UNA ROSA ROJA PARA LA MUJER EN SU DÍA.
Nuestro homenaje y eterno agradecimiento por su
sacrificado y abnegado trabajo. Una Rosa Roja para las grandes luchadoras
sociales y políticas en Europa. Flora
Tristán, Jenny Marx, Clara Zetkin, Rosa de Luxemburgo, Laura Marx, Nadia
Krupskaia. Perú. Zoila Aurora Cáceres,
Dora Mayer de Zulen, Aurora Vivar, María Elena Moyano. Arequipa. María Euduviges Juárez Salazar, Jesús
Tapia. Todas las Mujeres Sindicalistas
fundadoras del Glorioso SUTEP., Sindicalistas, Maestras, Mujeres
Profesionales. A centenares de miles de Mujeres Universitarias (Maestras,
Empleadas y Estudiantes). A la Mujer Policía y la Mujer Militar. A millones de
Mujeres Amas de Casa Madres de Familia. ( el trabajo más sacrificado, de
mayor responsabilidad, pero sólo remunerado con AMOR). Mujeres del campo, Empleadas y Obreras. A la Mujer de los
Pueblos Jóvenes, a las miles de Mujeres de la Micro y Pequeña Empresa, a las
Mujeres del trabajo informal, a la Mujer Empleada del Hogar. A la Mujer que
entregó toda su vida por sus hijos por su familia, por el trabajo, la Mujer
Jubilada (pero sigue trabajando). A la Mujer Política, Sindicalista, en Arequipa representadas por la Secretaria General
del SUTEP
Amalia Palomino y junto a ella todas
las mujeres dirigentes, sindicalistas, Gremios Profesionales, por su trabajo
sacrificado, una gran responsabilidad y un compromiso histórico con su Pueblo; extraordinarias en su trabajo,
responsabilidad y su lucha permanente por Un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo.
A Mi Madre, a mi Esposa,
compañera inseparable de casi medio siglo, a mis Hijas, mis Hermanas, sobrinas,
compañeras de trabajo, inseparables luchadoras, dirigentes en el Colegio de Sociólogos. Todas mis
Colegas Sociólogas, su permanente lucha, trabajo, abnegación, y a todas las
Mujeres Profesionales, Familiares, Colegas. Todas luchan a diario por construir
un futuro diferente, un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo.
Nuestra América, la
Patria Grande, un escenario muy complejo de profundas y extensas desigualdades
económico-sociales, de violencia e inseguridad ciudadana, en recuerdo
y memoria de Berta Cáceres Flores, dirigente Hondureña, defensora
de los derechos de los indígenas y protección del medio ambiente, de su pueblo,
cobardemente asesinada hace un año y sin
respuesta aún – componenda - de su Gobierno de Honduras. Para ella y todas la MUJERES del Perú y el Mundo nuestro
eterno respeto y admiración por su trabajo como Madres, Mujeres y Dirigentes Sociales.
Su ejemplo y su obra permanecerán como fuegos encendidos que alumbrarán y
conducirán nuestras vidas por la conquista de todos sus derechos sociales,
económicos, políticos, culturales, etc. Nuestra
gratitud eterna a la Mujer en su Día Internacional del 8 de marzo.
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DÍA INTERNACIONAL
DE LA MUJER.
UNA ROSA ROJA PARA LA MUJER EN SU DÍA.
DÍA INTERNACIONAL
DE LA MUJER.
UNA ROSA ROJA PARA LA MUJER EN SU DÍA.
UNA ROSA ROJA PARA
LAS MUJERES SOCIALISTAS.
Día Internacional
de la Mujer. Homenaje a las Mujeres Socialistas Fundadoras del SUTE
Arequipa.
Julio de 1973.
&&&
PORQUE FUERON, SOMOS; PORQUE
SOMOS, SERÁN.
8 DE MARZO & IGUALDAD Y
FEMINISMO.
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Natalia
Calvo Casaus.
Tribuna
Feminista.
Rebelión
miércoles 8 de marzo del 2017.
Dedicado a todas las mujeres de mi vida. A las de aquí, a las de allá y
a las de ninguna parte. A las que conozco y a las que no, pero me han ayudado a
forjarme y ser lo que soy. Felices 365 días de igualdad y feminismo.
Todos mis días son 8 de marzo. Quizás suena a
tópico pero las mujeres, nuestros derechos, anhelos y reivindicaciones existen
los 365 días del año, no sólo uno. Existimos y queremos ser visibles todos los
días, a todas las horas en todos los lugares. No obstante, aprovechando esta
fecha quería reflexionar un poco sobre los feminismos, en un contexto de
vorágine social y política que me produce más necesidad si cabe de sentarme,
reflexionar y poner voz, o tinta, a mis sentimientos y pensamientos. Como comprenderán
es una reflexión personal, es decir, profundamente subjetiva, por lo que no
espero que todas las personas feministas del mundo se sientan identificadas con
ella.
Hace unos días coincidía con María Antonia Caro en
una jornada de las Escuelas Promotoras de Salud del Gobierno de Aragón y
hablábamos sobre feminismo, llegando a la conclusión, ambas, de que el
feminismo tiene un claro y marcado componente intergeneracional. Al final todo
nos conducía a aquella vieja frase que tantas veces hemos escuchado, “Porque
fueron, somos. Porque somos, serán”. Las feministas más jóvenes necesitamos de
la sabiduría y la lucha de las mujeres bravas que nos precedieron. Las
feministas clásicas necesitan conocer nuestro anhelos, nuestras
reivindicaciones y, quizás también, por qué no, los márgenes de nuestros
propios feminismos.
El rearme del patriarcado, el machismo imperante en
nuestra sociedad y el retroceso experimentado en los últimos años nos han
llevado a una sensación de desazón en la que parecía que avanzar se tornaba, en
muchos casos, algo titánico. Sin embargo, como maravillosamente explicaba Caro,
desde aquellas jóvenes feministas de los 70 que recorrían las calles al grito
de “Sexualidad no es maternidad” hasta las jóvenes feministas que nos
emocionamos con ese Tren de la Libertad llegando a Madrid desde todos los
rincones de España, han pasado décadas de reivindicaciones y de conquistas del
feminismo. Mucha lucha por nosotras y por todas nuestras compañeras; las de
ayer, las de hoy y las de mañana. Al final, como decía un bueno amigo, hacemos
memoria por quienes ya no están pero también por quienes tienen que venir.
Bien cierto es que la sociedad nos impone estar
continuamente alerta. Que nos señalan y cuestionan, y es normal que así sea,
hablamos de subvertir el sistema patriarcal y constituir un orden social más
justo, basado en parámetros de igualdad, justicia social y solidaridad. En
definitiva queremos acabar con los privilegios patriarcales, y ante esto el
machismo se revela. Muchas veces pareciera que la lucha no cesa, que cuando
sentimos acariciar con la yema de nuestros dedos alguna conquista, crean una
nueva forma de someternos. Son siglos luchando contra las violencias de género,
la feminización de la pobreza, la mercantilización de nuestros cuerpos, las
mutilaciones, las violaciones, el descrédito, la invisibilización, la falta de
consideración, el desprecio… pero también es una Historia repleta de mujeres
articulando discursos en pro de nuestros derechos, de mujeres alzando la voz y
poniendo rostro a la rebeldía. Siglos de mujeres que no temieron el desprecio,
ni la violencia, ni los castigos. Que dijeron basta, que no callaron, que
reivindicaron su derecho a decidir, que nos conquistaron hermosos derechos de
ciudadanía.
Al final, ante el cansancio de sentir que el andar
no hace camino, siempre quedan ellas. Las inconformistas, las valientes, las
quemadas por brujas, las que no pudieron quemar, las rapadas, las que tumbaron
la tradición, las que pisaron calle y cárcel… las que nos enseñaron el significado
de las palabras más bellas: feminismo y sororidad. Por todas ellas, porque
somos lo que somos por todo lo que ellas fueron. Porque espero que las que
están por llegan sean, por todo lo que nosotras luchamos.
Dedicado a
todas las mujeres de mi vida. A las de
aquí, a las de allá y a las de ninguna parte. A las que conozco y a las
que no, pero también me han ayudado a forjarme y ser lo que soy. Felices
365 días de igualdad y feminismo.
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ROSA LUXEMBURGO: LA PROLETARIA.
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El Polvorín.
Rebelión miércoles 8 de marzo del 2017.
Escrito el 5 de marzo de 1914. Nuestra fuente es la
magnífica antología de María José Aubet, El pensamiento de Rosa Luxemburg, Barcelona,
Del Serbal, 1983.
La fuente digital de la versión en castellano: http://elpolvorin.over-blog.es/article-la-proletaria-46283027.html,
con nota preparado por Fernando Moyano publicado el 8 Marzo 2010. Digitalización:
Daniel Gaido, 2014 Html: Rodrigo Cisterna, 2014
El día de la Mujer trabajadora inaugura la semana
de la Socialdemocracia. Con el duro trabajo de estas jornadas el partido de los
desposeídos sitúa su columna femenina a la vanguardia para sembrar la semilla
del socialismo en nuevos campos. Y la igualdad de derechos políticos para la
mujer es el primer clamor que lanzan las mujeres con el fin de reclutar nuevos
defensores de las reivindicaciones de toda la clase obrera.
Así, la moderna proletaria se presenta hoy en la
tribuna pública como la fuerza más avanzada de la clase obrera y al mismo tiempo
de todo el sexo femenino, y emerge como la primera luchadora de vanguardia
desde hace siglos.
La mujer del pueblo ha trabajado muy duramente
desde siempre.
En la horda primitiva llevaba pesadas cargas,
recogía alimentos; en la aldea primitiva sembraba cereales, molía, hacía
cerámica; en la antigüedad era la esclava de los patricios y alimentaba a sus
retoños con su propio pecho; en la Edad Media estaba atada a la servidumbre de
las hilanderías del señor feudal. Pero desde que la propiedad privada existe la
mujer del pueblo trabaja casi siempre lejos del gran taller de la producción
social y, por lo tanto, lejos también de la cultura, quedando confinada a los
estrechos límites domésticos de una existencia familiar miserable. El
capitalismo la ha arrojado al yugo de la producción social, a los campos
ajenos, a los talleres, a la construcción, a las oficinas, a las fábricas y a
los almacenes separándola por primera vez de la familia. La mujer burguesa, en
cambio es un parásito de la sociedad y su única función es la de participar en
el consumo de los frutos de la explotación: la mujer pequeño-burguesa es el
animal de carga de la familia. Sólo en la persona de la actual proletaria
accede la mujer a la categoría de ser humano (Mensch) [1], pues
solo la lucha, solo la participación en el trabajo cultural, en la historia de
la humanidad, nos convierte en seres humanos (Menschen).
Para la mujer burguesa su casa es su mundo. Para
la proletaria su casa es el mundo entero, el mundo con todo su dolor y su
alegría, con su fría crueldad y su ruda grandeza. La proletaria es esa mujer
que migra con los trabajadores de los túneles desde Italia hasta Suiza, que
acampa en barrancas y seca pañales entonando canciones junto a rocas que, con
la dinamita, vuelan violentamente por los aires. Como obrera del campo, como
trabajadora estacional, descansa durante la primavera sobre su modesto montón
de ropa en medio del ruido, en medio de trenes y estaciones con un pañuelo en
la cabeza y a la espera paciente de que algún tren le lleve de un lado a otro.
Con cada ola de miseria que la crisis europea arroja hacia América, esa mujer
emigra, instalada en el entrepuente de los barcos, junto con miles de
proletarios, junto con miles de proletarios hambrientos de todo el mundo para
que, cuando el reflujo de la ola produzca a su vez una crisis en América, se
vea obligada a regresar a la miseria de la patria europea, a nuevas esperanzas
y desilusiones, a una nueva búsqueda de pan y trabajo.
La mujer burguesa no está interesada realmente en
los derechos políticos, porque no ejerce ninguna función económica en la
sociedad, porque goza de los frutos acabados de la dominación de clase. La
reivindicación de la igualdad de derechos para la mujer es, en lo que concierne
a las mujeres burguesas, pura ideología, propia de débiles grupos aislados sin
raíces materiales, es un fantasma del antagonismo entre el hombre y la mujer,
un capricho. De ahí el carácter cómico del movimiento sufragista.
La proletaria, en cambio, necesita de los derechos
políticos porque en la sociedad ejerce la misma función económica que el
proletario, trabajo de la misma manera para el capital, mantiene igualmente al
Estado, y es también explotada y dominada por éste. Tiene los mismos intereses
y necesita las mismas armas para defenderse. Sus exigencias políticas están
profundamente arraigadas no en el antagonismo entre el hombre y la mujer, sino
en el abismo social que separa a la clase de los explotados de la clase de los
explotadores, es decir, en el antagonismo entre el capital y el trabajo.
Con la Socialdemocracia podrá introducirse en el
taller de la Historia para así poder conquistar, con esas poderosas fuerzas, la
igualdad real, aunque sobre el papel de una Constitución burguesa se le niegue
este derecho. Aquí, la mujer trabajadora, junto con el hombre, sacudirá las
columnas del orden social existente y, antes de que ésta le conceda algo
parecido a sus derechos, ayudará a enterrarlo bajo sus propias ruinas.
El taller del futuro necesita de muchas manos y de
un aliento cálido. Todo un mundo de dolor femenino espera la salvación.
Nota de traducción.
1).-Mensch - Voz del alemán y el yiddish,
originalmente "persona" (hijo de Adán) pero que cobra el significado
de "persona íntegra y honorable", alguien con "carácter,
rectitud, sentido del deber, responsabilidad y decoro". ¡Son esas cosas de
Rosa!
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