ENTREVISTA
A LA DRA. MARTA HARNECKER, SOBRE VENEZUELA.- La orientación del gobierno de Chávez fue completamente
diferente. Estaba convencido que el socialismo no podía ser impuesto desde
arriba, sino que debía ser construido por el pueblo. Por esa razón promovió
diferentes maneras de organizar a la gente – espacios donde pudieran discutir
sus necesidades y planificar cómo podrían solucionarlas con la ayuda del estado
– como los consejos comunales, los consejos de trabajadores, las comunas. En
este proceso, los mendigos de antaño se irían transformando en personas aptas
para buscar soluciones por ellas mismas. Y son éstos los sectores populares que
han apoyado a Chávez y a su actual
sucesor, Maduro. (lo anterior – del 1 al 16 - es su Opinión de las
Elecciones en Ecuador).
Pero,
¿cómo explicaría usted la caótica situación económica en
Venezuela?
17. Marta
Harnecker: Tomando ventaja de la situación de vacío de
liderazgo dejada por la desaparición
física de Chávez, los ataques contra el proceso revolucionario Bolivariano, han aumentado, tanto dentro
como fuera del país. Como sería muy difícil promover otro golpe de estado
contra Maduro – que ha tratado de
ser consecuente con el legado de Chávez
– la oposición ha intensificado la guerra económica iniciada durante el proceso
anterior: El gobierno Venezolano ha recibido en ataques en solo tres años, el
equivalente a la cantidad recibida por Chávez
en catorce años. Uno de sus objetivos ha sido afectar el acceso a alimentos
básicos a precios subsidiados, promovido desde 2003 a través de la Misión
Mercal, con resultados significativos en cuanto a garantizar el derecho a la
comida del pueblo.
18. Lo que
está sucediendo es muy similar a lo ocurrido en Chile para desestabilizar el
gobierno de Salvador Allende (manipulación del dólar en el mercado negro,
paralización de ciertas industrias, intención deliberada de producir miedo en
los inversionistas extranjeros y nacionales, popularización de la idea de un
país en bancarrota).
19. De
acuerdo con la economista venezolana Pascualina Curcio, dos
estrategias principales han sido aplicadas en Venezuela para producir
descontento en la población, la inflación inducida y la escasez orquestada.
Esto se logra, por una parte, a través
de la manipulación de la tasa de cambio en el mercado paralelo e ilegal, el
que sintomáticamente aumenta exponencialmente en los meses previos a las
elecciones, y por otra parte, a través de la manipulación de los mecanismos de
distribución de bienes esenciales y el contrabando en las fronteras, para crear
carencias artificiales.
20.
Monopolios importadores y banqueros que no producen bienes sino que logran
extraordinarias ganancias con la diferencia de precios entre lo que compran
afuera y lo que venden dentro del país, estableciendo de una manera oligopólica
los precios de los bienes que importan (bienes que cubren necesidades básicas,
entre ellas, alimentos y bienes necesarios para la producción y el transporte),
usando la tasa de cambio paralela que es mucho más alta (14.5 veces) al valor real de los bienes calculados en moneda
nacional. Este incremento de los precios de los bienes necesarios no sólo hace
daño al pueblo, sino que también daña a sectores de la burguesía que producen
bienes de uso común.
21. Además,
para aumentar la insatisfacción popular, crean carencias artificiales al
no poner esos bienes a la venta de manera regular y oportuna, o en suficiente
cantidad.
22. Estos ataques
se han producido en tierra fértil, no sólo por la caída del precio del petróleo, sino
también por la debilidad de las políticas económicas adoptadas por el gobierno,
que no permitieron prepararse para afrontar en forma adecuada la baja del
precio del petróleo. A esto se agrega la política cambiaria que favorece las
importaciones desestimulando la producción nacional.
23. Por otra
parte, nadie puede negar que un sector de la burguesía venezolana y un sector
corrupto de la burocracia estatal, están sacando ventaja de esta situación con
el objetivo de profundizar la actual crisis y crear condiciones para derrocar
el gobierno de Maduro.
24. En todo
caso, no creo que la crisis económica actual en Venezuela sea una prueba del
fracaso del intento de Chávez en crear una sociedad alternativa al capitalismo.
Así como nadie puede criticar la receta de un flan si éste se quemó porque el
horno se puso a fuego muy alto, tampoco podemos considerar inviable la
propuesta de Chávez sin analizar si en su aplicación práctica se ha sido
coherente con sus planteamientos teóricos.
25. Las
últimas noticias parecen ser positivas. Recientemente, el gobierno tuvo
un importante éxito: gracias a su gestión se logró un acuerdo internacional
para subir el precio del petróleo. También
está promoviendo la producción nacional, llamando a sumarse a este esfuerzo
a todos los sectores empresariales venezolanos que quieran colaborar en este
esfuerzo. Finalmente, pareciera que se están tomando severas medidas contra la
burocracia corrupta.
§ ¿No
será usted demasiado optimista? ¿No cree que el sector conservador esté ganando
terreno cada día?
26. Marta
Harnecker: Soy optimista porque creo que el momento histórico
está en contra de las fuerzas conservadoras. Éstas ilusionan momentáneamente al
pueblo con promesas que no cumplen, pero esto no puede ser eterno porque la
realidad choca con lo que dicen.
27. El
tiempo histórico está a nuestro favor. Lo que nos ayuda en esta lucha contra las fuerzas
conservadoras es que el tipo de sociedad que proponemos, y que estamos empezando a construir responde objetivamente al
interés de la inmensa mayoría de la población, en contraste con las fuerzas
conservadoras que solo benefician a las élites.
28. La gran
pregunta podría ser: ¿por qué si nuestro proyecto favorece a la inmensa
mayoría, esto no se traduce en un apoyo social y electoral equivalente?
29. La
explicación que damos a menudo es que las fuerzas conservadoras usan los medios
de comunicación para diseminar una visión deformada de nuestro
proyecto. Pero muchas veces nosotros mismos somos los responsables de cómo es
éste es percibido: no hemos sido capaces de explicarlo en términos sencillos
que puedan ser entendidos por los más amplios sectores. Y lo peor de todo, nuestras vidas no han sido coherentes con nuestro
proyecto. Predicamos la democracia, pero actuamos autoritariamente;
queremos construir una sociedad solidaria pero somos egoístas; propugnamos la
defensa de la naturaleza pero somos consumistas.
30. Otra
cosa que me hace optimista es que estoy convencida de que lo que Chávez sembró
ha marcado a mucha gente de los sectores populares y los ha hecho madurar; como lo
puedo atestiguar personalmente por los años vividos en Venezuela. Creo que
todas esas personas a las cuales se les dio la oportunidad de estudiar, pensar,
participar, construir, tomar decisiones, que crecieron enormemente en
autoestima y que hoy son seres humanos más ricos, defenderán el proceso.
31. El proceso puede haber cometido errores y puede
tener muchas debilidades, pero nadie puede negar que un nuevo sujeto revolucionario ha
sido creado en Venezuela.
/////
Tiempos
históricos y políticos de la Izquierda Progresista y Democrática en América
latina. Presidentes, sería importante para ver que está sucediendo hoy real y
objetivamente en Venezuela, distinguir en esta extraordinaria FOTO para la
Historia. Existen Presidentes de Izquierda Marxista o existen en su totalidad
Presidentes de Izquierda Liberal?
***
VENEZUELA, EL ESTADO Y EL PODER.
Cuando la Izquierda es el problema y no la
solución.
Raúl Zibechi.
Brecha lunes 17 de abril del 2017.
Estamos ante una lucha entre una burguesía conservadora venezolana
que fue apartada del control del aparato estatal y una burguesía emergente que
utiliza el Estado como palanca de acumulación.
Lo que está sucediendo en Venezuela no tiene la menor relación con
una “revolución” o con el “socialismo”, ni con la “defensa de la democracia”, ni siquiera con la manida “reducción de la pobreza”, por desgranar los argumentos que se
manejan a diestra y siniestra. Podría mentarse “petróleo”, y estaríamos más cerca. Pero los
hechos indican otras inflexiones.
Estamos ante una lucha sin cuartel entre una burguesía
conservadora que fue apartada del control del aparato estatal, aunque mantiene
lazos con el Estado actual, y una burguesía emergente que utiliza el Estado como
palanca de “acumulación originaria”.
No es la primera vez que esto sucede en nuestras breves historias.
Las guerras de independencia fueron eso: la lucha entre los decadentes “godos” (peninsulares monárquicos) y la
emergente oligarquía “criolla” que utilizó el control del aparato
estatal para legalizar la usurpación de tierras de los pueblos originarios. Los
segundos se apoyaban en las potencias coloniales británica y francesa que
competían con la decadente España por el control de las colonias
independizadas, con la misma lógica de los progresismos que se apoyan en China, incluyendo conservadores
como Macri, frente a la imparable decadencia estadounidense.
La débil burguesía criolla se montó en la movilización de los
pueblos (indios, negros y sectores populares) para derrotar a los poderosos
peninsulares. Concedió la emancipación de los esclavos con los mismos objetivos que hoy la
nueva burguesía aplica políticas sociales que reducen
la pobreza: en ambos casos los de abajo siguen estando en el sótano como mano
de obra barata, sin haberse movido un ápice del lugar estructural que ocupan.
Nuevas élites.
Las nuevas élites venezolanas, lo que popularmente se denomina “boliburguesía”, son una mixtura de altos funcionarios
de empresas públicas y del aparato estatal, militares de alta graduación y
algunos empresarios enriquecidos a la sombra de las instituciones. Gestores
incrustados en el aparato estatal. Por eso se resisten a perder poder, ya que
todo el entramado se les vendría abajo.
Algunos ya consiguieron transformar la renta apropiada en
propiedad privada. Pero una buena parte está aún en ese proceso. Por eso el sociólogo brasileño Ruy Braga denomina a los gestores sindicales
de los fondos de pensiones de su país, la
nueva clase emergente, como parte de una “hegemonía
frágil”.
Roland Denis sostiene que en su país
gobiernan las mafias: “Maduro podrá tener la mejor
voluntad pero se ha impuesto un lobby muy fuerte de mafias internas del
gobierno” (La Razón,
27-XII-17). El filósofo y ex viceministro de Planificación y
Desarrollo (2002-2003) asegura que varias de estas mafias son banqueras y otras vienen de viejos grupos de “chupa-renta petrolera” instalados desde hace muchos años.
Le pega duro a los “intelectuales” que encubren las matufias del poder.
“Con un lenguaje de izquierda justifican una política que sólo ha
favorecido a banqueros, grandes importadores, cadenas monopólicas y
trasnacionales. A su vez, es una política que mediante la imposición de precios
y corporaciones ha destruido al pequeño productor de azúcar y café para
beneficiar a los importadores. Mientras tanto, los paquetes de Café Venezuela
que vienen en las bolsas de los comités locales de abastecimiento y producción
(Clap) sólo sirven para confundir a incautos.”
Hugo Chávez y Fidel Castro.
La Izquierda Marxista o la Izquierda Liberal?.
***
La
otra mirada, la
chavista-madurista que culpa
de todo a otros, es la que esboza Marta
Harnecker:
“El
tiempo histórico está a nuestro favor. Lo que nos ayuda en esta lucha contra
las fuerzas conservadoras es que el tipo de sociedad que proponemos, y que
estamos empezando a construir, responde objetivamente al interés de la inmensa
mayoría de la población, en contraste con las fuerzas conservadoras que sólo
benefician a las elites” (Rebelión,
4-IV-17).
Misma urdimbre.
A
la luz de lo sucedido en la región en las dos últimas décadas podemos arribar a
una redefinición del concepto
de izquierda:
es
la fuerza política que lucha por el poder, apoyándose en los sectores
populares, para incrustar sus cuadros en las instituciones que, con los años y
el control de los mecanismos de decisión, se convierten en una nueva elite que
puede desplazar a las anteriores, negociar con ellas o fusionarse. O
combinaciones de las tres.
La
izquierda es parte del problema, ya no la solución. Porque, en rigor,
aunque ahora empiecen los deslindes, los progresismos son hechuras de la misma
urdimbre. Miremos al PT de
Lula. Niegan la corrupción
que es evidente desde hace una década, cuando Frei
Betto escribió La mosca azul
luego de renunciar a su cargo en el primer gobierno
Lula, cuando se destapó el
escándalo del mensalao:
“La
picada de la mosca azul inocula en las personas dosis concentradas de ambición
por el poder. Las personas, entonces, son más receptoras al veneno de la mosca
cuando viven situaciones en las cuales disponen, de hecho, de posibilidades más
concretas de ejercer un poder mayor. Esto es, cuando las condiciones objetivas
son favorables a los impulsos que están siendo estimulados en el plano
subjetivo”.
¿Qué
tipo de personas (militantes,
activistas, dirigentes) surgirían
en un proyecto político que no se proponga tomar el poder? Esta pregunta se la formularon,
palabras más o menos, los
zapatistas hace ya cierto
tiempo. ¿Cómo le llamaríamos a
una fuerza que se proponga, “apenas”, transformar la sociedad desde la vida
cotidiana?
No
lo sabemos porque el imaginario construido durante dos siglos apunta en dirección al poder estatal.
Como si lo que hubiera que transformar fuera algo externo y no pasara, en
primerísimo lugar, por las mismas personas que se dicen militantes. Lo que sí
sabemos es que la izquierda realmente existente se ha convertido en un obstáculo
para que las mayorías se hagan cargo de sus vidas. La polarización derecha-izquierda
es falsa, no explica casi
nada de lo que viene sucediendo en el mundo. Pero lo peor es que la izquierda se ha vuelto simétrica de la
derecha en un punto clave: la
obsesión por el poder.
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