ARGENTINA, LAS CLASES
SOCIALES Y SUS MOVIMIENTOS POLÍTICOS, CAMINAN HACIA LA LUCHA POLÍTICA.- hoy
es un verdadero escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases. Millones
en las calles y plazas públicas. Se enfrentan en el campo – aún social – dos grandes
propuestas Políticas: Neoliberalismo imperial,
y Social-progresismo nacionalista. Por miles de miles se movilizan los
Ciudadanos, empresarios, clase media emergente – y sobre todo los grandes beneficiados
de las políticas neoliberales, en especial el poderoso sector Agropecuario y
defensores de las políticas del presidente Macri. Pero también el Pueblo Argentino – Sindicalistas, trabajadores,
despedidos, desocupados, juventud, las históricas Madres de Plaza de Mayo –
víctimas directas de las políticas neoliberales, dictatoriales, del presidente Macri, que en menos de dos años en el
gobierno ha impuesto con violencia y en forma vertical un conjunto de políticas de “reajuste y austeridad” – ya
conocidas en América latina desde los años de 1990 y fracasadas totalmente en los
países donde se impusieron estas medidas como parte de las Políticas del Consenso de Washington. Millones de Ciudadanos – en especial
beneficiados con Políticas de Derechos Sociales, en tiempos del gobierno de Cristina de Kirchner, también vuelven a
las calles y plazas públicas para defender y otros recuperar sus derechos sociales
violentados por el gobierno derechista – político-empresarial – del señor
Macri. Las movilizaciones de las clases sociales, se organizan y luchan en formas distintas – comienzan
a ocupar un inmenso campo, como es el de LUCHA POLÍTICA.
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La clase media y la burguesía empresarial en Argentina, también salió a las calles y expresó su total apoyo al gobierno del señor Macri. "Se ensuciaron los zapatos". La pituquería también "sabe protestar". Argentina hoy es un inmneso escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases.
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ARGENTINA: APOYO A LA
PROTESTA Y REPUDIO AL GOBIERNO.
Una amplia mayoría está con
el Paro, lo que incluye hasta quienes se dicen Oficialistas.
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Raúl Kollman.
Página/12 domingo 2 de abril del 2017.
El gobierno pierde
puntos y porcentajes muy altos están con los Docentes y los Sindicatos
consideran que Macri tiene que ceder y están preocupados por los salarios y la
pérdida de empleo.
Seis de cada diez ciudadanos dicen que están de
acuerdo con el paro convocado por la CGT para el jueves próximo y hay una
mayoría clara que sostiene que ese paro general se justifica. La base de esas
posturas está claramente en la economía. Dese hace meses, siete de cada diez
personas afirman que la situación es mala o muy mala y se percibe un gobierno
que no dá respuestas. Cuando se le pregunta a los ciudadanos si es cierta la
frase de Mirtha Legrand de que Mauricio Macri y su esposa no ven la realidad, la
respuesta es categórica: seis de cada diez personas contestan que es verdad,
que están de acuerdo con la conductora. Y lo notable es que en ese porcentaje
entran, por supuesto, los que se consideran opositores, pero también un 80 por
ciento de los que se declaran independientes y hasta un 30 por ciento de los
que se definen como oficialistas. En paralelo, también hay respaldo a las
medidas de fuerza de los docentes. Un 66 por ciento piensa que el reclamo de
los maestros es justo y también seis de cada diez personas piensan que el
gobierno debe aflojar. Esto último entra en la lógica de la mayoría porque hoy
la principal preocupación pasó a ser el salario, o mejor dicho, la pérdida de
poder adquisitivo. Globalmente, los datos siguen mostrando a un gobierno con
serias dificultades, que encima tiene que afrontar un test electoral dentro de
unos meses.
Las conclusiones surgen de una amplia encuesta
nacional realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) que
lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1200 personas de
todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico
social. Las entrevistas fueron telefónicas y también se respetaron las
proporciones por ciudades grandes y chicas y la distribución entre el interior,
el Gran Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires.
Clave.
“La economía, otra vez la maldita economía, se ha
instalado en el centro de la escena y la percepción que los argentinos poseen
acerca de su marcha remata en un inexorable mal humor social –afirma Bacman–.
Pero hay una diferencia con respecto a los meses anteriores: el principal
componente de esta preocupación dejó de ser la inflación y se corrió al
concepto del nivel de los salarios. Dicho de otro modo, es una forma concreta
de expresar la sensación de que los ingresos no alcanzan para llegar a fin de
mes. Obviamente, un tema que impacta en mayor medida a los asalariados, a los
trabajadores independientes de bajos ingresos y a los más jóvenes. Si se hila
más fino y al mencionado nivel de los salarios se le suman las percepciones de
alta inflación, marcha de la economía y el temor a la desocupación, el valor de
preocupación por la economía trepa hasta ubicarse en más de un 68 por ciento”.
Realidad
Frente a esa situación en la que siete de cada diez
personas ven una situación económica mala o muy mala, un gobierno podría
reaccionar reconociendo el cuadro o, por el contrario, negando las dificultades
por las que atraviesan principalmente los sectores de clase media baja y los de
menores recursos. “En un año que al oficialismo se le presenta complicado
–diagnostica el titular del CEOP–, donde debe afrontar una elección de
renovación parlamentaria de medio término, con fuertes componentes
plebiscitarios, seis de cada diez argentinos coinciden con el planteo que
Mirtha Legrand le hizo al presidente en su clásico programa, que no están
siendo conscientes de la realidad. ¿A que remite el término realidad?
Indudablemente a la economía”.
Este último desconocimiento de lo que realmente pasa
se asimila en la mayoría a un concepto del que la administración Macri no se
puede desprender: que es un gobierno orientado hacia la gente acomodada, un
Ejecutivo de CEOS, que no vive de cerca ni las dificultades salariales ni el
descomunal aumento en las tarifas.
Los sindicatos en la calle. Los Maestros en huelga y movilización contra las políticas del gobierno y en defensa de la Educación Pública, gratuita y de calidad.
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Paro.
Bacman sostiene que “en este marco, no debe
extrañar a nadie que cuando se les pregunta a los entrevistados acerca de su
opinión relacionada con el paro nacional convocado por la CGT para el próximo
jueves 6 de abril, obtenga un significativo nivel de adhesión. La gente no sólo
está de acuerdo (seis de cada diez), sino que incluso lo justifica (exactamente
54 por ciento). Como es lógico suponer, los que adhieren en mayor medida
son los opositores y los trabajadores (pertenecientes al nivel bajo). Impacta
también, que en consonancia con lo ya expresado, casi seis de cada diez
independientes señalen su acuerdo con este paro convocado por la central
obrera”.
“Y hablando de paros –redondea Bacman–, esta
encuesta también incluyó la evaluación del largo conflicto que mantienen los
docentes; conflicto que, en definitiva, está por cumplir un mes. Mucho se ha
hablado al respecto, demasiado se ha especulado, incluyendo la existencia de un
posible efecto cansancio con este paro. Sin embargo, a la luz de estos
resultados no parece ser tan así: el 66 por ciento de los argentinos sigue
afirmando la justicia del reclamo. Prácticamente el mismo valor que obtenía en
el trabajo de campo llevado a cabo el mes pasado. Es cierto que la realidad
cotidiana de mucha gente se hace cada día más compleja cuando paran los
docentes, pero es cierto también que la gente comprende su postura, que no es
solo por un salario digno, sino que también incluye una acérrima defensa de la
escuela pública. En definitiva los argentinos esperan que sea el gobierno quien
ponga punto final a este conflicto: así lo afirma el 58,2 por ciento de los
entrevistados. La ecuación es sencilla y contundente: si el reclamo es justo,
son los gobernantes los que tienen que ceder”.
Pérdida.
Algunos comentaristas vienen insistiendo con que el
conflicto docente fortaleció a María Eugenia Vidal. No es lo que concluye
Bacman quien registra una caída de la imagen de la gobernadora bonaerense de
trece puntos en los últimos seis meses. No se puede descartar que esa pérdida
tenga que ver con la situación económica, pero Bacman sostiene que la huelga de
maestros la perjudica. “La actual gobernadora bonaerense sigue siendo la
dirigente argentina con mejor imagen positiva de nuestro país. Sin embargo en
la actualidad redondea un 47,2 por ciento de popularidad, algo más de trece
puntos de pérdida en relación al 60,8 por ciento que obtenía en octubre del año
pasado. ¿Existe una relación directa entre la caída de su imagen y el conflicto
docente? Es muy difícil establecerlo con absoluta certeza. En ciencias sociales
frente a un fenómeno generalmente se detecta una multicausalidad de factores. Y
este es un factor más, que -obviamente- no comenzó en el mes de noviembre. Sin
lugar a dudas el contexto social y económico que en la actualidad el gobierno
debe enfrentar y resolver, no sólo afectó la popularidad del Presidente,
también ha comenzado a influir en la imagen de la Gobernadora. Para el oficialismo
son tiempos difíciles y también llegó el momento de pensar en no descuidar a la
joya de la corona. Hasta ella corre riesgos”, concluye el titular del
CEOP.
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Las políticas neoliberales de total ofensiva y destrucción de los derechos sociales de los trabajadores - están abriendo un inmenso escenario de lucha Política en defensa y protección de sus Derechos. No al masivo y terrible despido de trabajadores.
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ARGENTINA: BATIDO EN LA CALLE, EL GOBIERNO
BUSCA RÉDITO EN LA VICTIMIZACIÓN.
PLAZAS Y APLAZOS.
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Horacio Verbisky.
Página/12 domingo 2 de abril del 2017.
Con la movilización de ayer terminó un set perdido
6-1 por el gobierno. La vergonzante convocatoria contradice el intento de
desvincular la calle y el cuarto oscuro. El inverosímil cargo de
desestabilización y el intento de asociar cualquier reclamo con la anacrónica
lucha armada. Ante el malestar de la CIDH por el intento de aislarla en Mar del
Plata, el gobierno se resignó a que sesione en la Capital. El Rey de Holanda
dijo el Nunca Más que le quema a Macrì. El exilio dorado de Mitre.
El jueves culminó el mes de actividad colectiva más
intenso en medio siglo, con seis movilizaciones masivas en las que se expresó
un rechazo contundente a las políticas del gobierno nacional: dos de los
docentes, una de las mujeres, una de la CGT, una por el Día Nacional de la
Memoria y otra conjunta de ambas CTA y de un sector de trabajadores
industriales de la CGT. Ayer, el gobierno impulsó una réplica vergonzante por
medio de su ejército de zombies electrónicos pero sin mostrar la mano, por
miedo a la comparación. Le bastó para decorar con el punto del honor un set
perdido sin atenuantes, aunque marcó que sigue en la cancha y dará pelea. La
mera organización de esa marcha pone en contradicción al gobierno y
transparenta sus desvelos, lo mismo que la cautela con que esperó el desenlace
para celebrarla. El paro de la CGT del jueves ya requerirá de un marcador
futbolero, como el de Alemania contra Brasil en el Maracaná.
De Biolcati al helicóptero.-
El discurso oficial alardea que la Alianza
Cambiemos renovó las costumbres políticas y mantiene una comunicación
personalizada con cada ciudadano, que luego se refleja en las urnas, mientras
los actos y marchas serían como las hojas secas de un otoño político y parte de
un pasado irreversible. Esta concepción tiene expositores sofisticados como el
consultor Jaime Durán Barba con sus encuestas y focus groups, y guturales como
el financista radical Javier González Fraga, quien pretende que la descomunal
concentración del 24 de marzo se realizó pagando ómnibus, vino, coca cola,
choripanes y 500 pesos por cabeza de ganado humano. Pero lejos de los
micrófonos nadie del gobierno oculta la preocupación por el clima social, como
testimonia una foto extraordinaria que escapó del control de la oficina de
propaganda, en la que el presidente y varios de sus colaboradores miran con
aprensión en una pantalla gigante una de las plazas colmadas hasta
reventar.
El guión oficial consiste en asignar a esas
movilizaciones una intención destituyente, con el propósito de forzar una
crisis que acorte el mandato presidencial. Cuesta admitir que no fue un
holograma digitado desde la Casa de Gobierno el que llamó traidora a Estela de
Carloto, hijo de remilputa a Macrì y postuló “basta de ser democráticos”, y se
abrió paso con prepotencia con un camión entre la abigarrada Avenida de Mayo
rumbo a la plaza. Una duda que sólo el tiempo podrá zanjar es si el gobierno
cree de verdad que las reacciones a la crisis social desatada por su política
en realidad obedecen al propósito de abortar el mandato para el que fue electo
y del que ya ha consumido un tercio, con más pena que gloria. Otra hipótesis es
que trate de extraer de ese relato un rédito similar al que obtuvo CFK luego
del alzamiento de la Sociedad Rural y de las cámaras patronales agropecuarias
en 2008. Este paralelo tiene varios inconvenientes. El primero, que el gobierno
fue derrotado en las elecciones legislativas bonaerenses del año siguiente, con
una lista que encabezaban Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa, y que
recién después repuntó, con la ley audiovisual y las nacionalizaciones. Además,
no es lo mismo un plan para sitiar por hambre durante semanas a las grandes
ciudades que actos pacíficos en el corazón de ellas para ejercer el derecho
constitucional de protestar y peticionar. La única violencia fue ejercida
contra los manifestantes, cuando la Gendarmería permitió que un camionero
borracho atropellara a los manifestantes en San Lorenzo, matara a uno e hiriera
a cinco. Tampoco puede compararse el diálogo insidioso entre Mariano Grondona y
Hugo Biolcati anticipando la asunción presidencial del vice Julio Cobos con la
humorada del helicóptero de cartón exhibido en la Plaza de Mayo. En un caso se
trataba de un plan concreto de sectores sociales poderosos que veían afectados
sus intereses. En el otro, a lo sumo, la expresión de deseos de los
manifestantes más lineales, no convalidada por los dirigentes. Lo dejó muy
claro Hugo Yasky hace 72 horas, cuando ante la sexta multitud del mes se
comprometió en forma explícita con la defensa de la democracia, “como no
hicieron nunca los empresarios”, y a no ahorrar esfuerzos para que Macrì cumpla
hasta el último día de su mandato.
La sociedad entera se moviliza, porque sus derechos son agredidos y recortados o eliminados. La Nueva Sociedad Civil Argentina, - el poder popular local - esta en la calle y plazas públicas en defensa de los Derechos Humanos.
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En paralelo se debate el efecto del conflicto
docente, que el gobierno habría podido eludir si no hubiera decidido
profundizarlo con una finalidad ejemplarizadora. Por un lado intenta transmitir
a todo el universo sindical que posee la capacidad y la decisión para quebrar a
quien se le cruce en el camino con tal de reducir el costo salarial por segundo
año consecutivo. La clase que lo sostiene ha demostrado a lo largo de la
historia que no le importa matar para conseguir esos fines. Por otro, propone
un antagonismo de Superhéroes de Marvel, entre el Ogro Malo y el Hada Buena, en
el que cifra sus expectativas electorales. Suponen que en ese contraste de
imágenes la mayoría acudirá en auxilio de quien aparece como más débil, aunque
en voz baja se congratulan por el carácter de acero que atribuyen a la
gobernadora bonaerense. Además de sus roces con la amenazante policía
provincial cuentan que María E. Vidal recibió la visita de representantes de la
empresa Boldt, quienes le ofrecieron apoyo ecónomico. Dicen que les respondió
que había decidido no aceptar financiamiento del juego y que al salir les
advirtió: “Si mi marido va a pedirles, tampoco le dan”. Protegerse de cualquier
flanco débil habría sido una de las causas de su divorcio, añaden. Al mismo
tiempo, la intensidad del conflicto social le permite descargar su
responsabilidad por el mediocre resultado macroeconómico, invertir la cadena
causal y achacar la sequía inversora a la protesta, cuando es uno de sus
efectos. Vidal es la carta fuerte del gobierno, cuando faltan menos de tres
meses para el cierre de las candidaturas. Su aparición constante en
inauguraciones de obras o en la pugna con los educadores intenta disimular que
ella no puede postularse, ya que los comicios de medio término sólo son
legislativos y la gobernación para la que fue electa recién termina en 2019.
Que Macrì apareciera junto a ella estaba previsto desde que el diferencial de
opiniones positivas dejó muy atrás al presidente. La novedad de la semana
fueron los actos conjuntos de los que también participó el intendente porteño,
Horacio Rodríguez Larreta. El mensaje es que la homogeneidad política entre el
Poder Ejecutivo de las tres jurisdicciones permite aplicar soluciones conjuntas
para los problemas del Área Metropolitana. Esto no borra los matices entre
ellos. Mientras Macrì no consigue pronunciar la expresión terrorismo de Estado
y cree que lo que sucedió en la Argentina fue el choque entre la violencia
política y la violencia institucional, el gobierno bonaerense conmemoró el 24
de marzo con un spot con imágenes de la dictadura militar y las protestas de
los organismos defensores de los Derechos Humanos, recortes de diarios sobre la
anulación de las leyes de impunidad y la afirmación de que el estado de derecho
se construye con memoria.
Un incómodo zigzag.
Otro capítulo del negacionismo en curso lo escribió
el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, al suprimir de su
página web toda referencia a la dictadura cívico militar y al carácter de facto
de los “autotitulados presidentes” José Uriburu, Pedro Ramírez, Edelmiro
Farrell, Eduardo Lonardi, Pedro Aramburu, Juan Onganía, Roberto Levingston,
Alejandro Lanusse, Jorge Videla, Roberto Viola, Leopoldo Galtieri y Benito
Bignone, y de los presidentes del Banco que ellos designaron. También
desaparecieron los listones negros que su predecesor Alejandro Vanoli había
hecho colocar en La Cuadrada, que es el gran espacio del ala San Martin del
viejo edificio, para singularizar entre los cuadros de los titulares del banco
aquellos que actuaron bajo dictaduras. El impulsor de la remoción fue el asesor
del directorio Horacio Tomás Liendo, nieto del general homónimo que fue
ministro de Trabajo de Videla.
Durante su visita a los Países Bajos, Macrì osciló
entre el intento de colocarse en la escena mundial como un defensor de los
Derechos Humanos y su aversión espontánea hacia el tema. En su visita a la
Corte Penal Internacional que tiene sede en La Haya, su presidente, la jueza
argentina Silvia Fernández, destacó el rol que ese tribunal cumple “en la lucha
contra la impunidad de los autores de genocidio, crímenes de lesa humanidad y
crímenes de guerra, así como en garantizar justicia a las víctimas, incluyendo
la reparación del daño sufrido”. El presidente no tuvo mejor idea que decir que
su gobierno había decidido “que no perdamos más tiempo en discutir por qué nos
pasó lo que nos pasó” y que el país no pudo realizar su potencial porque
“empleó muchos años en confrontar con su historia”. La refutación más
categórica provino del Rey Guillermo, cuyo discurso oficial señaló lo que Macrì
prefiere eludir: “Todos llevamos la historia en nuestro equipaje, cada uno a su
manera. Muchos sienten todavía las cicatrices que dejaron los tiempos de terror
y dictadura, que no son tan lejanos para su país. Hace apenas una generación
miles de personas fueron sometidas a persecución y violencia, y violados sus
derechos humanos. Ese tiempo oscuro dejó un aprendizaje claro: ¡Nunca Más!”. En
contraste, el ministro de Educación Esteban Bullrich, sostuvo en la casa museo
de Ana Frank que la adolescente holandesa “tenía sueños, sabía lo que quería,
escribía sobre lo que quería y esos sueños quedaron truncos en gran parte por
una dirigencia que no fue capaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la
intolerancia”. La dirigencia de la AMIA y la DAIA mantuvo un sepulcral silencio
ante esta grosera banalización de la Shoah. Apenas dejó trascender un
comentario exculpatorio: Bullrich habría querido referirse al fracaso de la
República de Weimar, que facilitó el ascenso del nazismo, sentenció el anónimo
hermeneuta de la calle Pasteur. Al terminar la visita, Macrì y su esposa
Juliana Awada se mostraron muy jocosos como si vinieran de un paseo divertido.
Bullrich firmó allí un acuerdo por el cual los alumnos de las escuelas de la Argentina
recibirán información sobre lo que sucedió con Ana Frank durante la invasión
nazi a Holanda. El directivo del Llamamiento Argentino Judío, Jorge Elbaum,
sostuvo que durante la negociación de un acuerdo similar con el Centro Ana
Frank de Buenos Aires, el entonces subsecretario de Derechos Humanos de la
Ciudad de Buenos Aires, Claudio Avruj, pidió que en las clases y visitas no se
relacionara el Holocausto con los crímenes de lesa humanidad cometidos durante
el terrorismo de Estado en la Argentina. Según Elbaum, ese acuerdo forma parte
de un intercambio de favores que incluye el reemplazo de los abogados en la
querella oficial en la causa por el encubrimiento del atentado al edificio de
la DAIA, de modo de liberar de culpa y cargo al ex presidente de esa
institución, Rubén Beraja, durante cuya gestión Avruj fue director ejecutivo y
entregó una distinción al comisario Fino Palacios, otro de los procesados por
el encubrimiento, con quien viajó a Israel. (Para perfeccionar la maniobra, el
Poder Ejecutivo está buscando el subterfugio institucional que permita derivar
toda la documentación secreta que CFK liberó para su empleo en el juicio de la
Unidad Fiscal de Investigación AMIA a la unidad especial de investigación de
AMIA, que Macrì creó al asumir y que desde entonces ocupa en el Ministerio de
Justicia el radical patagónico Mario Cimadevilla. El nombre es parecido, pero
una forma parte del Ministerio Público Fiscal y otra depende del presidente
interesado en el encubrimiento). Elbaum añade que otro de los capítulos de la
negociación incluye que el comprador de las empresas de Macrì y su primo Angelo
Calcaterra, el empresario Marcelo Mindlin, se haga cargo del Museo de la Shoa
del que fue Presidente Avruj. Ambas negociaciones fueron simultáneas. Mindlin
asumirá la presidencia del museo el miércoles de esta semana, durante el
brindis de Pesaj. Para compensar, Macrì confirió la Orden del Libertador San
Martín al ex presidente estadounidense Jimmy Carter. Los considerandos del
decreto dicen que Carter, “preocupado por lo que estaba ocurriendo con la
dictadura militar argentina, exigió por el paradero de miles de desaparecidos y
condenó las violaciones a los derechos humanos” y que fue clave “en lograr que
se concretara la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a la
República en el año 1979”. El zigzag se completa con el abandono de la
tentativa oficial por trasladar a Mar del Plata la sede de la visita que la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizará en mayo. Como se informó
aquí el domingo pasado, Avruj presentó ese planteo a la CIDH, junto con el
pedido para que recibiera a las asociaciones defensoras de los militares
detenidos por crímenes de lesa humanidad y al Nuncio Apostólico, quien abogaría
por la denominada reconciliación. Al quedar esa jugada al descubierto, y ante
el disgusto de la CIDH, preocupada por las dificultades que el traslado a Mar
del Plata implicaría para las organizaciones de la sociedad civil, el gobierno
retiró su propuesta y dispuso que la Comisión sesione en la sede ceremonial del
Ministerio de Relaciones Exteriores, el Palacio San Martín. Resta por ver si
también el Vaticano y la Iglesia Católica argentina reculan al verse puestos en
evidencia.
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