“Mientras
tanto, las corporaciones estadounidenses en crisis se beneficiaron de una ayuda de más de
$14,4 billones de dólares (Bloomberg solicitó 12,8 billones) de dinero público,
de fondos combinados entre el Tesoro y la Reserva Federal, provenientes mayoritariamente
de los contribuyentes estadounidenses, que en su mayoría son trabajadores,
empleados y jubilados. Los banqueros
que se beneficiaron del rescate con dinero público invirtieron los préstamos
sin interés o con bajas tasas de interés y ganaron miles de millones, la mayor
parte de los cuales provino de ejecuciones hipotecarias de viviendas de la
clase trabajadora”.
“A
través de resoluciones judiciales favorables y ejecuciones hipotecarias
ilegales, los banqueros desalojaron a 9,3 millones de familias. Más de 20 millones de
personas perdieron sus propiedades, a menudo debido a deudas ilegales o
fraudulentas. Una pequeña cantidad de estafadores financieros, incluyendo ejecutivos
de los principales bancos de Wall Street (Goldman Sachs, J. P. Morgan y otros),
pagaron multas, pero nadie fue a la cárcel por el gigantesco fraude que causó
la miseria de millones de estadounidenses. Hay otros banqueros estafadores, como el actual Secretario del Tesoro,
Steve Mnuchin, que se enriquecieron con ejecuciones hipotecarias ilegales
de miles de viviendas en California.
Algunos fueron enjuiciados, pero todos fueron exonerados, gracias a la ayuda
dada por líderes del Partido Demócrata durante el gobierno de Obama”.
Silicon
Valley y sus multimillonarios innovadores hallaron nuevas maneras de evadir
impuestos usando paraísos fiscales en el exterior y deducciones impositivas dentro
del país. Incrementan su riqueza y las ganancias corporativas pagando
localmente salarios en el umbral de pobreza a sus trabajadores manuales y de servicios.
Los
ejecutivos de Silicon Valley “ganan” mil veces más que los trabajadores del
sector productivo. Las desigualdades de clase son enfatizadas con las
divisiones étnicas: los multimillonarios blancos, chinos e indios (de la India)
explotan a trabajadores afroamericanos,
latinoamericanos, vietnamitas y filipinos”.
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Los multimillonarios del mundo. Seguirán? o les "pisan los talones" los nuevos multimillonarios de la poderosa Industria Tecnológica de "Silicon Valley".o los de la Economía de a Guerra - la industria militar - o el terrible "mundo" de los "Paraísos Fiscales", sucursales y los rostros invibles de la Corrupción mundializada..
***
CÓMO LOS MULTIMILLONARIOS LLEGAN A SER
MULTIMILLONARIOS.
*****
Dr.- Sociólogo. James Petras.
Rebelión miércoles 11 de octubre del 2017.
Traducido para Rebelión por Silvia Arana.
Estados Unidos tiene el mayor índice de
desigualdad, la tasa de mortalidad más alta, los impuestos más regresivos y el
mayor subsidio público a banqueros y multimillonarios que ningún otro país
capitalista desarrollado.
En este ensayo examinaremos las raíces
socio-económicas de la desigualdad y la relación entre la concentración de
riqueza y el retroceso de las clases trabajadora y asalariada.
Cómo los multimillonarios llegan a ser multimillonarios.
La evasión impositiva, en todas sus formas, es una
de las fuentes más constante de la riqueza de los multimillonarios. Contrario a
lo que dice la propaganda mediática a favor de los negocios, entre un 67 y un
72% de las corporaciones no pagan ni un céntimo después de los créditos y
exenciones fiscales que reciben... mientras que los trabajadores pagan de un 25
a un 30% de sus ingresos en impuestos. La tasa de la minoría de corporaciones
que pagan impuestos fue del 14%.
Según el Servicio de Renta Interna de EE.UU. (IRS,
según sus siglas en inglés), la evasión impositiva de los multimillonarios
asciende a $458 mil millones de dólares por año, casi un billón de dólares en
pérdida de ingreso público cada dos años, según este cálculo moderado.
Las corporaciones más grandes de EE.UU. guardan más de 2,5 billones de
dólares en paraísos fiscales del exterior, donde no pagan impuestos o pagan
impuestos bajísimos de menos del 10% de tasa impositiva.
Mientras
tanto, las corporaciones estadounidenses en crisis se
beneficiaron de una ayuda de más de $14,4 billones de dólares (Bloomberg
solicitó 12,8 billones) de dinero público, de fondos combinados entre el Tesoro
y la Reserva Federal, provenientes mayoritariamente de los contribuyentes
estadounidenses, que en su mayoría son trabajadores, empleados y jubilados.
Los
banqueros que se beneficiaron del rescate con dinero público invirtieron los
préstamos sin interés o con bajas tasas de interés y ganaron miles de millones,
la mayor parte de los cuales provino de ejecuciones hipotecarias de viviendas
de la clase trabajadora.
A través de resoluciones judiciales favorables y
ejecuciones hipotecarias ilegales, los banqueros desalojaron a 9,3 millones de
familias. Más de 20 millones de personas perdieron sus propiedades, a menudo
debido a deudas ilegales o fraudulentas.
Una pequeña cantidad de estafadores financieros,
incluyendo ejecutivos de los principales bancos de Wall Street (Goldman Sachs,
J. P. Morgan y otros), pagaron multas, pero nadie fue a la cárcel por el
gigantesco fraude que causó la miseria de millones de estadounidenses.
Hay otros
banqueros estafadores, como el actual Secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, que se
enriquecieron con ejecuciones hipotecarias ilegales de miles de viviendas en
California. Algunos fueron enjuiciados, pero todos fueron exonerados, gracias a
la ayuda dada por líderes del Partido Demócrata durante el gobierno de Obama.
Silicon
Valley y sus multimillonarios innovadores hallaron nuevas maneras de
evadir impuestos usando paraísos fiscales en el exterior y deducciones
impositivas dentro del país. Incrementan su riqueza y las ganancias
corporativas pagando localmente salarios en el umbral de pobreza a sus
trabajadores manuales y de servicios. Los ejecutivos de Silicon Valley “ganan” mil
veces más que los trabajadores del sector productivo.
Las desigualdades de clase son enfatizadas con las
divisiones étnicas: los multimillonarios blancos, chinos e indios (de la India)
explotan a trabajadores afroamericanos, latinoamericanos, vietnamitas y
filipinos.
Los
multimillonarios en conglomerados comerciales como Walmart, explotan a
los trabajadores pagándoles salarios de miseria y proveyéndoles beneficios
escasos o nulos. Walmart obtiene $16 mil millones de dólares de ganancias por
año gracias a que solo le pagan a sus trabajadores entre $10 y $13 dólares por
hora y dependen de la asistencia estatal y federal para que le brinde a las
familias empobrecidas el servicio
Medicaid [1] y cupones para alimentos. El plutócrata de Amazon
Jeff Bezos explota trabajadores pagándoles $12,5 por hora mientras que él ha
acumulado más de $80 mil millones de dólares en ganancias. El CEO de la empresa
UPS gana $11 millones por año explotando a sus trabajadores con un pago de $11
por hora. El CEO de Federal Express, Fred Smith, gana $16 millones anuales y le
paga a sus trabajadores $11 por hora.
La desigualdad no es un resultado de la “tecnología”
ni de la “educación” -eufemismos contemporáneos que alimentan el culto de
superioridad de la clase dominante- como les gusta decir a los economistas y
periodistas liberales y conservadores. La desigualdad es el resultado de los
salarios bajos, las enormes ganancias corporativas, las estafas financieras, la
evasión impositiva multimillonaria y la entrega de miles de millones del tesoro
público a las corporaciones. La clase gobernante domina la “tecnología” de
explotar el Estado a través del saqueo de su erario y de la clase trabajadora.
La explotación capitalista de trabajadores del sector productivo con salarios
bajos provee miles de millones adicionales a las fundaciones filantrópicas
multimillonarias asociadas para pulir su imagen pública usando otra forma de
evasión de impuestos: las “donaciones”, que sirven para exaltar su propia
importancia.
El "verdadero" origen de la Desigualdad multidimensional. La superconcentración de la riqueza en el 1% de la élite mundial.
***
Los
trabajadores pagan impuestos desproporcionados
en educación, salud, servicios públicos y sociales y subsidios a los
multimillonarios.
Los
multimillonarios en la industria armamentista y los conglomerados de
seguridad y mercenarios reciben más de $700 mil millones de dólares del
presupuesto federal, mientras que más de 100 millones de trabajadores
estadounidenses carecen de atención sanitaria adecuada y sus hijos asisten a
escuelas en edificios deteriorados.
Trabajadores y jefes: tasas de mortalidad.
Los
multimillonarios y sus familias disfrutan de una vida más larga y saludable que
los trabajadores. No necesitan ni de seguros médicos ni de hospitales públicos.
Un CEO vive un promedio de diez años más que un trabajador y disfruta de veinte
años más de condiciones de vida saludable.
La atención
médica privada provee los tratamientos más avanzados y seguros,
incluyendo los medicamentos más efectivos, lo que permite que los
multimillonarios y su familia vivan más y en mejores condiciones. La calidad
del servicio médico en general, y la alta capacitación de los profesionales a
cargo presentan un agudo contraste con el servicio médico disponible para el
resto de la población. Esta situación crea un apartheid, o
sistema segregado, en la atención médica en EE.UU.
Los trabajadores son tratados y maltratados por el
sistema de salud: Reciben
tratamiento médico inadecuado y, a menudo, inepto; atención superficial de
parte de asistentes médicos sin experiencia y terminan siendo víctimas de una
extendida práctica de exceso de medicación con narcóticos y otros medicamentos
altamente adictivos. La medicación excesiva recetada por “profesionales”
incompetentes ha contribuido de manera significativa a la muerte precoz de
trabajadores, ha incrementado los casos de sobredosis de opiáceos, discapacidad
causada por adicciones y el descenso en la pobreza, que muchas veces trae
consigo la pérdida del hogar. Estas prácticas irresponsables han creado
ganancias multimillonarias adicionales a las empresas aseguradoras de élite,
las cuales pueden suspender las pensiones y las responsabilidades de los
seguros médicos cuando los trabajadores lesionados, enfermos, discapacitados o
adictos salen del sistema o mueren.
La reducción
de la expectativa de vida de los trabajadores y miembros de su familia es un
motivo de celebración para Wall Street y la prensa financiera. Más de 560.000
trabajadores murieron por el uso de opiáceos entre 1999 y 2015, lo que
contribuyó a bajar la expectativa de vida de los asalariados y redujo las responsabilidades
para pagar pensiones tanto de Wall Street como del Seguro Social (Social
Security).
Las desigualdades son acumulativas y afectan a
varias generaciones y sectores sociales.
Las familias
de los multimillonarios, hijos y nietos, heredan miles de millones.
Tienen acceso privilegiado a las escuelas y a las clínicas más prestigiosas; y
convenientemente se enamoran de personas igualmente privilegiadas y bien
conectadas con las que unen fortunas y forman imperios financieros aún más
grandes. Su riqueza les permite comprar una cobertura de prensa favorable,
incluso servil, y les garantiza acceso a los abogados y contadores más
influyentes para encubrir estafas y evasión impositiva.
Los
multimillonarios contratan a innovadores y managers de
maquilas -con diplomas en negocios (MBA)- para que inventen nuevas maneras de
recortar los salarios, incrementar la productividad y asegurarse de que las desigualdades se profundicen aún más.
Los multimillonarios no tienen que ser ni los más brillantes ni los más innovadores,
puesto que ellos pueden simplemente comprar en el “libre mercado” ese talento y descartarlo a su antojo.
Los multimillonarios compran a otros o se unen a otros, formando
directorios entrelazados (interlocking directorates [2] ). Bancos, tecnología de la
información, fábricas, almacenamiento, alimentos, artefactos, laboratorios
farmacéuticos y hospitales están directamente relacionados con las élites
políticas que se deslizan por las puertas rotatorias para reunirse con el FMI,
el Banco Mundial, el Tesoro de EE.UU., los bancos de Wall Street y los
prestigiosos bufetes de abogados.
Víctimas directas de la vil, inhumana y salvaje Desigualdad Económico-social-laboral-educación- salud- cultural-ambiental, etc. etc.-
***
Consecuencias de las desigualdades.
En primer
lugar, los multimillonarios y sus
asociados políticos, legales y corporativos ejercen un dominio sobre los
partidos políticos. Designan a los líderes y a todo aquel que desempeñe un
puesto clave asegurándose que los presupuestos y las medidas políticas
incrementarán sus ganancias, erosionarán los beneficios sociales de las masas y
debilitarán el poder político de las organizaciones populares.
En segundo
lugar, se traslada el peso de la crisis económica sobre los hombros de los
trabajadores: los echan y los vuelven a contratar a tiempo
parcial, como mano de obra temporal. Los rescates con dinero público, aportado
por los pagan impuestos, son subsidios que los multimillonarios reciben gracias
a la doctrina que sostiene que los bancos de Wall Street son demasiado grandes para fracasar y los trabajadores
son demasiado débiles para defender su salario, trabajo y estándar de vida.
Los multimillonarios
compran a las élites políticas, que a su vez designan a las autoridades del Banco Mundial y del FMI que tienen la
tarea de establecer políticas que congelen o reduzcan los salarios, recorten
las obligaciones de las corporaciones y de la salud pública y aumenten las
ganancias privatizando empresas públicas y facilitando el traslado de las
corporaciones a países con salarios e impuestos más bajos.
Como
resultado, los trabajadores -que reciben pago por hora o por mes- están menos
organizados y tienen menos influencia; trabajan más por menos dinero, sufren
mayor inseguridad laboral y más lesiones -físicas y mentales- en el lugar de
trabajo, caen en el deterioro y la discapacidad, salen del sistema, mueren
anticipadamente y más pobres y, en el proceso, proveen ganancias inimaginables
para la clase multimillonaria. Incluso las adicciones y la muerte son fuente de
ganancia -como puede atestiguar la
familia Sackler, fabricante de Oxycontin [3] .
Los
multimillonarios y sus acólitos políticos sostienen que una agudización
del sistema impositivo regresivo incrementaría inversiones y puestos de
trabajo. Los datos dicen otra cosa. El grueso de las ganancias repatriadas se
usan para comprar acciones de la propia cartera con el fin de incrementar las
ganancias de sus inversores; no se invierten en la economía productiva. Los
conglomerados entienden que menos impuestos y más ganancias es igual a más
compras de empresas (más concentración) y mayor migración hacia países con
salarios más bajos. En realidad, los impuestos son menos de la mitad de lo que
dice la tasa y son un factor principal en la agudización de la concentración de
riqueza y poder -ambos causa y efecto a la vez.
Las élites corporativas, los multimillonarios del
complejo Silicon Valley-Wall Street están relativamente satisfechos
de que sus preciosas desigualdades sean garantizadas y expandidas con los
presidentes Demócratas y Republicanos, mientras continúan los “buenos tiempos”.
Lejos de la
élite multimillonaria, los capitalistas locales también claman
por mayor inversión pública en infraestructura para expandir la economía
interna, menos impuestos para aumentar las ganancias y más subsidios estatales
para incrementar la capacitación de la fuerza de trabajo mientras se reducen
los fondos para salud y educación pública. No son conscientes de la
contradicción que esto involucra.
Dicho de otra manera, la clase capitalista como un todo, la nacional y la internacional,
persiguen las mismas políticas regresivas, promoviendo la desigualdad en su
lucha por incrementar su parte en las ganancias.
Ciento cincuenta millones de contribuyentes
asalariados han sido excluidos de las decisiones socio-políticas que influyen
directamente en su salario, empleo, tasas de impuestos y representación
política.
Ellos entienden o por los menos tienen la vivencia
de cómo funciona el sistema de clases. La mayoría de los trabajadores conocen
las injusticias derivadas de los falsos “tratados de libre comercio” y del
sistema impositivo regresivo que abruman a la mayoría de los trabajadores.
Sin embargo, la desesperación y hostilidad del
trabajador se enfoca directamente contra los “inmigrantes” y contra los
“liberales” que han apoyado la importación de mano de obra barata y poco
calificada con el disfraz de “libertad”. Esta imagen “políticamente correcta”
de la mano de obra importada sirve para encubrir una política que ha servido
para abaratar los salarios, beneficios y condiciones de vida del trabajador de
EE.UU, ya sea en la tecnología, construcción o sector productivo. Los
conservadores adinerados, por otra parte, se oponen a la inmigración con el
disfraz de “ley y orden” y para bajar el gasto social -a pesar del hecho de que
todos ellos usan los servicios de niñeras, tutores, enfermeras, doctores y
jardineros. Sus sirvientes pueden también ser deportados si fuera conveniente.
Los temas planteados a favor o en contra de los
inmigrantes eluden la causa de origen de la explotación económica y la
degradación social de la clase trabajadora: la alianza entre la clase multimillonaria
y la élite política.
Para revertir las prácticas impositivas de carácter
regresivo y la evasión de impuestos, los bajos salarios y el incremento de las
tasas de mortalidad causado por narcóticos y otras causas que se pueden
prevenir -que redundan en ganancias para las compañías aseguradoras y la
industria farmacéutica- es necesario forjar alianzas que conecten a los
trabajadores, pensionados, estudiantes, discapacitados, ciudadanos desalojados,
deudores, subempleados e inmigrantes como una fuerza política unificada.
¡Es
más fácil decirlo que hacerlo, pero al menos hay que intentarlo! Absolutamente
todo está en juego: vida, salud y felicidad.
*****
Notas de la traductora:
[1] Medicaid
es un programa que provee servicios médicos a las personas de
recursos limitados. Cofinanciado por el gobierno federal y los gobiernos
estatales, es administrado por cada estado, el que tiene amplio poder de
decisión para determinar quién puede acceder al programa.
[2] Intelocking
directorate se refiere a la relación entre miembros de
directorios de diferentes corporaciones en la que la misma persona forma parte
de varios directorios. La conexión cobra mayor relevancia cuando los productos
de las empresas involucradas se supone que deben competir en el mismo mercado,
pero, por conflicto de intereses no lo hacen y, por tanto, no cumplen con las
leyes federales antimonopólicas, como la ley Clayton, que prohíbe
específicamente la existencia de directorios entrelazados.
[3] Oxycontin:
analgésico opiáceo de acción prolongada.
*****
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