"Las políticas macroeconómicas que se
aplicaron en la estela de la crisis de 2008 en efecto contribuyeron a
fortalecer el sistema financiero internacional. Recuérdese que en primer lugar
se aplicó el rescate de los bancos con problemas, sobre todo para los más
grandes con ramificaciones globales. En segundo lugar se usó una política
monetaria de tasas de interés cercanas a cero. Pero como la economía mundial
seguía en una trayectoria deflacionaria, que el crédito bancario no fluía y que
el crecimiento se mantenía débil, se procedió a inyectar un océano de liquidez
en las instituciones financieras por medio de la llamada política monetaria no
convencional. A través de esa política monetaria
los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y la eurozona, compraron activos
de los bancos privados con el fin de incrementar el crédito y reactivar la
economía. La Fed suspendió su programa en 2014 pero no ha normalizado su hoja
de balance y la liquidez que inyectó sigue moviéndose en los mercados
financieros del mundo. Además, Japón y la eurozona también aplicaron sus
versiones de flexibilización monetaria (en Europa al ritmo de 60 mil millones
de euros mensuales este año")
/////
ECONOMÍA MUNDIAL:
ESTABILIDAD Y VOLATILIDAD FINANCIERA.
*****
Alejandro Nadal.
La Jornada jueves 19 de octubre del
2017.
El médico de cabecera de la economía
mundial es curioso. En la última consulta le dijo al paciente: Mire usted, por
el momento no tiene problemas serios. Pero sus coronarias no están bien y más
vale que se prepare para el infarto masivo al miocardio que va a sufrir con
toda seguridad.
Ese es el diagnóstico del Fondo
Monetario Internacional en su último Informe sobre estabilidad financiera
mundial (disponible en imf.org). El documento señala que el sistema
financiero global continúa fortaleciéndose en respuesta al estímulo de las
políticas económicas puestas en marcha después de la crisis de 2008. La salud
de los bancos en las economías desarrolladas sigue mejorando y la mayoría de
las instituciones sistémicas están adecuando sus modelos de negocios para
restablecer su rentabilidad. Lo más importante es que se han reducido las
amenazas para la estabilidad financiera en el corto plazo.
El vocabulario es transparente, a
pesar de la jerga diplomática utilizada. Eso de instituciones sistémicas se
refiere a los bancos que en su momento fueron calificados como siendo demasiado
grandes para dejarlos quebrar. Pero esos bancos no han sido divididos en
unidades más pequeñas y el FMI lo sabe bien. Por eso su informe busca
tranquilizar con el giro retórico de que ya están adaptando sus planes de
negocios. Sólo que la sensación de alivio desaparece cuando descubrimos que
esos nuevos planes de negocios no son otra cosa que la exploración de mejores
oportunidades de especulación para precisamente restablecer su rentabilidad.
Las políticas macroeconómicas que se
aplicaron en la estela de la crisis de 2008 en efecto contribuyeron a
fortalecer el sistema financiero internacional. Recuérdese que en primer lugar
se aplicó el rescate de los bancos con problemas, sobre todo para los más
grandes con ramificaciones globales. En segundo lugar se usó una política
monetaria de tasas de interés cercanas a cero. Pero como la economía mundial
seguía en una trayectoria deflacionaria, que el crédito bancario no fluía y que
el crecimiento se mantenía débil, se procedió a inyectar un océano de liquidez
en las instituciones financieras por medio de la llamada política monetaria no
convencional.
A través de esa política monetaria
los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y la eurozona, compraron activos
de los bancos privados con el fin de incrementar el crédito y reactivar la
economía. La Fed suspendió su programa en 2014 pero no ha normalizado su hoja
de balance y la liquidez que inyectó sigue moviéndose en los mercados
financieros del mundo. Además, Japón y la eurozona también aplicaron sus
versiones de flexibilización monetaria (en Europa al ritmo de 60 mil millones
de euros mensuales este año).
Para esas operaciones los bancos
centrales crearon dinero de la nada. Pero como la inflación se mantiene por
debajo de las metas de esos institutos monetarios y el crecimiento sigue siendo
endeble, la pregunta de todo analista es la misma: ¿dónde acabó todo ese dinero
ligado a la flexibilización monetaria?
La respuesta es que la política
monetaria no convencional sirvió para crear la burbuja especulativa más grande
en la historia del capitalismo. Por eso los indicadores de las bolsas de
valores más importantes del mundo se ven tan rozagantes y vigorosos. Pero
cuidado, las apariencias engañan y más que un anuncio de rehabilitación
económica esas señales del mercado bursátil muestran que el crecimiento de
precios de activos financieros es desmedido y poco sustentable. El FMI lo
reconoce al señalar en el informe citado que la expansión monetaria ha generado
aumentos injustificados en el valor de activos financieros y constituye un
incentivo para el apalancamiento y el endeudamiento del sector privado. Es
decir, los riesgos para la estabilidad financiera se están trasladando desde el
sector bancario a todo el sistema financiero y no financiero.
En síntesis, la flexibilización de
la política monetaria sirvió para crear lo que tanto daño hace en las economías
capitalistas, un episodio de inflación en el precio de activos; es decir, una
mega-burbuja. Y cuando esa bomba explote, no sólo los mercados financieros
entrarán en una crisis, sino que la economía real (no financiera) se verá
afectada por una onda de expansión destructiva que hará palidecer a la de 2008.
Ni
el FMI, ni los bancos centrales,
saben que hacer frente a este dilema. Si se lleva a cabo la normalización (de
la flexibilización monetaria) a un ritmo demasiado rápido se corre el riesgo de
ahogar la recuperación. Pero si se mantiene la expansión monetaria, la burbuja
en los mercados financieros (y el apalancamiento en el sector privado no
financiero) seguirá inflándose hasta reventar con efectos catastróficos.
El dilema en que se encuentran el
FMI y los bancos centrales no se puede despejar manteniendo las viejas ideas
sobre tasas de interés natural (à la Wicksell) o viejos esquemas sobre demanda
agregada (al estilo de los nuevos keynesianos). Sólo se puede resolver con una revolución en el
análisis económico.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario