Desde nuestro punto de
vista, - expresa el Dr. Marcelo Arnold
Cathalifaud - interesaría
fomentar investigaciones de amplio alcance para abordar la globalización y sus actuales formas hegemónicas de subordinación
de países e identidades locales; la revitalización de las diversidades sociales
y culturales; el resguardo de la memoria
y patrimonio nacional; los efectos de las actuales crisis financieras en la
seguridad social; las nuevas y crecientes desigualdades y exclusiones sociales;
la devastación de los recursos
medioambientales y el calentamiento global; la extendida violencia,
inseguridad y maltrato en las grandes ciudades; las múltiples formas de corrupción;
los acelerados cambios en la composición etaria de la población; el
repliegue de los estados, la desprotección y el individualismo; las
modificaciones de las pautas afectivas, sexuales y de género; los nuevos movimientos sociales y la
emergencia de las redes sociales globales; la transformación de la
impaciencia ciudadana en indignación o
los desafíos de gobernabilidad internacional, entre muchos otros
problemas. Todos estos se despliegan en el mundo contemporáneo, no son
patrimonio de un país o región aunque, por supuesto, sus énfasis varían. Con satisfacción podemos
constatar que estos temas, y muchos otros equivalentes, son los que serán
tratados en las Mesas de Trabajo organizadas en Lima.
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LOS PRE ALAS Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA
DE SOCIOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.
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Entrevista al Dr. Marcelo Arnold Cathalifaud, presidente de la
Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), realizada por el Dr. Jaime
Ríos Burga presidente del Encuentro Pre-ALAS Perú 2015.
A pocas semanas del encuentro nacional más importante en las
ciencias sociales, el Dr. Marcelo Arnold
nos brinda sus opiniones sobre el contexto actual en el que vivimos y de cómo
este tipo de encuentros apuntan a dar un aporte integral no solo a nuestro país
sino a la región.
Profesor Marcelo Arnold, ¿Qué importancia científica y social
tienen hoy para América Latina y El Caribe los Encuentros Pre-ALAS previo al
Congreso de Costa Rica 2015?
Estos encuentros son el legado de una antigua práctica de la
asociación. De hecho, las Asociaciones Nacionales de Sociología, desde los
comienzos, se hicieron parte de la Asociación y acoplaron sus propios congresos
con las actividades de ALAS. Actualmente, entre otras funciones, los eventos
nacionales permiten el re-encuentro de las comunidades de ciencias sociales
locales y alinearlas con las temáticas y discusiones previstas para el Congreso
Bienal de la Asociación. También, por lo que he podido apreciar, son un espacio
para el dialogo intergeneracional, donde jóvenes maestros y sus estudiantes se
vinculan con “figuras” internacionales en un contexto de discusión crítica,
respetuosa y transparente.
Perú. Conflictos Sociales a mayo del 2015. Se registraron 211 Conflictos Sociales, 152 activos y 59 latentes. La Sociología de los Movimientos Sociales, es hoy una de áreas de mayor concentración de la Investigación Sociológica en el Perú y en América latina, conflictos que se producen con mayor incidencia en los ámbitos medioambientales, consecuencia del propio modelo extractivo tradicional exportador de recursos naturales en escenarios local-nacional-continental de ausencia de Políticas de Estado de protección del patrimonio territorial y devastación de la Madre Tierra.
***
Con relación al Congreso de Chile: ¿Qué situaciones y
problemáticas deben seguir abordándose y que otras nuevas destacar del Programa
del Congreso de Costa Rica?
El tema del Congreso de Chile, “Crisis y Emergencias en América
Latina” (2013), significó tomar en consideración los procesos dinámicos en que
está inmerso nuestro subcontinente. Los nuevos proyectos sociopolíticos, el
estudio de las nuevas formas de actualizar las demandas sociales, así como las
formas de realización de la sociología estuvieron entre nuestras principales
preocupaciones. Creo que, en gran medida, y con el apoyo de nuestros ex
-presidentes, conferencistas internacionales y coordinadores de grupos de trabajo,
estos propósitos pudieron ser llevados a buen término, según lo indican las
evaluaciones que pudimos hacer.
Próximamente tendremos nuestro XXX Congreso Bienal organizado en
Costa Rica bajo el lema “Pueblos en Movimiento”. Sin duda con ese encuentro se
abrirán nuevos espacios de diversidad para reforzar las vinculaciones con la
academia centro americana y caribeña y, sobre todo, debemos decir por
iniciativa de nuestra vicepresidenta la Dra. Nora Garita y sus colaboradores,
con los movimientos sociales, como representantes de demandas significativas
para la región. No tengo dudas que será una magnífica oportunidad y que
complementará perfectamente las orientaciones de los congresos realizados con
anterioridad, cuyas convocatorias y temas han sido claras expresiones de las
complejidades que requieren ser tratadas y que se orientaron a una difusión de
conocimientos que amplían las fronteras de lo global y la despojan de la
tradicional mirada angloeurocentrista.
¿Cuál es nuestra ubicación y perspectiva de imaginación y
creatividad sociológica con relación a otros espacios regionales del mundo como
América del Norte, Europa, Asía?
En mi opinión la sociología estadounidense ha sufrido una
decadencia teórica importante, si bien en Europa la sociología teórica continúa
desarrollándose, ha tenido que abandonar muchos de sus presupuestos originales.
En el intertanto en América Latina se han generado corrientes nuevas de
pensamiento, por ejemplo, los estudios de colonialidad y subalternidad que
permiten preguntarse por el lugar de América Latina desde las más diversas
disciplinas y enfoques. Asimismo, problemas que ahora son mundiales, la
sociología latinoamericana los ha estudiado hace décadas (precariedad,
desigualdades, inseguridad, etcétera) por lo que no es extraño que hoy se la
observe con más atención por la propia la sociología anglo-europea. En un plano
más cercano a mis propios trabajos, el sociólogo peruano Julio Mejía afirma
que, como nunca en su historia, América Latina participa en el cambio epistemológico
fundado en las teorías de la complejidad, esta idea es reforzada por su
compatriota Molinari y por usted mismo Dr. Ríos. Otros investigadores destacan
su diversidad, versatilidad regional y su carácter policéntrico, estos en su
mayor parte sintonizan con las corrientes críticas y a la vez renovadoras o son
muy sensibles a estas aproximaciones. En conjunto, muchos intelectuales e
investigadores de la región, cual más cual menos, valoran las aproximaciones
teóricas que combinan lo abstracto y universalista con el reconocimiento de las
particularidades regionales o históricas latinoamericanas. En la misma línea,
la indicación de Paulo Henrique Martins, pasado Presidente de ALAS, es muy
convincente cuando nos invita a construir una región del conocimiento inserta
en el mundo global, que se caracterice por la producción de campos críticos no
hegemónicos, pero promoviendo una integración creativa con la sociología
clásica y moderna.
En suma, se trata de evitar caer en los sesgos y
malinterpretaciones de un universalismo anglo-eurocentrado, pero sin sucumbir
en un particularismo relativista descontextualizado.
¿Cómo la racionalidad sistémica civilizatoria y societal
occidental afecta el desarrollo de la sociología y ciencias sociales en América
Latina y El Caribe?
El ejercicio de deconstruir las perspectivas hegemónicas con que
las ciencias sociales explican la sociedad y sus procesos es revelador, pero
poner en duda, por principio, la pretensión de universalidad de los
conocimientos científicos sobre los fenómenos sociales no es aceptable. Al
menos el rendimiento, de esta crítica, como se apreció para el caso de las
corrientes posmodernistas, es muy incierto (aunque ello no ha limitado su
impacto). Ciertamente en Latinoamérica conviven países muy heterogéneos, no
modernizados, jerárquicos, extremadamente desiguales y excluyentes,
aparentemente muy distintos a las realidades desde donde han surgido las
teorías sociológicas clásicas y contemporáneas. No obstante, sobre esa
constatación no puede avalarse la descalificación de las ciencias sociales. Más
aún, valorar los conocimientos según su procedencia (falacia genética), como
reza un conocido proverbio, conduce a botar el agua de la bañera junto con el
niño.
La pretensión universalista de las ciencias sociales, bien
entendida y aplicada, ha sido un aliciente para abordar tanto la pluralidad
como la especificidad de las expresiones sociales, no equivale por tanto a
someterse a una racionalidad anglo-eurocéntrica, tampoco lleva a confundir una
visión hegemónica con lo universal o a tener que interpretar las diferencias
regionales o locales como defectos. Ciertamente, para el caso, la modernidad
latinoamericana no puede presuponerse como una versión imperfecta de la europea
o la estadounidense, sino como una de las manifestaciones de un proceso social
que ocurre en ciertas condiciones económicas, políticas y culturales. Por eso,
las perspectivas críticas regionales tienen toda la razón cuando enfrentan las
concepciones anglo-eurocéntricas fundamentadas etnocéntricamente, pero yerran
al darles el carácter de científicas, y doblemente al descalificar, por lo
mismo, a aquellas que sí son rigurosas. Para mayor abundamiento, teorías como
el materialismo histórico, el psicoanálisis, el estructuralismo o las de sistemas,
debido a su nivel de abstracción, han sido capaces de abordar una diversidad de
manifestaciones sociales y humanas específicas sin dejar de considerar sus
patrones comunes y sin llegar a afirmarse como dogmas. En este sentido,
concordamos con Fernando Robles, quien, muy acertadamente, indica que el nuevo
pensamiento latinoamericano debe ser reforzado en lo sociológico para así
evitar algunas de sus incongruencias. En el camino, razonablemente, algunos
declaran que la principal demanda ética de la sociología es hacer buena
sociología (Chernilo y Mascareño). Este último diagnóstico podría considerarse
con validez global, pero sus indicaciones son más evidentes para nuestra región.
América Latina (Brasil, Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Paraguay) Centro América (Guatemala, Costa Rica, México, Honduras), hoy escenarios profundamente sacudidos social y políticamente por la corrupción política, producto de la corrupción estructural del sistema mundo en general. Hoy uno de los aspectos sociales centrales en el estudio de la Sociología.
***
¿Profesor Marcelo Arnold, algunas recomendaciones para el mejor
desarrollo del PRE- ALAS PERÚ 2015?
Desde nuestro punto de vista, interesaría fomentar investigaciones
de amplio alcance para abordar la globalización y sus actuales formas
hegemónicas de subordinación de países e identidades locales; la revitalización
de las diversidades sociales y culturales; el resguardo de la memoria y
patrimonio nacional; los efectos de las actuales crisis financieras en la
seguridad social; las nuevas y crecientes desigualdades y exclusiones sociales;
la devastación de los recursos medioambientales y el calentamiento global; la
extendida violencia, inseguridad y maltrato en las grandes ciudades; las
múltiples formas de corrupción; los acelerados cambios en la composición etaria
de la población; el repliegue de los estados, la desprotección y el
individualismo; las modificaciones de las pautas afectivas, sexuales y de
género; los nuevos movimientos sociales y la emergencia de las redes sociales
globales; la transformación de la impaciencia ciudadana en indignación o los
desafíos de gobernabilidad internacional, entre muchos otros problemas. Todos
estos se despliegan en el mundo contemporáneo, no son patrimonio de un país o
región aunque, por supuesto, sus énfasis varían. Con satisfacción podemos
constatar que estos temas, y muchos otros equivalentes, son los que serán
tratados en las Mesas de Trabajo organizadas en Lima.
Para finalizar, dicho rápidamente, nuestro llamado es a renovarnos
y posicionar, en forma más efectiva, nuestras producciones, sin dar la espalda
a la ciencia moderna, ni desentendernos de la necesidad de conocimientos para
la transformación de nuestras actuales condiciones regionales considerando a su
contexto global. Sería lamentable que la sociedad del “conocimiento” o de la
“información”, no dispusiera de este tipo de sociología para (auto) conocerse o
(auto) informarse. Para ello disponemos, como se conoce, de investigadores,
estudiantes, buenas universidades y centros académicos, asociaciones académicas
regionales, como ALAS e iniciativas como SUR-SUR que amplían las fronteras de
lo global y la despojan de su hegemonía angloeurocentrista.
Sin duda el Pre-ALAS Perú responde, por lo que conocemos de su
organización y de sus organizadores, a uno de los mejores modos para responder
a los desafíos de posicionar a las ciencias sociales regionales en el contexto
global y, a la vez, responder, a las demandas sociales de nuestros países. Los aportes, en
estas materias, de los colegas peruanos son inestimables y ampliamente
reconocidos.
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