&&&&&
RAUL ZIBECHI.-
SOBRE EL EXTRACTIVISMO.- Nosotros los seres humanos
somos un estorbo para la acumulación del capital. Y eso tenemos que tenerlo, a
mi modo de ver, muy claro porque independientemente de quienes estén en los gobiernos
si no modifican esto van a seguir haciendo trabajo para poderosos. Este
modelo, en segundo lugar tiene una cantidad de problemas. Yo los voy a enumerar
nada más porque ustedes los sufren y los viven a diario y es parte del modelo.
En primer lugar:
No hay extractivismo, no hay minería, no hay soja, no hay monocultivos sin militarización de
la sociedad… Esto no es que sea un error, la militarización, es parte de
modelo. No hay minería a cielo abierto,
mega minería sin militarismo. Uno
puede no verlo en la ciudad de donde vive, si vive en la ciudad, pero si se
acerca un poco verá un entorno cada vez más militarizado. Y en Paralelo
a, la militarización va la
criminalización de las protestas, que les voy a decir a ustedes aquí que
tienen creo que alrededor de 200 personas criminalizadas por defender la tierra
y defender la comunidad.
En segundo lugar genera una
creciente polarización social y económica. Esto es muy perverso porque la minería, o la soja, los monocultivos,
como sea la cara del modelo en los diferentes países siempre genera esta
polarización social. Los ricos son cada
vez más ricos y los pobres son cada más pobres. Y esto es muy perverso y
muy terrible. Los gobiernos sobre todo los llamados progresistas intentan esa polarización aminorarla o contenerla con
las políticas sociales, No es casualidad que solo en Brasil haya cincuenta millones personas que reciben el Plan Bolsa Familia, el Plan Hambre cero. ¿Por
qué? Porque no hay extractivismo sin
políticas sociales, ósea sin dar migajas a los pobres para evitar el
estallido social. No es que detrás de estas políticas sociales haya un interés
en justicia social, en hacer un reparto de bienes, en que la desigualdad sea menor, no, lo que hay
es solamente un interés en que la gente tenga lo mínimo para que no se revele.
El viejo y tradicional extractivismo - origen
colonial - exportador de materias primas, hoy dominante y hegemónico en América
Latina, recibe "jubiloso" las inversiones de las corporaciones
transnacionales del neoliberalismo en tiempos de las Políticas del Consenso de
los Commodities.
***.
Por eso las
políticas sociales siempre van
acompañarlas con una enorme cargar de la publicidad, de discurso para la aminorar la protesta. Y cuando hay
protesta, criminalización. Estamos entrando en una fase en varios países, yo diría
en casi todos los de Sudamérica por lo
menos, en la cual ni siquiera las políticas sociales y la criminalización
que van juntas son capaces de frenar la
protesta, entonces creo que en los próximos años vamos a ver un repunte de
la protesta, ya hay algunos elementos de eso en Bolivia fue muy claro en diciembre con el gasolinazo, en Argentina hay elementos claros de que se está
desbordando las políticas sociales, los hermanos
mapuches en Chile estos días también lo están haciendo. Y por supuesto,
destruye la vida, destruye la naturaleza, contamina. Quizá la
contaminación es lo primero que vimos y nos resistimos al modelo porque es
inocultable la contaminación, que durante todo el tiempo focalizamos nuestra
crítica en el tema ambiental que es muy importante, pero creo que hoy es
necesario ampliar el debate a todos los demás aspectos que he mencionado.
¿Qué es esto?
Esto es un nuevo colonialismo. Un colonialismo distinto
al que hicieron los españoles, pero colonialismo al fin. Creo yo, no hay ningún
documento ni del Banco Mundial, ni del
Fondo Monetario, ni de ningún gobierno que diga cuál es el proyecto sociedad que tienen. Pero si
nosotros vamos viendo que tienen reservado para nosotros, podemos intuir que
detrás de esto, de este proceso
extractivo, neocolonial hay un proyecto de sociedad que se está aplicando, ese proyecto de
sociedad condena a los pobres primero que nada a seguir siendo pobres.
/////
“EL EXTRACTIVISMO
ES AUTORITARIO, CONTAMINADOR, DESTRUCTOR DE LA NATURALEZA”.
*****
Gran Angular
Rebelión viernes 3 de julio
del 2015.
Alberto Acosta, político de
izquierdas, fue uno de los padres de la Constitución de Ecuador y ex ministro
de Energía y Minas. Desde esta posición impulsó una iniciativa para no explotar
petróleo en el Parque Yasuní, que fue finalmente archivada por el Ejecutivo de
Correa en 2013. Fue presidente de la Asamblea Constituyente (hasta junio 2008).
Sus divergencias con Correa provocaron su renuncia en el cargo. Tras este
período, el economista se desempeña como profesor en la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y ha publicado diversos libros
donde critica el modelo económico imperante basado en la extracción de recursos
naturales y materias primas en toda América Latina. En esta entrevista Acosta
señala que Perú y Ecuador tienen muchas similitudes, ya que ambos son “países
producto”, porque basan su economía en actividades extractivas, que traen como
consecuencia múltiples conflictos sociales.
¿A qué se debe que los
países con mayores recursos naturales tengan mucha pobreza? Los países que tienen una enorme dotación de recursos naturales, son los
que tiene más dificultades para que crezca su economía, son países que se
caracterizan por prácticas económicas rentistas, por una estructura social
marcada por el clientelismo y por gobiernos autoritarios y represivos;
entonces, ¿somos pobres porque somos ricos? Parecería que hay una suerte de
maldición de la abundancia. Hay quienes dicen que sí se puede salir esa
maldición, pero plantean una salida con una mayor utilización de los recursos
naturales, abriendo la puerta a una mayor transnacionalización de las economías
y creo que esa salida neoliberal no da respuestas adecuadas, tampoco la salida
neo-desarrollista de los llamados gobiernos progresistas que, a la postre, lo
que hacen es usar el extractivismo.
Además de la política
autoritaria, ¿qué otros factores nos conducen a la maldición de la abundancia? El extractivismo en sí es autoritario, contaminador, destructor de la
naturaleza, depredador de la vida y de las comunidades. No puede haber un buen
extractivismo, no puede haber un extractivismo sustentable, ya que es un
esquema que sofoca todo lo que tiene que ver con la vida, sea el trabajo, la
comunidad o la naturaleza. Entonces el punto medular acá es que el
autoritarismo es esencial dentro del extractivismo, debido a que no es
democrático porque no hay democracia en un proceso que está depredando a la
naturaleza, la Pachamama (Madre Tierra) y a las comunidades.
La postura de los gobiernos
progresistas, como el de Ecuador, ha sido la de procurar un mayor acceso y
control por parte del Estado sobre los recursos y beneficios que genera la
actividad, sin cuestionarse el modelo extractivista en sí. ¿Cómo se ha puesto
en práctica este reclamo? Bueno, de alguna manera, lo
que hay es un discurso, pero no una práctica. Se habla de la necesidad de que
el Estado tenga una mayor participación en la renta petrolera y en la renta
minera, pero este es un discurso que en la práctica es muy difícil de poner en
marcha, en la medida que el gobierno ecuatoriano sigue dependiendo de las
empresas transnacionales para ampliar la frontera petrolera o para abrir la
puerta a la megaminería. Adicionalmente, la propuesta del Gobierno ecuatoriano
dice que debemos liberarnos del extractivismo, pero ampliando las actividades
extractivas (petroleras, mineras, agrarias) y eso en sí lleva a una enorme
contradicción; es como que un médico le proponga a un paciente-que tiene un
grave problema de drogas-, salir de esa afección aumentando la dosis de
estupefacientes que consume y diciendo que después vamos a necesitar menos
drogas. Eso es una verdadera aberración, es ilógico.
¿El gobierno de Correa está
implementando políticas públicas a favor del extractivismo? Lo que se ha hecho es una mejor redistribución del ingreso, pero a la
vez se ha permitido que los grupos económico obtengan mayores beneficios; por
ejemplo, se ha incrementado mucho la inversión en salud y está bien, pero no se
llega todavía a la meta propuesta por la Constitución, aprobada incluso con
apoyo de este gobierno que se caracteriza por ser el que mayor tiempo ha estado
en función en toda la historia de la república ecuatoriana, y es el que mayor
cantidad de ingresos económicos ha tenido; ningún gobierno ha tenido tanto
dinero como este. Ecuador exporta petróleo desde agosto de 1972, son casi 43
años exportando. Si ponemos todos los ingresos petroleros en valor del año 2007
(año en que empieza el gobierno de Correa) para arriba y hacemos una
comparación, este ejecutivo ha recibido más del 41 % de todos los ingresos
petroleros; entonces, con tanto dinero, se ha realizado una importante
inversión en educación, salud, obra pública, bienestar social, vivienda
popular; pero si bien ha logrado reducir la pobreza medida a través de los
ingresos, no ha reducido la excesiva concentración de la riqueza.
¿Se quiere imponer la
megaminería metálica en Ecuador? Ecuador se caracteriza por
ser un país producto, exportamos cacao, banano, espárragos, flores, frutas
tropicales, petrolero, camarones, y ahora el Gobierno pretende transformarlo en
un país minero. Aquí solo hubo la mediana, pequeña, y microminería artesanal;
pero nunca la megaminería. Los gobiernos neoliberales no lograron abrirle la
puerta; sin embargo, este gobierno progresista lo hace y es una de sus grandes
contradicciones.
¿Por qué se quieren iniciar
actividades extractivas mineras? Porque las reservas de
petróleo están declinando y yo sostengo, como tesis para el debate, que hay una
suerte de ‘ADN extractivista’ en la sociedad ecuatoriana y en las sociedades
latinoamericanas, no somos capaces de imaginarnos un país que no sea
dependiente.
¿La salida es la
industrialización? No necesariamente la
industrialización tradicional, sino la construcción de otro esquema de vida, lo
que llamamos el “Buen Vivir”, que es en sí una alternativa al desarrollo y al
progreso. El petróleo sigue siendo una fuente importante de financiamiento de
la economía ecuatoriana, todavía el 50% y, a veces, el 60% de las exportaciones
provienen del petróleo. El 13% del Producto Bruto Interno (PBI) se gesta a través
del petróleo, un 30% de los ingresos fiscales tienen que ver con petróleo, y
ahora el Gobierno está planteando la megaminería; es simplemente pasar de ser
un país petrolero, a ser un país minero. Seguir siendo un país producto sin
capacidad de dar respuestas de fondo, eso no va a resolver la pobreza ni la
dependencia.
¿Qué consecuencias traería
el extractivismo minero a grande escala en Ecuador? Sabemos que las actividades extractivas al ser depredadoras de la vida,
provocan muchas luchas sociales, deterioro ambiental y más inequidad. El hecho
aquí es que a través de una mayor explotación de los recursos naturales, no
estamos dando una respuesta clara y categórica a los problemas. El caso peruano
es paradigmático, la mayoría de conflictos sociales tienen que ver con
cuestiones ambientales y con afectaciones de derechos humanos, provocadas
particularmente por la minería y por el petróleo.
¿Cuál es el marco legal en
Ecuador para proteger los derechos de las comunidades y el medio ambiente? En la constitución de Ecuador tenemos una serie de normas muy
importantes; por ejemplo, el artículo 57 de nuestra Constitución establece con
claridad que en aquellas zonas donde se determine la existencia de indicios de
pueblos en aislamiento voluntario, se deben detener todas las actividades
extractivas. El Gobierno no cumple esa norma, está abriendo la puerta para
explotar el Yasuní, un parque natural donde hay evidencias de comunidades
indígenas. Hay otras normas importantes que no se aplican como la que
manifiesta que el agua es un derecho humano fundamental, por lo que se prohíbe
toda forma de privatización del agua y acaparamiento de este recurso; es una
situación realmente lacerante. Además, la Constitución prohíbe la importación y
los cultivos de semillas transgénicas, pero se está abriendo la puerta
paulatinamente a la llegada de los estos cultivos y de estas semillas,
cambiando la norma constitucional.
El avance de la minería a
gran escala en América Latina ha llevado a sus gobernantes a tener una política
de criminalización de la protesta, en Perú los activistas ambientales vienen
siendo calificados como terroristas antimineros… Lo que se hace en el Perú se hace en el Ecuador, hay un discurso de
desprestigio de ataque en contra de quienes defienden la vida, se les acusa de
terroristas, de infantiles, de locos, igual que en otras partes de América
Latina, militarizan las zonas donde se quiere hacer actividad petrolera o
minera; todavía no ha terminado la colonización, somos repúblicas, pero
repúblicas colonizadoras y eso tiene que decirse con claridad.
¿Qué propone para que
Ecuador no se base en el extractivismo sino en otras formas de economía? Tenemos que entender que se requiere un proceso de transiciones
múltiples para salir del extractivismo; por ejemplo, no podemos suspender de la
noche a la mañana la actividad petrolera, pero no se puede seguir ampliando la
frontera petrolera. Ecuador extrae y exporta petróleo con alto costo social y
ambiental, pero no tiene la capacidad suficiente de refinación y tiene que importar
derivados de crudo para satisfacer la demanda interna. Gran parte de éstos, se
destinan a la generación de energía térmica para electricidad, generada a
través de diesel o de gas. Segundo, habría que aprovechar mejor las fuentes
alternas de energía como la energía solar y la energía eólica. Tercero y
fundamental, plantearnos para qué necesitamos tanta energía, hay que cambiar la
forma de consumir energía. Por ejemplo en el caso peruano, leí un estudio que
demuestra que gran parte de la mayor capacidad de energía que se está
construyendo, no es para satisfacer la demanda de los seres humanos, sino para
satisfacer las demandas de las empresas mineras que generan una enorme
destrucción.
¿Qué se necesita para que
Ecuador y Perú sean países desarrollados? Necesitamos
comenzar a pensar en algo diferente al desarrollo, ya que éste es un mandato
mundial que venimos persiguiendo desde hace mucho tiempo atrás igual que el
progreso. En nombre del progreso y en nombre del desarrollo aceptamos todo, la
destrucción de la naturaleza, la afectación de las comunidades. La pregunta que
nos hacemos luego de tantas décadas de perseguir el desarrollo es: ¿Cuántos
países se han desarrollado en el mundo? El asunto es mucho más complejo,
incluso los países llamados desarrollados están mal desarrollados, tienen un
estilo de vida depredador, que va más allá de su capacidad de incidencia sobre
la naturaleza, están viviendo sobre sus capacidades ecológicas, son países que
no han resuelto sus temas sociales ni sus niveles de inequidad. Además son
países que están con elevados niveles de contaminación. Entonces, ¿hasta cuándo
vamos a seguir persiguiendo ese fantasma que más parece un muerto viviente? La idea es
liberarnos de las ideas de desarrollo y construir el Buen Vivir.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario