PRÓXIMA
CONFERENCIA MUNDIAL - NOVIEMBRE DEL 2017-ALEMANIA - EN DEFENSA DE LA MADRE
TIERRA.- “En el
Landesmuseum, los días 7 y 8 de noviembre se reunirán representantes de la
sociedad civil del planeta para transitar otros caminos que enfrenten los
problemas ambientales desde sus raíces. Caminos que, desde la ética,
sensibilicen a la Humanidad para que asuma definitivamente su futuro y
reconozca que ya no puede confiar más en sus gobernantes (meros ejecutores del
sacrificio que alimenta al capital); más aún en momentos en los que
grupos neofascistas y negacionistas
comienzan a emerger con fuerza en el planeta. Tales caminos buscan
conformar un sistema internacional que sancione
tantos crímenes en contra de la Madre Tierra y sus defensores, y que ya
empezó a germinar hace un par de años con la creación del Tribunal Internacional de los Derechos de la
Naturaleza. Un Tribunal que ya ha sesionado en Perú, Australia, EEUU, Ecuador, Francia. En esta ocasión se
discutirá la minería en Alemania y
el riesgo en el que se encuentra la Amazonía
por el extractivismo, también las falsas soluciones energéticas al cambio
climático (como la nuclear, el fracking y
la consolidación de la actividad petrolera) en todo el mundo, la carretera en el TIPNIS en Bolivia,
la escases de agua para comunidades y
ecosistemas en España por el abuso de las industrias, las implicaciones
nefastas del libre comercio sobre la Naturaleza, la estafa del tan promocionado
sistema REDD (Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de Emisiones causadas
por la Deforestación y la Degradación de los Bosques), así como las
violaciones a los Derechos Humanos de los defensores de la Naturaleza en los
EEUU, en Rusia, en la Guyana francesa y en otras latitudes”.
/////
El más grande y sutil enemigo de nuestra BIODIVERSIDAD en el sistema actual del capitalismo salvaje y su voracidad extractivista - donde la minería ilegal, criminal, así como la deforrestación y degradación de los bosques - representan hoy la "actividad" criminal y voracidad de las mega-corporaciones del capitalismo corporativo global.
***
DEFENDER LA VIDA: UNA REBELIÓN GLOBAL
DESDE LA DESOBEDIENCIA CIVIL.
*****
Alberto Acosta.
Rebelión jueves 5 de octubre del 2017.
La lucha por
defender el planeta, y por tanto la vida, se extiende en todos los continentes. Sea en
países empobrecidos o enriquecidos, la resistencia y la construcción de
alternativas florecen en todas partes. La sociedad civil se organiza y se
rebela para enfrentar tanta destrucción ambiental provocada, sobre todo, por
los múltiples extractivismos, que vienen acompañados de un creciente
empobrecimiento social de las regiones expoliadas. Todo en medio de una carrera
enloquecida tras los pasos de un fantasma y de su sombra: el progreso y el desarrollo, respectivamente.
Esa brutal
carrera, en donde el ideal de “progreso” encubre la búsqueda sin fin de
lucro y poder en las sociedades modernas capitalistas, realmente pone en
peligro a la vida. Por ejemplo, es sabido
que si se extrae la totalidad de combustibles fósiles se provocaría una hecatombe ambiental, como indica la
Agencia Internacional de Energía. Sabemos también que se debe reducir entre el
70 y el 95% de las emisiones de CO2, como señala el Panel Intergubernamental de
Cambio Climático. Pero esos mensajes parecen caer en saco roto…
Entre los
extractivismos más voraces está la minería, la cual desmonta bosques y suelo
cultivable, contamina agua y aire, y hasta expulsa a las personas de sus hogares y destruye pueblos, tal
como sucede en todas las zonas mineras
de Alemania, Colombia, Congo o de cualquier otro rincón del globo. Clima, comunidades, cultura y Naturaleza
son sacrificadas para financiar el bienestar de la gente, reza el discurso
dominante. Se
sacrifica vida en nombre de la vida, y
en realidad ese sacrificio alimenta a estructuras de poder y dominación. Las
consecuencias de semejante (i)lógica
recaen sobre los propios seres humanos, tanto sobre quienes viven en las
regiones sacrificadas o en sus alrededores, como aun en otras partes lejanas.
Basta notar la crisis climática -de escala global- provocada por tanta
destrucción.
Cuando se
reúna en Bonn la conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático 2017, en noviembre próximo, el mundo volverá a
discutir estas cuestiones. Será una oportunidad para profundizar la discusión y
seguir politizando el tema.
Esto último es urgente pues, parafraseando a Bertolt Brecht, el peor analfabeto es el analfabeto político: aquel
que no oye, no habla, ni participa en los acontecimientos políticos, aquel que
no sabe que los graves y crecientes desórdenes ambientales dependen de las
decisiones políticas; ese imbécil que se enorgullece e hincha el pecho diciendo
que odia la política. A tales analfabetos cabe agregar a otros imbéciles que
-actualizando la cita de Brecht-
consideran el cambio climático como “un
cuento chino” y no saben (¿o sí saben?) que su “ignorancia” nutre las
enormes utilidades de grandes empresas nacionales y transnacionales, cuyo
galope apocalíptico deja una grave destrucción ambiental.
La propia
realización de la Cumbre en Bonn constata que la situación ambiental y la pobreza en algunos estados es insostenible, al punto
que esta reunión no se podría llevar a cabo en el territorio del Estado que la
presidirá:
me refiero a las islas Fidji,
uno de esos estados insulares del Pacífico, con “limitación en sus capacidades técnicas, sus recursos humanos y
financieros” (como reza el discurso diplomático de Naciones Unidas): un
país en peligro de desaparecer tragado por el océano. Solo este hecho ya
debería provocar reflexión y acción, reiterando que semejantes fenómenos
ambientales –propios del capitaloceno-
exacerban los conflictos sociales, económicos y políticos, presionando cada vez
más migraciones forzadas.
Igualmente, cuando se reúnan en la antigua capital de la República Federal de
Alemania los representantes de todos los países del mundo para discutir
estas cuestiones, se constatará que los países presentados como “ejemplo” internacional -he ahí al
propio anfitrión- son grandes causantes de los problemas ambientales globales. Los países ricos son los mayores demandantes
de materias primas extraídas con altos costos socio-ambientales en diversas
esquinas del globo.
Un ejemplo de la responsabilidad de tales países en
el daño ambiental es su incapacidad de poner
fin a la extracción del carbón, tal como demanda la ciudadanía alemana
organizada en la campaña “Ende Gelände”.
Dicha campaña lucha contra la expansión minera en la Renania -la mayor productora europea de carbón de lignito- desde hace ya varios años y es un potente
ejemplo a seguir.
Pero Bonn -esa
pequeña ciudad en donde nació Heinrich
Böll hace cien años y 60 años después mi primer hijo- también alojará
esperanza. En el Landesmuseum, los
días 7 y 8 de noviembre se reunirán representantes de la sociedad civil del planeta para transitar otros caminos que
enfrenten los problemas ambientales desde sus raíces. Caminos que, desde la
ética, sensibilicen a la Humanidad para que asuma definitivamente su futuro y
reconozca que ya no puede confiar más en sus gobernantes (meros ejecutores del
sacrificio que alimenta al capital); más aún en momentos en los que
grupos neofascistas y negacionistas
comienzan a emerger con fuerza en el planeta.
La modernidad y la destrucción de la madre naturaleza.
***
Tales caminos buscan conformar un sistema
internacional que sancione tantos
crímenes en contra de la Madre Tierra y sus defensores, y que ya empezó a
germinar hace un par de años con la creación del Tribunal Internacional de los Derechos de la
Naturaleza. Un Tribunal que ya ha sesionado en Perú, Australia, EEUU, Ecuador, Francia. En esta ocasión se
discutirá la minería en Alemania y
el riesgo en el que se encuentra la Amazonía
por el extractivismo, también las falsas soluciones energéticas al cambio
climático (como la nuclear, el fracking y
la consolidación de la actividad petrolera) en todo el mundo, la carretera en el TIPNIS en Bolivia,
la escases de agua para comunidades y
ecosistemas en España por el abuso de las industrias, las implicaciones
nefastas del libre comercio sobre la Naturaleza, la estafa del tan promocionado
sistema REDD (Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de Emisiones causadas
por la Deforestación y la Degradación de los Bosques), así como las
violaciones a los Derechos Humanos de
los defensores de la Naturaleza en los EEUU, en Rusia, en la Guyana francesa y
en otras latitudes.
En síntesis, mientras unos sacrifican vida para
alimentar al poder, la resistencia sigue. He
ahí la iniciativa “Ende Gelände” en Alemania, los Yasunidos en Ecuador o la
resistencia en Standing Rock en los
Estados Unidos, que apenas nos sirven de ejemplos de un rebelión mundial,
en la que se destacan las acciones de los pueblos indígenas en la Amazonía, en los Andes o en la India,
las comunidades negras en muchas partes, como en el delta del Níger.
Frente a la
gran máquina capitalista y su falsa democracia está
surgiendo una gran ola de desobediencia civil mundial que demanda
una justicia política, económica, de género, étnica, climática, etc., en
síntesis, una justicia total. Todas las aristas de esa justicia total son rostros de una
misma lucha para construir democráticamente sociedades democráticas.
El autor
es economista ecuatoriano, ex-presidente de la Asamblea Constituyente y
ex-candidato a la Presidencia de la República del Ecuador.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario