cubana e ir a los
temas centrales de la agenda estratégica hemisférica en las últimas cumbres de las
Américas: cooperación con Brasil y el Mercosur, migración, comercio, energía,
crimen internacional, educación y seguridad pública. En ese contexto se produce
la epidemia de ébola, con el consiguiente gesto de buena voluntad del gobierno
cubano. Este hecho concreto pone de manifiesto el sinsentido de considerar a
Cuba una amenaza a los intereses de los Estados Unidos por su accionar
internacional”, destacó López Levy.
Además del propio Obama,
otras figuras importantes de su gobierno y del Partido Demócrata respaldaron la
iniciativa: desde el vicepresidente Joe Biden y el secretario de Estado John
Kerry hasta Bill y Hillary Clinton, posible candidata presidencial para las
elecciones de 2016. Ante los cambios producidos en la isla, los pretextos se
iban agotando. “Desde el 2006, año en que Raúl Castro asumió interinamente la
presidencia, Cuba ha emprendido reformas que flexibilizaron la dinámica
económica y social del país. Ocurrieron varios factores, como la actualización
de la política migratoria del gobierno, para acercarse a la diáspora cubana, y
el incremento del acceso a las tecnologías de la información y las
comunicaciones por parte de los ciudadanos. Una transición desde una economía
de comando a una economía mixta ha ganado tracción con mayor apertura a la
inversión extranjera y conexiones orgánicas por primera vez entre los sectores
público y privado”, aseguró el experto cubano, quien se desempeñó como analista
político del gobierno de Cuba entre 1992 y 1994 y como dirigente de la
comunidad judía de la isla entre 1999 y 2001, año en que emigró a Estados
Unidos.
“Obama y su equipo, que
nunca aparecieron comprometidos con las políticas heredadas de Bush, llevaban
un tiempo reconociendo y tanteando esas nuevas realidades, particularmente a
través de la Oficina de Intereses en La Habana, que funciona casi como una
embajada. Durante el período de Bush, el subsecretario de Estado para América
latina, Roger Noriega, y el entonces jefe de la sección, James Cason, trataron
de cerrar esa institución a través de provocaciones nada diplomáticas contra el
gobierno de Cuba. La vida ha demostrado que esa oficina, como la de Cuba en
Washington, abiertas durante la administración de Jimmy Carter, han sido
generalmente fuerzas de estabilización y diálogo para una relación muy
tirante”, prosiguió.
Por otra parte, López
Levy consideró que el bloqueo no tardará en caer. “El bloqueo, al tratarse de
una ley, llevará un proceso más largo para ser derogado, pero no permanecerá
intacto ante la creación de nuevos segmentos sociales interesados y
beneficiados por un mayor intercambio con Cuba. Grupos de agenda moral
humanitaria, se coligarán con empresarios norteamericanos, y sectores pro
diálogo con Cuba dentro de la comunidad cubano-americana para alentar a los
legisladores a levantar las restricciones a medida que se identifiquen nuevas
oportunidades de inversión y emprendimiento en Cuba. La pregunta de hoy no es
si el embargo será levantado sino cuándo”, afirmó. “El aire de derrota y
frustración se respira en la desesperanza de las declaraciones de los senadores
Rubio, Menéndez y Cruz. El gesto de Obama ha encendido la protesta, pero en
Miami, entre los grupos antinormalización predomina el llanto y la pérdida de
la voluntad de vencer”, agregó.
Pese a la oposición del
anticastrismo en Miami y del sector más ultraconservador del Partido
Republicano, el experto de la Universidad de Nueva York subrayó que con Cuba no
es un tema partidario. “Si bien históricamente el Partido Republicano ha sido
más reticente a fomentar los lazos con Cuba, en ambos partidos se encuentran
políticos con posiciones favorables hacia la política de cambio que ha asumido
el presidente Obama. Al interior de los republicanos se ha destapado una
importante polémica entre el candidato ganador de varias encuestas en eventos
conservadores, el senador Rand Paul, de Kentucky, quien junto a su colega Jeff
Flake han salido a defender la apertura hacia Cuba, como se espera de una
posición pro negocios conservadora, y los senadores Marco Rubio y Ted Cruz,
quienes junto al ex gobernador Jeb Bush se han lanzado contra la política de
Obama. Entre los demócratas, la mayoría de los políticos más prominentes y sus
bases son más favorables a un giro hacia Cuba, excepto por el cubano-americano
Bob Menéndez, saliente presidente del Comité de Relaciones Exteriores del
Senado, y la presidenta del comité nacional demócrata, la floridana Debbie
Wasserman Schultz”, puntualizó López Levy.
“Aquí hay que destacar
que no se trata de grupos pro Cuba o anti Cuba, sino de visiones sobre cómo
promover los intereses y valores estadounidenses en Cuba y América latina.
Aquellos favorables al acercamiento tratarán el tema desde un punto de vista
pragmático hacia el sector empresarial y financiero. En contraste, los que se
resisten a este cambio lo hacen desde una perspectiva preconcebida que percibe
cualquier compromiso o diálogo con la región desde lo que Abraham Lowenthal
llamó la presunción hegemónica norteamericana hacia América latina, en la que
todo orden no jerárquico de subordinación a Washington es una claudicación. En
el pasado han existido grupos bipartidistas en el Congreso que han trabajado en
relación con Cuba desde ambas perspectivas, y es muy probable que se activen
para el próximo Congreso y el siguiente, donde los demócratas debieran recuperar
el control del Senado”, aclaró.
Desde su visión, Cuba y
Estados Unidos están destinados a ser socios comerciales debido a su cercanía
geográfica. “Cuba cuenta con recursos humanos de pericia, con una industria
farmacéutica y biotecnológica que ya está insertada internacionalmente y, con
las apropiadas asociaciones, puede ser competitiva incluso en el Primer Mundo,
contando con medicamentos que no están disponibles en los Estados Unidos. La
disponibilidad de productos como el ron y el tabaco cubanos en Estados Unidos
es algo largamente ansiado por las empresas de la isla. Cuba es un importante
destino turístico en la región. No existe un solo sector en la producción de
bienes y servicios que los empresarios estadounidenses no tengan oportunidad de
desarrollar en Cuba”, señaló el también profesor de la Universidad de Denver.
Por
último, destacó que la integración de Cuba por parte de los demás países
latinoamericanos fue un factor clave para que EE.UU se animara a la
normalización de las relaciones con la isla. “La ausencia de Cuba en las
cumbres de las Américas amenazaba con hacer desaparecer un evento que surgió a
iniciativa de Washington. Obama ha escuchado de todos los mandatarios
latinoamericanos el clamor por un hemisferio sin exclusiones y con una política
norteamericana hacia Cuba menos unilateral y más racional. El rechazo al
bloqueo casi unánime en la votación anual de la Asamblea General de las
Naciones Unidas hizo
que Obama reconociera que dicha política ha aislado más internacionalmente a
EE.UU. que a Cuba”, señaló López Levy.
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