sábado, 8 de abril de 2017

ESTADOS UNIDOS. CIUDADES RETIRAN MILES DE MILLONES DE DÓLARES DEPOSITADOS EN LOS BANCOS QUE RESPALDAN EL OLEODUCTO DE DAKOTA DEL NORTE

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DAKOTA DEL NORTE CONTRA AMY GOODMAN.- EL PERIODISMO NO ES UN DELITO.- UNA BREVE HISTORIA DEL POLÉMICO OLEODUCTO.-   El jueves pasado se emitió una orden de arresto bajo la caratula “Dakota del Norte contra Amy Goodman”. La acusación remite al delito de violación de propiedad. ¿El delito que en realidad se cometió? Ejercer el periodismo. Fuimos a la Reserva Sioux de Standing Rock para dar cobertura a la creciente oposición que enfrenta el oleoducto Dakota Access.
Este movimiento de resistencia atrajo atención a nivel mundial después del fin de semana del Día del Trabajo, cuando guardias de seguridad del oleoducto soltaron perros de ataque y lanzaron gas pimienta contra manifestantes pertenecientes a pueblos originarios. Ese sábado, al menos seis palas excavadoras realizaron movimientos de tierra en la ruta por la que se proyecta pasará el oleoducto, en sitios arqueológicos sagrados descubiertos por la tribu. La compañía responsable del oleoducto Dakota Access había tomado conocimiento de la ubicación de dichos sitios el día anterior gracias a un escrito presentado ante la justicia por la tribu. Muchos consideran que la compañía arrasó la zona y destruyó los sitios antes de que se pudiera emitir una medida cautelar que lo impidiera a fin de estudiarlos.

Ordenan la detención de la Periodista Amy Goodman, por el único delito de escribir en defensa de lo0s sitios sagrados y de los pueblos originarios en Estados Unidos por donde pasará el Oleoducto de Dakota del Norte . Tiempos del ex presidente Obama.
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Gran cantidad de personas, en su mayoría nativos americanos, se apresuraron hacia el lugar y reclamaron que la empresa retirara a las excavadoras de los sitios sagrados. Guardias de seguridad lanzaron gas pimienta, golpearon y empujaron a estos defensores de la tierra. También soltaron perros de ataque que mordieron a por lo menos seis personas y un caballo.
El equipo de Democracy Now! estaba ahí y pudimos filmar la violencia de los guardias. Cuando hicimos pública nuestra filmación del incidente, esta se difundió rápidamente y fue vista más de trece millones de veces solamente en Facebook. CNN, CBS, MSNBC y muchos otros medios de comunicación de todo el mundo emitieron nuestras imágenes, en las que se podía observar a uno de los perros con el hocico cubierto de sangre.

Cinco días después del ataque, Dakota del Norte emitió la orden de arresto. La agente especial de la Oficina de Investigación Penal de Dakota del Norte, Lindsey Wohl, se refirió al video de “Democracy Now!” en una declaración jurada. En el escrito afirmó: “En el video se puede observar a Amy Goodman identificándose a sí misma y preguntando a los manifestantes acerca de su participación en la manifestación”. Sí. Precisamente de eso se trata desarrollar la labor periodística amparada por la Constitución.

Delphine Halgand, la directora para Estados Unidos de la organización internacional de defensa de la libertad de prensa Reporteros Sin Fronteras, redactó: “Presentar cargos por violación de propiedad contra una periodista que está dando cobertura a un importante tema ambiental de significativo interés para la población constituye una amenaza directa a la libertad de prensa y resulta totalmente inaceptable en el país de la Primera Enmienda”. Por su parte, Carlos Lauria, del Comité para la Protección de los Periodistas, agregó: “Esta orden de arresto es un claro intento de intimidar a los periodistas para que no informen acerca de manifestaciones de protesta de interés significativo para la población. Las autoridades de Dakota del Norte deberían salir de esta embarazosa situación, retirar los cargos contra Amy Goodman y garantizar que todos los periodistas tengan la libertad de desarrollar su labor”.

Steve Andrist, director ejecutivo de la Asociación de Periódicos de Dakota del Norte, dijo al The Bismarck Tribune: “Resulta lamentable que las autoridades presenten cargos contra una periodista que solamente estaba haciendo su trabajo”. Y agregó: “Esto genera la impresión de que las autoridades intentan silenciar a una periodista para impedirle dar cuenta de una noticia importante”.


Se trata de un tema crucial para el destino del planeta. Se trata del cambio climático y de los derechos de los pueblos originarios frente al poder de las grandes empresas y los gobiernos. La orden de arresto fue emitida el mismo día en que el gobernador de Dakota del Norte, Jack Dalrymple, convocó a la Guardia Nacional, anticipándose a un fallo judicial que se emitiría el día siguiente. El viernes, el juez se expidió contra la tribu y permitió que prosiguiera la construcción del oleoducto. Quince minutos después, en una medida sin precedentes, el Departamento de Justicia, el del Interior y el Ejército emitieron conjuntamente una carta en la que anunciaron que se negaría la autorización para la construcción del oleoducto en tierras controladas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército hasta que se realicen “consultas formales de gobierno a gobierno” con las tribus afectadas en relación con “la protección de tierras tribales, recursos y derechos establecidos en tratados”. La construcción y los bloqueos pacíficos continúan en tierras que no pertenecen al Gobierno federal a pesar de la solicitud del Gobierno de que Dakota Access detenga las obras de construcción de manera voluntaria.

Hay quienes dicen que el periodismo es el primer boceto de la historia. En los últimos veinte años, el sello distintivo de “Democracy Now!” ha sido la cobertura que realiza de los movimientos sociales, porque esos movimientos hacen historia. La resistencia en Standing Rock es una histórica confluencia de miles de personas pertenecientes a más de 200 tribus de Estados Unidos, Canadá y América Latina que se describen a sí mismas como “defensores, no manifestantes”. Representa la mayor congregación de tribus que ha tenido lugar en décadas.
Hasta el momento, no se han presentado cargos contra ninguno de los guardias de seguridad involucrados, a pesar de que en el video se puede observar claramente que agreden a los manifestantes con perros y gas pimienta. Actualmente, la Junta de Investigación y Seguridad Privadas de Dakota del Norte investiga el uso de la fuerza y de perros de ataque por parte de los guardias de seguridad del oleoducto.

Mientras tanto, vamos a hacerle frente a esta acusación penal. La libertad de prensa resulta esencial para el funcionamiento de una sociedad democrática. Autoridades de Dakota del Norte: amordacen a los perros, no a los periodistas.
Publicado el 16 de septiembre de 2016
Obra realzada por Amy Goodman y Denis Moynihan.


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Unas 600 personas, entre ellas muchos indígenas, se manifestaron este viernes 11 de marzo del 2017, frente a la Casa Blanca en protesta contra la construcción de un polémico oleoducto en Dakota del Norte, proyecto reactivado por el presidente Donald Trump.
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ESTADOS UNIDOS.- CIUDADES RETIRAN MILES DE MILLONES DE DÓLARES.

 DEPOSITADOS EN LOS BANCOS QUE RESPALDAN EL OLEODUCTO DE DAKOTA DEL NORTE

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De Seattle a San Francisco, de Albuquerque a Raleigh, municipios de EE.UU. se suman a la lucha para dejar sin capital al polémico oleoducto.

Jimmy Tobías.

The Natión viernes 7 de abril del 2017.



Traducido del Inglés para Rebelión por César P. Guidini Joubert

Victoria de la tribu sioux de Standing Rock. El gobierno municipal de Seattle acuerda retirar los fondos depositados en el banco Wells Fargo en protesta por el préstamo concedido para el proyecto del Oleoducto de Dakota del Norte. 7 de febrero de 2017 (Foto AP/Elaine Thompson)

El pasado mes de septiembre, mientras los defensores del agua [i] se enfrentaban a la policía militarizada en las llanuras fluviales de Dakota del Norte, un grupo de activistas de la ciudad de Seattle [ii] se puso en marcha para conseguir que el municipio retirara los depósitos colocados en los bancos que respaldan la construcción del Oleoducto de Dakota del Norte (Dakota Access Pipeline (DAPL)) . Se buscaba, fundamentalmente, cortar los vínculos que mantiene la institución municipal con el banco Wells Fargo, el leviatán de Wall Street, que se ha mostrado sumamente generoso  y servicial con las sociedades que llevan la ejecución de la obra.

Desde el comienzo, los activistas de la ciudad de Seattle sostuvieron que esa iniciativa era la chispa que encendería una campaña nacional de retirada de depósitos y querían que sirviese de ejemplo para los demás. Uno de los principales promotores de la campaña en contra del oleoducto es Matt Remle, quien pertenece a la tribu sioux de Standing Rock y explica que se sabía que si conseguían triunfar en Seattle, el movimiento se extendería al resto del país.

La campaña de retirada de depósitos contó con aliados en el seno del gobierno de la ciudad, sobre todo, la edil Kshama Sawant , a la hora de redactar y hacer que se aprobara una ordenanza por la cual, en el futuro, la institución municipal tendrá prohibido colocar depósitos y mantener tratos comerciales con el Wells Fargo. El propósito es ambicioso, pues Seattle tiene estrechos lazos con el banco, que se encarga de administrar  anualmente unos tres mil millones de dólares de las arcas municipales.

Remle relata que, al principio, los demás ediles no estaban muy dispuestos a aceptar que se debatiera el proyecto de ordenanza, y entonces los seguidores de la campaña decidieron ejercer presión. Así se consiguió llenar el recinto del Consejo Municipal,  y además de dar testimonio en las audiencias públicas y manifestarse ante las sucursales del Wells Fargo, celebraron una fiesta durante la cual los asistentes llamaron con insistencia al teléfono del presidente del Consejo, pero sin perder los buenos modales.

El 7 de febrero los resueltos enemigos del Oleoducto de Dakota del Norte consiguieron lo que querían: el Consejo Municipal aprobó por unanimidad la ordenanza por la que se dan por terminados los vínculos de la ciudad con el Wells Fargo. Los legisladores municipales condenan los “actos de mala fé”  en el ejercicio del comercio que comete el banco y también el negocio en torno al oleoducto y declaran que no se reanudará la relación con el coloso de la banca cuando, en 2018, toque prorrogar el contrato vigente. Queda por acordar si se escogerá otro banco o una cooperativa de crédito.

La ordenanza de Seattle constituyó una gran victoria que ganó la campaña en contra del Oleoducto de Dakota del Norte, pero apenas marcó el principio, pues como explica la edil Sawant, desde que fuera aprobada esa norma centenares de activistas de todo el país se comunicaron con los organizadores de Seattle, por correo electrónico y las redes sociales e, incluso, por teléfono para que les explicaran cómo habían hecho para ganar, cómo crearon el movimiento y qué se podía hacer en las demás ciudades.

La edil Sawant, que es una dirigente resuelta y que intervino personalmente en toda la actividad y en las manifestaciones callejeras, señala asimismo que el grupo de Seattle se preparó para atender todas esas inquietudes y, con ese fin, se redactó una guía de campaña, que indica paso a paso el modo de conquistar el gobierno municipal. También se creó un sitio en internet, en el que se explica la manera de lanzar la campaña de retirada de depósitos. Además de todo eso, se atendieron cientos de llamadas telefónicas de partidarios del cierre del Oleoducto de Dakota del Norte, que procedían de todo el país.

El ejemplo de Seattle prendió en ciudades como San Francisco, Los Ángeles, Nueva York, Bellingham, Raleigh, Albuquerque y hasta en Berlín, en las que también se pone en marcha la campaña de retirada de depósitos en solidaridad con la tribu sioux de Standing Rock.

Jackie Fielder, es una india sioux de las tribus Hidatsa y Cheyenne River, que vive en San Francisco y que, estimulada por la ordenanza de Seattle, decidió que había que hacer lo mismo. A comienzos del mes de febrero, reunió a un grupo de integrantes de asociaciones de indígenas y de defensores de la naturaleza y creó la coalición “Defund DAPL” [“¡Ni un dólar para el Oleoducto de Dakota del Norte!”]. No había pasado un mes, cuando, el martes 14 de febrero, la coalición consiguió la primera victoria de importancia: el órgano legislativo de San Francisco aprobó un acuerdo por el cual se indica al Departamento de Hacienda que establezca un catálogo de principios de justicia social que deberán regir todas las transacciones comerciales, presentes y futuras, que celebre el municipio de la ciudad con el fin de erradicar a los usureros que lucran con el Oleoducto de Dakota del Norte. Según se calcula, a las sociedades que tienen vínculos con el Oleoducto de Dakota del Norte les corresponde, el 12 por ciento de la cartera de colocaciones que posee el municipio de San Francisco, o sea, la cifra de 1.200 millones de dólares.

Fielder opina que dicho acuerdo es apenas la salva inaugural, pues la coalición se propone que la institución municipal ponga término a la antigua relación  que mantiene con el Bank of América, que administra todos los años diez mil millones de dólares del dinero de la ciudad. Igual que el Wells Fargo, el Bank of América es una de las entidades que facilita una línea de crédito por valor de varios miles de millones de dólares a las compañías que construyen el Oleoducto de Dakota del Norte. La coalición urge al gobierno municipal, de corte progresista, a que busque sin demora una institución de crédito que sea más permeable a los principios de la justicia social.

A finales de febrero, los órganos de gobierno de otras dos ciudades de California, Davis y Santa Mónica, también acordaron romper los lazos con el Wells Fargo. Davis retirará los 124 millones de dólares que tiene depositados en el banco y los colocará en otro y, por su parte, Santa Mónica estudia   hacer lo propio con sus mil millones de dólares.


Los núcleos urbanos de la Costa Occidental de los Estados Unidos constituyen la punta de lanza de la enérgica campaña de retirada de depósitos, pero no están solos. En la ciudad de Albuquerque (Nuevo México), un grupo de activistas que había ido en misión de solidaridad a Standing Rock regresó con ganas de “continuar la lucha en la ciudad”, según relata Maya Rommwatt, que pertenece a un grupo ecologista del municipio. Gracias al apoyo de la sección local del Sierra Club y del Movimiento Indio de los Estados Unidos , y de otras asociaciones, se comenzó a poner en marcha un movimiento para reclamar al gobierno municipal y al del condado que se le dé la patada al Wells Fargo, como lo hicieron en Seattle. El Wells Fargo es la principal institución de crédito con la que trabaja el condado y, por su parte, en junio de 2016, el municipio tenía más de 500 millones de dólares colocados  en el banco

A todo eso, en la ciudad de Raleigh (Carolina del Norte) también prendió la idea de romper con el Wells Fargo. El ejemplo de Seattle impulsó a hacer algo a Elizabeth Miller, quien trabaja para una compañía de informática y que llevaba meses siguiendo la protesta de Standing Rock. Aunque no goza de una posición económica boyante y tiene que trabajar todo el día, pensaba que era poco lo que ella podía hacer, pero cuando se enteró de la noticia de Seattle reflexionó que, sin duda, eso mismo estaba al alcance de su mano.

El día después de la victoria de Seattle Miller llamó a Matt Remle y le pidió consejo, aprovechando la vasta experiencia de ese activista. Gracias al apoyo de la sección de 350.org, presentó una petición de consulta de los archivos oficiales de la ciudad y así se supo que el municipio trabaja con el Wells Fargo. El mes pasado [enero] intervino ante el Consejo Municipal y solicitó que se redactara una ordenanza de principios de justicia social que deberían regir los tratos comerciales del municipio y por la cual se prohibiera contratar con las compañías que explotan los combustibles fósiles y con las que estén implicadas en la vulneración de los derechos humanos. Los ediles progresistas acogieron favorablemente la moción y, a la fecha, ella se dedica a redactar el proyecto de ordenanza que presentará ante el órgano legislativo de la ciudad.

A la fecha no se puede pasar por alto la cifra que alcanza la retirada de depósitos, pues sumando solamente las ciudades de Davis, Santa Mónica y Seattle, las tres que acordaron romper tratos con el Wells Fargo, el banco habrá perdido 4.000 millones de dólares largos, entre depósitos, comisiones y demás conceptos. Hay que reconocer que esa cifra representa una ínfima parte del millón de millones (1.000.000.000.000) de dólares que recibe en depósito el banco todos los años, pero no quiere decir que la campaña de retirada de depósitos en protesta por el Oleoducto de Dakota del Norte tenga valor meramente simbólico.

Los movimientos necesitan impulso y, desde ese punto de vista, se está en presencia de un acontecimiento verdaderamente importante. Así lo atestigua la edil Sawant, quien explica que la lucha contra el cambio climático, la lucha por dar nueva orientación al planeta y al medio natural, la lucha por los derechos de los oprimidos obliga a pelear contra toda la estructura que forman la oligarquía de los bancos y la industria del petróleo. Reflexiona que no es poca cosa, sino todo lo contrario, que surja un movimiento dirigido por indígenas y por defensores de la naturaleza y que pueda dar tal golpe a una rama de esa oligarquía. Se trata, en efecto, de un inmenso paso adelante 

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Jimmy Tobias es periodista y escribe sobre el problema de la contaminación y la conservación de la naturaleza [xvii] .

 Notas del Traductor:


[ii] La ciudad de Seattle posee larga tradición en la historia de la lucha de clases de los Estados Unidos. Allí se desató, en 1919 y por influencia directa de la Revolución de Octubre, la primera huelga general de la historia de los Estados Unidos


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