¿QUÉ ES EL G-20 Y PARA QUÉ SIRVE?.- La cumbre de las 20
economías más ricas y emergentes del mundo buscan soluciones a los problemas globales de la
economía. Es un foro internacional integrado por las 19
economías de los países
más ricos y de los emergentes más la Unión
Europea. Sus economías
representan el 85% del PIB. El G-20 es un espacio de cooperación y consulta
en el que los países intentan buscar soluciones comunes a los programas
globales. Este foro renació en el
2008, con la presencia de los presidentes y primeros ministros en las
reuniones que sucedieron al estallido de la gran crisis financiera. También
participan altas autoridades de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco
Mundial, la OCDE y el Foro de Estabilidad Financiera.
¿QUÉ PAÍSES INTEGRAN EL G-20? Son 19 países y
la Unión Europea. Los 19 países corresponden a las economías más
ricas del planeta (Alemania,
Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Japón) y a las
llamadas economías emergentes (Argentina,
Australia, Indonesia, Brasil, China, India, México, Corea, Rusia,
Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía). España asiste
en calidad de invitado
permanente. Además, en cada edición se designan países
invitados
¿CUÁNTAS CUMBRE SE HAN CELEBRADO HASTA AHORA?.- Desde el 2008 se han sucedido 12 cumbres, en Washington (2008)
Londres (2009), Pittsburgh (2009), Toronto (2010), Seúl (2010), Cannes (2011), Los
Cabos (2012), San Petersburgo (2013), Brisbane (2014), Antalya (2015), Hangzhou (2016) y Hamburgo (2017).
¿PARA QUÉ SIRVE?. El cometido del G-20 es intentar buscar soluciones de forma
coordinada a los problemas globales de
la economía mundial. En las cumbres entre el 2008 y el 2010, su principal empeño fue introducir una mayor regulación en los sistemas financieros internacional
y domésticos. Para ello se creó el Foro de Estabilidad Financiera. Además, el G-20
impulsa acciones contra el fraude y la elusión
fiscal internacional. Uno de sus objetivos esenciales es promover el libre comercio como motor del desarrollo y el crecimiento
económico y poner freno al proteccionismo. ( Y ahora en
el G-20 de Buenos Aires – 2018 – el PROTECCIONISMO Es la “NIÑA BONITA”.
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EL G-20 EN EL DEBATE DE
ÉPOCA.
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Julio C. Gambina.
ALAI.- América latina en Movimiento.
Jueves 22 de noviembre del 2018.
Estamos
en clima de debate sobre el cónclave de Presidentes del G20, previsto para el
30/11 y 1/12 próximos en Buenos Aires.
Allí se debaten sobre los problemas económicos
contemporáneos de la economía mundial capitalista, según la lógica del poder
concentrado en las aspiraciones de las corporaciones transnacionales y su
necesidad de ampliar la esfera de los negocios, el objetivo de la ganancia y la
acumulación.
Se trata
de una reunión asumida con prevención por los anfitriones locales del Gobierno
argentino, que organizan el encuentro con unos 20.000 agentes de seguridad,
entre locales y extranjeros, con tres cercos de seguridad que cierran la Cumbre
del G20 a la población, y un consejo de la Ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich, sugiriendo a los habitantes que desalojen la ciudad el 30/11, en un
día declarado asueto en la capital de la República Argentina.
Existe la
represión preventiva, generando miedo en la población y cerrando el camino del
debate al conjunto de la sociedad. El pueblo quiere saber de qué se trata, se
decía en la revolución de mayo de 1810. La respuesta de la seguridad oficial
está a contramano del reclamo social.
Por eso
las denuncias anónimas y de prevención contra un imaginario de violencia que no
considera la ejercida contra la mayoría de la sociedad ante la recesión, la
inflación y el ajuste, sin considerar la represión explícita ante la protesta social.
En ese
marco se inscriben los debates en sentido contrario a los del poder, los que se
transitan en otros ámbitos, con una agenda dispuesta desde las necesidades
sociales más amplias.
Las
agendas del poder suponen condiciones para la liberalización de la economía y
mejoras en la rentabilidad de los inversores de capital.
En ese
sentido se discuten las reformas estructurales que demandan los sectores
dominantes del sistema mundial, especialmente modificar el régimen laboral y
previsional.
Al mismo
tiempo se demandan favorables condiciones para un desarrollo de la
infraestructura adecuada para la extracción de las riquezas naturales,
abundantes en Nuestramérica y esenciales para el sostenimiento del modelo
productivo y de desarrollo capitalista contemporáneo, más allá del efecto
climático, en la Naturaleza y en la sociedad y sus poblaciones.
¿Es posible otro orden?
Desde los
pueblos se intenta una agenda alternativa y por eso la Confluencia No al G20 y
No al FMI organiza una discusión con movilización de carácter alternativa,
donde articulan movimientos sociales, políticos y culturales muy diversos.
Incluso antes, desde el Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales, CLACSO, se realiza el Primer Foro de Pensamiento Crítico en
el Estadio de Ferro, con más de 50.000 inscriptos, menos de la mitad de la
Argentina.
A continuación, CLACSO organiza la Conferencia
Latinoamericana y Caribeña. Ambos acontecimientos nuclean a buena parte de
investigadores e intelectuales de la región para instalar una crítica al orden
hegemónico. Todo a días de la Contra Cumbre organizada por la Confluencia
popular No al G-20 y al FMI.
El tema de fondo es como ganar conciencia en la
construcción de una subjetividad socio cultural que pueda disputar otro orden
social, político, económico y cultural. En sí mismo supone un programa relativo
a otro orden, tal como imaginara el Foro Social Mundial cuando en 2001 proponía
que Otro Mundo es Posible.
Muchos se interrogan si es posible pensar en un
orden alternativo ante la ofensiva contemporánea del capital, que en la
Argentina se presenta explícito en el Programa de ajuste y reestructuración
regresiva que supone el Presupuesto 2019, de reciente aprobación en el
Parlamento.
Ideas para un programa alternativo.
Es más, nos interrogan sobre cuál podría ser el
rumbo del modelo productivo alternativo.
Vale considerar las síntesis parciales al respecto
y contenidas en las demandas de los movimientos populares, por un modelo
agrario sustentado desde la soberanía alimentaria. Ello supone modificar el
modelo agrario exportador subordinado a la dominación de las transnacionales
del agro negocio y la biotecnología. Se debe asentar un plan desde la
agricultura familiar y comunitaria, las formas cooperativas y de autogestión
pensando en la atención del mercado interno y la cooperación con los países
vecinos.
La articulación integrada de la producción primaria
con el sector industrial resulta imprescindible, redefiniendo estratégicamente
el papel de la energía, desde una concepción soberana y de derecho a la misma.
Es un proceso en contra de la mercantilización en el uso y la producción
energética, más aún con la perspectiva de un presente contaminante en la explotación
de los hidrocarburos no convencionales, vía fractura hidráulica. Ese insumo
estratégico de la producción mundial debe subordinarse a una lógica de derechos
a la alimentación, a la salud, a la educación y a la propia energía.
Todo lo dicho confluye en un modelo financiero
donde la organización social y la autogestión son fundamentales, sin
intermediación de la banca transnacional, con papel explícito en sentido
socializador de las finanzas y la participación popular en la orientación del
crédito.
La Argentina tiene antecedentes en la propuesta del
primer ministro de economía, Mariano Fragueiro, sustentando la organización de
las finanzas para el aliento del mercado interno y las necesidades sociales.
Pero es también la historia del cooperativismo de crédito y la participación
popular en la gestión financiera.
Para hacer realidad este programa se necesita
articular el saber popular y profesional, contenido en la experiencia social
ampliada y en una tradición de escuela y universidad pública, con variados
institutos de ciencia y tecnología públicos para superar la dependencia
tecnológica.
En la respuesta social a la agenda del poder podremos encontrar pistas
para un rumbo diferenciado del actual que consolida una
lógica de desigualdad e inequidad en la distribución del ingreso y de la
riqueza.
Buenos Aires, 19 de noviembre de 2018
Julio C. Gambina es Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas,
FISYP
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