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EL OCASO DE LA GLOBALIZACION ECONÓMICA.-
Distinguido Colega, un buen análisis de la economía global, teniendo como
escenario la Aldea Global. Sin embargo, es importante considerar varios
elementos importantes: Primero. El ocaso económico de la globalización. Usted
mismo conoce que la globalización no es sólo económico-financiero-comercial, la globalización es multidimensional: es además Política, Social, ¿-Cultural-?
Industrial, Energética, Transporte, Alimentarias, Farmacéutica, Agraria,
Demográfica, Seguridad, Institucional, etc.; pero la crisis actual en
tiempos de la globalización neoliberal, no se queda allí, hoy estamos
asistiendo – en vivo y en directo – a la
crisis del cambio climático (a nivel global), crisis que se inició con la crisis del agua (Será el nuevo frente
de guerras?), las nuevas formas de privatización de las tierras de cultivo
(Arrendamiento, Hipotecas o compra) en varios países del Tercer Mundo, por
corporaciones transnacionales o por países, en especial de las economías BRICS; y también es una crisis de la Confianza, la misma que se
presenta como
crisis social, política, cultural, comunicación, ambiental, Institucional, etc.
En todo caso estaríamos hablando de una poli-crisis (una
crisis estructural, sistémica) con el agregado hoy, la
crisis mundializada de la pobreza (Ciudades del primer mundo, hoy son
nuevos epicentros de extrema pobreza) Ciudades
de los países en desarrollo – en especial América Latina – se han convertido en las más violentas e inseguras –como resultado de la mundialización, primero de la
desigualdad económico social, segundo
de la
economía criminal en sus más diversas formas, como de bandas armadas del
crimen organizado y además, el crecimiento –junto a las democracias liberal
representativas, muchas de ellas devenidas en democracias fallidas, - del poder oscuro, violento, criminal, el
poder narco. (Una simple mirada desde lo local que pasa hoy en México – Centro América – Colombia, Perú
– por su puesto con niveles distintos del poder narco.
Ahora si ingresamos, al mundo de la propia globalización económica –
mire su caída hubiera sido ya definitiva – (Se habla mucho del ocaso de la
Cultura Occidental) si es que en la coyuntura sistémica actual, no tuvieran un
fuerte crecimiento tres áreas de la
globalización neoliberal: la economía de la guerra, (solamente una mirada en
la aldea global,) como en tiempo real va creando, generando, nuevos escenarios
de guerra. Sólo desde Ucrania, miremos cuantos nuevos centros –
geográfico-territoriales – ya estallaron o están por estallar, donde están
presentes las mega-corporaciones de la guerra. La última Cumbre del G-20, en Australia – todos los asistentes –
Países y Gobiernos, Organismos supranacionales y otros del mundo de los poderes
facticos globales, todos hablaron de la Nueva
Guerra Fría – no ideológica-política, como la primera, sino guerra por el
control absoluto de los mercados, la guerra de las divisas, etc. La economía
criminal, miren como se ha reproducido como hongos a nivel global – paraísos fiscales, corrupción, lavado de
activos, evasión de impuestos, narcotráfico, tráfico ilegal de personas,
prostitución de menores, secuestro, terrorismo – y últimamente, la minería ilegal, criminal – tan poderosa
como el narcotráfico – la misma que ha originado la violencia e inseguridad en las ciudades (resultado muy peligroso
del crecimiento macro-económico en beneficio absoluto de una reducida élite
económico-financiera-comercial) con las mafias de delincuentes armados,
sicarios (asesinos a sueldo), extorsionadores, secuestradores, etc. Y la economía de
las industrias culturales, la innovación tecnológica, las redes sociales
(internet, E-mail, Facebook, Twitter, Instagran, Whatsapp, etc.) un mundo de
innovación tecnológica que no para un segundo. Por ese camino también van las Industrias Farmacéuticas mundializadas
( con enfermedades “inventadas”, otras re-surgidas, producto de la propia
crisis de la globalización y sus políticas asimétricas, injustas y desiguales que hoy han creado
la globalización de la desigualdad económico social.
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Germán Gorraiz López, Analista y autor del presente artículo.
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EL OCASO DE LA GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA.
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GERMÁN GORRAIZ
LOPEZ-Analista.
El Tambor.es
sábado 6 de diciembre del 2014.
El fenómeno de la
globalización económica ha conseguido que todos los elementos racionales de la
economía estén inter-relacionados entre sí debido a la consolidación de los
oligopolios, la convergencia tecnológica y los acuerdos tácitos corporativos,
por lo que la irrupción de la crisis económica en la aldea global ha provocado
la aparición de nuevos retos para gobiernos e instituciones sumidas en el
desconcierto y en la incredulidad, retornando lenta pero inexorablemente a
escenarios económicos desconocidos desde la II Guerra Mundial.
Ocaso de la economía global.
La sustitución de la
doctrina económica de Equilibrio presupuestario de los Estados por la del
déficit endémico, (práctica que por mimetismo, adoptarán las economías
domésticas y las empresas y organismos públicos y privados), ha contribuido a
la desaparición de la cultura del ahorro, endeudamiento crónico y excesiva
dependencia de la Financiación Exterior. Asimismo, la política suicida en la
concesión de créditos e hipotecas de alto riesgo de las principales entidades
bancarias mundiales que inmersos en la vorágine expansiva de la economía
mundial del último decenio y en aras de optimizar su cuenta de resultados,
habrían actuado obviando las más elementales normas de prudencia crediticia,
convirtiéndose en meros brokers especulativos y descuidando las dotaciones a
los Fondos de Provisión e Insolvencia.
Ello, unido a la falta de
supervisión por parte de las autoridades monetarias de los índices de solvencia
de las entidades bancarias, originó la crisis de las subprime de EE.UU.,
seguida de un goteo incesante de insolvencias bancarias, una severa contracción
de los préstamos bancarios y una alarmante falta de liquidez monetaria y de
confianza en las instituciones financieras. A ello se sumaría la instauración
del consumismo compulsivo en los países desarrollados, favorecido por el
bombardeo incesante de la publicidad, el uso irracional de las tarjetas de
plástico, la concesión de créditos instantáneos con sangrantes intereses y la
invasión de una marea de productos manufacturados de calidad dudosa y precios
sin competencia, provenientes de los países emergentes, pues la obsesión
paranoica de las multinacionales apátridas o corporaciones transnacionales, por
maximizar los beneficios, (debido al apetito insaciable de sus accionistas, al
exigir incrementos constantes en los dividendos), les habría inducido a
endeudarse peligrosamente en aras del gigantismo, mediante OPAS hostiles e
intensificando la política de deslocalización de empresas a países emergentes,
en aras de reducir los costes de producción, (dado el enorme diferencial en
salarios y la ausencia de derechos laborales de los trabajadores).
Finalmente, el brutal
incremento del consumo de materias primas y productos elaborados por parte de
los países emergentes, (debido a sus espectaculares crecimientos de los PIB
anuales en el último decenio), coadyuvado por la intervención de los brokers
especulativos, ha conllevado una espiral de aumentos de precios imposibles de
asumir por las economías del Primer Mundo, (al no poder revertirlas en el
precio final del producto dados sus altos costes de producción) y como
consecuencia, se ha producido una sensible pérdida de su competitividad,
estancamiento de sus exportaciones y aumento de los Déficits por Cuenta
Corriente y Deuda Externa, dibujándose un escenario a cinco años en el que
asistiremos a la implementación del proteccionismo económico, con la
consiguiente contracción del comercio mundial, subsiguiente finiquito a la
globalización económica y retorno a escenarios económicos de compartimentos
estancos.
Radiografía del estancamiento
económico mundial.
En los países
desarrollados, el finiquito del consumismo compulsivo imperante en la pasada
década, provocado por las tasas de paro galopantes y la pérdida del poder
adquisitivo de los trabajadores unido al deterioro progresivo de las
condiciones laborales, provocará frecuentes estallidos de conflictividad
laboral y agudización de la fractura social de los países desarrollados,
quedando diluidos los efectos benéficos de sus anunciadas medidas sociales al
dar por finiquitado el estado asistencial, lo que obligará a amplias capas de
la población a depender de los subsidios sociales. Además, el esperado anuncio
de la Fed del final de la implementación de medidas cuantitativas (Quantitative
Easing) para incrementar la base monetaria y la previsible subida de tipos de
interés en el 2015, podría provocar un nuevo crash bursátil mundial pues el
nivel suelo de las Bolsas mundiales, (nivel en el que confluyen beneficios y
multiplicadores mínimos), se movería en la horquilla de los 11.000-12.000 en
Mercados Bursátiles como el Dow Jones, a años luz de los estratosféricos techos
actuales, rememorando valores de octubre del 2008.
Dicho estallido provocará
la consiguiente inanición financiera de las empresas y subsiguiente devaluación
de sus monedas para incrementar sus exportaciones y tendrá como efectos
benéficos el obligar a las compañías a redefinir estrategias, ajustar
estructuras, restaurar sus finanzas y restablecer su crédito ante el mercado
(como ocurrió en la crisis bursátil del 2000-2002) y como daños colaterales la
ruina de millones de pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de
la estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente
efecto dominó en la declaración de quiebras e incrementos de la tasa de paro
hasta niveles desconocidos desde la época de la II Guerra mundial aunado con
incrementos espectaculares del déficit Público y de la Deuda Externa y un agudo
estancamiento de las economías globales.
En cuanto a los países
emergentes (BRICS, México, Corea de Sur y Tigres asiáticos),
sufrirán un severo estancamiento de sus economías con crecimientos anuales del
PIB inferiores al 3% (después de un decenio espectacular con tasas de
crecimiento superiores a los dos dígitos), debido a la brutal constricción de
las exportaciones por la contracción del consumo mundial y a la elevación de
los parámetros de calidad exigidos por los países del Primer Mundo,
implantación por los países emergentes de leyes laborales y medioambientales
más estrictas, lo que conllevará una drástica reducción de sus Superávit.
Asimismo, deberán padecer tasas de inflación desbocadas, debido al rally
alcista de los precios del crudo y a la necesidad imperiosa de importar
cantidades ingentes de alimentos para abastecer a sus habitantes ante la
alarmante carestía de productos agrícolas básicos para su alimentación, lo que
acelerará la agudización de la fractura social, el incremento de la
inestabilidad social y un severo retroceso de sus incipientes libertades
democráticas.
Respecto a los
países del Tercer mundo, el estrangulamiento de sus
exportaciones y la depreciación generalizada de sus monedas a causa de la
severa crisis económica global plasmada en la contracción de la demanda mundial
de materias, obligará a una gran parte de su población a vivir por debajo del
umbral de la pobreza al sufrir tasas de inflación desbocadas cercanas a los dos
dígitos e incrementos espectaculares de la Deuda Exterior. Así, el cambio de
patrones de consumo de los países emergentes, el rally alcista de los precios
del crudo (rondando los 110 $) aunado con inusuales sequías e inundaciones y la
aplicación de restricciones a la exportación de los principales productores
mundiales para asegurar su autoabastecimiento, conseguirá desabastecer los
mercados mundiales de productos agrícolas básicos para la alimentación (trigo,
maíz, mijo, sorgo y arroz) , elevar sus precios hasta niveles estratosféricos y
provocar una nueva crisis alimentaria mundial que irá “in crescendo” hasta
alcanzar su cenit en el horizonte del 2.020 y afectará especialmente a las
Antillas, América Central, México, Colombia, Venezuela, Egipto, Corea de Norte,
India, China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose con especial
virulencia con el África Subsahariana y pudiendo pasar la población atrapada en la hambruna de los 1.000
millones actuales a los 2.000 millones estimados por los analistas.
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