2019, EL AÑO DE LAS PROTESTAS MUNDIALIZADAS.
EL
HARTAZGO GLOBAL CONTRA UN MODELO ECONÓMICO-
POLÍTICO NEOLIBERAL, TOTALMENTE ASFIXIADO Y DE
EXPLOTACIÓN
SALVAJE E INHUMANO.
El
manifestante de la imagen de arriba, envuelto en la niebla de las batallas
callejeras de Hong Kong, simboliza el espíritu de 2019. Movilizaciones de
diversos colores y causas se han replicado desde Barcelona hasta Santiago de
Chile, Beirut, París y Bogotá. El estallido de la ira ha visibilizado el
descontento, la desigualdad y la polarización política. 2029, definitivamente esta terminando con la poderosa Huelga Sindical, Obrero-Popular en FRANCIA, contra las políticas sociales del presidente Macron, en especial contra sus políticas referentes al sistema de JUBILACIONES.. Este es un despliegue
especial dedicado a imágenes que han marcado los últimos 12 meses, acompañadas
del análisis de los expertos en asuntos económico, sociales y políticos a nivel latinoamericano y con una fuerte mirada global. Una panorámica de acontecimientos
memorables que culminan una década convulsa.
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UNA
OLEADA DE MOVILIZACIONES RECORRE EL MUNDO.
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Rebelión
sábado 28 de diciembre del 2019.
Desde Hong Kong a Latinoamérica, pasando por la
huelga general francesa, Medio Oriente y Norte de África, un reguero de
levantamientos populares incendia el planeta.
Una oleada
revolucionaria se ha desatado con fuerza desde principios de 2019. Hubo un antecedente a fines del 2018 con la
tremenda movilización de los Chalecos Amarillos en Francia. El 2019
arrancó con un gran triunfo de la movilización popular en Argelia que
hizo renunciar al dictador Boutheflika. Luego sacudieron al mundo las multitudinarias
movilizaciones de Hong Kong, que ya llevan meses enfrentando a la dictadura
del Partido Comunista (PC) de China. En julio impactó la llamada “revolución
ciudadana” de Puerto Rico que derribó al gobernador. Y en estos últimos
meses vimos como volvían las movilizaciones independentistas masivas del
pueblo catalán y por la libertad de sus presos políticos. Mientras
tanto, en los Estados Unidos se producía la huelga de la General Motors, la
más larga en medio siglo.
Un
último trimestre plagado de levantamientos populares.
Los últimos
meses del año estuvieron recorridos por varios levantamientos
revolucionarios. En todos los casos empezaron por reclamos puntuales (aumentos
del boleto del transporte o los combustibles, o contra un nuevo impuesto) y
rápidamente fueron directamente contra los gobiernos.
Así tuvimos
el triunfo de la semi-insurrección en Ecuador. Fue un primer triunfo con la derrota del aumento
de la gasolina y el plan dictado por el FMI. El gobierno de Lenin Moreno
debió retirarse de la capital tomada por el pueblo indígena, con la CONAIE
a la cabeza, apoyado por el movimiento estudiantil, trabajadores y sectores
populares y tuvo que terminar cediendo para retomar el control. Este triunfo
generó un tremendo impacto demostrando que se puede derrotar con la movilización
los planes del FMI.
Casi
inmediatamente comenzó una movilización revolucionaria en Chile contra Piñera y el modelo político-económico
heredado del pinochetismo. Millones de jóvenes, trabajadores y mujeres
se rebelaron contra el gobierno de derecha liberal de Piñera desbordando a
todas las direcciones políticas y sindicales. Pese a que el gobierno de
Piñera retrocedió en el aumento de las tarifas del metro, el pueblo
trabajador siguió en las calles reclamando fuera el gobierno y fuera el
modelo económico, desconociendo el estado de emergencia y el propio toque de
queda. La movilización, tras más de un mes y medio, no se ha detenido. Reclama
que se vaya Piñera y todo un programa contra el ajuste y el
régimen político de los últimos treinta años, continuidad del pinochetismo.
En Haití se dio un nuevo levantamiento popular (ya van por el cuarto). En el Líbano se dio la llamada “revolución del
whatsapp”, donde los trabajadores, la juventud y los sectores populares
siguieron las movilizaciones reclamando para que se vaya el gobierno. Hubo
gigantescos levantamientos en Irak que
terminaron con la caída del gobierno. También vimos millones en las calles
en Irán y Etiopía.
Al mismo tiempo ocurrieron las enormes marchas y peleas que se dieron contra
el golpe reaccionario en Bolivia. El año terminó con las huelgas generales y
masivas protestas en Colombia. Y con Francia, asistiendo a una huelga general casi
por tiempo indeterminado, la mayor desde 1995.
Termina un
2019 que tuvo además la continuidad de la ola verde
del movimiento de mujeres, que se volvió a reflejar
en el nuevo paro mundial del 8 de marzo y en otras movilizaciones. Y
vio nacer un nuevo movimiento multitudinario y global, el de la juventud mundial por el cambio climático.
Una
rebelión mundial contra el ajuste.
En estas
movilizaciones participa la clase trabajadora, la juventud, las mujeres y otros
sectores populares. Se producen insurrecciones populares, huelgas generales,
movilizaciones de masas juveniles, de desocupados, pueblos originarios y luchas
por la cuestión nacional. En muchos lugares prima el desborde a las viejas
direcciones de los partidos y sindicatos tradicionales; en otros, como Chile,
directamente no dirige nadie. Esa ha sido la dinámica en eo del capitalismo
imperialista y sus gobiernos.Chile, Líbano o Irak.
Más allá de sus diferencias todas tienen algo en común: el enfrentamiento a
todos los planes de ajuste, superexplotación y saqueo
El origen de
todo está en la crisis capitalista global abierta en 2007. El imperialismo y
los gobiernos capitalistas del mundo trataron de resolverla descargándola sobre
las espaldas de la clase trabajadora y los sectores oprimidos con más y mayores
ajustes. Pero que se enfrentaron a una fenomenal exacerbación de la lucha
obrera y popular. Uno de los puntos más altos fue la llamada primavera árabe de
2011. Ahora nos encontramos ante una nueva oleada que dificulta aún más los
intentos del imperialismo de superar la crisis por la vía de mayores niveles de
explotación y precarización de las masas a nivel mundial. Este es el factor
clave de las rebeliones que generan enormes inestabilidades políticas. En
muchos casos provoca la caída de gobiernos o mayor crisis de los regímenes
políticos. Y tiene otras expresiones, más indirectas, como el voto castigo a
gobiernos patronales de todo tipo que llevan adelante los ajustes.
La
aplicación por parte del imperialismo y sus gobiernos, de los planes de super
explotación, provoca una exacerbación del odio de las masas. Esto sucede tanto
con gobiernos y regímenes de derecha liberal como también con aquellos que
aparecen como más “de izquierda”, “centro izquierda” o “progresistas”. Es lo
que ha sucedido, entre otros, con Syriza en Grecia, Maduro y el chavismo en
Venezuela o con el lulismo en Brasil. Todos fracasaron gobernando con sectores
de la burguesía, pactando con las multinacionales y empobreciendo al pueblo
trabajador.
El
desafío: la construcción de una nueva dirección revolucionaria.
Sabemos que
esta nueva oleada de luchas tiene un punto débil que es la crisis y ausencia de
una dirección revolucionaria. Este sigue siendo el mayor de los problemas para
la clase trabajadora y los pueblos del mundo.
Las
movilizaciones de las masas son traicionadas por las burocracias sindicales,
las direcciones reformistas y conciliadoras con los gobiernos capitalistas.
Lo que está
pendiente es la construcción de nuevas direcciones revolucionarias. Y para ello
es necesario construir partidos revolucionarios en cada país. Lo positivo para
dar esa pelea, es que en el mundo surgen miles y miles de luchadoras y
luchadores que están al frente de cada lucha obrera y popular y que desbordan a
las viejas direcciones. Allí está la base para superar la ausencia de dirección
revolucionaria. Una nueva dirección que no sólo se ponga a la cabeza de las
más sentidas reivindicaciones, sino que apueste a la
movilización permanente y postule un programa de salida por el gobierno de los
trabajadores y el socialismo.
Miguel
Sorans. Dirigente de Izquierda Socialista (Argentina) y de la UIT-CI.
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