TODOS A UNA ANTE EL FRACASO de la DEMOCRACIA LIBERAL (ELECTORAL) hoy pintados - con caretas y rostros
preparados, maquillados – y un poderoso CAPITAL
MEDIÁTICO, nos imponen un nuevo VENENO POLÍTICO,
cuyo rostro ya está en varios países, con AUTOCRÁTAS y CAUDILLOS, presentes con un CAPITAL
POLÍTICO, del más sucio e inmundo POPULISMO de Derecha – como Estados Unidos, Rusia, Turquía, Filipinas, Polonia, Hungría – es
el rostro del FASCISMO, hoy
increíblemente aceptada, apoyada - por grandes sectores de “los de abajo”, “los Otros”, que perdieron la CONFIANZA en la política, la
Representación, la “clase política” y
sus “movimientos y/o partidos políticos”.
Destruyeron la Legitimidad, camino hacia la no vigencia del Estado de Derecho, envenenaron la Institucionalidad - la Corrupción, los liquidó como alternativa Política y la
DEMOCRACIA, - ciega, sorda y muda con las reclamaciones y Derechos
“de los abajo”. Pero activa, vertical. “Mediática y Novelada” en defensa de
los Derechos de “los de arriba”, desde
los escenarios de la Democracia
Procedimental, hasta los espacios de la
DEMOCRACIA FALLIDA. En forma progresiva y segura, la propia Democracia y el Sistema Político vigente, más los Gobiernos de turno, fracasados, incumplieron desde lo “mínimo de
sus promesas electorales”, fueron “todos” a una responsables de estar
“sembrando” los elementos principales, que echarán “raíces”, camino a
encontrarnos que la propia Democracia, el propio sistema Electoral, preparó las
condiciones “políticas” para el “triunfo
del FASCISMO”, siempre presente con
careta de “salvador” de Sociedad Actual
HOY “Las
Democracias también mueren Democráticamente”, parece lógico que en pleno siglo
XXI – por lo menos si miramos el “mundo
democrático, de plena hegemonía de la Democracia Liberal”, Representativa, la
Democracia Electoral – o en los últimos tiempos encontró “camino
viable” en la llamada “Democracia de Mercado” o la “Democracia de los Tecnócratas”, que
ingresaron a los Gobiernos en los últimos tiempos ante lo supuesto que los
“Políticos” NO cumplieron y
fracasaron. En esos tiempos y escenarios de finales del siglo XX, primero
surgieron los OUTSIDERS
POLÍTICOS, tecnócratas, profesionales, académicos, presentes en la
Política, como LOS SALVADORES. Pero
también fracasaron, las consecuencias, `primero político-empresariales, la
presencia de los Monopolios y Mega-corporaciones transnacionales – la
globalización neoliberal – también fracasaron. Hoy en pleno siglo XXI,
(in)surgen “políticamente” los CEOS, grandes LÍDERES
EMPRESARIALES, con Carnet Oficial y Legal del 1% de quienes acumulan hoy más del 82% de
la riqueza global Hoy “gobiernan” de acuerdo a sus intereses de clase, en un
mundo de un DESORDEN MUNDIAL MULTIPOLAR de crisis Institucional y destrucción de la democracia
Electoral-Liberal-.
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LA AGONÍA DE LAS DEMOCRACIAS
LIBERALES.
La violencia política y la
corrupción están demoliendo los pilares de las democracias liberales.
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Ariel Ávila.
El País martes 13 de noviembre del 2018.
Como en la época de fascismo y el nazismo, las democracias
occidentales están en jaque. Pero las cosas han cambiado, ya no se trata de
dictaduras militares como las del cono sur, más bien de autoritarismos que
surgen en las urnas y luego comienzan a destruir las instituciones
democráticas. Hay dos formas. Algunos líderes, por ejemplo, desmantelan las
democracias de forma rápida, como en la Alemania de Hitler. Pero más
recientemente, hay una forma menos dramática, apenas perceptible, una erosión
lenta a pasos que apenas se ven. Esto es lo que demuestra una reciente
investigación de Levitsky y Ziblatt, dos profesores de la Universidad de
Harvad. Utilizan ejemplos alrededor del mundo, desde la Venezuela de Hugo
Chávez hasta la fuerte derecha xenófoba polaca que en las últimas horas exhibió
su fuerza en Varsovia durante los festejos del día de la independencia de
Polonia. También, pasan por Filipinas, Turquía y Ucrania. Obviamente, la
investigación se pregunta por la erosión democrática en Estados Unidos y
asuntos como el ataque a medios de comunicación comienzan a ser problemas
serios. La pregunta es qué tanto aguantarán las democracias esta embestida
autoritaria. Porque, en todo caso, estos retrocesos democráticos han comenzado
en las urnas.
Pero la
investigación de los profesores de Harvard omite otros dos peligros de las
democracias en el mundo occidental: dos fuerzas subterráneas que están demoliendo
los pilares de las democracias liberales. Se trata de la violencia política y
la corrupción. Estos dos peligros se asientan de forma fuerte en América
Latina.
Sobre
el tema de violencia política, se puede decir que en muchos de nuestros países
se ha convertido en un mecanismo más de competencia política. Por ejemplo,
durante el periodo electoral en México fueron asesinados más de 120 candidatos
a diferentes corporaciones.
Igualmente
la consultora Etellekt ha contabilizado el asesinato de 34 políticos y 19 de
sus familiares en el periodo de transición en México, es decir, entre el 2 de
julio y los primeros ocho días de noviembre. El último de los hechos fue el
sucedido a la hija de la diputada Carmen Medel, asesinada a tiros en un
gimnasio. Ocurrió en el violento Estado de Veracruz, mencionado en las páginas
de todos los medios de comunicación por ser un territorio tomado por el crimen
y con escándalos de corrupción dignos de la ciencia ficción. El ex gobernador
Duarte es el mejor ejemplo. Rápidamente, el actual gobernador de Veracruz,
Yunes, dijo que el asesinato se produjo porque la confundieron con una mujer
vinculada al crimen organizado. Pero esta versión siembra muchas dudas.
En
Colombia, 191 líderes sociales han sido asesinados desde el 24 de noviembre de
2016, fecha en que se firmó el acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la
entonces guerrilla de las FARC. Esto significa que cada cuatro días asesinan un
líder social en Colombia. La versión de las autoridades colombianas causa una
sensación que provoca risas e indignación. Dicen que los asesinan porque son
infieles o por riñas en medio del consumo de licor. Absurdo, pero es la versión
oficial. Honduras padece la misma situación: el asesinato de líderes sociales
es bastante común y hasta en Estados Unidos paquetes bomba fueron enviados a
dirigentes políticos. En últimas, hay sectores políticos a los que les gusta tener
guardias pretorianas a sus servicios.
Los
académicos norteamericanos han liderado la idea de que, a mayor competencia
política mejor salud de la democracia, pero recientemente esa tesis se ha
desvirtuado. En Colombia y en México, la regla es que en elecciones locales y
regionales cuanto más competido un cargo de elección popular mayor es la
probabilidad de que los candidatos acepten ayudas de criminales. Al final, esta
violencia va creando enclaves autoritarios.
El otro
gran problema de las democracias contemporáneas es la corrupción. Pero no se
trata de que los políticos nazcan con un gen que los vuelve propensos a la
corrupción. De hecho, todo parece indicar que la corrupción le es intrínseca a
las dinámicas democráticas actuales. La explicación guarda relación con los
costos económicos de las democracias.
La
utilización de medios de comunicación masivos, las encuestas internas, los
especialistas en marketing político, las redes de propaganda
negra, la compra de votos, la compra de líderes políticos de base, entre otras,
hacen que una campaña al Senado de la República o a gobernación de un Estado
pueda valer millones de dólares. En Colombia, la campaña de un senador como
Bernardo Elías, hoy preso por el escándalo de Odebrecht, costó cinco millones
de dólares. En las últimas elecciones en el Estado de México el PRI mantuvo la
gobernación invirtiendo miles de dólares. En Argentina, en las últimas
elecciones, tanto Macri como Scioli, gastaron millonadas en sus campañas.
Así las
cosas, los candidatos deben hacer todo tipo de pactos con agentes privados para
poder financiar sus campañas, luego esos privados exigen la devolución de sus
dineros en contratos, donde recuperan la plata invertida en las campañas y así
comienza el círculo de la corrupción. El último de los hechos es el de Keiko
Fujimori en Perú, pero los ejemplos abundan por todo el continente. No se trata solo de
defender las instituciones democráticas de los vicios autoritarios. También se
deben corregir sus deformaciones.
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