Millones
de personas más se enfrentan al hambre y a una dolorosa muerte por inanición en Somalia, Sudán del Sur y Nigeria. Según Charny, en Sudán del Sur, pese a las ganancias por el petróleo y su tierra
fértil, “los conflictos políticos no resueltos al interior de la clase
gobernante de Sudán del Sur, que se remontan a la década de 1990 y quedaron
disimulados durante la lucha por la independencia, ahora comenzaron a resurgir”
y han conducido al país a la hambruna.
En el noreste de Nigeria, el
conflicto armado entre el grupo Boko
Haram y el gobierno hace que la entrega de ayuda humanitaria sea muy
peligrosa. Respecto a Somalia, donde la hambruna amenaza a poblaciones que
pueden ser alcanzables por el debilitado gobierno central y las agencias de
ayuda humanitaria, Charny expresó
comentarios más optimistas: “Si podemos
movilizar rápidamente alimentos y dinero en efectivo, podremos superar la situación en Somalia…
si nos ponemos en marcha”.
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Millones de mujeres mueren de hambre víctimas de las guerras. El Mundo desarrollado observa y el gran responsable de las guerras y su corporaciones de la economía militar son los grandes beneficiados.
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CATÁSTROFE HUMANITARIA.- 20 millones de
personas en riesgo de inanición necesitan alimentos, no bombas.
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Amy Goodman Y Denis Moynihan.
Democracy Now!
Sábado 18 de marzo del
2017.
El mundo se enfrenta a la catástrofe humanitaria
más grave desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Veinte millones de
personas corren riesgo de morir de hambre en Yemen, Somalia, Nigeria y Sudán
del Sur. La respuesta del presidente Donald Trump ante esta situación ha sido
cerrarles la puerta en la cara a los refugiados y recortar los fondos de
asistencia humanitaria, al tiempo que propone una importante ampliación de
fondos para el ejército estadounidense.
António
Guterres, nuevo
secretario general de Naciones Unidas, dijo recientemente: “Millones de
personas apenas logran sobrevivir entre la desnutrición y la muerte,
vulnerables a enfermedades y epidemias, obligados a matar a sus animales para
comer y consumir los granos almacenados para la siembre del año que viene”. Guterres continuó: “Estas cuatro crisis
son muy diferentes, pero tienen una cosa en común. Todas son evitables. Todas
provienen de diferentes conflictos, para los cuales se necesita que hagamos
mucho más en cuanto a prevención y resolución”.
Mientras Naciones Unidas se apresura a recaudar los
5.600 millones de dólares necesarios para evitar el peor impacto de estas
crisis, el gobierno de Trump recorta los fondos del Departamento de Estado de
Estados Unidos y, según el borrador de una orden ejecutiva obtenido por el
periódico The New York Times, también los de Naciones Unidas. La orden, tal
como está redactada (aunque todavía no fue firmada ni emitida oficialmente)
indica “al menos un 40% de reducción general” de las contribuciones voluntarias
de Estados Unidos a programas de la ONU como el Programa Mundial de Alimentos,
el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y Unicef.
“Francamente, esta es una actitud infantil que no es digna de la única
superpotencia del mundo”, escribió Stewart M. Patrick, un ex funcionario del
Departamento de Estado durante el gobierno de George W. Bush, que ahora integra
el Consejo de Relaciones Exteriores.
Millones de niños víctimas directas de de la guerra que la imponen los países desarrollados. Millones como esta niña. Nos preguntamos. Acaso no tienen derecho a la vida?. Porque la asesinan de hambre ante los ojos del mundo desarrollado.
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Esta actitud, que podría calificarse de infantil,
tiene un impacto letal en la población infantil real. Siete millones de
personas en Yemen corren peligro de
inanición, de las cuales 2,2 millones son niños. Cerca de medio millón de esos
niños están “grave y agudamente
desnutridos”, lo que implica que ya han sufrido daños de desarrollo,
posiblemente de por vida, debido al hambre.
El director de la sede estadounidense del Consejo Noruego para Refugiados, Joel Charny, dijo en una entrevista para Democracy Now!:
El director de la sede estadounidense del Consejo Noruego para Refugiados, Joel Charny, dijo en una entrevista para Democracy Now!:
“Si la guerra continúa, mucha gente morirá de
hambre. No creo que haya ninguna duda al respecto. Tenemos que hallar la forma
de que la guerra termine”.
Para ello habría que empezar por ponerle fin a la
entrega de armamento a Arabia Saudí, que bombardea Yemen sin piedad. En su
lugar, el presidente Trump se reunió
el martes en la Casa Blanca con el príncipe heredero de Arabia Saudí y ministro
de Defensa, Mohammed bin Salman, donde presuntamente habrían hablado de
reanudar la venta de proyectiles guiados de precisión a la dictadura saudí.
Amnistía Internacional instó a Trump a
bloquear las nuevas ventas de armas. La organización emitió una declaración, en
la que escribió:
“Armar a los gobiernos de Arabia Saudí y Bahréin
representa el riesgo de ser cómplice de crímenes de guerra, y hacerlo mientras
simultáneamente se prohíbe a las personas viajar a Estados Unidos desde Yemen
sería aun más inadmisible”.
La guerra en
Yemen es considerada mayormente como un conflicto de poder entre Arabia Saudí
e Irán, donde Estados Unidos, bajo el gobierno de Obama y ahora con mayor
intensidad bajo el de Trump, brinda
armamento a los saudíes y apoya logísticamente su bombardeo a Yemen.
“Cabe destacar que esto no
comenzó el 20 de enero. Esta es una política llevada a cabo por Estados Unidos
desde hace cierto tiempo", dijo el funcionario humanitario Joel Charny en referencia a la asunción
de mando de Trump y las políticas de Obama.
A lo largo de sus dos mandatos, el presidente Obama
le vendió armas a Arabia Saudí por un récord de 115.000 millones de dólares.
Solo suspendió las ventas después de que un avión saudí atacara un funeral
yemení con una serie de bombardeos sucesivos, que dejaron un saldo de 140
muertos y 500 heridos.
Millones de personas más se enfrentan al hambre y a una dolorosa muerte por inanición en Somalia, Sudán del Sur y Nigeria. Según Charny, en Sudán del Sur, pese a las ganancias por el petróleo y su tierra fértil,
Millones de personas más se enfrentan al hambre y a una dolorosa muerte por inanición en Somalia, Sudán del Sur y Nigeria. Según Charny, en Sudán del Sur, pese a las ganancias por el petróleo y su tierra fértil,
“los conflictos políticos no resueltos al interior
de la clase gobernante de Sudán del Sur, que se remontan a la década de 1990 y
quedaron disimulados durante la lucha por la independencia, ahora comenzaron a
resurgir” y han conducido al país a la
hambruna.
En el noreste de
Nigeria, el conflicto armado entre el grupo
Boko Haram y el gobierno hace que la entrega de ayuda humanitaria sea muy
peligrosa. Respecto a Somalia, donde la hambruna amenaza a poblaciones que
pueden ser alcanzables por el debilitado gobierno central y las agencias de
ayuda humanitaria, Charny expresó
comentarios más optimistas:
“Si podemos movilizar rápidamente alimentos y
dinero en efectivo, podremos superar la situación en Somalia… si nos ponemos en
marcha”.
Evitar la situación de hambruna en estos cuatro
países es posible. El presidente Trump debería financiar totalmente los envíos
de alimentos –no los envíos de armas– y liderar la tan necesaria diplomacia
para evitar la inmensa catástrofe de 20 millones de muertes terribles a causa
del hambre. Eso
es lo que haría grande a Estados Unidos.
© 2017 Amy
Goodman Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María
Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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