ESTADOS UNIDOS: LA OLA FEMINISTA IRRUMPE EN EL PODER POLÍTICO con
una PRESENCIA HISTÓRICA en el CONGRESO. La más JOVEN,
dos PRIMERAS INDÍGENAS, una NEGRA, dos LATINAS, dos MUSULMANAS.
LLEGAN al CONGRESO y otros PERFILES
ROMPEDORES.- Diez candidatos electos, la mayoría de ellos mujeres
demócratas, hacen historia en las legislativas de Estados Unidos La conducta de
Trump en la presidencia lleva a las mujeres a romper nuevas barreras con al
menos 95 representantes en la Cámara. Avanzaron la representación con la MUJER
más JOVEN (la foto) y otra
como SENADORA, ambas Demócrata por
Tennessee. La diversidad cultural es muy amplia y altamente productiva.
HACE MÁS DE UN CUARTO DE SIGLO ya existió un “AÑO
DE LAS MUJERES” reflejado en las urnas. Las elecciones legislativas de 1992 llegaron precedidas por las
acusaciones de acoso sexual que
habían sido presentadas por la profesora ANITA
HILL durante la confirmación en el Senado del hoy juez del
Tribunal Supremo Clarence Thomas. Aquella votación —52
contra 48— cerraba lo que entonces pareció uno de los capítulos de la
historia política norteamericana que más habían acaparado la atención de la
sociedad. Nadie imaginaba entonces los tiempos que estaban por venir.
EN EL AÑO DE LAS MUJERES DE 1992, los
votantes eligieron más candidatas para el Congreso (24) que en ninguna otra década precedente. En los últimos 25 años se han vivido pocos momentos
tan simbólicos para el avance de las mujeres en el mundo de la política como el
que protagonizó ANITA HILL. Hasta
ahora. En 2018, por primera vez en la historia, los
votantes estadounidenses podían elegir a más de 100 mujeres para la Cámara de Representantes. El número mágico era 85, se trataba de superar las 84 mujeres que se sentaban en la Cámara
(61 demócratas y 23 republicanas).
Los últimos recuentos de este miércoles apuntaban a que al menos han ganado 95 escaños.
Alexandria Ocasio-Cortez, la Nueva Figura Política de la Mujer Demócrata Norteamericana, De origen Latino, Puerto Rico. Profesional. Barrió en el proceso electoral contra los "viejos cuadros demócratas y también los republicanos. Fue parte de la campaña del Líder "Socialista-Demócrata" el Senador Bernie Sanders. Un gran Futuro Político en un país que sube el empoderamiento de la Mujer, pero también la lucha franca contra las políticas de Misogía -odio a la mujer - del Presidente Trump.
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ALEXANDRIA
OCASIO-CORTEZ, la mujer más joven. Con 29 años, ha logrado convertirse en la mujer más joven en
llegar al Congreso. La estrella
demócrata de las legislativas ganó por una amplia ventaja en el
distrito 14º de Nueva York. Lucha
por la Educación Gratuita y matrícula en las Universidades, Derecho a Vivienda
y contra la Desigualdad en todas sus modalidades. Representa el sector social
de “izquierda” de los Demócratas, participó en la campaña pro-presidencial del Senador Bernie Sanders. Hace un año
exactamente era CAMARERA en un
restaurante mexicano y hoy es una de las figuras emergentes más relevantes del
Partido Demócrata. Latina y del Bronx, es una de las figuras del Partido
Demócrata de las que más se está hablando, después de haber ganado las primarias por sorpresa este verano con
un discurso progresista y con una campaña en la que no aceptaba donativos de
empresas, postura que sigue manteniendo.
DEBORAH HAALAND Y SHARICE
DAVIDS,
las primeras indígenas. Las
nativo-americanas lograron algo inédito. El Congreso nunca había tenido una
indígena entre sus representantes en sus más de 230 años de historia y en esta elección lograron entrar dos. Una de ellas es Deborah
Haaland, la nueva legisladora de Nuevo México. Además electas: RASHIDA TLAIB E ILHAN OMAR,
las primeras musulmanas. Las
musulmanas también hicieron doblete después de no haber sido representadas
nunca antes. AYANNA
PRESSLEY, la primera congresista negra de Massachusetts. MARSHA BLACKBURN, primera senadora en
Tennessee. La republicana es la primera senadora electa en
Tennessee. VERONICA
ESCOBAR Y SYLVIA GARCIA, las primeras legisladoras latinas de Texas. Las
dos demócratas lograron victorias arrolladoras respectivamente.
SEGÚN DATOS DEL CENTER FOR AMERICAN Women and Politics de Rutgers, 428 mujeres optaron al Congreso por el Partido Demócrata, comparado con solo
las 162 que lo hicieron por el
Partido Republicano. "Esto no hubiera pasado sin Trump en la presidencia”, escribe David Wasserman en Cook
Political Report.
Sin embargo, las mujeres podían perder escaños en el Senado (donde había 17
demócratas y seis republicanas) aunque batieron la marca del número de mujeres
gobernadoras (de 6 en total se pasó a 10). Fueron bastantes las mujeres que
rompieron barreras: Pablo Raúl miércoles 7 de noviembre del 2018.
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Odio, guerra y "paz", la base y sustentación política de las elecciones en Estados Unidos. Trump y los Republicanos conservaron su mayoría en el Senado, y los Demócratas - con un poderoso asenso de la MUJER,- ganaron la Cámara de Representantes. Continuará el odio, el revanchismo - sobre todo el odio violento, vertical - contra todo lo que signifique MIGRACIÓN y se profundiza la represión contra la Prensa y la Mujer. Más su "·Guerra Mundial Comercial", ahí está centrada en parte la Política del sr. Trump.
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TRUMP PERDIÓ EL PODER ABSOLUTO, PERO LA “OLA
AZUL” APENAS FUE MAREJADA.
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Mirko C. Trudeau.
CLAE / Rebelión.
Jueves 8 de noviembre del 2018.
Los demócratas tuvieron la victoria que estaban
esperando -desde que Donald Trump les dejó perplejos y hundidos hace dos años-
en la única votación de nivel nacional que se realizó el martes, la de la
Cámara de Representantes, obtuvieron el premio deseado haciendo valer una
ventaja de varios millones de votos, pero no pudieron extender su victoria al
Senado.
De cara a las elecciones de 2020 son significativas
las victorias para gobernador en los tres estados -Pennsylvania, Michigan y
Wisconsin, donde Trump los humilló en 2016. No apareció la gran "ola
azul" demócrata que muchos esperaban y esta elección no registró el
repudio abrumador hacia Trump y su agenda que muchos opositores deseaban.
Sin embargo, para la masiva coalición de mujeres,
jóvenes y minorías que se han movilizado durante estos dos años en repudio a
Trump y su agenda, fue un triunfo urgente y para no pocos, el inicio del
rescate del país de una amenaza calificada de neofascista y marcada por la
violencia ultraderechista.
Todos celebran.
Ambos partidos tienen motivos para celebrar, pero
también por los que preocuparse. El presidente y los republicanos porque, en
los dos años que le restan de presidencia, tendrá a la Cámara de Representantes
en contra. Los demócratas, porque a pesar del mayoritario malestar social con
Trump, solo han enlodado el sólido suelo trumpista con una ola que, al final,
apenas resultó marejada.
Trump necesitará a los demócratas si quiere sacar
adelante alguna de las muchas promesas incumplidas, pero difícilmente estarán
dispuestos de hacer mucho más que frenar los peores impulsos del presidente en
materia de salud o inmigración."Tremendo éxito esta noche. ¡Gracias
a todos!", tuiteó Trump.
Para el presidente lo importante es que el Senado siga
siendo republicano, lo que le permitirá poner jueces conservadores en los
tribunales, en todos los niveles. Eso no cambiará mientras los republicanos
mantengan el control del Senado.
Hubo un avance en el pluralismo y la diversidad: El
Capitolio conocerá a sus dos primeras musulmanas: Rashida Tlaib , de origen
palestino, que representará al distrito 13 de Michigan, y la somalí Ilhan Omar
, que ocupará la silla del distrito 5 de Minnesota. También pioneras son
Sharice Davids y Debra Haaland , que serán las primeras nativas americanas en ser
congresistas por Kansas y Nueva México, respectivamente.
Aún lejos de la igualdad, las mujeres lograron un
record de presencia femenina en la Cámara de Representantes, entre ellas la más
joven de las congresistas de la historia, la neoyorquina Alexandria Ocasio-Cortez
, de 29 años y parte del ala más izquierdista del Partido Demócrata.
Curiosamente, las encuestas acertaron al apuntar el
nuevo paisaje que enfrenta el país. Los demócratas han conseguido el retorno al
dominio de la Cámara de Representantes, pero el Senado refuerza su mayoría
republicana y castiga a senadoras demócratas como Heidi Heitkamp y Claire
McCaskill con la pérdida de su asiento. Ambas votaron en octubre contra la
nominación de Brett Kavanaugh –denjnciado por abuso sexual- como juez del
Tribunal Supremo.
Joe Manchin, el único demócrata que votó en su favor,
renueva puesto de senador por un estado. Este episodio revitalizó al Partido
Republicano, que reaccionó con enorme agresividad a las protestas feministas en
un momento en que se atisbaba una ola azul en noviembre.
Para el Senado los demócratas nunca tuvieron muchas
posibilidades, porque la mayoría de los escaños en juego estaban en manos de
demócratas, que, además, perdieron los senadores que tenían en Indiana,
Missouri y Dakota del Norte, lugares en los que Trump había ganado con gran
facilidad en 2016 y donde el presidente cuenta con un apoyo superior a la media
nacional.
Para los analistas, lo más relevante es que los
demócratas han mantenido su apuesta por una coalición pluralista de intereses
que represente todos los grupos sociales, políticos y étnicos, con más mujeres,
más candidatos de minorías y un abanico ideológico más amplio, frente a los que
pedían que se hicieran más blancos y más de clase media alta.
Y, por el otro lado, los republicanos siguen
haciéndose más 'trumpianos' y estas elecciones demostraron que solo sobreviven
los políticos dispuestos a suscribir por completo el mensaje nacionalista y
xenófobo del trumpismo. Mantuvieron las gobernaciones en Florida y Georgia, donde
dos demócratas negros, Andrew Gillum y Stacey Abrams, quedaron muy cerca de sus
adversarios.
Con el control de la Cámara de Representantes, los
demócratas multiplican sus armas institucionales para desgastar y enfurecer a
Trump, ya que desde allí pueden poner en marcha comisiones de investigación,
citar a altos cargos de la Administración, reclamar documentos oficiales que no
se hacen públicos habitualmente y en general hacer la vida imposible al
gobierno. Puede iniciar, incluso, un juicio político (impeachment) al
Presidente
Desde allí, los demócratas están en condiciones de
proteger la investigación del fiscal especial Robert Mueller, una amenaza que
exaspera a Trump y que le puede llevar a cometer más errores, como la
destitución del número dos del Departamento de Justicia, que es el jefe directo
de Mueller. El analista conservador David French, señala que la guerra de Trump
contra los medios de comunicación no va a ser nada comparada con la inminente
guerra de Trump contra la Cámara de Representantes.
Odio, guerra y paz.
Donald Trump y Barack Obama advirtieron que estas
elecciones legislativas serían las de mayor consecuencia en la historia de ese
país, un referéndum, pero obviaron que el voto tendría consecuencias sobre la
paz en el país y el mundo. El nobel de Economía Pual Krugman señaló que el odio
estaría presente en las urnas: el patrioterismo parece haberse convertido en
una enfermedad que ha infectado a republicanos y demócratas.
Según informes oficiales, EEUU está peleando siete
guerras: Afganistán, Irak, Siria, Yemen, Somalia, Libia y Níger, intervenciones
bajo la "autorización para el empleo de la fuerza armada", promulgada
en 2002, a unos meses de los atentados contra las Torres Gemelas. Las
operaciones se realizan contra de Al Qaeda, el Estado islámico (ISIS),
Al-Shabaab y, por último, la red de fuerzas fieles al talibán. Las hostilidades
ocupan todo el territorio de lo que la administración Obama definió como el
arco de inestabilidad.
Al día de hoy, las bajas militares sufridas desde 2001
por las fuerzas estadounidenses en Afganistán suman 2.415, en Irak alcanzan
4.497 y más de 32 mil heridos. Los decesos de civiles iraquíes ascienden a 1
millón 455.590. No existe una cifra confiable sobre las muertes de civiles en
Afganistán, pero esa guerra es ya la de mayor duración en la historia de EEUU,
y ni siquiera está ganando esta guerra.
Pese a estas cifras oficiales, nadie critica –ni
demócratas ni republicanos- a estas operaciones bélicas, porque en EEUU el tema
del patrioterismo y los jóvenes en uniforme es sacrosanto. El presupuesto
militar aprobado en agosto, es de 717 mil millones de dólares, el más
importante en la historia y, aun recortándolo a la mitad, sería superior al de
Rusia, China, Irán y Corea del Norte juntos.
Los principales beneficiarios son las grandes
compañías, como Raytheon, Boeing, Northrop-Grumman, Lockheed-Martin y General
Dynamics, financistas a la vez de candidatos y partidos. A nadie, demócrata o
republicano, se le ocurre cuestionar la política exterior de Washington basada
en la idea de un estado de guerra permanente.
Al electorado estadounidense le preocupa
primordialmente el régimen de acceso a la salud, los impuestos y los migrantes
y en vísperas de las elecciones parlamentarias, Trump echó más leña al fuego,
infundiendo miedo en la ciudadanía con el fantasma de una caravana de unos
cinco mil migrantes centroamericanos, a los que calificó de hordas invasoras
que atentarían contra la frontera sur de su país.
Su desplante electorero de enviar entre cinco y 15 mil
efectivos armados a la frontera sur puede llegar a costar más de un centenar de
millones de dólares. Pero la preocupación de los demócratas fue más por el
efecto sobre las elecciones que sobre el tema del empleo del ejército, no fuera
a ser que el electorado llegara a pensar que están criticando a los chicos y
chicas en uniforme que luchan por la patria.
Los dirigentes del Partido Demócrata han criticado a
Trump por promover el odio y por sus políticas que provocan mayor división. Pero nadie critica
las guerras del imperio. Algunos se atreven a criticar el odio, pero no la
guerra.
MIRKO C. TRUDEAU: Economista-jefe del
Observatorio de Estudios Macroeconómicos (Nueva York), Analista de temas de
EEUU y Europa, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
(CLAE, estrategia.la).
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