Estas instituciones financieras no se
comportan como los bancos comerciales porque no reciben depósitos, y por esa razón
no están reguladas de la misma manera. Las
instituciones del sistema sombra no están obligadas a mantener niveles
mínimos de reservas ni fondos de efectivo para enfrentar emergencias. En la
mayor parte de los países estas instituciones casi no están sujetas a rutinas
de monitoreo por las autoridades monetarias o financieras. Las actividades del sistema sombra involucran derivados financieros
exóticos, como swaps de deuda, y múltiples operaciones con obligaciones
apoyadas en sistemas de garantías o respaldos en diferentes instrumentos
financieros (CDO por sus siglas en inglés). Los contratos de opciones y
operaciones en
mercados de futuros también son habituales en las actividades del sistema
financiero paralelo.
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SOMBRAS EN EL SISTEMA FINANCIERO.
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Alejandro Nadal.
La Jornada.- Miércoles 22 de julio del 2015.
Existe en la economía mundial un
sistema financiero paralelo, comúnmente llamado sistema de bancos sombras. No
es un nombre adecuado, pero sí desempeña un papel clave en la dinámica
capitalista global, al permitir mantener una sensación reconfortante de disponibilidad
de crédito para la expansión de los negocios. Pero siempre ha sido una fuente
de peligrosa inestabilidad. Hoy los rumores que emanan de las entrañas del
sistema financiero paralelo no auguran nada bueno.
El sistema financiero paralelo se
compone de instituciones financieras no bancarias, fondos de inversión y de
cobertura, operadores de fondos del mercado de dinero y diversos vehículos de
inversión. Se calcula que este sistema maneja activos valuados en más de 75
billones (castellanos) de dólares, una suma ligeramente superior al producto
bruto mundial.
Estas instituciones operan como
agentes de colocación de grandes fondos de inversión y sirven de puente entre
grandes inversionistas y prestamistas. La fuente de ganancias del sistema
financiero paralelo proviene de las tasas de correduría e intermediación, así
como de arbitrajes entre tasas de interés y tipos de cambio. Es decir, muchas
de las operaciones de estas instituciones son especulación pura y dura. La idea
de que la economía mundial se comporta como un casino no es una simple
metáfora.
Estas instituciones financieras no se comportan como los bancos comerciales porque no reciben depósitos, y por esa razón no están reguladas de la misma manera. Las instituciones del sistema sombra no están obligadas a mantener niveles mínimos de reservas ni fondos de efectivo para enfrentar emergencias. En la mayor parte de los países estas instituciones casi no están sujetas a rutinas de monitoreo por las autoridades monetarias o financieras. Las actividades del sistema sombra involucran derivados financieros exóticos, como swaps de deuda, y múltiples operaciones con obligaciones apoyadas en sistemas de garantías o respaldos en diferentes instrumentos financieros (CDO por sus siglas en inglés). Los contratos de opciones y operaciones en mercados de futuros también son habituales en las actividades del sistema financiero paralelo.
En teoría esos derivados deberían servir para mitigar riesgos y frenar corridas sobre las instituciones del sistema paralelo. También dan la impresión al inversionista de que su colocación es más cercana a una postura de liquidez aunque con altos rendimientos (asociados a inversiones ilíquidas). En realidad, la opacidad de las operaciones con derivados llevaron a más apalancamiento y a una mayor fragilidad del sistema, intensificando el colapso financiero de 2008.
Estas instituciones financieras no se comportan como los bancos comerciales porque no reciben depósitos, y por esa razón no están reguladas de la misma manera. Las instituciones del sistema sombra no están obligadas a mantener niveles mínimos de reservas ni fondos de efectivo para enfrentar emergencias. En la mayor parte de los países estas instituciones casi no están sujetas a rutinas de monitoreo por las autoridades monetarias o financieras. Las actividades del sistema sombra involucran derivados financieros exóticos, como swaps de deuda, y múltiples operaciones con obligaciones apoyadas en sistemas de garantías o respaldos en diferentes instrumentos financieros (CDO por sus siglas en inglés). Los contratos de opciones y operaciones en mercados de futuros también son habituales en las actividades del sistema financiero paralelo.
En teoría esos derivados deberían servir para mitigar riesgos y frenar corridas sobre las instituciones del sistema paralelo. También dan la impresión al inversionista de que su colocación es más cercana a una postura de liquidez aunque con altos rendimientos (asociados a inversiones ilíquidas). En realidad, la opacidad de las operaciones con derivados llevaron a más apalancamiento y a una mayor fragilidad del sistema, intensificando el colapso financiero de 2008.
En
síntesis, esta red
de instituciones y sus operaciones se maneja casi totalmente fuera de la
pantalla de radar de las agencias reguladoras. Al incrementarse la reglamentación
sobre algunas de las actividades del sistema bancario y financiero convencional
a partir de la crisis de 2008 el sistema paralelo creció de manera espectacular
y casi duplicó su tamaño. Muchos piensan que esa nueva reglamentación permitió
reducir el riesgo en el sistema bancario tradicional. En realidad sólo sentó
las bases para trasladar el riesgo hacia el sistema sombra.
El tamaño del sistema financiero
sombra y su inherente inestabilidad le han convertido en una grave amenaza para
la economía mundial. Cualquier movimiento en tasas de interés o en expectativas
devaluatorias en algunos de los componentes importantes de la economía mundial
puede provocar pánico entre los usuarios del sistema sombra. La carrera hacia
la salida de emergencia resultará muy accidentada.
¿Qué podría provocar el pánico y una
corrida en el sistema sombra? Hay varios factores en el escenario mundial
susceptibles de generar un comportamiento de manada hacia la salida por parte
de los habitantes de este ecosistema financiero. La desestabilización en las
cotizaciones en el mercado mundial de divisas provocada por una eventual salida
de Grecia de la esfera del euro podría tener gravísimas consecuencias. El
desplome del mercado de valores en China es otro ejemplo de factores que pueden
tener un gran impacto (la economía china ha estado sustentada en una expansión
inusitada del crédito y eso no tranquiliza a nadie). La crisis en los mal
llamados mercados emergentes por sobreendeudamiento en activos denominados en
divisas fuertes y por ser receptores de cantidades absurdas de flujos de
capital (como el aberrante caso de México) son otras posibles fuentes de
desestabilización.
La
paradoja del capitalismo mundial
es que mientras más se debilita la economía real debido a una mezcla de sobreinversión
y deficiencia crónica de la demanda efectiva, más se fortalece el sistema financiero sombra como refugio de los
inversionistas. Pero el sistema financiero sólo mantiene la ilusión de
seguridad con una extraña combinación de instrumentos financieros exóticos. Al
final del camino de la historia, el inversionista privado debe confrontarse con
su destino. El sistema financiero sombra
es una frágil estructura diseñada para especular, no para resistir turbulencia.
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