DAKOTA DEL NORTE CONTRA AMY
GOODMAN.- EL PERIODISMO NO ES UN DELITO.- UNA BREVE HISTORIA DEL POLÉMICO
OLEODUCTO.- El
jueves pasado se emitió una orden de arresto bajo la caratula “Dakota del Norte contra Amy Goodman”.
La acusación remite al delito de violación de propiedad. ¿El delito que en
realidad se cometió? Ejercer el periodismo. Fuimos a la Reserva Sioux de
Standing Rock para dar cobertura a la creciente oposición que enfrenta el
oleoducto Dakota Access.
Este movimiento de resistencia atrajo
atención a nivel mundial después del fin de semana del Día del Trabajo, cuando guardias de seguridad del oleoducto
soltaron perros de ataque y lanzaron gas pimienta contra manifestantes
pertenecientes a pueblos originarios. Ese sábado, al menos seis palas
excavadoras realizaron movimientos de tierra en la ruta por la que se proyecta
pasará el oleoducto, en sitios arqueológicos sagrados descubiertos por la
tribu. La compañía responsable del oleoducto Dakota Access había tomado
conocimiento de la ubicación de dichos sitios el día anterior gracias a un
escrito presentado ante la justicia por la tribu. Muchos consideran que la
compañía arrasó la zona y destruyó los sitios antes de que se pudiera emitir
una medida cautelar que lo impidiera a fin de estudiarlos.
Ordenan la detención de la Periodista Amy Goodman, por el único delito de escribir en defensa de lo0s sitios sagrados y de los pueblos originarios en Estados Unidos por donde pasará el Oleoducto de Dakota del Norte . Tiempos del ex presidente Obama.
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Gran
cantidad de personas, en su mayoría nativos americanos, se
apresuraron hacia el lugar y reclamaron que la empresa retirara a las excavadoras
de los sitios sagrados. Guardias de seguridad lanzaron gas pimienta, golpearon
y empujaron a estos defensores de la tierra. También soltaron perros de ataque
que mordieron a por lo menos seis personas y un caballo.
El
equipo de Democracy Now! estaba ahí y pudimos filmar la
violencia de los guardias. Cuando hicimos pública nuestra filmación del
incidente, esta se difundió rápidamente y fue vista más de trece millones de
veces solamente en Facebook. CNN, CBS,
MSNBC y muchos otros medios de comunicación de todo el mundo emitieron
nuestras imágenes, en las que se podía observar a uno de los perros con el
hocico cubierto de sangre.
Cinco días después del ataque, Dakota del Norte emitió la orden de
arresto. La agente especial de la Oficina de Investigación Penal de Dakota del
Norte, Lindsey Wohl, se refirió al
video de “Democracy Now!” en una
declaración jurada. En el escrito afirmó: “En
el video se puede observar a Amy Goodman
identificándose a sí misma y preguntando a los manifestantes acerca de su
participación en la manifestación”. Sí. Precisamente de eso se trata
desarrollar la labor periodística amparada por la Constitución.
Delphine Halgand, la directora para Estados Unidos de la
organización internacional de defensa de la libertad de prensa Reporteros Sin
Fronteras, redactó: “Presentar cargos por violación de propiedad contra una
periodista que está dando cobertura a un importante tema ambiental de
significativo interés para la población constituye una amenaza directa a la
libertad de prensa y resulta totalmente inaceptable en el país de la Primera
Enmienda”. Por su parte, Carlos Lauria,
del Comité para la Protección de los Periodistas, agregó: “Esta orden de
arresto es un claro intento de intimidar a los periodistas para que no informen
acerca de manifestaciones de protesta de interés significativo para la
población. Las autoridades de Dakota del Norte deberían salir de esta
embarazosa situación, retirar los cargos contra Amy Goodman y garantizar que
todos los periodistas tengan la libertad de desarrollar su labor”.
Steve Andrist, director ejecutivo de la Asociación de
Periódicos de Dakota del Norte, dijo al The Bismarck Tribune: “Resulta
lamentable que las autoridades presenten cargos contra una periodista que
solamente estaba haciendo su trabajo”. Y agregó: “Esto genera la impresión de
que las autoridades intentan silenciar a una periodista para impedirle dar
cuenta de una noticia importante”.
Se trata de un tema crucial para el
destino del planeta. Se trata del cambio climático y de los derechos de los
pueblos originarios frente al poder de las grandes empresas y los gobiernos. La orden de arresto fue emitida el mismo
día en que el gobernador de Dakota del Norte, Jack Dalrymple, convocó a la
Guardia Nacional, anticipándose a un fallo judicial que se emitiría el día
siguiente. El viernes, el juez se expidió contra la tribu y permitió que
prosiguiera la construcción del oleoducto. Quince minutos después, en una
medida sin precedentes, el Departamento de Justicia, el del Interior y el
Ejército emitieron conjuntamente una carta en la que anunciaron que se negaría
la autorización para la construcción del oleoducto en tierras controladas por
el Cuerpo de Ingenieros del Ejército hasta que se realicen “consultas formales de gobierno a gobierno” con las tribus afectadas en
relación con “la protección de tierras tribales, recursos y derechos
establecidos en tratados”. La construcción y los bloqueos pacíficos
continúan en tierras que no pertenecen al Gobierno federal a pesar de la
solicitud del Gobierno de que Dakota Access detenga las obras de construcción
de manera voluntaria.
Hay
quienes dicen que el periodismo es el primer boceto de la historia. En los
últimos veinte años, el sello distintivo de “Democracy Now!” ha sido la cobertura que realiza de los movimientos sociales, porque esos
movimientos hacen historia. La resistencia en Standing Rock es una histórica confluencia de miles de personas
pertenecientes a más de 200 tribus de
Estados Unidos, Canadá y América Latina que se describen a sí mismas como “defensores, no manifestantes”.
Representa la mayor congregación de tribus que ha tenido lugar en décadas.
Hasta el momento, no se han presentado
cargos contra ninguno de los guardias de seguridad involucrados, a pesar de que
en el video se puede observar claramente que agreden a los manifestantes con
perros y gas pimienta. Actualmente, la Junta de Investigación y Seguridad
Privadas de Dakota del Norte investiga el uso de la fuerza y de perros de
ataque por parte de los guardias de seguridad del oleoducto.
Mientras tanto, vamos a hacerle frente
a esta acusación penal. La libertad de prensa resulta esencial para el
funcionamiento de una sociedad democrática. Autoridades de Dakota del Norte: amordacen a
los perros, no a los periodistas.
Publicado el 16 de septiembre de 2016
Obra
realzada por Amy Goodman y Denis Moynihan.
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Unas
600 personas, entre ellas muchos indígenas, se manifestaron este viernes 11 de
marzo del 2017, frente a la Casa Blanca en protesta contra la construcción de
un polémico oleoducto en Dakota del Norte, proyecto reactivado por el
presidente Donald Trump.
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ESTADOS UNIDOS.- CIUDADES RETIRAN MILES DE MILLONES DE
DÓLARES.
DEPOSITADOS EN LOS BANCOS QUE RESPALDAN EL OLEODUCTO DE DAKOTA DEL NORTE
DEPOSITADOS EN LOS BANCOS QUE RESPALDAN EL OLEODUCTO DE DAKOTA DEL NORTE
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De Seattle a San Francisco, de Albuquerque a
Raleigh, municipios de EE.UU. se suman a la lucha para dejar sin capital al
polémico oleoducto.
Jimmy Tobías.
The Natión viernes 7 de abril del 2017.
Traducido del Inglés para
Rebelión por César P. Guidini Joubert
Victoria de la tribu sioux de Standing Rock. El
gobierno municipal de Seattle acuerda retirar los fondos depositados en el
banco Wells Fargo en protesta por el préstamo concedido para el proyecto del
Oleoducto de Dakota del Norte. 7 de febrero de 2017 (Foto AP/Elaine Thompson)
El pasado mes de septiembre, mientras los
defensores del agua [i] se
enfrentaban a la policía militarizada en las llanuras fluviales de Dakota del
Norte, un grupo de activistas de la ciudad de Seattle [ii] se puso en marcha para conseguir que el municipio
retirara los depósitos colocados en los bancos que respaldan la construcción
del Oleoducto de Dakota del Norte (Dakota
Access Pipeline (DAPL)) . Se buscaba, fundamentalmente, cortar los
vínculos que mantiene la institución municipal con el banco Wells Fargo, el
leviatán de Wall Street, que se ha mostrado sumamente generoso y servicial con las sociedades
que llevan la ejecución de la obra.
Desde el comienzo, los activistas de la ciudad de Seattle sostuvieron que esa iniciativa
era la chispa que encendería una campaña nacional de retirada de depósitos y
querían que sirviese de ejemplo para los demás. Uno de los principales
promotores de la campaña en contra del oleoducto es Matt Remle, quien pertenece a la tribu sioux de Standing Rock y
explica que se sabía que si conseguían triunfar en Seattle, el movimiento se
extendería al resto del país.
La campaña de retirada de depósitos contó con
aliados en el seno del gobierno de la ciudad, sobre todo, la edil Kshama Sawant ,
a la hora de redactar y hacer que se aprobara una ordenanza por la cual, en el futuro, la institución municipal
tendrá prohibido colocar depósitos y mantener tratos comerciales con el Wells
Fargo. El propósito es ambicioso, pues Seattle tiene estrechos lazos con el
banco, que se encarga de administrar anualmente unos tres mil millones
de dólares de las arcas municipales.
Remle relata que,
al principio, los demás ediles no estaban muy dispuestos a aceptar que se
debatiera el proyecto de ordenanza, y entonces los seguidores de la campaña
decidieron ejercer presión. Así se consiguió llenar el recinto del Consejo
Municipal, y además de dar testimonio en las audiencias públicas y
manifestarse ante las sucursales del Wells Fargo, celebraron una fiesta durante
la cual los asistentes llamaron con insistencia al teléfono del presidente del
Consejo, pero sin perder los buenos modales.
El 7 de
febrero los resueltos enemigos del Oleoducto
de Dakota del Norte consiguieron lo que querían: el Consejo Municipal
aprobó por unanimidad la ordenanza por la que se dan por terminados los
vínculos de la ciudad con el Wells Fargo. Los legisladores municipales condenan
los “actos de mala fé” en el ejercicio del comercio que comete el banco y
también el negocio en torno al oleoducto y declaran que no se reanudará la
relación con el coloso de la banca cuando, en 2018, toque prorrogar el contrato
vigente. Queda por acordar si se escogerá otro banco o una cooperativa de
crédito.
La ordenanza de Seattle constituyó una gran
victoria que ganó la campaña en contra del Oleoducto de Dakota del Norte, pero
apenas marcó el principio, pues como explica la edil Sawant, desde que fuera aprobada
esa norma centenares de activistas de todo el país se comunicaron con los
organizadores de Seattle, por correo electrónico y las redes sociales e,
incluso, por teléfono para que les explicaran cómo habían hecho para ganar,
cómo crearon el movimiento y qué se podía hacer en las demás ciudades.
La edil Sawant, que es una dirigente resuelta y que intervino
personalmente en toda la actividad y en las manifestaciones callejeras, señala
asimismo que el grupo de Seattle se
preparó para atender todas esas inquietudes y, con ese fin, se redactó una guía
de campaña, que indica paso a paso el modo de conquistar el gobierno municipal.
También se creó un sitio en internet, en el que se explica la manera de lanzar
la campaña de retirada de depósitos. Además de todo eso, se atendieron cientos
de llamadas telefónicas de partidarios del cierre del Oleoducto de Dakota del
Norte, que procedían de todo el país.
El ejemplo de Seattle prendió en ciudades como San
Francisco, Los Ángeles, Nueva York, Bellingham, Raleigh, Albuquerque y hasta en
Berlín, en las que también se pone en marcha la campaña de retirada de
depósitos en solidaridad con la tribu sioux de Standing Rock.
Jackie Fielder, es una india sioux de las tribus
Hidatsa y Cheyenne River, que vive en San Francisco y que, estimulada por la
ordenanza de Seattle, decidió que había que hacer lo mismo. A comienzos del mes
de febrero, reunió a un grupo de integrantes de asociaciones de indígenas y de
defensores de la naturaleza y creó la coalición
“Defund DAPL” [“¡Ni un dólar para el Oleoducto de Dakota del Norte!”]. No
había pasado un mes, cuando, el martes 14 de febrero, la coalición consiguió la
primera victoria de importancia: el órgano legislativo de San Francisco aprobó
un acuerdo por el cual se indica al Departamento de Hacienda que establezca un
catálogo de principios de justicia social que deberán regir todas las
transacciones comerciales, presentes y futuras, que celebre el municipio de la
ciudad con el fin de erradicar a los usureros que lucran con el Oleoducto de
Dakota del Norte. Según se calcula, a las sociedades que tienen vínculos con el
Oleoducto de Dakota del Norte les corresponde, el 12 por ciento de la cartera
de colocaciones que posee el municipio de San Francisco, o sea, la cifra de
1.200 millones de dólares.
Fielder opina que dicho acuerdo es apenas la salva
inaugural, pues la coalición se propone que la institución municipal ponga
término a la antigua relación que mantiene con el Bank of América, que
administra todos los años diez mil millones de dólares del dinero de la ciudad.
Igual que el Wells Fargo, el Bank of América es una de las entidades que
facilita una línea de crédito por valor de varios miles de millones de dólares
a las compañías que construyen el Oleoducto de Dakota del Norte. La coalición
urge al gobierno municipal, de corte progresista, a que busque sin demora una
institución de crédito que sea más permeable a los principios de la justicia
social.
A finales de febrero, los órganos de gobierno de
otras dos ciudades de California, Davis y Santa Mónica, también acordaron
romper los lazos con el Wells Fargo. Davis retirará los 124 millones de dólares
que tiene depositados en el banco y los colocará en otro y, por su parte, Santa
Mónica estudia hacer lo propio con sus mil millones de dólares.
Los núcleos urbanos de la Costa Occidental de los
Estados Unidos constituyen la punta de lanza de la enérgica campaña de retirada
de depósitos, pero no están solos. En la ciudad de Albuquerque (Nuevo México),
un grupo de activistas que había ido en misión de solidaridad a Standing Rock
regresó con ganas de “continuar la lucha en la ciudad”, según relata Maya
Rommwatt, que pertenece a un grupo ecologista del municipio. Gracias al apoyo
de la sección local del Sierra Club y del Movimiento Indio de los Estados
Unidos , y de otras asociaciones, se comenzó a poner en marcha un
movimiento para reclamar al gobierno municipal y al del condado que se le dé la
patada al Wells Fargo, como lo hicieron en Seattle. El Wells Fargo es la
principal institución de crédito con la que trabaja el condado y, por su parte,
en junio de 2016, el municipio tenía más de 500 millones de dólares colocados en el banco
A todo eso, en la ciudad de Raleigh (Carolina del Norte) también prendió la idea de romper con
el Wells Fargo. El ejemplo de Seattle impulsó a hacer algo a Elizabeth Miller,
quien trabaja para una compañía de informática y que llevaba meses siguiendo la
protesta de Standing Rock. Aunque no goza de una posición económica boyante y
tiene que trabajar todo el día, pensaba que era poco lo que ella podía hacer,
pero cuando se enteró de la noticia de Seattle reflexionó que, sin duda, eso
mismo estaba al alcance de su mano.
El día después de la victoria de Seattle Miller
llamó a Matt Remle y le pidió consejo, aprovechando la vasta experiencia de ese
activista. Gracias al apoyo de la sección de 350.org, presentó una petición de
consulta de los archivos oficiales de la ciudad y así se supo que el municipio
trabaja con el Wells Fargo. El mes pasado [enero] intervino ante el Consejo
Municipal y solicitó que se redactara una ordenanza de principios de justicia
social que deberían regir los tratos comerciales del municipio y por la cual se
prohibiera contratar con las compañías que explotan los combustibles fósiles y
con las que estén implicadas en la vulneración de los derechos humanos. Los ediles
progresistas acogieron favorablemente la moción y, a la fecha, ella se dedica a
redactar el proyecto de ordenanza que presentará ante el órgano legislativo de
la ciudad.
A la fecha no se puede pasar por alto la cifra que
alcanza la retirada de depósitos, pues sumando solamente las ciudades de Davis,
Santa Mónica y Seattle, las tres que acordaron romper tratos con el Wells
Fargo, el banco habrá perdido 4.000 millones de dólares largos, entre
depósitos, comisiones y demás conceptos. Hay que reconocer que esa cifra
representa una ínfima parte del millón de millones (1.000.000.000.000) de
dólares que recibe en depósito el banco todos los años, pero no quiere decir
que la campaña de retirada de depósitos en protesta por el Oleoducto de Dakota
del Norte tenga valor meramente simbólico.
Los movimientos necesitan impulso y, desde ese
punto de vista, se está en presencia de un acontecimiento verdaderamente
importante. Así lo atestigua la edil Sawant, quien explica que la lucha contra
el cambio climático, la lucha por dar nueva orientación al planeta y al medio
natural, la lucha por los derechos de los oprimidos obliga a pelear contra toda
la estructura que forman la oligarquía de los bancos y la industria del
petróleo. Reflexiona que no es poca cosa, sino todo lo contrario, que surja un
movimiento dirigido por indígenas y por defensores de la naturaleza y que pueda
dar tal golpe a una rama de esa oligarquía. Se trata, en efecto, de un inmenso
paso adelante
*****
Jimmy Tobias es periodista y escribe
sobre el problema de la contaminación y la conservación de la naturaleza [xvii] .
Notas del Traductor:
[ii] La
ciudad de Seattle posee larga tradición en la historia de la lucha de clases de
los Estados Unidos. Allí se desató, en 1919 y por influencia directa de la
Revolución de Octubre, la primera huelga general de la historia de los Estados
Unidos
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