CUBA
ESTADOS UNIDOS. RELACIONES DIPLOMATICAS. ¿ Y EL CRIMINAL BLOQUEO ECONÓMICO?.- Será el fin de
la “Guerra Fría” con la instalación en La Habana y Washington: Embajadas de
ambos países. Estados Unidos y Cuba. Han transcurrido más de 50 años desde que
el imperio norteamericano, tiempos de la
Bipolaridad Mundial – Moscú, Washington, Socialismo y capitalismo; -
post-Segunda Guerra Mundial, tiempos del “viejo” capitalismo industrial y de
las empresas multinacionales. El imperio para castigar a la triunfante
Revolución Cubana de enero de 1959, desde los 60’ impuso el bloqueo comercial,
económico-financiero y el total aislamiento político de la República Socialista de Cuba. Declaró años después al gobierno
cubano como uno de los países responsables de “exportar el terrorismo”. Han
pasado tiempos del sistema económico mundial – el del capitalismo industrial – los 30 años de oro del capitalismo en
Europa, llegó la globalización desde finales de los 70’ producto de grandes
revoluciones internas, en la propia estructura del capitalismo: la revolución
del transporte, la revolución de la comunicación electrónica, así como la
revolución de la industria, sumado a ello leyes, momas y disposiciones
generales con la finalidad de “modificar y modernizar” el mercado para las
políticas globales del capital financiero-especulativo y la consolidación de la
economía libre del mercado único mundializado.
En
los 90’ ingresamos a la imposición de las políticas del Consenso de Washington
– o la biblia práctica del neoliberalismo – la Caída del Muro de Berlín,
1989, la globalización del mercado único, de la ideología y política del
neoliberalismo, la deslocalización empresarial y su migración hacia los
mercados emergentes – China, India,
Taiwán, Corea del Sur, Singapur, Tailandia, - así como México, Centro América y
el Caribe; tiempos de la Unipolaridad Mundial – el Estado yanqui, Único,
corporativo, policiaco mundial- Todo ello pasaba en el mundo, pero la “guerra
fría” se quedaba pegada, postrada, en
Cuba –con la política de asilamiento y bloqueo económico – continúa la
represión y el intervencionismo disfrazado, incluso cada vez, con los gobierno
republicanos era más sanguinaria, feroz y criminal. Su objetivo estratégico – desde el inicio hasta hoy – fue traerse abajo, destruir la revolución
cubana –pero lo principal que NO comprendió el imperialismo y sus teóricos
a sueldos es que la Revolución Cubana, no era sólo de los hermanos Castro – Fidel y Raúl – y
de unos cuantos militares, comunistas, socialistas y burócratas enemigos del
libre mercado. Era el acto heroico de un
pueblo que derrotó a la dictadura de Batista, se enfrentó al imperialismo
en sus guerras de invasión en Bahía
Cochinos y Playa Girón, y lo derrotó
durante décadas con su heroísmo, su plena y absoluta defensa de la Soberanía
Nacional. La
Dignidad del pueblo cubano hecha Revolución.
Ingresamos
al nuevo milenio, la guerra fría había terminado, pero menos para las
relaciones entre Cuba y Estados Unidos, muy por el
contrario cada vez era más voraz, sanguinario, violento, cruel e inhumano. Pero
la “gran crisis estructural” del
capitalismo mundial en septiembre del 2008, sacude la estructuras del
sistema mundo, se cae la Unipolaridad Mundial del Imperialismo, e ingresamos a “Un cambio de Época
Histórica” con el surgimiento de
las políticas mundiales del Multilateralismo
global –un país un voto –economías emergentes, las economías BRICS, dos
procesos paralelos de un Nuevo Orden
Mundial, (poderes políticos regionales y descentralizados) pero para Cuba nada cambia, con respecto a
las políticas del imperio, sino cada vez que “explota” políticamente un nuevo
movimiento, que cuestiona centralmente el neoliberalismo, de inmediato la
acusación directa es en contra de la Revolución
Cubana, incluso era cada vez más radical las políticas “yanquis” de
quedarse para siempre con la expropiación ilegal de los “territorios” de
Guantánamo.
Hace
menos de 8 a 10 meses se anunció al mundo, que el papa Francisco, ha intermediado en el proceso político de lograr un
acercamiento entre los Presidentes Obama
de estados Unidos y Raúl Castro de Cuba, pero fue la Cumbre de las Américas de Panamá el lugar indicado para una reunión
política oficial entre ambos Presidentes, para anunciar que se está “trabajando políticamente” para romper
el aislamiento de más de 50 años y “reanudar las relaciones diplomáticas”. Pero
hace 24 horas se Anunció al Mundo, desde La Habana y Washington el
“restablecimiento de relaciones diplomáticas”, que a su vez “cierra” el último “trauma político” de la Guerra
Fría. Sin embargo a nivel sistémico se pide – se exige desde los pueblos y
Ciudadanos del mundo – el fin del criminal bloqueo económico, comercial y
financiero, que sí es el “verdadero” acto salvaje, violento, inhumano y
fascista del poder yanqui contra la histórica revolución Cubana. Pero en más de 50 años no han podido ganar y menos
destruir o acabar con la Revolución Cubana, simplemente han perdido, han
fracasado y ello los ha conducido a reconocer y hoy presentarse ante el mundo “como los buenos demócratas”, -los
buenos muchachos del Tío Sam – pero no es así, porque sus propios actos
anti-políticos, criminales y salvajes los han derrotado. Ahora también deben
devolver Guantánamo. Pablo Raúl. Jueves 2 de julio del 2015.
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ORGULLO Y VERGÜENZA.
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Emir
Sader.
Página
/12 sábado 4 de julio del 2015.
Cuando
los recibió de vuelta, derrotados, en Washington, a los que habían quedado de
la banda de los 1500 mercenarios que Estados Unidos había enviado para intentar
invadir Cuba, a John Kennedy le dieron una bandera cubana que el grupo había
llevado en su aventura. Kennedy la guardó y les prometió que se las devolvería
en La Habana, en una “Cuba democrática”.
Kennedy había heredado
la aventura de la invasión de Playa Girón de su antecesor, Dwight D.
Eisenhower. Fue un proyecto paralelo a la ruptura de relaciones con Cuba,
después de que otros intentos de ahogar a la Isla hubieran fracasado.
Cuando Cuba apeló a la
URSS como alternativa a la suspensión de compra de la zafra cubana, quedó la
posibilidad de la ruptura de relaciones, creyendo que sería el golpe final al
nuevo régimen. El bloqueo económico empezaba en ese momento.
Los funcionarios
norteamericanos se retiraron del inmenso edificio en el Malecón habanero, de
arquitectura bien al estilo norteamericano, el edificio más alto da la ciudad,
donde desde del último piso, según la leyenda, se podía ver Miami. Yo estuve
muchos años después en el edificio, cuando abrigaba una representación de
EE.UU. para relaciones informales con Cuba, en reunión con el más progresista y
más importante diplomático norteamericano en Cuba, Wayne Smith.
Entrar era como entrar
en el territorio de los EE.UU., con todos los mecanismos de control de un
aeropuerto, así como el mismo tipo de personal de vigilancia. Wayne me
desmintió que se pudiera ver Miami desde el ultimo piso. Pero tuve esa extraña
sensación de estar dentro de un bunker en pleno Malecón habanero. A la salida,
en un gran cartel iluminado, aguarda a cualquiera la famosa frase de Fidel:
“Señores imperialistas, prepotentes y arrogantes: No les tenemos absolutamente
ningún miedo”, para confirmarnos que del lado de afuera nos espera la siempre
acogedora La Habana.
En ese edificio volverá
a flamear la bandera norteamericana el 20 de julio. Wayne se acuerda todavía
cuando, en abril de 1971, salió con el último empleado de la embajada, con
enorme tristeza, sin saber cuándo volvería a Cuba. Volvió como encargado de
Negocios durante la presidencia de Jimmy Carter, cuando pude encontrarme con
él.
En contrapartida, el
mismo día 20 de julio, en el viejo caserón de Washington que había sido embajada
cubana en la capital de EE.UU. desde los tiempos de Batista, antes de la
victoria de la Revolución, será izada nuevamente la bandera de Cuba. En 2013
pude estar en una recepción en ese caserón que, a su vez, se parece a los
viejos caserones de la elite cubana, en la zona de la 5ta Avenida, en La
Habana.
Obama dijo que la
bandera norteamericana será izada “con orgullo” en Cuba. Habría sido entregada
a los mercenarios a los que Kennedy había prometido obsequiar la bandera
cubana, quizá con orgullo. Pero la bandera de los EE.UU. vuelve a flamear en
una Cuba revolucionaria, nueve presidentes norteamericanos después, 54 años
después de que la bandera norteamericana fuera removida de la embajada, 54 años
después de iniciado el bloqueo económico, fracasado, conforme las mismas
confesiones de Obama, en su discurso para anunciar la reanudación de las
relaciones diplomáticas con Cuba.
Es,
por lo tanto, con vergüenza, derrotados, y no con orgullo, que vuelven a Cuba.
La bandera cubana, a su vez, vuelve victoriosa a Washington. Bandera –un rubí,
5 franjas y una estrella– de un país que no se abatió frente al bloqueo de más
de medio siglo, del intento de invasión de Playa Girón, de la crisis de 1962,
de tantos intentos de sabotaje y de asesinar a Fidel.
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