Cantautor SILVIO RODRÍGUEZ: “Nunca pensé en
vivir este día”
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El
cantautor cubano Silvio Rodríguez aseguró ayer que nunca se le ocurrió que
podría ser testigo de una reconciliación entre Estados Unidos y Cuba, y sugirió
adoptar a partir de ahora la consigna de Cuba sí, yanquis también. Rodríguez
dijo que cuando vio subir la bandera de su país en la Embajada de Cuba en
Washington, recordó que en varias oportunidades expresó que esperaba poder
responder a la famosa consigna Cuba sí, yanquis no con la expresión Cuba sí,
yanquis también. “Con esto quiero decir que más temprano que tarde podemos
decir que somos todos válidos. Eso no implica en ningún tipo de claudicación,
sino en entendernos para poder tener una posición positiva, comentó. “Nunca
pensé en vivir este día. Ni esperaba vivirlo ni estar aquí, en Washington. La
verdad es que es una muy buena sorpresa”, dijo el autor de clásicos de la
música latinoamericana como “Ojalá”, “Sueño con serpientes” o “Canción del
elegido”. Añadió que las cosas ahora deberán ser mejor que antes.
En medio de una
impresionante multitud que se apretujaba en el interior de la Embajada de Cuba
en la capital estadounidense, Silvio Rodríguez parecía un anónimo más mientras
protegía un vasito de jugo de naranjas ante la presión de la marea humana que
se movía por los pasillos. Con relación a la posibilidad de una gira por
Estados Unidos al abrigo de las nuevas relaciones entre La Habana y Washington,
Rodríguez dijo que para él este nuevo escenario político no tiene influencia en
dónde se presenta. “Mis relaciones artísticas, comerciales, o como quieras
llamarles, nunca, nunca pasan por las cuestiones políticas. Son cosas
separadas”, dijo el compositor cubano, para añadir que “mis canciones no son
hechas para encender fuego. Si las escuchas te darás cuenta”. Rodríguez, de 68
años y autor de más de una veintena de discos en cuatro décadas de carrera, es
apuntado como uno de los más influyentes compositores cubanos del siglo XX,
desde que ayudó a formar una corriente denominada Nueva Trova Cubana.
Entre sus discos más famosos se
destacan Días y Flores, Mujeres, Unicornio, Tríptico, y más recientemente
Mariposas y Domínguez.
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Unos 500 invitados participaron de
la Ceremonia de reapertura de la Embajada de Cuba en Washington. La Revolución
Cubana presente ahora en el imperio después de 54 años. La Bandera flamea en lo
más alto del Mástil de la Embajada del “viejo” local.
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ONDEA LA BANDERA CUBANA EN ESTADOS
UNIDOS.
Washington y La Habana restablecen
Relaciones Diplomáticas después de 54 años.
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El canciller Bruno
Rodríguez encabezó la reapertura de la embajada cubana y pidió al gobierno de
Obama que no persiga cambios en su país. John Kerry anunció que estará el 14 de
agosto en La Habana para izar la bandera estadounidense.
Página /12 martes 21
de julio del 2015.
Estados
Unidos y Cuba reanudaron formalmente sus relaciones diplomáticas y la bandera
cubana volvió a ondear en la embajada que la isla tiene en Washington. El
histórico gesto puso fin a décadas de hostilidades entre los países vecinos.
Tres militares cruzaron la puerta de la embajada e izaron el estandarte cubano
–rojo, blanco y azul con una estrella– a las 10.36 hora de la capital
norteamericana (11.36 de Argentina), bajo los acordes del himno cubano. El
canciller cubano, Bruno Rodríguez, pidió al gobierno de Barack Obama que no
persiga cambios en Cuba, algo que, en su opinión, recae en la soberanía de la
isla y la voluntad de los cubanos, al tiempo que confió en que los dos países
puedan coexistir y cooperar. El secretario de Estado norteamericano, John
Kerry, anunció que estará el 14 de agosto en Cuba para izar la bandera de
Estados Unidos en la que promete ser otra histórica jornada, esta vez, con la
ceremonia de reapertura de la embajada norteamericana en suelo cubano. Kerry
aseguró que su país está decidido a tener una relación de buenos vecinos con
Cuba y que el reclamo cubano por la devolución del territorio que ocupa la base
naval de Guantánamo no forma parte de la conversación, por ahora, entre su
gobierno y el de Raúl Castro.
Bajo el calor sofocante
de julio, 500 invitados –entre ellos legisladores estadounidenses, funcionarios
del gobierno, empresarios y artistas como el actor estadounidense Danny Glover
o el cantautor cubano Silvio Rodríguez– siguieron el discurso del canciller
desde la nueva embajada, abarrotada en sus tres pisos. Un pequeña multitud de
curiosos acompañó la ceremonia en el edificio, una mansión neoclásica de piedra
caliza que desde inicios del siglo XX representa los intereses cubanos. Afuera,
un grupo de manifestantes gritaba “Viva Cuba”, “Fidel, Fidel” y “Cuba sí,
embargo no”, en medio del frenesí de camarógrafos, fotógrafos y periodistas de
varios países que cubrían el acto. “No quería perderme este día, es histórico,
nunca pensé que viviría este día”, dijo Ralph Patiño, un empresario de Miami,
mientras se cubría con la bandera del país caribeño. La enseña era la misma que
fue arriada hace 54 años de la sede diplomática, cuando ambos países rompieron
relaciones en el contexto de la Guerra Fría, contó el canciller cubano ante una
audiencia de invitados que abarrotaban los pasillos de la embajada.
Rodríguez aseguró en
rueda de prensa en el Departamento de Estado, tras reunirse con su homólogo,
John Kerry, que el gobierno soberano de Cuba debe ser el encargado de liderar los
cambios que Washington espera que se den con la normalización de relaciones
entre los dos países. El canciller agradeció a la administración Obama por
abordar la normalización de las relaciones y por pedir al Congreso que pusiera
fin al embargo sobre la isla, decisión que recae en el legislativo
norteamericano. Asimismo, aseguró que Estados Unidos mostró respeto por la
independencia de Cuba y confió en que el ritmo de normalización de relaciones
se dé bajo el principio de soberanía igualitaria, pese a que consideró que será
un proceso largo y complejo.
“Hay diferencias
profundas entre Cuba y los Estados Unidos en lo referente a nuestra visión
sobre derechos humanos, así como temas relacionados con derecho internacional
que persistirán inevitablemente”, señaló el ministro de Relaciones Exteriores
cubano. Rodríguez asistió a la reapertura de la embajada en Washington 54 años
después de la ruptura de relaciones. El canciller consideró que los pasos dados
por la Casa Blanca van en la dirección correcta, especialmente las medidas
ejecutivas de Obama que alivian ciertas limitaciones a los intercambios entre
los dos países. Del mismo modo, aseguró que espera poder dar la bienvenida a
Kerry en la visita a La Habana que tendrá lugar el 14 de agosto para asistir al
izado de la bandera estadounidense en la embajada.
En la conferencia de
prensa con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, Kerry confirmó que en la
segunda semana de agosto hará su primer viaje a Cuba. “El 14 de agosto tendré
el honor de izar la bandera estadounidense en nuestra embajada en La Habana”,
escribió el secretario de Estado en su cuenta de Twitter. Kerry será el primer
jefe de la diplomacia norteamericana que visita la isla desde 1945. “Los
Estados Unidos ven con beneplácito el nuevo comienzo de su relación con el
pueblo y el gobierno de Cuba”, manifestó el funcionario de la Casa Blanca, en
declaraciones en español ante los medios en Washington. Y afirmó que es el
deseo del gobierno de Obama que todos los ciudadanos en los Estados Unidos y en
Cuba miren hacia el futuro con esperanza.
“Por ello celebramos
este día, el 20 de julio, porque hoy empezamos a reparar lo que se ha dañado y
a abrir lo que durante demasiado tiempo ha estado cerrado”, subrayó. Washington
y La Habana retomaron sus relaciones como parte de un histórico acercamiento
presentado el 17 de diciembre por Barack Obama y Raúl Castro. En el marco de
ese proceso, los presidentes de Estados Unidos y Cuba celebraron en abril una
inédita reunión bilateral en Panamá.
“No sé lo que pasará en
un futuro, pero por el momento, eso no forma parte de la conversación por
nuestra parte”, dijo Kerry en referencia al pedido que el gobierno cubano
encabeza para que Estados Unidos devuelva el territorio que ocupa con una base
naval en Guantánamo. El ministro de Exteriores cubano recordó durante la
conferencia de prensa la posición del gobierno de Raúl Castro: la normalización
de las relaciones no podrá completarse hasta tanto Estados Unidos levante
definitivamente el embargo que mantiene sobre Cuba y devuelva el territorio que
ocupa en la isla.
Washington evitó incluir
el tema Guantánamo en las negociaciones para restablecer las relaciones con
Cuba; por el contrario, no demostró estar abierto a devolver el territorio
alquilado en la isla, pese a la promesa de Obama de hacer esfuerzos por cerrar
la prisión. Kerry dijo que con Rodríguez hablaron sobre cómo avanzar
eficazmente en la relación, quizá –deslizó– con la creación en un futuro de un
comité bilateral.
La Casa Blanca aseguró
que con la apertura de embajadas en las respectivas capitales, los diplomáticos
estadounidenses tendrán la capacidad de relacionarse “de forma más amplia” en
toda la isla “con el gobierno cubano, la sociedad civil y cubanos de a pie”,
según un comunicado difundido ayer por el vocero de Obama, Josh Earnest.
En lo
que antes fuera la sección de intereses y ahora es la Embajada de Cuba en
Washington, muchos cubanos y estadounidenses brindaron con un mojito por algo
que hace apenas unos meses nadie podía imaginar: la puesta en marcha de una relación
diplomática sin trabas entre los dos enemigos de la Guerra Fría.
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Los cancilleres Bruno
Rodríguez y John Kerry hablan a la prensa tras el encuentro bilateral..
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UN PASO POR LA NORMALIZACIÓN.
Por primera vez Estados Unidos y Cuba dialogan en forma directa.
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“El restablecimiento de
relaciones es la culminación de la primera fase del complejo proceso de
normalización”, señala el sociólogo cubano Aurelio Alonso. Pero resolver los
temas de fondo llevará tiempo
Página /12 martes 21 de julio del 2015.
Mercedes
López San Miguel
Al
reanudar el vínculo diplomático, Estados Unidos y Cuba dieron un paso concreto
y a la vez simbólico en el intrincado camino hacia la normalización de la
relación bilateral. A partir de ahora, ambos países dialogarán en forma
directa, sin estar amparados por la Embajada de Suiza. Washington y La Habana
se comprometen a respetar la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas,
que regula los nexos entre países. Sin embargo, resolver los temas de fondo se
anticipa una misión lenta y trabajosa.
La reapertura de las
embajadas significa que las sedes dejan de ser secciones de intereses y sus
jefes, el cubano José Ramón Cabañas y el estadounidense Jeffrey DeLaurentis,
pasan a ser encargados de negocios hasta que ambos países nombren sus
respectivos embajadores. Un asunto que parece ser más complicado para Estados
Unidos, dado que la nominación debe ser aprobada por el Capitolio dominado por
los republicanos. Cabañas y DeLaurentis cuentan con una amplia experiencia en
la relación bilateral.
“El restablecimiento de
relaciones es la culminación de la primera fase del complejo proceso de normalización.
Pero para que haya normalización debe desaparecer el bloqueo económico” señala
a Página/12 Aurelio Alonso, sociólogo y escritor cubano. El embargo, que rige
de forma casi total desde 1962 y que es rechazado ampliamente por la comunidad
internacional, representa el principal reclamo de Cuba. El país cifró en
116.880 millones de dólares los daños totales de las sanciones económicas en su
Informe sobre el bloqueo, de 2014.
Alonso destaca las
visitas privadas y públicas que se dieron en los últimos siete meses, luego del
anuncio de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro de que comenzaba una
etapa de acercamiento. “Varias empresas norteamericanas del sector petrolero y
alimenticio tienen interés en hacer inversiones y negocios en Cuba. Al mismo tiempo,
para la isla es importante el turismo norteamericano y la entrada al mercado de
medicamentos, que hoy es un monopolio. Hay áreas de intereses comunes.”
Pero el afán de hacer
negocios choca con las leyes que conforman el embargo y que el Congreso
norteamericano se niega a dejar sin efecto, pese a los pedidos de Obama. El
líder demócrata ha flexibilizado algunas restricciones, como por ejemplo, los
viajes de norteamericanos a Cuba y la cantidad de remesas que envían a sus
familiares.
Estados Unidos también
tiene su reclamo económico, dado que miles de empresas y ciudadanos
estadounidenses exigen indemnizaciones del Estado cubano por expropiaciones
sufridas tras la revolución de 1959.
La comisión del
Departamento de Justicia norteamericano que arbitra ese tipo de reclamos contra
gobiernos extranjeros tiene aceptados al día de hoy 5913 reclamaciones contra
Cuba. El monto ascendía a más de 1900 millones de dólares al momento de su
expropiación, una suma que alcanzaría hoy en día unos 7000 millones, según
estimó el diario The New York Times.
Una pregunta que flota
en el aire es hasta dónde ambos países podrán convivir y aceptar sus
diferencias, más allá de tender puentes diplomáticos. El gobierno de Castro
critica el apoyo de Washington a los disidentes en la isla y exige que se
detengan los programas de radio y televisión desde Florida hacia la isla,
muchos de ellos apoyados por los programas “para la democratización de Cuba”
que financia el gobierno norteamericano.
En el
histórico anuncio del 17 de diciembre pasado, Obama aseguró que su gobierno
seguirá “abordando abiertamente las diferencias” con Cuba en asuntos de
“democracia y derechos humanos”. Estados Unidos critica la situación de las
libertades civiles y políticas en la isla. Por otra parte, el mandatario
demócrata ha fracasado con su promesa de cerrar el penal de Guantánamo, donde
se han violado los derechos humanos de los prisioneros, según denuncias de Amnistía
Internacional y Human Rights Watch. Cuba reclama la devolución del territorio
donde se encuentra la polémica cárcel, pero Estados Unidos niega que Guantánamo
esté por el momento en la mesa de negociación.
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Los cancilleres Bruno
Rodríguez y John Kerry hablan a la prensa tras el encuentro bilateral
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