Dos Ponencias sobre las condiciones de superexplotación del TRABAJO. en África y Brasil.Pero en dos realidades absolutamente diferentes. En el Congo y la Empresa FERONIA:
Esta
situación se encuentra en el origen de un constante conflicto territorial de
más de 100 años en una República –supuestamente– Democrática del Congo (RDC)
devastada por una infinidad de rebeliones provocadas por la riqueza minera al
este del país y por el acaparamiento de las tierras de las comunidades al
oeste. Esto
incluso ha llevado a la ONU a desarrollar la misión más importante y más larga
de su historia, una misión que después de más de 20 años no acaba de
restablecer la paz para este pueblo. El conflicto ha provocado más de 15
millones de muertos por armas de fuego o simplemente decapitados, así como más
de 6 millones de mujeres víctimas de violencia sexual. Sus responsables siguen
impunes a pesar de todas las iniciativas internacionales planteadas por los
organismos que trabajan por la paz a favor de las poblaciones civiles.
En Brasil y Argentina, con el "retorno" de las burguesías político-empresariales neoliberales, elñ ,gobierno de los banqueros por un lado, o mezclado con corrupción y la imposición de políticas neoliberales de reajuste absoluto, como las aplicadas a inicios de 1990 en varios países de América latina o en tiempos de las dictaduras militares, donde se manifiesta "represión, sobre explotación de las condiciones del trabajo y hundimiento salrial en todas sus formas, hasta bloqueo y desconocimiento "oficial" de la defensa de los Sindicatos".
La super explotación requiere, a su vez, condiciones políticas para que se efectúe. En Brasil, fue indispensable el bloqueo salarial para que se diera el ‘milagro económico’ durante la dictadura militar. Fue el santo del milagro económico. La dictadura combinó así la represión política con la super explotación de los trabajadores. Las restauraciones neoliberales en países como Argentina y Brasil concentran gran parte del accionar de los gobiernos en generar las condiciones de elevar la explotación de los trabajadores".
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En Brasil y Argentina, con el "retorno" de las burguesías político-empresariales neoliberales, elñ ,gobierno de los banqueros por un lado, o mezclado con corrupción y la imposición de políticas neoliberales de reajuste absoluto, como las aplicadas a inicios de 1990 en varios países de América latina o en tiempos de las dictaduras militares, donde se manifiesta "represión, sobre explotación de las condiciones del trabajo y hundimiento salrial en todas sus formas, hasta bloqueo y desconocimiento "oficial" de la defensa de los Sindicatos".
La super explotación requiere, a su vez, condiciones políticas para que se efectúe. En Brasil, fue indispensable el bloqueo salarial para que se diera el ‘milagro económico’ durante la dictadura militar. Fue el santo del milagro económico. La dictadura combinó así la represión política con la super explotación de los trabajadores. Las restauraciones neoliberales en países como Argentina y Brasil concentran gran parte del accionar de los gobiernos en generar las condiciones de elevar la explotación de los trabajadores".
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El retorno de las burguesías político-empresariales neoliberales en Brasil y Argentina y la imposición de políticas de sobre-explotación laboral, donde la vigencia y reconocimiento del "estado de derecho" se convirtió en una simple ilusión o en una caricatura de "democracia" donde las condiciones laborales, los sindicatos, los salarios, han sido totalmente desconocidos, son "paseados", no funcionan por las propias condiciones de las políticas impuestas, más erl apoyo de la "Gran Prensa" y la vigencia del "reino" de la corrupción.
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RÉGIMEN DE
EXCEPCIÓN Y SUPEREXPLOTACIÓN DEL TRABAJO.
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Emir Sader.
El Telégrafo viernes 20 de octubre del 2017.
Conforme
los trabajadores fueron logrando disminuir la duración de la jornada de
trabajo, los grandes empresarios fueron implementando métodos nuevos de
explotación de la fuerza de trabajo. Como no podían disponer de los
trabajadores por tantas horas, han tenido que implementar la productividad del
trabajo, la utilización de la mano de obra de manera más intensa, para mantener
e incluso extender la extracción del excedente.
En el
centro del capitalismo ese mecanismo ha permitido un gran ciclo de desarrollo económico,
que ha combinado expansión e integración de amplios sectores de la clase
trabajadora. Mientras que, en la periferia, los mecanismos han sido otros.
Llegando retrasada al mercado internacional, las burguesías periféricas han
intensificado la explotación de la clase obrera para lograr condiciones
competitivas en el plan internacional, que les permitiera encontrar espacios en
ese mercado. De ahí que los mecanismos de superexplotación se hayan
desarrollado tan ampliamente en la periferia.
La
categoría de superexplotación del trabajo es parte inherente de la teoría
marxista de la dependencia, elaborada por Ruy Mauro Marini, gran intelectual
brasileño, que ha vivido y producido prácticamente toda su obra en el exilio,
en Chile y en México, siempre asociada a la militancia política, en Brasil en
la organización Política Obrera (Polop), en los otros países en el MIR chileno.
Su obra articula una concepción de cómo en la periferia se combinan la
dependencia externa con las condiciones específicas de la lucha de clases,
particularmente de la extracción del excedente.
Es solo
en ese marco teórico que se puede comprender a cabalidad el significado la superexplotaciónel lugar del trabajo. Se trata de formas agregadas de
explotación, de extensión de la jornada y de intensificación de la explotación
que, combinadas, generan mecanismos que elevan la explotación muy por encima de
las condiciones normales, estructurales de extracción de la plusvalía. Esos
mecanismos, a su vez, bloquean cualquier posibilidad de expansión del mercado
interno de consumo popular, porque se remunera a los trabajadores por debajo de
sus necesidades básicas. De ahí que los modelos de acumulación en la periferia
dependan de las altas esferas de consumo del mercado y de exportación.
La super explotación
requiere, a su vez, condiciones políticas para que se efectúe. En Brasil, fue
indispensable el bloqueo salarial para que se diera el ‘milagro económico’
durante la dictadura militar. Fue el santo del milagro económico. La dictadura
combinó así la represión política con la super explotación de los trabajadores.
Las restauraciones neoliberales en países como Argentina y Brasil concentran
gran parte del accionar de los gobiernos en generar las condiciones de elevar
la explotación de los trabajadores.
Los
regímenes de excepción, en que el Poder Judicial ya no es garante del Estado de
derecho, en que gobiernan los banqueros, en que se impone la tercerización de
las relaciones de trabajo, en que se retira las defensas de los sindicatos para
defender las conquistas de los trabajadores, en que se impone el Estado mínimo,
con la centralidad del mercado, es el mejor escenario político para que la
superexplotación de los trabajadores se imponga.
Hay que
rescatar la importancia de las relaciones de trabajo, en un mundo en el que,
más que nunca, la mayoría aplastante de la humanidad vive del trabajo, por más
diferenciadas que sean esas actividades. La teoría marxista de la dependencia de Ruy Mauro Marini es
el mejor marco teórico para ese indispensable rescate.
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Trabajadores de Feronia en Lokutu. RIAO 2016
EXPLOTACIÓN LABORAL Y
PERSECUCIÓN: LOS ABUSOS DE LA EMPRESA FERONIA EN EL CORAZÓN DEL ÁFRICA.
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Jean Francois Mumbia Atuku.
El Diario. Viernes 20 de octubre del
2017.
La
empresa agroindustrial Feronia, financiada por bancos de desarrollo
occidentales, promueve el acaparamiento de tierras en República Democrática del
Congo y ha sido denunciada por explotación laboral y otros abusos
Las
comunidades esperan que se haga justicia y se reparen los daños de todos estos
años de ocupación ilegal, masacres y demás atrocidades cometidas por la
compañía
Bajo la
ocupación colonial belga (1908-1960), las comunidades asentadas en la ribera
del río Congo vieron cómo les arrebataban casi en su totalidad las tierras, más
concretamente los bosques –sobre todo los palmerales–, para, de forma
paulatina, establecer plantaciones de palma del grupo británico UNILEVER,
según ha documentado la organización GRAIN.
Esta
situación se encuentra en el origen de un constante conflicto territorial de
más de 100 años en una República –supuestamente– Democrática del Congo (RDC)
devastada por una infinidad de rebeliones provocadas por la riqueza minera al
este del país y por el acaparamiento de las tierras de las comunidades al
oeste.
Esto
incluso ha llevado a la ONU a desarrollar la misión más importante y más larga
de su historia, una misión que después de más de 20 años no acaba de
restablecer la paz para este pueblo. El conflicto ha provocado más de 15
millones de muertos por armas de fuego o simplemente decapitados, así como más
de 6 millones de mujeres víctimas de violencia sexual. Sus responsables siguen
impunes a pesar de todas las iniciativas internacionales planteadas por los
organismos que trabajan por la paz a favor de las poblaciones civiles.
En nombre del "desarrollo"
Esta
situación se repite de manera soterrada al oeste de la RDC con la presencia de
una infinidad de empresas multinacionales de explotación forestal o
agroalimentaria que, por las buenas o por las malas, ocupan todos los espacios
vitales de las comunidades. De entre todas ellas, PHC-FERONIA es una de las más
mortíferas de la historia, pero prácticamente desconocida como tal.
Tras la
crisis alimentaria mundial de 2008, se desató una enorme oleada de inversión
del sector privado en la agricultura. Sin embargo, se da una gran paradoja: si
el G-8, el Banco Mundial y los grandes inversores deciden dar su apoyo financiero
al sector agrícola, lo cierto es que, como bien subraya el GRAIN en
su informe del 7 de octubre de 2014, debería haber mucha más innovación y
modernización, deberían crearse muchos más empleos y deberíamos tener mucha más
comida para alimentar a un planeta que se muere de hambre. Por desgracia, lo
que realmente sucede da náuseas y miedo.
Observamos
de primera mano la relación de fuerzas de estas grandes potencias occidentales
que promueven el acaparamiento de tierras por parte de las empresas agroalimentarias
siempre financiadas por las instituciones financieras de desarrollo (DFI) y
comprobamos cómo sobre el terreno la miseria se ha agravado en extremo en las
comunidades afectadas, que siguen siendo las más pobres del mundo.
La
impresión con la que uno se queda es la de que existe una red de malversación
de fondos públicos bien organizada. Todo esto se justifica con la escasez de
producción de aceite, la carestía de los alimentos en los mercados locales, los
salarios muy bajos o inexistentes, las prácticas de los bancos Lambert –
promotores de bonos basura prohibidos por la ley congoleña – , los trabajos
forzados, la falta de atención médica, el aumento de la tasa de mortalidad por
malnutrición en todas las franjas de edad, la falta total de educación para los
niños, la falta de viviendas dignas para los trabajadores, incluso el hecho de
que los niños permanezcan desnudos hasta una edad avanzada, etc., sobre todo en
los territorios ocupados por PHC-FERONIA en la RDC.
Los abusos de PHC-FERONIA
Es cierto
que al principio Feronia Inc. era canadiense, pero desde hace mucho tiempo
pertenece mayoritariamente a la CDC, un organismo público británico, y a
otros bancos de desarrollo occidentales, entre los que se encuentran la
BIO, la AFD, los bancos de desarrollo español, americano y holandés, así
como otros grandes inversores en gran parte responsables del régimen de
Kinshasa.
Estas
instituciones reciben el apoyo de algunas personalidades políticas
congoleñas, tal y como documentó GRAIN, y de algunos hijos de antiguos
dignatarios del régimen de Mobutu. El ejemplo más flagrante y más impactante es
el que acaba de publicar la Agencia Ecofin sobre la reciente inyección de 17,5
millones de dólares americanos al capital de la empresa agroindustrial Feronia
este mismo año 2017, mientras que la ONG RIAO-RDC y sus socios internacionales
llevan denunciando puntualmente esta situación paradójica en Feronia desde
2013.
De uno u
otro modo, esta ocupación lleva siendo ilegal desde 1912. Unilever obtuvo su
primera licencia en 1947 en connivencia con el poder colonial de Kinshasa sin
ningún tipo de autorización por parte de los derechohabientes. De nuevo, en
2006 la empresa se transformó en PHC-FERONIA, pisoteando el principio de previo
consentimiento libre de las comunidades afectadas con la complicidad de las
autoridades políticas de Kinshasa.
Superando
incluso a la propia Unilever, PHC - FERONIA se distingue por alcanzar cotas de
mediocridad de lo más funestas, y sus altos cargos se comportan como unos
mentirosos redomados al servicio del mal, que se caracterizan por las falsas
promesas a los derechohabientes y por las violaciones reiteradas de los
derechos humanos y de los trabajadores.
Fábrica
de Unilever de Lokumete a 25 km de Lokutu en el río Congo (a 276 km de
Kisangani, RDC) RIAO 2016
Feronia y sus inversores afirman que
reducen la pobreza y el paro en uno de los rincones más remotos del mundo, pero
en una superficie habitada por más de 100.000 personas solo han dado trabajo a
3.500, a las que ni siquiera les pagan como es debido.
Según un informe de
la ONG GRAIN, Feronia pone en práctica un sistema conocido con el nombre de
"ikotama" que somete a los trabajadores en condiciones análogas a la
esclavitud, pagan salarios en especie que facturan al doble de su precio real
de mercado y fomentan otras formas de explotación.
Los malos tratos a los líderes y demás miembros de las comunidades afectadas son comunes en sus distritos de explotación, transformados en auténticos cotos privados a los que ni los organismos humanitarios ni los periodistas tienen acceso, con un regimiento de policías apostado en cada entrada.
Activistas congoleños
pro-derechos humanos, así como organizaciones locales aseguran que guardias
industriales (GI), como por ejemplo los miembros de la policía nacional
congoleña (PNC) destacados en Feronia, someten a los líderes de las comunidades
a todo tipo de tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Según estas
declaraciones, en esta plantación son muchos los heridos de bala por miembros
de la PNC.
Pues bien, esta situación
desespera cada vez más a las comunidades afectadas hasta tal punto que algunas,
totalmente desamparadas ante la impunidad de Feronia, llevan haciéndose cargo
de la situación desde 1997, provocando todo tipo de revueltas, de las cuales la
más impactante y la más reciente se está produciendo y se recrudece en la
comunidad del agrupamiento formado por Bolesa, Yamangele y otros pueblos del
distrito de explotación de Lokutu, donde la población civil utiliza fusiles de
caza y armas blancas en un marco de legítima defensa, y planta cara a los GI de
las plantaciones para recuperar sus tierras.
Es muy común que la gente
se enzarce en peleas con los GI y hemos sabido que las comunidades están
valorando de forma muy firme tomar acciones contundentes para llamar la
atención de la comunidad internacional y de los inversores que respaldan a esta
multinacional y siguen dándole millones a esta empresa, perpetuando el
sufrimiento de la población.
Las comunidades esperan
que se haga justicia y se reparen los daños de todos estos años de ocupación ilegal,
masacres y demás atrocidades cometidas por PHC - FERONIA.
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JEAN FRANCOIS MUMBIA ATUKU es
un activista exiliado en Senegal por denunciar las actividades de Feronia en la
República Democratica del Congo.
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