martes, 24 de marzo de 2015

PANAMÁ: ¿CUMBRE DE LAS AMÉRICAS? ¿PARA QUÉ?.

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Para dicha sede, EE.UU. adicionalmente viene exigiendo se le otorguen “amplias facultades” en territorio cubano, que como ya es de suponer, las emplearía en subvertir a Cuba para “cambiar su régimen político” desde el interior –como lo hizo en otros países-. A estas acciones del gobierno de Barack Obama se suma la guerra política que viene aplicando contra Argentina y Brasil, a fin de desestabilizar políticamente a ambos países y derrocar a sus presidentas Cristina Fernández y Dilma Rousseaff –respectivamente-. A estos actos inamistosos se adiciona el incremento de sus bases militares en el Perú con la pérfida ayuda del presidente Humala, desde las que pretendería agredir a otros gobiernos “hostiles” a los intereses estadounidenses –Bolivia y Ecuador-. También son reprobables los desfachatados y céleres esfuerzos que realiza en Centroamérica el vicepresidente de EE.UU. Joe Biden, para intentar desmembrar y desarticular a la “CELAC” antes de la fecha inicio de la Cumbre de las Américas. Para ese fin Obama se propone adquirir por 5 mil millones de dólares los territorios de Guatemala, Honduras y El Salvador, y convertir a esos países en un área neoliberal bajo dominio estadounidense, a la que anuncia denominaría “La Alianza Para la Prosperidad”.

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¿CUMBRE DE LAS AMÉRICAS? ¿PARA QUÉ?.
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José Suárez Danós.

Rebelión martes 24 de marzo del 2015.

Cuando aún faltan tres semanas para que se inicie la VII Cumbre de las Américas que EE.UU. auspicia en Panamá, las inamistosas y beligerantes acciones emprendidas por Washington contra Latinoamérica conducirían a que la cita termine siendo un notorio fracaso político y profundice todavía más el aislamiento de EE.UU. en el continente.

Peor aún, cuando existe la sospecha que las insensateces apuradas por Washington contra países de Latinoamérica, tendrían como propósito crear “las condiciones favorables” para que Barack Obama proponga una agenda oculta establecida para esa cita.

Ella pretendería imponer al continente un nuevo y avasallante “Consenso de Washington versión 2.0”, que EE.UU. considera condición “sine qua non” para poder hegemonizar al resto del mundo (dominar primero los países ubicados al sur de sus fronteras).

De allí que el 10 de abril –inicio de la Cumbre- sea la fecha tope que Obama se habría trazado para anunciar que finalmente ha terminado de “torcer los brazos” a gobiernos latinoamericanos “rebeldes”, a la vez que continuaría amenazando a otros gobiernos con emplear su “poder duro” desestabilizador, caso no sujetarse a sus intereses.

Lo que en conclusión pretendería el gobierno estadounidense es que los presidentes de la “Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe” (CELAC) lleguen a esa Cumbre “rendidos” ante “su indispensabilidad”, para permitir con ello que su agenda oculta sea aprobada “por consenso” en dicha reunión.

Es por esa razón que el Premio Nobel de la Paz –Barack Obama- no ha dudado un momento en decretar contra Venezuela una declaratoria de guerra plagada de pretextos baladíes, propia del “proceso de ensoñación imperial” que viene afectando a la política exterior de EE.UU.

La finalidad de la insólita declaratoria de guerra es la misma que EE.UU se planteó antes de agredir militarmente a otros países del mundo.

Y el objetivo propuesto es derrocar mediante acciones compulsivas al gobierno democrático constitucional de Venezuela –de Nicolás Maduro-, para apoderarse de los anhelados recursos energéticos de ese país –emulando a los antiguos corsarios-.

Es así que las primeras acciones de la agresión estadounidense se vienen dando ya a través del Departamento de Estado, el cual viene intentando bloquear internacionalmente a la empresa petrolera estatal “PDVSA”, para así poder suprimir recursos económicos a la población de Venezuela y facilitar de este modo la intervención militar del país.

Por otro lado se anuncia que en Puerto Rico, EE.UU. ya apresta tropas de República Dominicana y Honduras para realizar el “trabajo sucio” de la agresión, deduciéndose de ello que serían latinoamericanos los que se inmolarían en aras del imperio de EE.UU.

Entonces, nos preguntamos inicialmente, ¿es propio que Latinoamérica asista a una Cumbre propiciada por el gobierno del país que va a ser su inminente agresor?

Para la misma Cumbre de las Américas el gobierno de Obama aún se niega a satisfacer los petitorios soberanos de Cuba para un real restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Sin embargo, voceros estadounidenses ya anuncian propagandísticamente -cual ficticio logro-, que “antes del 15 de abril” estaría funcionando la nueva embajada de EE.UU. en Cuba –su ansiado objetivo en estas tratativas-.

Para dicha sede, EE.UU. adicionalmente viene exigiendo se le otorguen “amplias facultades” en territorio cubano, que como ya es de suponer, las emplearía en subvertir a Cuba para “cambiar su régimen político” desde el interior –como lo hizo en otros países-.

A estas acciones del gobierno de Barack Obama se suma la guerra política que viene aplicando contra Argentina y Brasil, a fin de desestabilizar políticamente a ambos países y derrocar a sus presidentas Cristina Fernández y Dilma Rousseaff –respectivamente-.

A estos actos inamistosos se adiciona el incremento de sus bases militares en el Perú con la pérfida ayuda del presidente Humala, desde las que pretendería agredir a otros gobiernos “hostiles” a los intereses estadounidenses –Bolivia y Ecuador-.

También son reprobables los desfachatados y céleres esfuerzos que realiza en Centroamérica el vicepresidente de EE.UU. Joe Biden, para intentar desmembrar y desarticular a la “CELAC” antes de la fecha inicio de la Cumbre de las Américas.

Para ese fin Obama se propone adquirir por 5 mil millones de dólares los territorios de Guatemala, Honduras y El Salvador, y convertir a esos países en un área neoliberal bajo dominio estadounidense, a la que anuncia denominaría “La Alianza Para la Prosperidad”.

Pero Latinoamérica ya conoció del doblez y la demagogia de Obama desde la Cumbre de las Américas del 2009, en la cual manifestó: “durante mi gobierno EE.UU. se relacionará con América Latina a través de la cooperación y el respeto, pero para ello, es necesario pasar las páginas de la historia a fin de poder avanzar hacia un futuro de prosperidad”.

Audazmente, con ese eufemismo proponía en aquél año a los presidentes de la región, “olvidar el historial de décadas de agresiones de EE.UU. contra países del continente”.

Y en esa fecha los presidentes latinoamericanos decidieron ser anuentes con la petición del flamante presidente Barack Obama, en el criterio que su diferente etnia –negra- introduciría “cambios” importantes en la política exterior de los EE.UU. hacia Latinoamérica.

Pero la efímera esperanza tuvo que ser enterrada prontamente, cuando el Nobel Obama comenzó a superar en genocidios a su antecesor presidencial –George Bush-.

Hechos posteriores demostrarían que el presidente de EE.UU. sólo se burló de los mandatarios de Latinoamérica, al evidenciarse que sus propósitos eran tan iguales a los de presidentes blancos del imperio norteamericano que aplicaron “la política del garrote”.

En ese orden de cosas, entonces surgen las interrogantes siguientes:

¿Qué lazos debe estrechar Latinoamérica en la Cumbre de las Américas con EE.UU., el “Estado canalla” que se burla del derecho internacional y ha decretado que agredirá militarmente a Venezuela con el único fin de apropiarse de sus recursos naturales?

¿Deben asistir los presidentes de Latinoamérica a una Cumbre en la que nuevamente serían utilizados como “platea” para oír más engaños e imposiciones de parte del presidente de EE.UU. que se presume “nuevo e indispensable emperador de América Latina”?

Los niveles de agresión impulsados por Barack Obama contra Latinoamérica dificultan ahora, incluso para la diplomacia continental, retrotraer las cosas a su normalidad.

Medidas que ayudarían a Barack Obama a encontrar la sindéresis, serían que Latinoamérica suspenda por 48 horas sus relaciones diplomáticas con EE.UU. a fin que ese gobierno reflexione, y que la VII Cumbre de las Américas de Panamá, sea postergada hasta que se confirme que los actos beligerantes de la potencia hayan cesado totalmente en el continente.


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1 comentario:

José M. López Sierra dijo...

La Segunda Marcha Oscar – Mandela en Nueva York 2015

Tendremos nuestra 2da Marcha Oscar – Mandela en Nueva York el lunes, 22 de junio de 2015. Empezaremos a marchar pacíficamente a las 9 AM desde Hunter College, en la calle 68 y Avenida Lexington, hasta la Calle 43. Haremos una izquierda para continuar marchando en dirección Este para llegar al parque Ralph Bunche (al otro lado de la Organización de Naciones Unidas).

Allí, repartiremos hojas sueltas para orientar al público sobre nuestro prisionero político Oscar Lopez Rivera y la relación colonial ente el gobierno de Estados Unidos y Puerto Rico. Estaremos en el parque hasta las 5 PM.

La mayoría de la gente no sabe que, todos los años, usualmente el lunes después del Día de los Padres, la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra una vista para discutir la descolonización de Puerto Rico. Los peticionarios usualmente se unen a nuestra protesta después que terminan sus ponencias.

La ONU determinó en el 1960, que el colonialismo es un crimen en contra de la humanidad. Desde entonces, la ONU ha emitido 33 resoluciones pidiéndole al gobierno de Estados Unidos (EEUU) que descolonice inmediatamente a Puerto Rico. EEUU ha ignorado esta voluntad de la comunidad internacional. ¿Qué tipo de democracia es eso?

El gobierno de Estados Unidos trata de mantener nuestra relación colonial la más secreta posible. Lo que nosotros estamos tratando de hacer es sacarla del closet. La ONU está en su tercera década tratando de erradicar el colonialismo del mundo. ¡Por favor, ayudemos!

La mayoría de gente tampoco no sabe que el Gobierno de Estados Unidos le saca 14 veces más dinero de lo que invierte en Puerto Rico. ¡Pero, para eso son las colonias!

Esta explotación salvaje le impide a Puerto Rico ofrecerle oportunidades a los puertorriqueños en Puerto Rico. Por eso es que tenemos más puertorriqueños afuera de su isla que adentro.

Oscar López Rivera ha estado encarcelado por 34 años por su lucha para descolonizar a su país. Por ser un crimen (el colonialismo), la ley internacional le da a Oscar el derecho de usar todo los medios necesarios para descolonizar a su nación. Nelson Mandela estuvo 27 años encarcelado por hacer exactamente lo mismo que Oscar. Por eso decimos, ¡Oscar López Rivera es nuestro Nelson Mandela!

Compañeros Unidos para la Descolonización de Puerto Rico invita al público a ser parte del tsunami de gente que será necesario para obligar al gobierno de Estados Unidos a excarcelar a Oscar y a descolonizar a Puerto Rico. ¡Nuestras protestas anuales son absolutamente necesarias porque, los que mantienen colonias no creen en la justicia para todos!

José M López Sierra
www.TodosUnidosDescolonizarPR.blogspot.com